CAPÍTULO XXIX

CAPÍTULO XXIX – Peleas


Kristen

-Veo que no….¿que haces aquí? – la expresión de mi cara cambio en milésimas de segundo.
-….Te juro que esperaba otra reacción por tu parte – mi cara era un poema bajo la atenta mirada de Michael.
-Es...es que no te…esperaba – conteste sin moverme un solo milímetro.
-Se nota…vine a verte, no aguantaba mas.
-Ah… - ¿que se supone que tengo que contestar ahora?
-Veo que te he pillado por sorpresa, ni siquiera me dejas pasar jeje.
-Eh…no es que como siempre me llamas...pues no…no te esperaba.
-Me dejas pasar?
-Claro…pasa, pasa...no se me quedado un poco – conteste apartándome de la puerta - ¿cuan…cuando has venido? es decir, ¿cuando has llegado? – pregunte pasando mis manos exasperada por el pelo.
-Pues hará una hora que llegue si – decía mirándome.
-Y bueno ¿como has sabido donde estaba? ¿y mi habitación?
-Dios cuantas preguntas, se te olvida la de cómo estoy y esas cosas jeje.
-No…es que no se, estás aquí, no lo esperaba no se – cálmate Kris.
-Llegué con Nikki, ella tenía que venir y bueno yo quería verte y darte una sorpresa.
-Y me la has dado – vaya que sí.
-Te he echado mucho de menos, no te haces una idea de cuanto, siento mucho lo de la última vez – decía mientras me abrazaba.
-Vaya te has cortado el pelo…vas bien – dije separándome de él.
-Si bueno necesitaba un corte – sonrió mientras pasaba sus manos por el pelo.
-Si… - entonces mi móvil empezó a sonar…mierda Robert, el aturdimiento no me había dejado pensar que hoy venía….y ese toque significaba que estaba entrando al hotel, mierda, mierda, mierda.
-Que te pasa Kris? te has puesto blanca de repente – no podía dejar que llegara a la habitación, si ambos se veían,…
-No nada, tengo que ir un momento a…a la habitación de Rachelle me esperas aquí un segundo – dije nerviosa.
-No te acompaño y así la saludo, llevó tiempo sin verla.
-Eh no, es que bueno, acaba de salir de la ducha, el toque me lo ha dado ella, hablemos que cuando terminara de ducharse me avisaba e iba – dios no me sigas por dios.
-Bueno... – dudo – te espero aquí.
-Ve pidiendo algo de cenar, ¿no has cenado verdad?, tengo hambre – cállate por dios.
-De verdad estas bien? – pregunto confuso.
-Si…ya vuelvo ok, no tardó – contesté antes de salir corriendo hacia los ascensores.

Mierda, mierda…maldecía mientras miraba hacía la puerta de mi habitación, deseando que por nada del mundo se abriera justo en el momento en el que llegará Robert. Mis nervios iban en aumento mientras pasaban los segundos, estaba desesperada, en que maldita hora me fui a meter en todo este jaleo….mierda….y el ascensor que no llega…En ese instante las puertas del ascensor comenzaron a abrirse. Ahí estaba Robert, ladeado contra la pared de este mientras esperaba lo mismo que yo, aunque claro está, para fines distintos. No me hice esperar, en un rápido movimiento, y justo en el momento en el que su postura cambió, lo empuje hacía adentro, pillándolo totalmente desprevenido, mientras con una mano tocaba cualquier botón, me daba igual lo único que quería era desaparecer de esa planta.

-Wow, jeje, veo que estas ansiosa – dijo tras unos segundos de incertidumbre. Sus manos recorrían mi cintura mientras el sudor comenzaba a vislumbrar por mi cara.
-Robert tienes que irte – conteste agitada – tienes que marcharte – seguí.
-Hey, hey, hey, que pasa – ahora sus manos sostenían mi cara.
-Michael acaba de llegar, esta en mi habitación, dios – mi ansiedad crecía por momentos.
-Tranquila, cálmate – decía intentando tranquilizarme.
-Tranquila, dios si hubiera llegado diez minutos después, o si tú, dios no lo quiero ni pensar.
-Vale ya esta, ¿si? - beso levemente mis labios.
-Tienes que marcharte no, no te puede ver, además Nikki también esta, si ella te ve aquí, joder.
-Shuuuu…cálmate, nadie me ha visto, sino lo ha hecho la prensa ellos menos vale.
-Vale – conteste sin dejar de mirarle a los ojos.
-Ven – dijo agarrándome con sus brazos para abrazarme.
-No se que hace aquí – decía aferrada en su pecho.
-…No pasa nada vale – contesto tras unos segundos de silencio.
-No se que decir.
-No digas nada – dijo antes de separarse de mí.
- ….Gracias – susurré tras otro leve beso antes de marcharme.

¿Por qué era tan cobarde?. Sabía de sobra que mi relación con Michael no iba a ningún lado, entonces ¿que hacía que no lo dejaba?. ¿Qué hacía en la habitación del hotel durmiendo con él, si ni siquiera había permitido que me rozara?, ¿por que no era capaz de decirle claramente las cosas?, ¿era tanta la lástima que sentía?. Pues por lo visto si.

A la mañana siguiente estábamos desayudando Nikki, Michael y yo, cuando este se levanto para ir al servicio y aproveche el momento para preguntar algo que me carcomía.
-Nikki, ¿tu le has dicho algo a….Michael? – pregunté.
-Algo como que? Ahhh – soltó un pequeño gritito tras un movimiento de mi mano – no, si te refieres a eso no, aún guardo la esperanza.
-La esperanza! – solté asombrada - ¿la esperanza de que? – pregunté confusa.
-De que te des cuenta que todo ha sido un estupido y gran error y no tires por la borda más de dos años de novios, por no hablar de todos los que lleváis siendo amigos – contestó sería.
-Nikki te he dicho mil y una vez que hagas de abogado del diablo, no te metas donde no te llaman – dije molesta.
-Kristen eres mi amiga y solo busco lo mejor para ti.
-Pero es que yo no te he pedido ningún consejo – murmuré un poco histérica.
-Pero como amiga que soy tuya te los doy, no quiero que te hagan daño, no quiero que sufras y no quiero que lo eches a perder todo para después darte cuenta que nada mereció la pena.
-Vamos a ver Nikki, es que no lo entiendo…estas dando por echo que yo me vaya a ir con Robert ¿no es cierto? – decía bajo su atenta mirada – pues te equivocas, Robert no tiene que ver nada con mi relación con Michael – ja, no te lo crees ni tu – entre él y yo las cosas no van bien desde hace mucho, ¡ y tu! – enfatice ya que su boca se abrió directa a interrumpirme – mejor que nadie lo sabes.
-Kristen…yo lo único que se es que él te ama, se ha tirado todos los días hablando de ti Kristen, a sido capaz de venir a verte aún después de lo que sucedió la ultima vez que os visteis, ¿es que eso no cuenta?
-Nikki…
-Mira Kristen, solo te digo que estés bien segura antes de hacer nada que no tenga remedio, piensa como le partirías el alma.

Iba a replicar cuando note los pasos de Michael tras de mi. Si en algo tenía razón Nikki era en que dejando a Michael así como así le partiría el alma y eso a mi me convertiría en la persona más ruin. Pero tampoco tenía el suficiente valor para decirle que me estaba acostando con otro, y no otro cualquiera, sino aquel que él siempre sentenció. Estaba jodida, completamente jodida. La única opción que me quedaba era hacerle ver que nuestra relación no iba a ninguna parte, que yo no era feliz y que él, por mucho que dijera que sí, tampoco. Además estaba el factor de que el fondo tampoco quería perderlo del todo, quería seguir teniéndolo pero como amigo, aunque de sobra sabía yo que con mi comportamiento el último mes eso era bien difícil que se diera.

El resto del día me lo pase inventando excusas para no regresar al hotel, quería evitar a toda costa estar completamente a solas. Así paso la tarde y llegó la noche, momento en el que fuimos a cenar los tres juntos, como una gran familia feliz. Siempre he odiado que alguien estuviera en medio, pero la verdad es que en este momento estaba bastante agradecida de ello, ya que si no fuera por Nikki, no se como me las hubiera apañado.

Pero todo no podía salir “bien”. Llevábamos escasos diez minutos en el restaurante, cuando mi mundo empezó a venirse a bajo.
-No me digas que esos son Robert y Sam! – dijo sorprendida Nikki.
-Eso parece – hay estaba la madre de todas mis pesadillas. Robert entrando por la puerta del restaurante, esto no podía estar pasando….
-Hey Sam – grito eufórica Nikki llamando la atención de ambos.
-Nikki cállate – perfecto ahora gracias a mi amiga, Robert se había dado cuenta de mi presencia.
-Hola Reed – saludo Sam, dándole dos besos bajo la atenta mirada de Robert, que precisamente no los estaba mirando a ellos, sino a mí. Su mirada iba de Michael a mí – hola Kristen cuanto tiempo.
-Si – sonreí como pude.
-¿Qué hacéis por aquí chicos? – preguntó Nikki.
-Supongo que lo mismo que tu jeje, cenar – contestó Sam mientras la mirada de Robert no desaparecía de mi vista, mirada que a cada instante desprendía mas rabia.
-Bueno pues sentarse con nosotros – ¿que?, a esta le pasa algo, se a dado un golpe y yo no me enterado o que….
-No Nikki gracias – soltó Robert.
-Porque no?, venga – insistió esta.
-Claro sentarse, no irse a otra mesa – jejeje, esto era de risa, no solo era Nikki la que los invitaba sino que ahora se apuntaba mi novio, de verdad yo tuve que hacer algo muy malo en otra vida para que esto me estuviera pasando.
-Bueno pues si insistís – dijo Sam.
-Sam no, ellos están a lo suyo.
-Si Robert tiene razón – fue lo único capaz que pude decir.
-Anda callarse y sentarse – Nikki, juro que la matare, si salgo de esta con vida la matare – mira Sam el es Michael, el novio de Kris y también es actor, Michael él es Sam es músico
-Encantado – contestaron ambos dándose la mano.
-Hola Robert – dijo Michael alzándole la mano.
-Hey Michael, como tu por aquí no lo sabía – soltó sarcásticamente...
-Quería ver a mi chica, la echaba de menos – contestó aterrándome a él y dándome un beso en la mejilla.
-Eso esta bien, hay que cuidar a las novias – dijo con más rabia aún en los ojos.
-Si, si no la cuido yo quién la va a cuidar ¿no? jeje - ¿porque el mundo no se abría y me tragaba?…..
-Eso esta claro – contestó.
-Bueno, bueno, y ¿que tal estas Sam? – intervino Nikki….

Así continuo lo que se avecinaba una tensa velada, velada en la que básicamente Nikki y Sam eran los únicos que hablaban. Michael a veces hacía algún que otro comentario, pero nada más allá. Tanto Robert como yo permanecimos en silencio. Sus ojos apenas se despegaban de nosotros y en sus gestos podía apreciarse que estaba incluso más incomodo que yo. Gracias a dios todo estaba apunto de acabar, los postres ya estaban en la mesa y tenía muy claro que una vez Michael se lo comiera, ya que yo apenas probé bocado, me disculparía con algún tipo de excusa y nos largaríamos. Prefería estar mil veces antes en la habitación a solas con Michael, que continuar un minuto más bajo la mirada furiosa de Robert.

Pero cuando creía que todo había acabado…resulto que no hacía más que empezar.
-Y bueno Michael, ¿hasta cuando te quedas? – pregunto de repente Robert, haciendo que todos le miráramos.
-Pues, ejem, no tengo fecha límite, aquí estaré hasta que pueda o me deje Kris claro – contestó acariciándome la mejilla.
-Que bien no tener nada que hacer, ojala yo estuviera en tu lugar – dijo sarcástico, con lo guapo que estaba calladito tuvo que hablar.
-De verás Robert y ¿hasta que punto te gustaría estar en mi lugar? - ¿que?, no, no esto no estaba pasando….
-Michael – grite para silenciarlo.
-Jeje, hay señor, pues ahora que lo dices Michael, hasta el que me dejara Kristen…
-Robert – le grite.
-A pues entonces la pregunta se la tenemos que hacer a ella ¿no?, Kristen ¿hasta que punto dejarías que Robert ocupara mi lugar? – esto no estaba pasando, todo esto era demasiado delirante.
-Eres imbecil – susurre.
-No Kristen contesta, complace a Michael – dijo Robert. La tensión se palpaba en el ambiente. Ambos se fulminaban con la mirada, mientras yo empalidecía por momentos.
-No tengo porque contestar a nada – hable ya que ninguno de los presentes fue capaz de decir nada, era como si todos estuvieran ansiosos por mi respuesta.
-Yo creo que si – dijo Michael sin dejar de mirar a Robert.
-Bueno chicos ya esta bien ¿no?, si llego a saber esto no acepto sentarme – dijo Sam.
-Lo avise – susurró Robert.
-Robert, te quiero hacer una pregunta desde hace tiempo, esta hostilidad conmigo ¿a que se debe? – mi novio era el mayor imbecil del planeta.
-Michael es que no te puedes callar – grite.
-Déjalo Kristen, yo no tengo ningún inconveniente en contestar.
-Robert por favor – le pedí.
-Chicos se supone que sois adultos – aquí viene Nikki y sus suposiciones, como si ella no supiera bien que esto era justo lo que iba a pasar.
-Por eso mismo Nikki, porque somos adultos yo como tal le voy a contestar, yo nunca tuve ningún problema contigo, de echo hasta me caías bien fíjate.
-Robert – le interrumpí.
-Por favor Kristen, déjame acabar, eso que me parecías un tío guay y todo, pero tus miraditas y tus desplantes…me cargan – joderrrrrr.
-A pues todo eso tiene una explicación, si tu no anhelaras el bien ajeno, nada de eso hubiera pasado.
-Lo que sucede es que por ninguna parte he visto que ese bien tenga tu nombre.
-No se trata de tener o no mi nombre, se trata….
-Ya esta bien no! – grite – parecéis dos críos apunto de mataros por un trozo de carne, y eso no soy que os quede muy clarito a los dos – dije señalándolos.
-Kris tranquila.
-No Nikki, tranquila no, todo esto no abría pasado si no tu hubieras empeñado en sentarlos juntos, y no me toques – grite a Michael cuando intento acariciarme.
-Bueno muy agradable todo eh, pero paso de seguir aquí. Sam nos vemos ahora en el bar vale – primera baja Robert se marcho.
-Esto es lo más ridículo – dije pasándome la mano por la frente.
-No he podido callarme – susurro Michael.
-No si se nota, todos hemos visto vuestra hombría.
-Kris yo…
-Mira sabes que?, me largo, haz lo que te de la gana menos seguirme te queda claro – grite.
-Kris no quería…
-Me da lo mismo lo que querías o no, me da igual, pasarlo bien, lo siento Sam – segunda baja, ahora la que se marcho fui yo.

Y así me largue de allí. En toda mi vida había pasado tanta vergüenza, gracias a dios parecía que nadie se había enterado del espectáculo dado. Cabizbaja comencé a caminar por la calle, sumida en mis pensamientos cuando una voz demasiado reconocible para mi me hizo parar.
-Krisss espera – grito Robert.
-¿Qué?, no has tenido bastante con lo de ahí dentro que ahora vienes a por más – grité.
-Lo siento pero me ha sido imposible controlarme, bastante he hecho – dijo furioso.
-¿Qué es bastante?, no lanzarte y empezar a pegaros ahí en medio es bastante para ti.
-Kristen tu misma has visto como él me ha provocado.
-No te intentes justificar en lo que él haya dicho o hecho, tenías que callarte Robert, no seguirle el puto juego y has hecho justo lo contrario.
-Que coño querías que hiciera, dime.
-Justo lo contrario a lo que has hecho – dije dándome la vuelta mientras retomaba mi paso.
-Que fácil no Kris, que fácil lo ves todo ¿no?, no es bastante saber que él esta aquí, que duerme contigo, que encima tengo que veros juntos y no contento con eso empieza a provocarme y tu me pides que me sea adulto Kris, adulto cuando me comen los celos – grito.
-Tú sabías que tengo novio.
-Eso no es una puta excusa Kris, mi ansiedad no se calma con eso, las imágenes de los dos juntos en la cama no se me van con esas palabras.
-Robert cálmate – dije empujándolo hacía un callejón para que nadie se percatara de lo que estaba pasando.
-No puedo Kris, no puedo mientras sepa que sigues con él – dijo sollozando.
-Robert yo no sabía que iba a venir, llegó sin más.
-A y así olvidas toda esta semana, así de fácil te metes con él en la cama sin más.
-No me ha tocado.
-Ayer, pero ¿hoy?, o ¿mañana? o ¿pasado?, es que no lo has oído, no se va a ir, se va a quedar el tiempo que le de la gana.
-Robert yo no puedo echarle así sin más, a sido mucho tiempo con él
-Y a mí que me den ¿no?
-Pensaba que lo entendías.
-Pues ya ves que no – dijo pegándome a la pared – no soporto que él te pueda tocar como lo hago yo – dijo subiendo sus manos desde mis piernas hasta mis senos – no soporto que te pueda besar donde yo lo hago – su boca se paseaba desde mis labios hasta mi cuello – no soporto que jadees como lo haces conmigo – dijo pegando su cuerpo al mío.
-Robert te juro que no me ha tocado – susurre en su boca.
-Dime que él no te da lo mismo que yo – dijo soltando el botón de mi pantalón – dime que no sientes nada cuando estas con él – comenzó a acariciar mi intimidad – dime que no te excita como yo – entonces introdujo uno de sus dedos en mí.
-Ahh, Robert…aquí no – dije entre cortada, me estaban excitando sobre manera sus caricias, su voz susurrando en mi oído, su aliento acariciando mi cuello.
-Dime que no le das lo mismo que a mi – dijo acelerando el movimiento de su mano, haciéndome gemir más alto, me estaba volviendo completamente loca – dímelo – susurró mientras introducía otro dedo.
-Noooo…ahhh…te juro que no…ahhh – contesté como pude, si seguía así acabaría pidiéndole que me follará en medio del callejón.
-Dime que no le das lo mismo que a mí – sus movimientos cada vez era más rápidos y el calor en mi sexo era mayor.
-Ahhh...no…no…no le doy nada…ahhh...nada – decía mientras los calambres descargaban por mi cuerpo.
-Nada Kristen…nada.
-Nada….ahhh – grite finalmente, una vez todo explotó en mi interior.
-Duerme conmigo – murmuró en mi boca, boca que buscaba aire.
-No…no puedo…no mientras este – aún me costaba respirar.
-Prométeme que se ira pronto – dijo sacando su mano de mi.
-Te lo prometo – murmure mientras observaba como lamía los dedos que segundos antes estaban en mi interior.
-Te quiero – dijo antes de besarme, haciéndome sentir toda mi excitación, excitación que él mismo había formado.

Me encontraba en la ducha cuando oí como llegó Michael. Después comenzó a hablarme detrás de la puerta pero era inútil, yo no le conteste. Una noche más permanecí en el baño el tiempo que creí oportuno, no quería salir y enfrentarme a él, no quería verle ni la cara, no quise siquiera dormir con él. A la mañana siguiente me desperté temprano, y me baje a desayunar. Michael seguía durmiendo, no me moleste en despertarlo, tenía que pensar en como haría para que se marchase.

En esas intermedias llego Nikki, vestida igual que la noche anterior por lo que supuse que no había venido aquí a dormir.
-Hey cariño como estas?
-Como sabías que estaba aquí? – pregunte.
-No lo sabía, entre a desayunar y te vi.
-Ah, buena noche supongo.
-Bastante, estoy muerta ¿que tal con Michael?
-Aún no hemos hablado – conteste.
-Kris yo no sabía que….
-Déjalo Nikki – le interrumpí, de que servían las excusas, ella sabía de sobra que lo que paso era bien probable que se diera – ¿donde fuiste anoche?
-Estuve con Sam…y con Robert – dijo pausada.
-Ah.
-Dormí con él – siguió.
-Que pretendes diciéndomelo – dije seria.
-Que abras los ojos.
-Los tengo bien abiertos…¿fuiste tu no? quién convenció a Michael para que viniera digo ¿fuiste tu verdad?.
-Yo simplemente le ayude para que diera el paso – contesto.
-¿Por qué?
-Ya te lo dije.
-No te creo – dije sin dejar de mirarla.
-Kris.
-Sabes que creo?, que te importa una mierda lo que piense o lo quiera.
-Kristen, como puedes decir eso – dijo asombrada.
-Creo que lo trajiste para tener el campo abierto hacia Robert.
-No, no Kristen, no.
-Entonces porque me recochineas que estuviste con él – dije elevando un poco el tono de voz.
-Para que abras los ojos, para que sepas quién es.
-Se muy bien quién es.
-No, no lo creo.
-Mira….no tengo ganas de seguir con esto…podéis hacer lo que queráis.

Si no tenía bastante ya, ahora esto. Una rabia enorme se apoderó de mi cuerpo, rabia que acabe pagando con Michael. El resto del día continuemos sin hablarnos, yo sumida en mis pensamientos, y él, la verdad, poco me importaba. Así llegó lunes, día que por cierto lo tenía libre, por lo que no me quedaba más remedio que seguir viéndole la cara a Michael, algo que sinceramente no me apetecía, no me apetecía tener que seguir dándole desplantes, no me apetecía seguir sin hablarle una palabra y mucho menos me apetecía quedarme a solas con él un día más en la habitación. Además necesitaba despejarme, en mi cabeza solo estaba una cosa, ¿Nikki y Robert se abrían vuelto a enrollar?, según ella si, seguro que según él no, ¿entonces quién mentía?, porque estaba claro que uno de los dos lo hacía, ¿pero porque?...

Harta de todo llamé a Nikki, y nuevamente los tres nos fuimos a comer. Y como no habían restaurantes en la ciudad Michael tuvo que escoger uno Japonés, así que mientras ellos hablaban ni se bien de que, yo no hice otra cosa que recordar Tokio, y recordar aquella ciudad era acordarme de él y de todo lo vivido allí. A la salida del restaurante Michael me tendió la mano para que se la diera y yo no pude hacer otra cosa que dársela ya que a plena luz del día no era plan de ponernos a discutir, y menos con la celestina del momento delante. Tardemos horrores en llegar al hotel, primero porque decidieron caminar y segundo porque a cada paso que dábamos nos paraba algún fan. En parte estaba agradecida en tardar, pero por otro lado necesitaba ver a Robert y de hoy no pasaba que lo hiciera, aunque aún no tenía muy claro como lo haría.

Nada más llegar a la habitación me encerré en el baño, tenía que pensar en alguna manera de ausentarme al menos por unas horas, no podía seguir con la incertidumbre de lo que Nikki me había dicho. Muy bien, esperaría a que Michael se durmiera y entonces me marcharía y si cuando regresara estaba despierto pues le diría que estuve con Nikki hablando o con Rachelle si mejor esta, no se porque pero creía a Rachelle más fiable que a Nikki en los últimos días.

Una vez tuve mi plan en mente lo único que tenía que hacer era esperar, pero Michael adelanto el proceso…..de todo…
-Ya Michael para – le dije apartándolo de mi, cuando se puso un tanto pesado con sus besos en el cuello.
-Kristen te necesito, necesito hacerte el amor.
-Michael ya por favor – dije un poco exasperada, apartando mi cara de él.
-Es mucho tiempo Kristen desde febrero – murmuraba en mi cuello.
-Veo que llevas la cuenta…para te digo – grite cuando su mano comenzó a descender por mi cuerpo.
-Kristen te deseo – pues yo no.
-Michael te dije el otro día que tenía la regla – dije apartando su mano de mí.
-Eso fue viernes y estamos a lunes ¿tanto te dura? – contesto apartándose de mi por fin.
-Pues mira si – dije cruzándome de brazos mientras continuaba viendo la televisión.
-Que casualidad Kristen que cada vez que voy a tocarte tienes la regla.
-Michael, yo no tengo la culpa.
-¿Y la semana pasada cuando estabas con Robert no la tenías? ¿o hace dos semanas?
-Que estas hablando? – no podía ser, Nikki no había sido capaz….
-Lo se Kristen, se que te has enrollado con él – dijo serio.
-Tú no sabes nada – dije levantándome del sofá.
-Donde vas? – pregunto siguiéndome.
-Déjame – grité cuando note su agarre.
-Dime es cierto verdad, es cierto que te lo has follado ¿no? – gritaba mientras me apretaba más el brazo.
-Me estas haciendo daño – conteste con furia.
-Contéstame, dime – gritó más.
-No te voy a contestar nada y suéltame estupido – grite deshaciéndome de su agarre.
-He vendido para estar contigo Kristen, te amo más que a nada y mira como me estas tratando – sollozó.
-No quieras venderme ahora la moto, hace un segundo me tenías contra la pared y ahora me lloras, ya no te creo nada.
-Kristen me estas partiendo el alma mientras tu…
-Yo que? – grite – he? Yo que? dime…. – le interrumpí.
-Mientras tu vas por ahí con él – grito.
-Aquí esta el verdadero Michael, al que le ciegan los celos él que se lo ha cargado todo – dije.
-Que me he cargado yo ¿eh? Yo no he sido él que se ha ido con otra – dijo acercándose a mí.
-No me toques, no quiero ni que te acerques – dije yendo hacia la puerta.
-Donde vas?
-A donde me de la gana – grite.
-Tu de aquí no te vas – grito acercándose.
-Tu no me dices lo que tengo o no tengo que hacer – dije abriendo la puerta.
-Te vas con él verdad? – grito antes de que saliera.
-Donde me valla solo es problema mío – contesté dándome la vuelta.
-Vas a follartelo verdad?
-Si Michael, si voy a tirármelo, es lo que quieres oír, pues ahí lo tienes.
-Yo ya no te importo, yo tengo que quedarme aquí mientras tu te vas – dijo sin creerme.
-Me importa bien poco lo que hagas, pero si te agradecería que mañana no estuvieras aquí – dije mirándole sería.
-Kristen que…
-Esto se acabo, por mi puedes hacer lo que te de la gana, pero lejos de mí – y así de un portazo salí de la habitación y de la vida de Michael, no era mi intención hacer así las cosas, pero no podía seguir con esta farsa, ya no.

El trayecto al hotel de Robert lo pase llorando, no quería haber dejado las cosas así, por lo menos quería ser capaz de conservar una amistad, pero estaba claro que eso era imposible, y más aún, después de todo lo dicho. Además era una egoísta, mi novio o mi ex seguramente estaba destrozado y yo corría en brazos de otro, otro que siempre conseguía hacerme olvidar.

Toque la puerta de su habitación con miedo, miedo a que no estuviera, miedo a que estuviera acompañado. Tras unos segundos esperando esta se abrió.
-Kristen hola pasa, pasa – dijo Sam, vale Robert no estaba solo, o directamente no estaba.
-Esta Robert? – pregunte temerosa.
-Si, esta en el baño, mira yo tengo que irme, tengo una cita ok, le dices de mi parte que mañana lo llamó vale – dijo dándome dos besos mientras yo asentía.
Ahí me quede, en medio de la habitación esperando y sin saber que decir….
-Sam quién era….hola Kristen – dijo con una sonrisa en sus labios.
-Sam me ha dicho que te dijera que te llamara mañana – conteste temblorosa.
-Vale…
-Necesito saber algo Robert.
-Pregunta.
-El sábado, ¿te acostaste con Nikki?
-No, llego al bar con Sam, pero yo a las tres de la mañana me volví, solo, y así dormí, así duermo cuando tu no estas – decía acercándose a mi.
-No me mientas, por favor – susurre cuando lo tuve a mi lado.
-No te miento, aunque quiera no puedo, no puedo Kristen – y entonces me beso, trayendo a mi mundo la paz de la cual carecía.

Mientras me besaba mis manos comenzaron a filtrarse dentro de su camiseta, tocando su piel. Una vez me deshice de ella, baje mi boca a su pecho y comencé a mordisquear sus pezones. En ese mismo instante me tomo en peso y me recostó sobre la cama. Su boca comenzó a descender desde mi boca hasta mis hombros, pasando por mi cuello, el cual regó de dulces y pequeños besos mientras sus manos recorrían mi cuerpo hasta introducirse dentro de mi camisa, de la cual se deshizo. Ahora su boca vagaba por mis senos descubiertos ante él, mis jadeos aumentaban a la vez que sus besos. Mis pezones marcaban el grado de excitación de mi cuerpo, excitación que crecía con cada uno de sus gestos, de sus roces, de sus caricias.

Necesitaba sentirlo dentro de mí, llenando mí mundo de todas aquellas sensaciones que sólo él conseguía darme, quería explotar de placer en sus brazos, sentirme llena por dentro, sentir como todo encajaba cuando él entraba en mí. Con mis manos atraje su cara a la mía, la cual rondaba por mi cintura, y entre besos le pedí que me hiciera suya, que lo hiciera ya, lo necesitaba con urgencia. Mis deseos fueron órdenes para él, sin decir una palabra se separo de mí y se deshizo de toda la ropa que quedaba en su cuerpo, dejando a mi vista su perfecta excitación, aquella que se amoldaba deliciosamente en mí. Una vez desnudo, hizo lo propio con el resto de mi ropa y comenzó a besarme desde mis piernas hasta llegar a mi boca a la vez que se colocaba entre mis ya más que abiertas piernas.

Sin separar su boca de la mía comenzó a penetrarme suave y lentamente, sin profundizar, sin rudezas de por medio, solo acariciando dulcemente mi interior. Solo con él conseguía olvidar quién era, sus movimientos hacían que olvidara hasta mi nombre. Con él solo sentía, sentía como mi cuerpo hervía, sentía como por dentro me iba quemando, me sentía querida…me sentía mujer. El ritmo lento pasó a ser más fuerte y profundo, haciéndome vibrar en cada una de sus estocadas en mí ser, haciéndome gemir como nunca lo había hecho, pidiendo más. De mis labios solo salían profundos jadeos, jadeos que contenían su nombre, jadeos que provocaban el aumento de las penetraciones.

Mis ojos estaban cerrados mientras me dejaba llevar por todas las sensaciones que sentía en mi interior. Sensaciones que acabaron culminando en el momento en el cual todo exploto.

Esto era lo que necesitaba, nada de peleas, nada de palabras solo hechos, hechos que demostrarán lo que verdaderamente importaba.

-Kristen…
-Shusss…. – calle su boca con mis dedos a la vez que cerraba mis ojos – no lo digas….aún no….por favor…- aún era pronto para oírlo….aún era pronto para decirlo.



Ahhhhh, estoy deseando que llegue domingo y poder ser más libre…vaya semanita he pasado…aquí va el siguiente capítulo, espero que os guste….

Deciros que las famosas fotos del caballito serán dentro de dos capítulos okk, en este he juntado, fotos, rumores, e imaginación sobre todo, ya que por estas fechas todo era muy lioso, así que si no se ciñe mucho es por eso okkk….

Antes de seguir le hago un urgente llamamiento a Pau….mamarracha, donde andas eh…haber dime, cuando me conecto nunca estas y cuando lo haces tu, yo no estoy, esto no puede ser me oyes, necesito urgentemente saber de ti, no quiero tener que cogerme el tren y presentarme en Silla para saber de ti…ya lo sabes….te quiero mucho heladera querida jejeje….

Bueno que nunca lo digo, para todas aquellas que estéis o acabéis de pasar exámenes suerte y mucho animó okkk….muchos besos a todas y muchísimas gracias por los comentarios….

Ya sabéis si tenéis alguna duda, preguntar….besos….

Publicado por Almu en 1:26