Siento no haber publicado antes, pero apenas he tenido tiempo, y el poco que he tenido, he estado más centrada en el otro fic :-S. Os lo recompensare, prometido :-}
Y hablando de prometidos….
Capítulo 6 – Primeros Preparativos
“Diez días antes de la boda…”
-¡Hombre!, ya era hora que contestaras el teléfono – ¡Dios Ángela!, me había olvidado de ella…
“No te olvides de llamarme por la noche y contarme hasta el último de los detalles ¿ok? Sino, iré a Seattle y te sacare los ojos con mis propias manos”
-Iba a llamarte ¡ya!..., lo juro, pero no…, no sabía si estabas despierta – mentí.
Juro que pensé en llamarla cuando volví a mi habitación, tras el sofoco de Renee en mitad del pasillo. Juro que volví a pensarlo al escuchar mi teléfono sonar justo en el momento de mi baño relajante, y al despertar esta mañana…, y al volver a oír su sintonía mientras decidía cual de los muchos vestidos que llenaban mi maleta iba a ponerme…
-¿Anoche tampoco sabías si estaba despierta? – pregunto claramente molesta - Además ¿Cómo se te ocurre pensar que iba a poder dormir?
-¿Porque es lo que suele hacer la gente común? – hasta yo conseguí dormir, tras dar muchas vueltas en la cama, pero lo conseguí.
-Tu lo has dicho, la gente común, ¿qué tienes tu de común?
-No estamos hablando de mí, sino de ti… - proteste – Tu…tu si que eres buena amiga, en vez de preguntarme que tal todo no, me llamas para pagar tu frustración conmigo – mi rol de victima no iba a colar en Ángela, pero así al menos, conseguía desviar el tema de porque todavía no la había llamado.
Tampoco era para tanto, un retraso de unas horitas lo tiene cualquiera ¿no?
-Eso es lo que me diferenciara de los demás – ella como siempre, tan pagada de si misma - Bueno, no te hagas la tonta y desembucha pajarita ¿qué tal todo en la mansión del horror? – lo dicho.
-Bien, es como si no hubiera pasado el tiempo, mi familia sigue exactamente igual – conteste sentándome sobre el suelo de madera, para facilitarme la misión de ponerme los zapatos de tacón.
Una persona normal, puede ponerse los zapatos a la vez que habla por teléfono, pero yo, una anti de los tacones, o como bien diría mi amiga, alguien que no es normal…, no. Y si a eso le sumamos el echo de estar hablando por teléfono con dicha amiga, la cual no perdería ni un segundo en burlarse de mi si me caía pues…, cuanto más cerca del suelo estuviera ya, mejor.
-¿Y el ken de tu hermana es tan guapo como en las fotos? – bueno, si obviamos el echo de que me saca cuatro cabezas de estatura, que su cuerpo bien podría ser seis del mío y de que sus manos tienen el tamaño de mi cara…si, es guapo.
-Si, tal cual es en las fotos, pelo negro cortito, ojos azules y cara de niño. Sin duda, a ti te encantaría – además, doy fe de que es fuerte como una roca. Mira, le vendría bien para poder llevar todas sus compras en un solo viaje.
-Que perra, me lo ha robado…. – ironizó – Bueno tiene que estar muy feliz ella.
-Si, lo esta…. – dije recordando la cara de felicidad de mi hermana la noche anterior, a la vez que pasaba mi mano libre sobre la tela de mi vestido negro de Versase, el cual todavía no había llegado a estrenar desde que lo compre hacía ya unos meses. Solo me faltaba ahora que se arrugara y adiós a mi hora delante del espejo – ¿An? – la llame viendo que no contestaba nada – pregunta anda, lo estas deseando – como si no la conociera, todo ese cuento de preocupación, no era mas que eso, un cuento para preguntarme por el desconocido.
-Me ofendes Bella, como puedes pensar que lo único que quiero es una minuciosa descripción del señor voz sexy – claro…que mal pensada soy.
-Pues como quieras, así me ahorro los detalles…
-¡Ni se te ocurra! – me interrumpió – ¡Desembucha ya! – grito.
-Pues es… normalito, es un chico muy normalito – y tan normalito, de esos que solo consigues que te hablen una vez en la vida, eso si tienes suerte, ya que a la mayoría, solo le ocurre en sueños, como a mí…, hasta ahora claro.
-¿Que entiendes tu por normalito?
-Pues alto, buena planta, buena presencia…
-Ósea se, que esta macizo el chico – afirmó, y eso que ella no lo había visto.
-¿Macizo? …no, eso es quedarse corta. Ni siquiera la palidez de su rostro puede considerarse un fallo, ya que le da el toque perfecto para resaltar sus ojos verdes, pero no un verde común no, y su pelo…, estoy pensando seriamente en regalarle un peine, pero tiene pinta de ser muy suave, y su boca…, ¡dios Ángela!, tendrías que ver como se ríe, te juro que siento que el suelo tiembla cada vez que lo hace, y sus manos…, tan varoniles y fuertes….por no hablar de su voz, te juro que ésta en conjunto con sus ojos y su olor me tienen totalmente hipnotizada….
-Respira… - me corto mi amiga – no puedes morirte ahora…Sigue – que siga…
-Ángela, sabes que no soy una persona exagerada, bueno a veces sí, pero te juro que esta no exagero… ¡es un dios!, y tiene un torso, ¡madre mía!, te juro que ese cuerpo a tenido que ser esculpido a mano porque de otra manera no me explico como…
-Espera, espera, espera ¿Ya lo has visto desnudo?
-¿Eh?, no, fue…fue una casualidad. Entre a su habitación, bueno donde se esta quedando a dormir, y solo llevaba puestos los calzoncillos. Te juro que no había visto nunca tanta perfección y menos tan cerca – y eso que no querías contar detalles Bella.
-Eres una zorra… - sonó seria, pero seguro que era de envidia ¡Ja!, por una vez era yo la que tenia un hombre así para mi solita….Frénate Bella, tu no tienes a nadie - Tienes eso para ti sola ¡y no duermes con él! – ves conciencia, ella también se deja llevar igual que mis pensamientos…
-Ángela esto, esto no es mas que un acuerdo no…
-¡Como que no! – volvió a interrumpirme - ¡Benefíciate!, no seas tonta por dios – no me des ideas…. - Quiero su número de teléfono, cuando acabe contigo quiero que venga a hacerme un favor a mi.
-Ya puedo imaginarme esa clase de favores.
-De verdad Bella, no se como puedes tener un hombre así y no sacarle ningún provecho - dijo como si eso fuera la cosa más natural del mundo.
Y justo cuando iba a replicarla, el sonido de la puerta de mi habitación, llamo mi atención, dejándome completamente muda.
-¿Puedo pasar? – pregunto el culpable de que ahora mismo ni me acordara de mi nombre.
Yo únicamente pude limitarme a asentir mientras lo contemplaba cerrando la puerta de mi habitación, a la vez que su aroma volvía a inundarme completamente. ¿Como podía ser que hoy aún lo viera más guapo que ayer?, Era él mismo, vestido más informal, con camiseta y vaqueros oscuros, pero exactamente él mismo que hacía escasos segundos servía de fantasía a mi mente.
-¿Te has muerto? – escuché preguntar desde el teléfono. Ni me acordaba que estaba hablando con mi amiga.
- Oye Ángela, tengo que colgar – dije sin dejar de mirarlo caminar hacía mi.
-¿Lo tienes delante?
-Si – susurre mientras sentía como el suelo se movía debajo de mi culo, a la vez que Edward volvía a sonreír de esa manera, sin dejar de mirar a ambos lados de mi habitación - luego te llamo.
-A por él Bella, ¡tú puedes campeona! – grito – Y no te olvides de llamarme luego… ¡Ah! y de mandarme una foto del dios perfecto, a poder ser desnudo, gracias.
-Vale ya si eso, luego te digo algo. Adiós – colgué dejando a medías las replicas de Ángela. Ya la llamaría luego, ahora, tocaba volver al mundo real, ese donde se suponía que era una persona sensata y no una loca medio salida – Hola – susurre respondiéndole a su sonrisa.
-Estuve esperando en la habitación, y al ver que no venias, decidí buscarte yo. No me fue difícil escuchar tu voz en mitad del pasillo… – susurro mientras caminaba hacia donde yo estaba, parándose justo frente a mi - Espero no haber interrumpido nada.
-¿Eh? – joder Bella, tienes que acostumbrarte a que semejante belleza entre en tu habitación o sino, acabara creyendo que tienes alguna deficiencia mental - No…, no para nada. Era mi amiga, quería saber que tal con mi familia - volvió a sonreír y yo, volví a quedarme embobada como hacía apenas unos segundos, hasta que me di cuenta de que seguía sentada en el suelo con las piernas literalmente espatarradas – Perdona – que imbécil dios mío, él aquí y yo, mostrando todos mis encantos - tú aquí y yo…
-No, tranquila – contesto nuevamente con esa sonrisa, lo que provoco que mi cuerpo perdiera la estabilidad, mientras me levantaba, y sus manos tuvieran que ayudarme a no caer.
-Gracias – dije una vez tuve ambos pies sobre el suelo y mi cuerpo a escasos centímetros de rozar el suyo.
-Estás muy guapa con el pelo suelto – murmuro sin apartar sus manos de mi cintura, las cuales no tenía consciencia desde cuando estaban ahí, traspasando la calidez de estas entre la tela de mi vestido.
-Gra…gracias – balbucee sin apartar un instante mi mirada del brillo de sus ojos esmeralda, los cuales parecían clavarse en mi como buscando algo.
-Bueno – dijo apartando sus manos de la estrechez de mi cintura al mismo tiempo que desviaba su mirada de la mía – ¿Desayunamos? – nuevamente, me limite a asentir mientras una extraña sensación comenzó a recorrer mi cuerpo.
¿Qué acababa de pasar?... ¿Por qué esa sensación tan extraña?... ¿Y esa repentina cercanía?... Vale que Edward esta como quiere y más pero… de hay a sentir que el tiempo se paraba mientras me miraba… ¡Dios Bella!, es definitivo, te estas volviendo loca, y todo esto te pasa por fantasear de esa manera con un desconocido, porque eso es lo que es para ti, un desconocido, un desconocido que consigue aturdirte, pero nada más.
Aún desconcertada conmigo misma y con lo ocurrido, salí de la habitación junto a él en busca de mi familia, la cual nos estaba esperando en la cocina con la mesa puesta. Bueno, no toda ella estaba allí, ya que mi padre había salido temprano, por lo que desayunemos con las chorradas de mi madre y los nervios de mi hermana por la prueba de los vestidos que tendría por la tarde.
-No puedo creer que a nueve días de la boda aún falte todo esto – dije mirando la lista de cosas por hacer que fui redactando durante el desayuno – Flores, música… ¡el catering!, la decoración de las mesas y cubiertos… Rose, pensaba que todo esto ya estaba mirado – exclame estresada.
Dos meses llevábamos preparando la boda, ¡dos!… y hasta alturas me salía con todo esto, y yo que pensaba que solo tendría que ir a los sitios para comprobar que todo estaba en orden.
-Si, pero no me decido Bella, por eso te necesitaba aquí, para que me dieras ese empujón, tu conoces mis gusto quizás mejor que yo, son muchos colores, muchos tipos de flores, no me decido – finalizo con su típico puchero de niña caprichosa incapaz de decidirse. ¡Dios!, ni siquiera para su boda, y eso que había estudiado decoración.
-¡Esta bien! – dije vencida ante sus chantajes - pero si algo no te gusta, te lo comerás y no habrán quejas, y eso va por las dos – apunte con el dedo a ambas locas de mi familia - ¿De acuerdo?
-Gracias, gracias, gracias…. – gritaba mi hermana mientras me abrazaba.
-Es mi trabajo, y no eres la única novia indecisa con la que me encuentro – dije restándole importancia – Lo que si quiero, es que zanjes el tema del vestido hoy mismo me oyes – e aquí la sargento Bella pero… ¿que novia no tiene claro el vestido de novia a falta de semana y media?... pues una que tiene a todo el mundo a sus pies, dispuestos a complacerla.
-Prometido, a las cinco vendrá Leah, con los tres que escogí - ¿tres?... – No pongas esa cara, ella me dijo que los que no quisiera tendrían salida – pues menos mal.
-Vale pues…vámonos – dije mirando hacia la mesa dirección a Renee, la cual no dejaba de juguetear con los mechones ondulados de su corta melena castaña clara mientras hablaba, muy animadamente por cierto, con mi acompañante - ¡Mama! - ¿le esta coqueteando?
-Hija, ¡que susto! – expreso acalorada, a la vez que llevaba una de sus manos hasta el principio del escote de su vestido, o lo que es lo mismo, hasta su pecho. Esta es mi madre - Mi hija y sus modales, quiero que sepas que esos no fue los que aprendió aquí – le dijo esta a Edward mientras ponía su mano libre sobre el brazo de este, haciendo que con ello, aun la fusilara mas con mi mirada.
Mejor si no hacia referencia a los “modales”, que ella me había enseñado. Y ya de paso, que dejara de utilizar los suyos.
-No te preocupes Renee, doy fe de que los aprendió muy bien – respondió Edward, volviéndola a alagar. Nota mental, hablar seriamente con él, para asentar varios puntos.
-¡Oh!, gracias Edward… - y de nuevo el toqueteo - Hija, me encanta este muchacho – si se nota…, se nota que estas encantada Renee…
-Muy bien mama, dejémonos de alabanzas y vayamos a la tienda – respondí mientras cogía mi chaqueta y mi bolso. Cuanto antes saliera de aquí, mejor.
-Yo no puedo ir Bella, hoy vienen unos clientes muy importantes a recoger un presupuesto que les he hecho para la remodelación de su casa – perfecto, otra que se escaqueaba.
-Yo te acompañare, no te preocupes – hablo Edward justo en el instante que lo iba a hacer yo. Respira Bella…
-Vale…, vámonos – respondí tras dudar unos instantes. Aunque viendo el panorama, cuanto más lejos estuviera mi madre de Edward, mejor.
Vale que estaba aquí cumpliendo lo acordado, pero tampoco quería hacerlo pasar por el mal trago de tener que acompañarme a todos y cada uno de los recados que tenía que hacer, aunque… ¿que haría sino él mientras?
Tres interminables horas después, horas en las que me estuve debatiendo entre elegir cual, de las veinte combinaciones diseñadas por mi hermana, era la más apropiada, teniendo en cuenta que la boda era al aire libre y por la tarde de domingo, mi agradable acompañante y yo, el cual por cierto apenas había hablado en toda la mañana, nos sentábamos en uno de los restaurantes cercanos a casa.
-Gracias por sugerir lo de comer fuera de casa, y por todo lo que has tenido que soportar esta mañana – dije sentándome en la silla. Si estaba un minuto más de pie, los zapatos acabarían estallándome.
¿A quien se le ocurre ponerse zapatos con tacón de aguja para estar de pie?… Pues a mí, solo a mí. Dios, cuanto odio a quien los inventó.
-Supuse que necesitabas un respiro con todo esto de la boda – sonrió mientras quitaba la servilleta del plato y se la extendía delicadamente sobre su regazo. Mira, ya sabes algo más de él, es un chico minucioso, además de un poco…reservado - Y lo de esta mañana, no te preocupes, me ha encantado averiguar que existen mas colores de los que yo pensaba. Te juro que no sabía que existían tantos tonos de rosa – vale, lo de alabar también va con él.
-Lo de esta mañana no ha sido nada, al menos mi hermana tenia decidida la combinación. Hacer eso de cero es una locura. Recuerdo una novia con la que estuvimos semanas mirando una por una todas las gamas de los colores – me estremecí solo con recordar a Jane, dios…que mujer más…pesada.
-Y yo que pensaba que casarse no era tan difícil – respondió a la vez que pasaba sus manos por su ya, despeinado pelo.
Segunda nota mental del día, comprarle un peine, pero de verdad.
-Son muchas cosas, pero si más o menos tienes una idea clara, es fácil – dije con tristeza. Bueno, más bien fue nostalgia, al recordar como prepare la mía. Tenía tan claro todo…Ah Bella ¡ya!, eso forma parte del pasado.
Céntrate en el presente, concretamente en el joven que tienes delante de ti y sonríe con arrogancia ante las miradas de envidia procedentes del sector femenino del local. Panda de envidiosas, es mío, pagando si, pero eso vosotras no lo sabéis…
Bella…cálmate…
-Me ha gustado la combinación que has escogido, lila, blanco…
-Chocolate y Beige – respondí ante su duda, una vez su voz me trajo de vuelta del mundo en el que me sumergía con mis pensamientos - Solo se trata de saber combinar un poco, y elegir el color apropiado para la ocasión. Por ejemplo, fucsia y blanco fueron los colores elegidos por mi hermana para la tarjeta, eran indispensables para esto, pero como es de día, el fucsia es muy fuerte, así que mejor lo cambiamos por un más flojito, como el lila claro. Y el chocolate y el beige, ideales para no empalagar tanto con la suavidad del los otros dos, y para poner un toque masculino en la ceremonia, no todo va a ser contentar a la novia…Perdón – susurre ante su atenta mirada - te estoy aburriendo – soy una pesada, el pobre chico no ha tenido suficiente, que encima lo amargo más.
-No, para nada – sonrió - me gusta escucharte, se ve que te apasiona lo que haces – parecía convencido de sus palabras, pero eso no ayudaba al rubor teñido ya en mis mejillas.
-Tampoco es que me encante – susurre cabizbaja.
-Si te dedicas a ello, te tiene que gustar ¿no?
-No me disgusta, pero nunca estuvo en mis planes dedicarme a esto – para nada, y menos después de lo que paso. No es un buen trabajo para olvidar precisamente. Otra vez…¡Bella!.
-¿Cuáles eran tus planes? – pregunto captando nuevamente mi atención.
-El arte, me apasiona la historia del arte, pero…eso forma parte del pasado – como todo ya – ¿Y a ti?, quiero decir, si te apasiona tu…profesión – hombre Bella, que te paguen por hacer lo que él hace, disgustar tampoco disgustara.
-No esta mal – respondió negando con la cabeza mientras sonreía, como hacía cada vez que intentaba saber algo más, o al menos algo. No pensaba contarme nada de él ¿verdad? – ¿También organizáis la parte del novio? – no, estaba claro que no estaba por la labor de hablar de él.
-Bueno, el novio se encarga de pocas cosas la verdad, y más cuando mandas que te la organicen. Nosotros lo llevamos todo.
-A mí si me gustaría decidir cosas si me casara. Además hoy he aprendido mucho – rió.
-Eso lo dices ahora, el día que te cases a ver si dices lo mismo – recuerdo la cara de mi ex cada vez que le enseñaba algo de la boda. Nada, ni frió ni calor, todo le daba lo mismo…
-Bueno, si algún día me caso y lo hago, te llamare y te lo diré, aunque lo dudo – afirmo.
-¿Que lo hagas o el casarte? – eso es Bella, tu insiste, si cuela, cuela…
-El casarme – respondió tras un breve silencio…bueno, es un paso, ya sabes algo más de él.
-¿No quieres casarte? – tenía que seguir insistiendo, para una vez que hablaba.
-Eso no se planea – sentenció desviando su mirada al cristal de la ventana.
-Cierto, pero es la culminación del amor, como una muestra al mundo entero de tu entrega total hacia esa persona.
-Yo no lo veo así – volvió a mirarme - Sobre todo cuando los seres humanos no somos capaces de describir que es el amor.
-Es que el amor es algo que se siente, no algo que tenga que definirse – respondí sin pensar.
-¿Y que es lo que provoca esos sentimientos? – pregunto fijando más su mirada en la mía, de igual forma que había echo horas antes en mi habitación.
-Pues…la necesidad de estar con esa persona, esa que nace cuando la vas conociendo…Sin darte cuenta más queriendo más…
-Y una cosa lleva a la otra ¿no? – preguntó risueño – Pues, según…los psicólogos, el amor es un estado mental orgánico, que crece o decrece dependiendo de cómo se retroalimente ese sentimiento en la relación de los que componen el núcleo amoroso. Y esa retroalimentación depende de factores tales como el comportamiento de la persona amada, sus atributos involuntarios o las necesidades particulares de la persona que ama…, como el deseo sexual, la necesidad de compañía, voluntad inconsciente de ascensión social, la aspiración constante de completitud, y así hasta un largo etcétera – hay que joderse, cuando por fin dice más de tres líneas seguidas, no entiendo ni la mitad.
-No… no puedes definir el amor como si fuera una bolsa de patatas…
-¿Y que es para ti el amor? – pregunto a la vez que apoyaba su cabeza en una de sus manos.
-Pues… pues algo que no se puede explicar con palabras…
-Ves – rió.
Vale, Edward uno, Bella cero, no tenía muy claro aun porque pero… su risa me confirmaba que había ganado.
-¿También tienes una definición para el sexo? – pregunte tras un nuevo silencio.
-Si ¿quieres oírla? – se burlo.
-Mejor no – reí. Ya tenía suficiente con su descripción sobre el amor.
No soy de esas personas enamoradizas por excelencia, de echo, serías, serias, solo había habido una relación en mi vida, pero de hay, a definir el amor como algo meramente de interés…, no.
Lo gracioso de todo, es que aún no sabía bien como habíamos terminado hablando de ese tema, pero al menos me había servido para conocer algo más de él. Frió, estaba claro que en el tema de los sentimientos era una persona fría, quizás pensaba así por su profesión, o quizás se había llevado un palo gordo en esta vida y el pensar de esa manera le ayudaba. Lo que fuera, estaba claro que no iba a compartirlo conmigo, ya que rápidamente zanjo el tema y volvió a desviar la conversación a mi, sin ni siquiera volver a darme la oportunidad de preguntarle algo más.
Desconcertante, Edward era muy desconcertante, quizás por eso me ponía tan nerviosa ante su presencia.
Pasadas ya las cinco de la tarde, volvimos a mi casa, a más bien a la casa de locas, ya que no había terminado de cerrar la puerta, cuando los gritos de mi hermana comenzaron a chirriar en mis oídos.
-¿Un paseo por el parque? – pregunte a Edward antes de entrar en la sala del terror.
-Quizás luego, ahora tu hermana te necesita – rió. Tenía que ensayar los famosos pucheros de mi hermana ante el espejo para ocasiones como esta, si ella lo conseguía todo con ellos ¿por qué yo no?
-Necesita a un loquero, no a mi – conteste bajo sus risas – Deberías apoyarme más, no acercarme al borde del precipicio – dije en forma teatral.
-Y eso hago, apoyarte – y de nuevo su fija mirada, sino tenia bastante con su sonrisa, ahora esa mirada – Vamos – dijo ofreciéndome su mano, la cual por impulso acepte.
Me infundía seguridad, Edward tenía ese poder sobre mí, y no lo entendía, pues apenas hacia veinticuatro horas que lo conocía. Pero así era, así lo fue desde el minuto dos de conocerlo, y no había explicación para ello. Aunque mejor… no buscarla, porque como fuera igual que su explicación sobre el amor, iba apañada.
Pero a la vez…, tengo que admitir que me desconcierta. No se, ese aire misterioso que tiene, su mirada hipnotizante, esa que parece intentar leer mi mente, o su frialdad ante ciertas cosas, por no hablar de esa cercanía pero a la vez distancia que pone entre nosotros.
Es definitivo, Bella te estas volviendo loca…
-¡Ya era hora! – grito nada más vernos entrar por la puerta de la habitación, la futura novia desquiciada, enfundada en un pomposo vestido color blanco, con adornos bordados en tonos dorados - ¿Qué te parece? – pregunto ya más calmada, con cierto temor, mirándose en el gran espejo colocado en el centro de la sala.
-Estas… estas preciosa – afirme posicionándome detrás de ella, con cuidado de no pisar la amplia cola del vestido.
A su derecha estaba Renee con las manos entrelazadas y a su izquierda Leah, gran amiga de mi amigo Jake, y modista del vestido. Ambas, la observaban con el mismo entusiasmo que mis ojos reflejaban.
Estaba bellísima, para que negar lo evidente. El escote palabra de honor, dejaba al descubierto la simetría de sus hombros, además de resaltar sus generosa delantera. Y el toque de la flor en la cintura, lejos de parecer algo sobrecargado, ayudaba a estilizar todavía más sus curvas.
Sin duda alguna, el estilo princesa del vestido, era el ideal para Rose.
-¿De verdad?, no crees que es… ¿demasiado? - pregunto mientras intentaba girarse para mirarme de frente, algo difícil entre todas esas capas de seda brillante.
-El vestido es precioso, y poco común. Además esos bordados resaltan tu larga melena – respondí. Lo dicho, era el vestido ideal para ella.
-No se…, tiene algo que no… - dudaba mientras llevaba sus manos a ambos lados de la falda del vestido.
-Si te lo ves un tanto ostentoso, podemos probar con un cancán menos voluptuoso, aunque los bordados no se verán igual pero…podemos probar – dijo Leah llevando una de sus manos hasta la tela de la falda.
-No se…no se si es la falda, si es la flor, si son los bordados, no se lo que es, pero no termina de convencerme – expreso mientras tocaba cada una de las zonas que mencionaba.
-No desesperes cariño, hay dos vestidos más esperando que te los pruebes. Aún no tienes porque tomar una decisión – dijo mi madre de forma entrañable.
Que diferencia a cuando fui yo la que estaba en el lugar de Rose…
-Vale…voy, voy a probarme el siguiente – y con un leve asentimiento por mi parte, se marcho a la sala contigua, seguida por la sonriente Renee.
-Novias, todas se estresan demasiado – expreso Leah mientras se colocaba más alfileres en la almohadilla de su muñeca.
-Supongo que habrás visto a muchas como a mi hermana – dije intentado entablar una conversación. Que yo recordara, las pocas veces que había visto a Leah, no nos habíamos matado por hablar.
-Unas cuantas – callo. Y por lo visto, hoy no iba a ser menos.
-Bueno, ¿qué tal Leah?, hacia mucho que no nos veíamos – volví a intentarlo, que le voy a hacer, soy de ideas fijas.
-Bien, muy bien – dijo secamente antes de darme la espalda y continuar haciendo…, lo que quisiera que estuviera haciendo. No, nada había cambiado.
Leah Clearwater, es amiga intima de Jacob, además de ser una de las encargadas de convertir en realidad los diseños de este, de ahí que Jacob, no dudara ni un segundo en contar con ella, el día que mi hermana me llamo pidiéndome que organizara su boda, algo que a ella pareció agradarle, hasta que supo que Rosalie Swan, era mi hermana.
No me podía ver, ¿porque?, eso es algo que aún no le he preguntado, pero Ángela tenía una teoría para ello. Celos, celos de mi relación con Jake, algo que puede parecer gracioso y más sabiendo que Jacob es gay, y no uno de los que se esconda precisamente, pero… observando que el trato de esta conmigo, era muy parecido al que tiene con An pues…, da que pensar.
-Pues nada. Bueno, ¿que te ha parecido la primera prueba? – pregunte al hasta ahora silencioso Edward, mientras me acercaba a su posición.
-No tan mal como imaginaba – rio – Oye, ¿ese vestido tiene que pesar mucho verdad? – susurro cerca de mi oído, provocando de nuevo el estremecimiento en mi cuerpo.
-Un…un poco – susurre ahora yo mientras levantaba mi mirada, en busca de la suya…
-¡Este es el segundo! – grito mi hermana irrumpiendo de nuevo en la sala, haciendo que con ello apartara mi mirada bruscamente de la de Edward.
-Vaya…Es…precioso – balbucee observándola fijamente ahora que estaba quieta, mientras Leah iba retocándola.
Si el primero de los vestidos me había gustado, este, que de por si era más mi estilo, me encantaba, pues esa mezcla de sencillez con el esplendor de la seda de encaje que lo formaba, le daban el toque justo de elegancia, además de marcar perfectamente su esplendida figura, gracias al corte sirena del vestido.
-Y a ti Edward, ¿te gusta? – preguntó mi hermana mientras se giraba sobre si misma, esta vez, con mucha más facilidad.
-Yo no entiendo mucho de modas de novia pero… te ves esplendida – respondió, ganándose una amplia sonrisa por la parte de mi hermana.
-Este me gusta, es más sencillo que el anterior y tiene un toque como de antiguo pero… me gusta – decía mientras se contemplaba a si misma frente al espejo – Además, me hace un cuerpazo que no veas ¿eh? - ¡Viva la humildad!...
-Eso es lo único bueno que tiene el vestido…
-¡Mama! – grite. Sabía que algo diría, su cara de seriedad desde que habían entrado en la habitación me lo decía.
-Es muy sencillo, es bonito no voy a negarlo, pero ese vestido es más… - dudo sin dejar de mover sus manos - …para otra persona – concluyo finalmente.
-Ya, otra persona – no se porque, pero me imaginaba quien era esa otra persona.
-Bella es la verdad, alguien como por ejemplo…tu, quedaría perfecta dentro de ese vestido, alguien como Rosalie, necesita…
-Más vanidad – remate ganándome con ello la mirada inquisidora de Renee.
-Llámalo como quieres Bella, pero estarás conmigo en que tu hermana tiene los dotes suficientes para destacar ese día, ¿a que si Edward? – pregunto sonriente al susodicho.
-Bueno yo…, como ya he dicho, no entiendo mucho de esto pero… - decía Edward mientras nos miraba a mi madre y a mí - Creo que cualquier novia se ve impresionante el día de su boda, aún llevando una sabana enrollada en el cuerpo se ve radiante – concluyo bajo la sonrisa falsa de mi madre.
-Déjalo Edward – hable apartando la mirada de Renee, la cual no dejaba de hacer muecas con su boca. Siempre que se ponía nerviosa lo hacía impulsivamente - Mi madre no entiende que ese día importa más lo que se refleje en los ojos que lo que luzcas – sentencie mientras mi hermana y Leah permanecían ajenas a la conversación y continuaban hablando sobre el vestido que esta llevaba.
Bien por ellas, intentar hacer entrar en razón a mi madre en este momento, era algo perdido.
-Te recuerdo Bella que te dije lo mismo hace tres años cuando eres tu la que estaba en la situación de Rosalie – llamó mi atención mi madre. No podía callárselo.
-Si, y recuerdo que dijiste que no te gustaba nada mi vestido – hable mirando al aire. Aún dolía recordar todo aquello.
-Te dije que no sacaba todos tus encantos – ya, entre otras cosas - Edward, tenías que haber visto ese vestido – siguió hablando mientras se acercaba a él – era sosísimo – suspire – Si me hiciera más caso en los consejos que le doy, seguro que todo le iría mejor – dijo regalándole otro sonrisa…
¿Qué pretendía decir con eso?, ¿que quizás si mi vestido hubiera sido otro hoy día estaría casada?, ósea se, ¿que fue mi culpa que él se fuera?
-Bueno – irrumpió Edward, haciendo que con ello me evitara el tener que responderla – Si Bella hubiera utilizado ese vestido, hoy…yo no estaría aquí, así que me alegro por ello – finalizo guiñándome el ojo y regalándome otra de sus sonrisas.
¿De verdad que este chico es humano?
-Eso es cierto, hoy no te tendríamos aquí – contesto mi madre, volviendo a agarrar su brazo de la misma forma que horas antes en la cocina – De todas formas yo sigo en lo mío, ese vestido no termina de convencerme – ni caso.
-¡Vale ya esta bien! – grito mi hermana girándose hacia nosotros - La que se casa soy yo, así que yo misma decidiré cual de los vestidos es el más oportuno para mi – nos dijo mirándonos a mi madre y a mi. Por lo visto, no había estado tan ajena a la conversación – Y por lo pronto aún queda un tercero antes de decidir nada – concluyo caminando hacía la puerta, seguida de una cabizbaja Leah.
Mi hermana podía tener muchas cosas, pero si algo no le hacia gracia eran los numeritos como el de segundos atrás.
-Voy…voy a ayudarlas – dijo Renee, antes de seguirlas.
-Corre – susurre viéndola marcharse – ¡Pufff!, es insoportable cuando se pone así – dije en voz alta parándome delante del espejo.
-Tu tampoco le das mucha tregua – respondió Edward andando hacia mi.
-Me pone nerviosa…no, no se como lo hace, pero por mas que lo intento, no puedo callarme – hable mirándolo a través del espejo mientras él se colocaba a varios centímetros detrás de mi espalda – Siento el pequeño espectáculo – sonrió – Y gracias por eso que has dicho.
-¿Qué he dicho? – pregunto mirando fijamente mi reflejo en el espejo.
-Eso de que si me hubiera casado… Olvídalo – agache la cabeza ante su mirada.
-Te dije que te ayudaría, y eso hago – dijo llamando nuevamente mi atención hacía su mirada.
-Pues gracias – negó sin dejar de sonreír – Y siento que tengas que soportar el toqueteo de mi madre, no se que le pasa pero estoy segura que si pudiera se lanzaba a tus brazos – dije recordando todos los bochornosos gestos de mi madre hacia él. Gestos que a él parecían causarle gracia, ya que comenzó a reír sonoramente.
-Bella… - sonó risueño – Dudo mucho que tu madre…., quisiera algo conmigo – volvió a negar.
-Bueno, yo de ti me andaba con ojo – le aconseje. A saber en que medida le estaba afectando la menopausia a Renee.
-No… Tu madre esta halagada de que alguien la mire, nada más – dijo ya algo mas serio – Por el brillo de sus ojos y por lo que vi anoche con tu padre, creo que no me equivoco al afirmar, que hacía mucho que nadie la miraba. Si te das cuenta a tu futuro cuñado, lo trata igual que a mi cada vez que este le dice algo.
-Eres muy observador.
-Digamos… que he visto esa mirada antes, por mi trabajo – aclaró rápidamente – Me he relacionado con muchas mujeres – me estremecí ante sus últimas palabras.
¿Con cuantas mujeres habrá estado?... Te lo ha dicho Bella, muchas, no olvides que no has contratado precisamente a un actor…
-Ya – susurre volviendo a desviar mi mirada de sus penetrantes ojos verdes.
-¿Crees que tres serán suficientes vestidos para tu hermana? – pregunto llamando nuevamente mi atención.
-Espero que sí, si no la veo casándose con una toalla – reí – Pero da lo mismo, se ponga lo que se ponga se verá guapísima, no necesita nada para realzarse más – susurre cabizbaja.
-En eso os parecéis – respondió.
-No…para nada – conteste volviendo a mirar su reflejo ante el espejo.
Conmigo no hacía falta que jugara al papel de las alabanzas, tenía muy claro que entre Rose y yo, pocas similitudes existían.
-Tenéis un serio problema las mujeres – susurro mientas acortaba los escasos centímetros que separaban mi espalda de su cuerpo.
-¿Si?...sorpréndeme – pedí nerviosa ante su pronta cercanía.
-Pensáis que la belleza radica en dos adjetivos, ser rubia y tener ojos azules – dijo mientras sentía como su cuerpo comenzaba a rozar el mío… Malo Bella, eso es muy malo para ti y tu salud mental… - Vosotras mismas os reducís el círculo – susurro en mi oído, haciendo que su aliento rozara todo mi cuello, igual que hacia su torso con mi espalda.
-No…no solo es porque…porque sea rubia – balbucee, cada vez me estaba poniendo más nerviosa - ¡Joder mírala! – grite por puro nervio - mira sus pechos, sus curvas, sus piernas, su trasero – calle ante su sonrisa ladeada. Que buscaba este chico ¿matarme? - ¿Qué?.... – pregunte ante su silencio.
-Nada – respondió tras examinar el reflejo de mi cuerpo de abajo a arriba.
-¡Dilo! – proteste, pero nada, él seguía examinándome con su mirada, aumentando aún mas mi nerviosismo – dilo – susurre.
-Mírate – susurro ahora él, antes de llevar sus manos a las mías, gesto que me hizo tragar en seco a la vez que comencé a sentir un ligero temblor en mis rodillas – Fíjate bien en la imagen que ves – siguió hablando mientras sus dedos comenzaron a subir por mis brazos, erizando mi piel a su paso.
-Eso hago – murmure. Mentira Bella, lo estas mirando a él.
-¿Que ves? – pregunto una vez que sus manos llegaron a mis hombros.
-Pues… a una chica normal – conteste de forma aturullada mientras sus dedos dejaban atrás la piel de mis hombros, y se concentraban en apartar el pelo de mi cuello.
-¿Y no ves la belleza que yo veo? – acarició mi cuello – Las suaves líneas de tu rostro – susurro llevando dos de sus dedos hasta mi mentón – Tus preciosos ojos castaños – de nuevo, bajo sus dedos hasta llegar al hueso de mi clavícula.
-No... no hace falta que… - callé tragando mi propia saliva, pues el pulso en mi garganta apenas me permitía hablar.
No era para menos, su repentina cercanía, el roce tan exquisito de sus dedos sobre mi piel, o el ligero peso de su cuerpo sobre mi espalda, no ayudaban a que mi respiración se aligerara.
Es un sueño Bella, una imaginación de las tuyas, este hombre no puede estar tan pegado a tu cuerpo, no puede estar mirándote de esa forma y menos decirte esas cosas mientras sus dedos se pasean libremente por tu cuello.
No…definitivamente es sueño.
-Abre los ojos – volvió a susurrar, haciendo que sus palabras fueran estímulos directos a mi cuerpo – No te niegues a lo que te estoy diciendo y solo mírate - cerré los ojos nuevamente por impulso ante la sensación que me provocaba escucharle - Concéntrate en mis palabras, mientras te miras a ti misma – que me concentre dice, como puedo concentrarme, si aún no se como mis piernas están aguantado el peso de mi cuerpo…
No, mientras el siguiera tocándome, hablándome y mirándome de esa manera, concentrarme es imposible…
-¿De verdad crees…que necesitas compararte con alguien? – volvió a susurrar, su hipnotizante voz – Deja de engañarte a ti misma – decía mientras sus dedos descendían lentamente por mi cuello – No necesitas compararte con nadie… - sentí sus labios rozando mi oído…
Y entonces todo dejo de tener sentido, si es que alguna vez, desde que lo había conocido, lo había tenido. Deje de pensar, deje mis preguntas e hice a un lado mis estúpidos pensamientos, simplemente me limite a hacer lo él pedía.
Me contemple a mi misma. Mi cara totalmente aturdida por su hipnotizante voz, voz que no dejaba de repetirme una y otra vez que me relajara, que dejara de engañarme, que la mujer que tenia delante de mis ojos era igual de bella que cualquier otra con la que se comparara. Una mujer capaz de llamar la atención de cualquier hombre, de cortar la respiración de estos a su paso.
Seguí estática, sin apenas moverme mientras sus manos continuaron recorriéndome a sus anchas. Me sentía como un muñeco entre sus dedos, un muñeco que hacía todo lo que sus palabras decían, palabras que se repetían una y otra vez en mi mente.
“No necesitas compararte con nadie”, repetía una y otra vez a medida que una de sus manos dejaba atrás mi brazo para asentarse en mi cintura. La otra, seguía perdida delineando el hueso de mi clavícula, así hasta aferrarse en uno de mis, cada vez más, relajados hombros.
No se en que momento la tensión se alejo de mi cuerpo, dando paso a la distensión. Quizás fuera el sonido susurrante de su voz, o quizás, las múltiples e incesantes descargas eléctricas que el toque de sus dedos iban provocando por mi cuerpo. Fuera lo que fuera, ahora mismo no deseaba estar en otro lugar. Ahora mismo solo deseaba estar así, con él, un desconocido para mi si, pero no para mi cuerpo, pues este reaccionaba como si lo conociera de toda la vida.
Un ligero cosquilleo se asentó en mi estomago cuando su mano comenzó a descender por mi cadera. Ya ni siquiera era capaz de entender lo que decía, seguía oyéndolo, pero ya no lo atendía. Hacía tanto que nadie me tocaba de esa forma, quizás nunca nadie me había tocado así, y si lo habían echo, las sensaciones no podían compararse en absoluto.
Tuve que morderme el labio para no gemir, justo en el instante en el que su mano comenzó a descender por mi pierna. Nuestro reflejo en el espejo me daba una perfecta visión de sus dedos resbalando por la tela negra de mi vestido, agarrándose ligeramente a ella a medida que continuaba bajando. Y entonces mi respiración comenzó nuevamente a agitarse, justo cuando sus dedos se colaron por el interior de mi falda.
Si Edward seguía hablando o no, yo ya no lo escuchaba, pues solo oía los repliques incesantes de mi corazón, el cual estaba como loco dentro de mi pecho mientras los estragos de mi cuerpo, seguían aumentando ante su roce.
Primero ese ligero cosquilleo, sustituido ya por un sofocante ardor, ardor que estaba consiguiendo secar hasta mi garganta, la cual seguía sin pronunciar ni una sola palabra. Después, siguieron las ganas de más, el deseo de no despertar de esta clara alucinación, alucinación en la que él no parara con el movimiento de sus manos sobre mí, alucinación…
-Vale, vale, vale…Aquí vuelve la no…vi…a…. Perdón – alucinación que desvaneció de igual forma que empezó, pues la inoportuna voz de mi hermana, mato de golpe todo el deseo que habitaba en mi cuerpo.
Y entonces, volví del mundo en el que me había sumergido… Ese en el que yo era la única que estaba frente al espejo, mientras Edward, permanecía alejado de mi cuerpo.
¿Por qué?... ¿porque a tenido que entrar Rosalie justo en este momento?... que me importa a mi su vestido, yo solo quería seguir siendo feliz, solo quería seguir sintiendo las manos de Edward sobre mi, pues…alucinación o no, las sensaciones habían sido igual de fuertes.
-Bueno… ¿Qué os parece? – pregunto mi hermana, posando ante nosotros.
¿Qué le dices a tu hermana en un momento como este?, ¿que estas muy guapa pero que podrías haber esperado unos minutos más para entrar?, no, decir eso seria como afirmar en voz alta que estas completamente loca.
-Es el que más me gusta – dije aturdida, pues ni siquiera era capaz de fijarme en ella.
-Estoy de acuerdo con tu – hablo Edward como si nada.
¿Cómo podía estar tan tranquilo?, yo aquí, bloqueada totalmente por lo que acaba de pasar y él…tan tranquilo…
Pues porque te estas volviendo loca Bella, no hay más, mira a este chico, ¿de verdad crees, que un hombre así, ha hecho lo que crees que ha hecho?... Y entonces cometí mi mayor error del día, volver a mirarle….Madre mía…
-Pienso exactamente igual cariño, si hay un vestido apropiado para ti, ese si duda alguna es ese que llevas – afirmo mi madre, con sus visibles lagrimas, humedeciendo sus ojos.
-¿De verdad… os gusta? – pregunto Rose, visiblemente emocionada.
Rose, siento no poder ayudarte en este momento, pero ahora mismo mi mente es incapaz de pensar con claridad.
-Yo creo, que la elección es clara ¿verdad? – volvió a susurrarme Edward.
Tercera nota mental del día, pedirle a Edward que hablara en voz alta, hasta yo puedo enseñarle…no, mejor no, que luego mi mente le da por soñar y…no…
-Si – susurre…
-Entonces creo que tenemos ya vestido – grito mi hermana, mientras intentaba girase sobre si misma.
-Buenas tar…des…
Y si creía que el día de hoy había sido movidito, claramente, estaba equivocada…
-¿Bella? – pregunto la única voz capaz de hacerme olvidar todo lo sucedido durante el día de hoy, la única, que seguía aún clavada en mis recuerdos.
-¿Jasper?...
James, James, James…, y eso que os dije que el ex es el padrino, porque es el mejor amigo de Emmett… ¡Ay!!!XD
Bueno, no se como abra quedado porque no me convence mucho :-S, a ver si en el próximo, la cosa sale mejor….Besos!!!
6 Sonrisas:
OMG!!!!!!!!!, que super capi. no importa cuanto demores en actualizar la espera siempre supera vale la pena y el resultado supera las espectativas. Por fin le vimos la cara al ex, era quien menos esperaba, este fic promete. Esta genial. Besos desde argentina con amor.
Mi Almu no se como puedes decir que no te convece mucho si ha sido un pedazo de capitulo!!!! aunque la autocritica no ayuda es la peor!! asi es que te pido que te me relajes y lo disfrutes!!! porque es un capitulo lleno de emociones!!!!
Desde que comenzo el dia ... la lladada de Angela, me encanta ese personaje , quiesiera tener una amiga asi, que de vez en cuando me sonsaque! aunque por aqui hay varias asi XD.
La platica del significado del Amor!! a Bella le va a costar trabajo que Edward se abra con ella , la tiene dificil ... y se ve que el joven hace muy bien su chamba! y tiene su experiencia, como dicen por aqui .. cuando Bella va , El ya fue y vino XD
Almu!!! los vestidos de novia que escogiste me encantaron van muy de acuerdo con la personalidad de Rosalie!!!!!!! y el ultimo me gustooooo!!!!!! muy bien!! escogido!!
Renne la mato XD como puede llegar a ser tan insoportable e insensible .. mira que recordarle a cada rato la boda fallida de mi Bella ... a quien no sacaria de sus casillas .. entiendo la reaccion de Bella ... y super Edward al rescate!!! decir que si hubiera casado en estos momentos no estaria con ella!!!!!
Y ese experimento que le hizo poniendola en el espejo, subirle esa autoestima que la trae por los suelos!!!! la dejo en un estado de Shock XD... me encanto y creo que funciono!! si te digo que hace muy bien el trabajo este jovenazo!!!!
y ese final!!!!! Jasper!!! el EX!!! lo dejaste en suspenso total !!! te felicito Almu!! y tarde el tiempo que quieras no te preocupes!!
muchas gracias por el cap!!! esta re buena la hsitoria!!! y disfrutalo!!!
cuidate y besitos!!!!
WAAAAAAAAAAAAA
yo qiero q alguien me levante asi la autoestima!!! mas bn qiero q Edward me la levante asi u.u el autoestimaaa eeeehh no otra cosaa!!
me gusto mucho mil el capi, ellos mas lindos hablando del amor y asi aaww coshiiis, q misterioso el edward ese, dioos y angela tiene razon, como no puede dormir con el bella, teniendolo a su disposicion !!!
me dio risa la parte donde dice bella, es mio, pagado si... jajajajaja eso estuvo con ganaas jajaja
miles d saluditos babyeeeeeeeee
meeeee desmayoooooooo... fantasticooooo......
dios santo quiero quiero unoooooooooo asiiiiiiii kiero a un edwar asiiiiiiii dios mio.. maldita sea rosalie k apareciste en el momento menos indicado argggg jajajaja....ay k lindooooo esss .. como dice bella es perfectooooo ay dios bella como pudiste kdarte kieta con ese papacito jumii me lo como jajaj... y mi querida almu... como decis k no t convencio.. buenoo te puedo creer k me pasa ami tratando de escribir disturbia jaja. pero eso nos pasa por ser pefeccionistas jejeej... pero tuuuu mi vida... eres toda una experta.... gracias de verda por escribir.. me he reido en este fic.. con cada cosa k dice angela.. y porque no con bella y sus multiples quejas y ahi comiendose a edwar mentalente... paresco boba mirando el monitor con mi sonrisota de picara kien me viera ehh.. todo lo k haces posible jajajja.. me ha encantadooooooooo me quedo corta... me fascina este fic.. y lamento decirte k yo kiero massssss ajajjaja asi k actualiza pronto :D:D:D:D jajaj... .. no es broma ehh..ajja...ay almu toma tu tiempo no mas no tanto ajajaj .. lo siento pero me encanta jajaj... que tengas muy buena semanita mi almu.. te mando un besazo guapa!
Q llego!!!!!!!!!!
Yo con esta historia me emocionoo!!Es q me encantaa, no sabes cuantoo!!ainss..
Primeroooo..Quiero una angela en mi vida!!Es tremenda!!!!
Segundoo..Un edward para mi solaaa!!ainsss..y q me levante la autoestima como a ella, q la pobre ni sabia dnd estaba ni como se llamabaa!!
Tercero...Me han encantado los vestidoss!!Aunq la vena de novia indecisa..no se yo si la soportaria tan bien como Bella, pero bueno supongo q sera la costumbre y q ya conoce demasiado a su hermana!
Cuarrto!Me parece mal, fatal y mas cosas la actitud de Renee para con Bella..ya es bastante palo q te planten en el altar, como para q t lo recuerden..y como q no la gusto el vestido de su hija..?? :-S Me da penilla..poorsita Bells :-(
Quinto y ultimooo..JASPER!!!!!!!!!!!!!!!!! Ya sabemos la identidad del Ex-prometido!!!!! ainss q pasaraaaaa!!!
Estooiii ansiosaaaaaaaaaaa!!!(me he leido el cap dos veces..y seguro q me lo leo tres) Me ha encantado!! Y estoi superenganchada!!
Gracias por regalarnos estos capis tan geniales!!
Un besazoo!!!!
Soy una tardona!!! :-S, pero da igual, así he tenido excusa para releerlo :-}
Este fic, repito y volveré a repetir, es genial. No se que haces Almu, pero lo leo de principio a fin con una sonrisa en la cara. Y este capítulo esta a la altura claro.....
Lo primero y más importante, es que me parto con Bella jajaja. Tiene unos puntazos impresionantes, y Ángela....otra que tal baila. Normalmente, en otros fics, son las más tranquilitas y más "sosas" digamos, pues en este todo lo contrario, me encantan!!
La pobre Bella va a acabar estallando de tanto estar cerca del cuerpo del deseo jeje, encima es que Edward es un encanto.....la profesión es lo de menos, y lo que guarde (porque yo se que tiene secretitosss ;-D) también. Es el Edward perfecto, y quiero uno para mi sola, asique menos pedir eh!! esto va para todas :-}
Es que claro, nos pones a un Edward que es difícil no querer....que si que guapa estás con el pelo suelto, que si a mi me gustaría escoger cosas para mi boda, que si le sube la autoestima..........vaya escenita!! (tu no me querías subir la autoestima a mi? pues ya sabes......consígueme a mi Edward ;-D)
Los vestidos de Rosalie, muy bonitos todos, el último es el que más me pega para ella jeje. La foto que has puesto de Edward y Bella, genial ;-)
Renee......me gustaba más el otro día :-S. Supongo que tendrá buen fondo.....pero mucho tiene que mejorar como madre, no me ha gustado lo que le ha dicho a Bella.
Y el final.....apoteósico!!! Jasper! Ay, me encantan los fics donde hay cambios en las típicas parejas jejeje
Bueno Almu, que no me enrollo más, ya sabes que me encanta. Es original, es fresco y me transmite algo diferente, ya lo sabes ;-)
Gracias!!! Un besazo
Y tú, ¿nos regalas una sonrisa?