Imprevistos no previstos, y el hecho de haber escrito este capítulo tres veces, ya que las dos anteriores no terminaban de convencerme, no me han dejado actualizar antes… pero aquí esta :-}
Airam, Nuri, Karla, May, Marianna, Erin, Maria, Lau, Miluska, Dana, Muñ3, Al, Virgy, Adry, Ayyys y anónima.... ¡¡Gracias!!
¿Orgullo?, ¿Ego?, ¿Celos?... o simplemente un buen trabajador que no puede dejar mal parada a su clienta, ¿Qué será, será? XD, ya… ya lo iréis viendo, lo único que puedo decir, es que a partir de ahora vienen curvas… :-}
Por cierto, el teléfono de Edward esta en el capítulo tres, para la que quiera una ducha con él ;-). Y Erin, llámame como quieras mujer, no te preocupes. Por cierto Dana… una mezcla de todo, es que en mis 17 años… he corrido mucho mundo :-}.
Lo dicho… si con el anterior se os quedo esas caras… mejor me callo ;-)
Por cierto una pequeña puntualización. Sabéis que bajo el titulo del capítulo, suelo escribir los días que faltan para la boda, para que os vayáis ubicando y eso, pues por alguna razón, me comí un día durante los primeros capítulos, y cuando fui a escribir este, me di cuenta de que no faltaban cinco días para la boda, sino seis, pues si el día en el que sucede el siguiente capítulo, es lunes, y la boda es domingo… seis, y yo me equivoque, pero ya esta rectificado, ahora tenéis un día más :-}.
Y ahora si…
Capítulo 17 – Castigos de dios
“Seis días antes de la boda…”
Oscar Wilde dijo una vez, que la mejor manera de librarse de la tentación, es cayendo en ella… Lo que no dijo, es que esa tentación siempre tiene letra pequeña, en mi caso, una que me iba a arruinar de por vida.
Ahora entiendo el porque existen mujeres que prefieren hacerse monjas, no es que estén locas, no, simplemente son inteligentes… huyen del pecado, de ese del que nos previenen desde que somos niñas, porque, aunque nos intentaran engañar con el cuento de que la mujer es mala desde el principio de la historia, pues esta fue la que obligo a Adam a comerse la manzana prohibida, no nos engañemos, fue la serpiente la que primero tentó a Eva, y esa serpiente, era varón… claramente lo era.
Caer en la tentación a Eva le costo ser repudiada de por vida, a mi, caer en ella me iba a costar no poder ser nunca propietaria de una casa, que digo de una casa… de ningún bien.
Solo había que echarle cuentas al asunto, si por un polvo en la oscuridad de un almacén, a medio vestir, y dos simples orgasmos, la cuota era de mil quinientos dólares, el de anoche…, el de anoche vale los dos mil quinientos…, sin duda alguna los vale…
Cuatro mil dólares… mis ahorros de un año… en dos simples noches, y no completas ojo… gracias a dios… la lucidez rego mi cerebro sino… a saber de que cantidad estaríamos hablando ahora…
Gracias a dios… ¡y una mierda!, este es un castigo suyo, dios me castigo con la mismísima tentación andante por no tener la valentía de haber venido sola hasta Seattle. Y luego dicen que dios no castiga, no… el simplemente te tienta, luego eres tu la que en función de tus actos, te castigas o no, y así dios consigue liberar su cargo de conciencia, pasándote el muerto a ti.
Y para colmo de males, con esta iban siendo dos las noches que no conseguía dormir, por lo que la palidez de mi rostro en conjunto con los surcos negros y profundos que yacían bajo mis ojos, bien podían hacer que la gente me confundiera con un fantasma.
Con lo bien que vivía yo con mi celibato, nadie protestaba, nadie decía nada, y por supuesto, nadie me cobraba un plus por mantenerlo.
-¡Bella! Tu prima Alice esta en la cocina esperándote – grito Renee desde el pasillo.
-Bajo en un minuto – respondí por inercia, sin dejar de contemplar mi imagen ante el espejo.
Y entonces lo vi. Escondido tras los tirantes del vestido anudados en mi cuello, justo a la altura del hueco de éste, yacía un pequeño surco color morado, del tamaño equivalente a una moneda. A una moneda un poco más grande de lo normal.
¡Estoy marcada!, grite mientras mis ojos se abrían como platos y la mano que no apartaba el trozo de tela, se restregaba sobre el moratón de mi cuello, moratón que por momentos adquiría un color más violáceo.
¿Esto también es cosa tuya señor?, ¿tienes que marcarme cual adultera con tu letra escarlata para recordarme mis vicios? Ya se que tu predicas que el sexo es malo, y más, aquel que se consigue a través del dinero pero… ¿no es suficiente con mi cargo de conciencia, que tienes que marcarme cual animal antes de entrar al matadero?
Esto es una señal, ya no iré al cielo, llegare a las puertas, verán mi marca y me mandaran de una patada al purgatorio hasta que me arrepienta de todos mis pecados. Con suerte puede que con los siglos me permitan volver a subir hasta allí arriba, pero nada de atravesar la gran puerta, como mucho me permitirán barrer la entrada, a ver si con el tiempo consigo reunir el dinero suficiente para pagar mi deuda con el mismísimo pecado andante.
¿Por qué pagareis verdad?, pregunte mirando al techo, provocando con ello que un ligero mareo, nublara mi mente.
Eso es que no Bella… Me lo imaginaba.
El chupetón en mi cuello no fue el único recuerdo de mi noche productiva, junto a este, un fuerte tirón asentado en mi ingle derecha, el cual convertía el simple hecho de cruzar las piernas en toda una misión de riesgo, me imposibilitaba la simple acción de bajar del coche, sin llamar la atención de mi prima por mis quejas.
-Es que me duele… - respondí ante la mirada inquisitoria de Alice – Ya sabes…, llevaba mucho tiempo sin hacer deporte – sisee sin dejar de apretar mi muslo con la palma de mi mano.
-Ya veo… - susurro dedicándome una mirada escéptica - El agua con azúcar va bien para las agujetas – continuo intentando ocultar una sonrisa – Pero si lo que tienes es un tirón ya no… - callo sus palabras con una tímida sonrisa.
Eso es, tú también puedes reírte de mí, todos pueden hacerlo, eso si, puede que empiece a cobrar por hacerlo, a ver si con esas consigo reunir algo de dinero.
-Hola, buenos días – saludo la risueña de mi prima Alice, apenas entrabamos a la tienda de Leah.
O lo que es lo mismo, al infierno de las telas. Porque solo a mi hermana podía ocurrírsele la estúpida idea de tener damas de honor, y no contenta con ello, de vestirnos a todas iguales, como si eso fuera tan fácil.
-Buenos días – respondió esta, cordialmente, eso si, no falto su indiferente mirada hacía mi.
¿A esta también la vas a castigar señor?... porque deberías…
-Alice ella es Leah Clearwater, la encargada de confeccionar el vestido de Rosalie…
-Y los vuestros – añadió la susodicha.
-Si… los nuestros también – afirme tras sus palabras, cosa que no habría echo falta si me hubiera dejado terminar la frase…
Respira Bella, apenas acaba de comenzar el día.
-Encantada – matizó mi prima, brindándole una gran sonrisa.
-Igualmente – sonrió la borde, sonrisa que murió una vez volvió a mirarme - Bueno, ¿queréis tomar algo? – negamos a la vez. Si claro, para que me echara algo en la bebida, no, mejor me quedo sin beber - Entonces, ¿pasamos a verlos?
-Todavía falta alguien más – añadió Alice, recordándome el tormento que me tocaba por vivir.
-Cierto, Rose me comento que seriáis tres.
-Si… hay otra más… muy a mi pesar – susurre para mí, pero como no, Alice me escucho.
-Bella, Jessica no es tan mala, si la conoces bien, hasta le puedes ver buen fondo…
-Buen fondo… ¿A Jessica?
¿Jessica Stanley?... ¿aquella que sueña todas las noches con ser el centro del universo?... ¿Aquella que jugaba en mi casa a ponerse los vestidos de Renee, y farfullaba con casarse con un millonario que la mantuviera?... ¿La que se burlaba del mal ajeno de los demás?... No estamos hablando de la misma Jessica entonces. La que yo conozco tiene muchas cualidades, pocas de ellas buenas, pocas no, ninguna.
-Si, vale que no es cien por cien de mi agrado pero…
-Alice… Tu opinión no cuenta… todo el mundo te cae bien, no eres objetiva.
-Si lo soy – contradijo sacándome la lengua - De todas formas la que se casa es Rosalie, y nos guste o no, Jessica siempre ha sido amiga suya, además de su único apoyo durante estos años… Así que, ¿de que me sirve que me caiga mal?
-Te he pillado Alice… - vociferé - No lo has admitido abiertamente pero lo has dicho.
-Shusss, baja la voz. Esta bien Jessica es un poco…
-Insoportable – dije por ella.
-Si – suspiro - pero te digo una cosa, ante los ojos de tu hermana lo negare.
-¡Ah! eres una falsa…
Y entonces, la voz chillona de la susodicha, irrumpió cual vendaval en la tienda, aturdiéndonos con su fragancia.
-¡Siento el retraso chicas!, pero no os hacéis una idea del día que llevo…
Para días, el que me espera a mi…
-Oh por favor… ¡Bella!, ¡como estas querida?… - dramatizo, tirándose literalmente a mi brazos - ¡Te veo esplendida!… - chillo, enseñándome su perfecta dentadura - ¡Alice! – grito tirándose también a sus brazos - cuantos años sin vernos. Estas… ¡preciosa!… Dios mío, cuanto habéis cambiado… que envidia por favor… - decía “emocionada”, sin dejar de mirarnos a ambas.
Por favor…
-Tu también… estas genial – vocalizo Alice, con una amplia, y fingida sonrisa.
Para que luego me niegue que no…
-¡Oh! Bobadas… - respondió la aludida agitando sus pestañas al compas del movimiento de una de sus manos - vosotras si que estáis genial. Sobre todo tu Bella – me señalo - No me malinterpretes Alice, tu estas fantástica, como siempre, pero tu Bella, ¡mírate! – chillo provocando que el tintineo de su voz retumbara en mis tímpanos - ¡Si hasta llevas tacones!
-¡Quien lo diría de mi verdad! – grite fingiendo emoción.
¡Ah!, que asco, acabo de parecerme a mi madre…
-Tienes que decirme que has hecho para estar así de esplendida. Te juro que no esperaba verte tan…
Señor… ¿porque me castigas así?… porque con los miles de pecadores que hay por el mundo… fuiste a fijarte en mi… es por lo de Edward ¿verdad?, me estas castigando por ser incapaz de reprimirme ante él ¿cierto?…
-¡Ay!, ¿y estáis tan emocionadas como yo? – Dios… ¿es que nadie puede callarla? - tu hermana se casa Bella, ¡tu hermana! – si, eso dicen - ¡Dios!, ¡si tiene mi edad y ya se casa!… debes de estar totalmente emocionada…
Dios mío… dios mío…
-Si… mucho – tanto que estaba a punto de echarme a llorar.
-Te entiendo, lo estoy yo y no es mi hermana, ¡imagínate tú! – se echo a reír de forma poseída, mientras mis ojos vagaban hasta los de Alice, en los cuales podía reflejarse cierto atisbo de terror - Por cierto, ¿que tenéis pensado para la despedida de soltera?, tiene que ser algo grandioso…
Lanzamiento espacial de cohetes humanos… ¿Hay algo más grande que eso?
-Jessica cielo, toma, bebe un poco de agua, vas a quedarte seca – le interrumpió Alice, mientras yo me llevaba las manos al foco de mi incipiente dolor de cabeza.
-Uy si, gracias… Mmmm llevo una mañana – ni bebiendo agua se callaba.
-Si, si, nos lo imaginamos… Haber si se atraganta – susurre para mi, pero de nuevo mi prima volvió a escucharme, y lejos de mirarme nuevamente de manera inquisitoria, se echo a reír…
-Ah… Y bueno, ¿que idea lleváis para los vestidos? ¡No es genial!, las tres juntas acompañando a Rosalie en este día tan especial… Quien lo iba a decir…
-¿Pasamos a ver los vestidos?
-Si por favor… - suplique ante las palabras de Leah, las cuales se convirtieron en música celestial para mis martirizados oídos.
-¡Ah!, me he traído la cámara de fotos.
-¿No son muchos vestidos verdad? – pregunte buscando con la mirada a Leah, la cual me sonrió piadosamente.
Piedad, justo eso era lo que necesitaba para aguantar a Jessica, un gran saco de piedad junto a un bote de analgésicos.
-Veamos… - comenzó a hablar Leah, abriendo el álbum de fotos, mientras nosotras terminábamos de tomar asiento - Rose estuvo aquí el otro día, y señalamos los posibles vestidos, en función un poco también al color de la decoración.
-¿Cuáles son esos colores? – pregunto Alice.
-Un segundo, Rose me paso una muestra de lo que tu escogiste…. Aquí esta…
-¡Arg!… que colores más… - comenzó a hablar la del buen fondo, ganándose con ello una mala mirada por mi parte - Bueno… es que a mi… estos colores no me gustan.
Y a mi no me gustas tu y mira… aquí estamos…
-Son la ultima tendencia este año – hablo Leah. Vaya, ya me caes mejor - Y bueno, en base a estos colores, Rose y yo descartemos que vistierais de color rojo, así que estos vestidos, quedan fuera – añadió antes de enseñarnos las fotos a las que se refería.
-¿Por qué?, si son muy bonitos – expreso la de la voz nasal.
-Pues porque la idea de Rose, es que tanto el novio como su padrino y vuestros acompañantes, luzcan una corbata a juego con vuestros trajes, y tu hermana no ve a Emmett con una corbata roja.
-Sería gracioso ver al grandullón así – rio Alice, haciéndome reír a mi también.
-¿Que ridiculez es esa de combinar nuestros trajes con los de ellos?
La misma ridiculez de que tú seas una de las damas de honor. Así es el mundo…, esta lleno de ridiculeces.
-Es algo muy común que los acompañantes lleven algo a juego con las damas de honor – intente hacerle entender, aunque sabía que eso era algo imposible.
-Pues a mi me parece una absurdez, ya de paso, deberíamos controlar los vestidos de todos los invitados.
-Si yo fuera la que me casara, créeme que lo haría – dijo Alice en tono guasón, causando las risas de todas, incluidas las de Jessica.
-Te creemos – añadí entre risas.
-Vale, otro color casi descartado, es el de estos vestidos, que a mi personalmente me gustan mucho pero… son muy parecidos a los manteles y quizás…
-Yo no pienso ir vestida igual que las mesas – vocifero la del complejo de superioridad - solo me faltaba que creyeran que mi vestido es un trozo de retal.
-Dudo mucho que lleguen a pensar eso – le contradijo Leah, claramente ofendida.
-Es idea mía, ¿o Jessica acabara comiéndose ese libro? – inquirió Alice en susurros, para que solo yo la escuchara.
-No… ¿Cómo puedes tener esas ideas? – añadí yo, haciendo que juntas riéramos.
-¿De que os reis? – pregunto con cierto deje de ofendida la futura come libros –No os gustarán estos vestidos ¿verdad? – reclamo altiva…
-Bueno… lo cierto es que no son feos, y tampoco tendrían porque quedar tan mal – expreso Alice.
-Pues a mi no… - protesto Jessica, haciendo con ello que mi prima endureciera el ceño.
Se va a comer el libro… Si o si, Jessica hoy acaba comiéndoselo.
-De todas formas estos están descartados ya por Rose. Así que las ideas son estas… Algo oscuro o gris…
-No… y no – recalco Jessica, apartando las fotos de mala manera.
Leah suspiro ante su gesto.
-A mi personalmente, me gusta mucho este gris perla – dijo Leah, alejando las fotos de las manos de Jessica.
-Pues a mi no me gustan nada – volvió a repetir ésta, con cierto deje de asco.
Y luego a mi me llaman mala hermana…
-Son muy elegantes – susurre fijando mi atención en la fotografía, en un intento de ignorar la cara de arpía que tenía frente a mi.
-Y el drapeado del pecho lo realza bastante – añadió mi prima.
-Si pero en mi caso, yo tengo mucho pecho… Voy a parecer un tren desbocado con algo así – tu parecerías un tren desbocado, vistieras lo que vistieras.
-Bueno, se podría arreglar el escote… dar un poco más de tela, colocar unos tirantes… – reacciono Leah, en un intento de ser nuevamente cordial.
-No me convence – Ante su sentencia mire a la silenciosa Alice, la cual permanecía con los ojos cerrados, mientras exhalaba el aire contenido en sus pulmones.
Afirmativo, si Leah no terminaba estampándole el álbum a Jessica en la cara, lo haría Alice.
-Enséñanos los siguientes, por favor – suspire.
-De acuerdo. Estos son algo más suave, pero en mi opinión, bastante acordes con la decoración…
-¡A ver! – grito Jessica, apoderándose de las fotografías - Mmmm, palabra de honor, no – sentencio tirando hacía la mesa la primera de ellas -¡Arg!… que color más apagado… fuera este también – volvió a repetir el gesto ante nuestra perpleja mirada – Y esto, por favor, vamos a parecer aceitunas con esto. No, no y no…
-Te puedo asegurar, que si vistes un traje mío, lo último que parecerás será una aceituna – la encaró Leah, apartando nuevamente las fotografías del alcance de la arpía.
Por el rabillo del ojo pude ver como Alice colocaba los ojos en blanco, y negaba varías veces con la cabeza.
-¿Puedo verlas? – pidió Alice. Leah no dudo un instante en pasárselas - ¿Apagados? – pregunto mostrando la fotografía al aire, encarando a Jessica – en absoluto – pronuncio seria, dejando la primera de las fotografías sobre la mesa – Palabra de honor… son todos, así que me temo que tendrás que guardar el wonderbra en casa. Y estos – alzo nuevamente el brazo, enseñando los vestidos verdes – Ni siquiera tu… podrías parecer una aceituna con ellos – remato entre risas nerviosas, ante la atenta mirada de una, cada vez más, molesta Leah.
¿Donde estaban las buenas formas de mi prima?
-¿No me digas que te gustan esos color verde? – por favor, es que esta tía no podía callarse nunca.
-Si – sentencio Alice.
-Que quieres ¿que nos confundan con arboles?, bastante tengo con tener que soportar la ridícula idea de celebrar la boda al aire libre, para que encima los mosquitos me confundan con alimento.
-Los mosquitos no…
-Déjala Bella, ella es feliz – me susurro mi prima.
-Además los escotes… es que no… ¿No tienes algo con otra forma? – reclamo a Leah, la cual volvió a suspirar varías veces antes de hablar.
¿Veis?... Dios siempre te castiga con una buena tentación delante de tus narices… En mi caso, la mía era mucho más agradable… Muchísimo más.
-Vale… ¿que pega les pones a estos?
-¿Ves Lidia?... ya nos vamos entendiendo, estos si realzarían mis pechos.
-Es…. Déjalo - callo la del nombre cambiado, endureciendo cada vez más la expresión de su rostro.
-¿Puedo verlos? – pidió Alice nuevamente - Fuera, estos no me gustan, a ti tampoco ¿verdad Bella? – pregunto mi prima, con una sonrisa inocente.
-Eh pues…
-No, no te gustan – respondió por mí.
-¿Como que no?, si son preciosos…
-Si, pero no nos gustan. Nosotras es que tenemos poco pecho y claro…
-Entiendo – respondió Leah, intentando ocultar una sonrisa mientras pasaba las hojas.
-Vale mirar, vamos a hacer algo, enséñanos todo lo que haya, y ya después, entramos en guerras por colores, escotes, o parentescos con plantas, alimentos, o muebles ¿os parece bien? – intervení de manera prudente, intentando apaciguar el cargado ambiente.
Si seguíamos por este camino, al final Rosalie no tendría damas de honor, y no porque no quisiéramos serlo precisamente…
-De acuerdo, os voy a enseñar la opción que más le gusto a Rose – dijo Leah, mientras buscaba las fotografías.
-Espero que sean mejores que lo visto.
-Oye, ¿y esos vestidos que buscan podrían tener una mordaza a juego? – pregunte exasperada ya por la situación.
-No, pero, las podría hacer junto a las corbatas – sonrió Leah. No si al final… nos acabaríamos llevando bien después de todo – Estos son unos…
-Uy… ese azul oscuro es precioso.
-Si, quedaría genial en la piel de Bella – remarco Leah, matando de golpe la sonrisa de Jessica – Y otra opción sería que vosotras llevarais este…
-Mira Jessica, no es palabra de honor, este tiene que gustarte – la pincho Alice, mientras la susodicha hacía muecas raras con sus labios.
-Y tu Bella, este…
-Es muy bonito – susurre contemplando la imagen.
-Como veis, ese azul, contrastaría genial con el color chocolate de los manteles.
-¿Qué te parecen Bella? – pregunto mi prima.
-El color me gusta… y los vestidos son preciosos.
-¿Y porque Bella tendría que llevar ese?, a mi me gusta más ese – pronuncio Jessica, mientras mi mandíbula se desencajara…
Como podía ser tan…
-Ese es palabra de honor… Según tu no puedes llevar un palabra de honor – recalco Alice, duramente.
-Pero es distinto – sentencio la envidiosa.
-¿Distinto?... ¿que tiene de distinto?
-Alice no me hables así, no es culpa mía que quiera que la boda de mi mejor amiga sea perfecta.
-¿Y llevando tu ese vestido será perfecta?
-Pues mira sí.
-Vale, ya esta bien – grite - Si hay alguien aquí encargada de organizar la boda de Rose, esa soy yo, por tanto, yo soy la primera interesada en que todo salga a la perfección… Leah, tómanos medidas para estos vestidos – suspire dejándome caer derrotada sobre el respaldo de la silla.
-No me parece que…
-Leah… por favor… - repetí…
Ya iba siendo hora de ponerme en mi lugar…
Cuatro horas más tarde, una toma de medidas que termino por hacernos a todas aborrecer mucho más a Jessica, una comida entre risas recordando viejas anécdotas de la infancia, por supuesto sin Jessica delante…, Alice y yo, íbamos por nuestro segundo margarita de la tarde, brindando por nuestro triunfo ante la arpía.
-Retiro lo dicho Bella – pronuncio Alice, antes de volver a llevarse la copa hasta sus labios – Jessica es insoportable.
-Alice… no puedo creer lo que estoy escuchando – bromee.
-Ya ves… Nunca es tarde para cambiar de opinión… ¡Un brindis! – grito alzando su copa para chocarla con la mía.
-Esta es la última que luego… - calle ante el recuerdo de mi no muy lejana “borrachera” – Oye… ¿A quién vas a llevar de acompañante? – pregunte tras dar un sobo a la bebida.
-No se… puede que se lo pida a Mike, así mato de la rabia a Jessica – comenzó a reír. Creo que Alice el alcohol le sentaba peor que a mí.
-A ella, ¿por qué?
-A claro, tú no lo sabes… Mike me lo conto ayer cuando lo llevaba a casa. Resulta que entre él y Jess pues… existe una profunda conexión…
-¿Cómo de profunda? – inquirí expectante.
-Profunda, profunda, pro-fun-da – remarco las silabas mientras mi boca formaba una perfecta O y sentía mis ojos abrirse como platos - Si Bella, a mi también se me quedo esa cara de imbécil – comenzó a reír nuevamente, mientras yo seguía sin salir de mi asombro.
-Pero si Mike para ella era… nadie… - dije atontada.
-Eso era antes de que el chico se ejercitara, por que ahora… Según Mike me conto – comenzó a susurrar antes de mirar ambos lados - no deja de acosarlo.
-No puedo creerlo – susurre yo.
-Como te lo cuento, Mike a pasado de ser el perrito faldero, a necesitar las dos manos para quitárselas de encima, y entre ellas, Jessica.
-Las vueltas de la vida son… tremendas…
-Oye… ¿Por qué susurramos?
-No se…
-¿Qué tal si dejamos de hacerlo?
-Mejor – afirme antes de rompernos a reír juntas. Señor, que malo es el alcohol - Bueno… lleva cuidado con él… No vayas a ser su futura presa – insinué jocosamente.
-Estando tú… lo dudo - ¿perdón? – No pongas esa cara Bella… yo creo que en parte, la actitud de Mike con las chicas se debe a que aún guarda esperanzas.
-Alice – cerré los ojos mientras negaba - de eso hace muchos años, y entre él y yo nunca hubo nada…
-Lo se, lo se, pero ayer no dejo de preguntarme cosas sobre Edward y tu, y bueno, se de buena tinta que a él no le afecto la noticia de que no te casaras.
¿Jasper?... hacía días que ni me acordaba de él…
-No fue el único entonces – dije con cierto deje de melancolía…
-Bella – llamó mi atención Alice, no por pronunciar mi nombre, sino por la seriedad con la que lo hizo… - Yo… yo tendría que…
-Como podéis ser tan zorras, ¿estáis bebiendo sin mí? – clamó nuestra atención una recién llegada Rosalie.
-Es que estamos brindando por un triunfo – canturreo Alice, alzando nuevamente su copa, antes de volver a beber.
-Ya… ya me he enterado de vuestro triunfo – respondió entre risas mi hermana, mientras tomaba asiento.
-Como corre la voz ¿no? – inquirí, siendo ahora mis labios los que tomaban posesión de mi bebida.
-Ni os lo imagináis…
-No estarás enfadada con nosotras ¿verdad? – pregunto Alice, haciendo un puchero con sus labios… Tremenda, mi prima era tremenda.
-Hemos intentado hacer lo máximo posible porque Jessica nos caiga bien pero…
-Bella, el día que consiga que Jessica te caiga bien, Emmett se pondrá una falda y bailara danza del vientre – me contesto Rose.
-Eso quiero verlo – rió Alice.
-Yo no – espete con fuerza, no por Emmett, sino por Jessica evidentemente.
-¿Qué estáis tomando? - pregunto mi hermana, llevándose mi copa hasta sus labios - ¡Arg!… esto no lleva nada de alcohol. ¡Camarero!, tres margaritas… pero de los de verdad…
-Rose, yo no puedo beber más y Alice también…
-¿Como que no?, ¡yo si puedo!
-Deja de ser tan consecuente Bella, y déjate llevar más… disfruta un poco más de la vida...
-Eso hace… ¿o es que no has visto a Edward? - añadió una más que risueña Alice, haciendo que mis mejillas se tiñeran de rojo.
-Desde luego hermanita… ya me dirás como hiciste para que un tío así se metiera en tu cama – pues… mejor que no quieras saberlo – no me malinterpretes ojo… tu podrías conseguir a quien quisieras pero ese chico… No se… parece tan…
-Inalcanzable – suspiro Alice.
Con dos mil quinientos dólares lo alcanzas.
-Es el gen Swan Rose… nadie se nos resiste ante él - reímos las tres - Hablando en serio… no se… no se que iba a decir – comencé a reír intentando recordar si de verdad quería decir algo o no…
-A Bella le duele la ingle.
-¡Alice!
-Uy, uy, uy… ¿noche movidita? – pregunto Rosalie jocosamente, a la vez que codeaba mi cintura.
-Tengo un tirón… las carreras de ayer…
-Claro… - me corto Rose - las corridas son lo que tienen… Perdón… quería decir carreras – rió junto a Alice, mientras yo enrojecía con mayor intensidad por momentos.
-Oye dejar mi vida sexual en paz… - mi vida sexual… que bien sonaba eso… porque por una vez… si tenía vida… Ves, ves dios… me tientas a decir cosas que no debería - La vuestra seguro que es mucho más interesante que la mía – susurre antes de terminar el contenido de mi copa.
-No se que decir – añadió Alice.
-Bueno… si queréis os cuento todos los tirones que tengo yo.
-Déjalo Rose… nos imaginamos las camas que ya habréis roto – protesto Alice.
-¿Camas?... no somos de camas.
-Que bestia… - susurre.
-Demasiada información para mis oídos – dramatizo nuestra prima, tapándose los oídos con sus manos.
-Vaya par de reprimidas… ¿Nunca lo habéis hecho?… sobre la encimera de una cocina por ejemplo…
-No… y si no quieres que jamás vuelva a entrar en una, por favor, ahórrate los detalles – suplique…
Emmett y Rose en una cocina… No, no, no… fuera imagen… fuera de mi cabeza.
-Yo si quiero detalles.
-¡Alice!
-¿Que? soy la única que no tiene pareja, con algo tendré que entretenerme mientras tanto – espeto risueña…
No pidas anécdotas porque las mías… dan para toda la tarde…
-Chicas… ¿Hace cuanto no estamos las tres así? – pregunto Rosalie, colándose entre nuestras risas…
-Mucho… mucho – susurre intentando recordar la última vez que habíamos estado así.
-Pues esto hay que celebrarlo – sentencio antes de ponerse en pie, seguida de nosotras - Un brindis… por volver a estar juntas.
-Y por tu boda – añadió Alice.
-Y porque Bella ha vuelto, algo que tengo que reconocer… dude – susurro Rose, mirándome con un brillo especial.
-Nunca dude en perderme tu boda… - mentirosa… - no podría – eso si era verdad, de habérmela perdido, jamás me lo habría perdonado.
-¡Oh! Que momento más bonito, esto se merece otra ronda…
-¡Alice!
-¿Tienes miedo de violar a Edward? – insinuó Rose, alzando las cejas….
Edward… alias tentación…
-Yo… yo… ¡Camarero!
La oscuridad de la noche comenzaba a hacerse presente por la ciudad, cuando por fin conseguí introducir la llave en la cerradura de la puerta.
Menos mal que hacía unas horas que había dejado de beber, algo que no hizo Alice, la cual tuvo que volver a casa en taxi, ni tampoco Rose, otra que no tuvo ningún reparo de mostrarme algunos de los “detalles”, de los que habíamos hablado en la tarde, mientras ella y Emmett me traían de vuelta a casa.
Suspire aliviada una vez cerré la puerta de una oscura y silenciosa casa. Hoy había sido un día horrible, y para colmo de males, yo lo remate volviéndome a pasar de copas. Al menos había conseguido olvidarme por unas horas de las tentaciones y los castigos de dios.
Hablando de tentaciones… ¿dónde estaría Edward? Emmett me había comentado que lo había traído antes de pasar a recogernos a la cafetería… ¿Estaría en su habitación?
Dudosa, por si debía subir o no a comprobarlo, comencé a tambalearme hacía las escaleras, no por el alcohol, los dichosos tacones no eran lo mío pero yo era tan masoquista, que me castigaba a mi misma.
Pero justo cuando uno de mis pies subió el primer escalón, la pequeña luz filtrada tras la rendija de la puerta de la cocina, me alerto de que estaba tomando el camino equivocado…
Ay esa luz encendida… quien habrá tras esa puerta :-}
Huyo a seguir escribiendo el capítulo, que ya casi voy por la mitad ;-). Besos!!!
9 Sonrisas:
Siii correeeeeeeeee quiero saber eso de la"luz" y si a lo mejor bella termina haciendo lo que no se queria imaginar que hacian Emmett y Rose!!!! Ame este capitulo totalmente me rei una barbaridad con Bella, sabes que amo su personalidad jajaja Te quedo genial!!! Por cierto me facsino el vestido azul de bella, siempre he querido ver a Kris con algo asi se veria encantadora!
Otra cosa que no dije en el cap anterior: Wow tienes 17 años, que increíble....! sabias que te pensé de mas edad, pero me equivoque y eso de que una mezcla de todo... me alegro por ti, mi experiencia no llega a eso (todavía) jajajajaja
Marianna XD, gracias por el cumplido pero no hija, tengo 25... y no me queda mucho para 26 :S, lo que pasa es que yo hace mucho me plante, los años siguen pasando, pero me niego a ellos, pero ya te digo, no te equivocaste en tu impresión :-}
jesica!!! como patada en el higado jejeje aunque yo soy algo asi no me convence nada..... cuando voy a comprar algo casi siempre me vengo con las manos vacias jijij y cuando no traigo dinero todo me gusta..... soy un caso perdido por eso siempre voy sola de compras jeje..... pero en realidad casi todos los vestidos estan muy lindos pero si.... los azules estan muy chulos!!!!!
no hay mejor cosa para relajarse que unos traguitos con tus amigas ya de paso con tu hermana jeje....... y si concuerdo que debes correr por que ahora si no has dejado con mas ansias de lo normal..... quiero saber quien esta en la cocina......habra accion ahi???? esperemos que algo alguito .... que la tiente por lo menos jijiji besitos mi almu!!!
jajajajajajaja Viste ya decía yo, me hacias sentir como retrasada (en el buen sentido de la palabra ojo jaja) , porque decía hasta está estudiando una carrera ya y todo va adelantada y yo apenas en 4to semestre jajaja pero ya ves!! pero dejame decirte que todavia eres una chama apenas 25 bien!! una edad buena, donde puedes independizarte pero seguir siendo una adolescente, genial no..? Aunque claro yo tampoco quiero que pasen mas mis años ;-D pero solo es por dejar de decir los "diecis" y empenzar con los "veinte" me entiendes no jaja
Uy me extendi demasiado!!!
;-D este cap estuvo de super,super jessica me cayo de la patada pero esas que duelen hasta por una semana la condenada no dejaba de hablar dios! estaba que la callaba yop y los vestidos ninguno le gustaba.
si para estar con edward tengo que pecar así llámenme pecadora hasta la eternidad ese hombre es el dios del sexo!!!
y esa luz?? díganme que mi hombron espero a bella jajajajaja...
Almu levanto mi huelga porque se que estas full pero no me abandones amo esta historia es como otra nena mas ademas de my angel...:-}
Almu; cariño, estuvo genial el capitulo. Fue tranqui como tu los sueles llamar "puente"; pero me rei enormemente con los pensamientos de Bella, pobre parece que va a tener que trabajar toda su vida para poder pagarle a este hombre, sera que piensa seguir aumentando su deuda? Bueno por lo menos reconoce que ahora si vale lo que cobra. Me quede un poquitin intrigada con lo que le iba a decir Alice, ya te dije se me hace que se trae algo con Jasper.
No se porque pero tu interpretacion de Jessica, me cuadra perfecto con la carita que pusiste de anna, es increiblemente insoportable, super snob, como que se cree la muy, muy.
Por Dios todos los vestidos que buscaste estan hermosos y si que te dedicaste para poner tantas imagenes, creo que yo tampoco me decidiria por uno, pero no por la razon que no lo hace Jessica, sino por todo lo contrario es dificl escoger cuando todos son tan preciosos, pero creo que tu eleccion es la correcta y ya sabemos porque el azul, al Edward original le encanta ese tono en Bella sera que a tu version tambien?
Quiero saber ya que pasa detras de esa puerta, espero que sea sumamente interesante e intenso y se que no me vas a defraudar.
Nos leemos pronto; besos desde argentina con amor
Almu: Ah otra cosa....Ya me parecia que tu de 17 tenias lo mismo que yo XD
muy buen capitulo jaja que cosa tan complicada las damas escoger un vestidoooo jajaj a mi me encanto el de bella por supuesto jaja aunque los demas tambien eran diseños lindos pero el azulazo perfectoo.. jeje y que onda con jessica?? no cambia sigue siendo pesadisima uf k horror jajaja... y nuestra bellita ya con valor ehh tratando d espiar al bombom ajajaj...me gusto muxoo almuuu.. y ahora la intriga quien sera que staba en la cocina uy uy se pone wena la cosa jojojo
Muy bueno, lo q no entiendo es como Rose puede ser amiga de jessica? Fue ella la q le presento a Emmett? solo así la incluiría en la boda.
Espero la tercera ronda en la cocina...Un bezo.
Y tú, ¿nos regalas una sonrisa?