Capítulo 10

Karla, Airam, Al, Nuri, Dana y Geraldine… ¡Gracias!...

Dudas…

Las dotes de Edward para liberar tensiones se darán a conocer pronto, muy pronto, y si, con todo lujo de detalles :*) ¿Cariño o trabajo?, puede que sea un poco de todo, no se, para mi que esta Bella se hace querer, aunque ella misma lo niegue, de todas formas habrá que preguntarle a él a ver que responde ¿no? :-}

¿Si lo de Jasper tiene una buena explicación?, puede que si, o puede directamente que no, los hombres con poco atascan así que:-S, y respecto a si la chuky, como la a bautizado Emmett, esta metida o no en el ajo…, puede que si, o puede que eso sea lo que yo quiera que creáis, de momento he conseguido lo que buscaba, y es que todas la tuvierais en el punto de mira XD

Capitulo 10 - Conciencia

“Todavía a nueve días de la boda”

-¿Te puedes creer que quiera hacer como si no hubiera pasado nada? – dije frustrada, dejándome caer sobre la cama de Edward.

No podía quitármelo de la cabeza, era recordar la conversación con Jasper, y volver a revivir toda la rabia que había intentado no mostrar durante la cena. Al menos supe contenerme y no acabar gritándole a la cara cuatro verdades, pero… que lo hubiera conseguido esta noche ¿me garantizaba el seguir haciéndolo?

Ya me estaba viendo a mi misma dentro de unas horas, delante de toda mi familia en la cena honor a los novios, fingiendo paz y armonía… y eso que aún no era el día de acción de gracias, aunque, en vista de la situación, bien podría ser una broma típica del día de los santos inocentes.

Dios…menuda la que me esperaba mañana como no saliera alguien gritando ¡inocente!

-Le echa cara al asunto – contestó Edward trayendo de vuelta a mi mente con su magnética voz.

-¿Cara?... ¡Cara y espalda! – grite levantando mi espalda del colchón, quedando nuevamente sentada sobre este – A ver, imaginemos que tu eres Jasper ¿vale? – gesticule con mis manos mientras él se giraba para mirarme - ¿actuarias así?, ya no te digo lo de mensaje, pero…, tu rompes con tu novia, con la cual por cierto, te ibas a casar, la ves después de tres años, ¿y le pedirías normalidad?, ¿sin darle siquiera una explicación?, joder, no me digas que eso pasa con todos los hombres porque te juro que cuando vuelva a Boston me encierro en un convento – bufe, hombre, el celibato ya es algo aceptado para mi, así que…

-Bella – pronuncio mi nombre entre risas, haciendo con ello que sus ojos se achinaran y su cara resultase ser aún más…Arg… ¡que tortura! – Yo no he estado en esa situación, y…espero no estar la verdad pero… si no quiere darte explicaciones, eso es algo que no debe preocuparte a ti. Si él sigue durmiendo tan tranquilo por las noches, ¿por qué tu no?

-¿De que gen estáis hechos? – impresionante la facilidad de los hombres para seguir adelante.

Y a todo esto, ¿por qué yo no naci hombre?, todo hubiera sido más fácil. Debería existir la posibilidad de que nos pregunten que queremos ser antes de nacer, nada de cromosomas XX o XY, de esos que nunca conseguí entender durante mi etapa en el instituto, no. Anda que no nos ahorraríamos problemas, por no decir lo interesantes que serían las clases de biología, “sois lo que sois, porque así lo habéis decidido vosotros”. ¡Ah!, y de paso se explicara el porque algunos tíos parecen animales y algunas… tienen algo de zorronas…

-Oye no, no te rías – clame ante las sonoras risas de Edward, y eso que no estaba en mi mente – es la verdad, tenéis una habilidad para olvidaros de las cosas… realmente impresionante – suspire.

-No creo para nada que él se haya olvidado – dijo algo más serio.

-Si pues…sus hechos…dicen lo contrario – vaya si lo decían, y bien clarito, tan clarito que no decía ni media. Es que él eligió ser un hombre mudo Bella…

Tantos años estudiando el porque de la existencia del hombre y su manera de pensar para hacer las cosas, y todo se reduce a que es idiota por naturaleza, tan idiota que decidió ser simple al nacer…

-Quizás sus hechos te parezcan que digan eso, pero… sus actitudes, la forma en la que te mira…, no…

-¿La forma en la que me mira?... – le interrumpí borrando de mi mente rápidamente al hombre mono - ¿Cómo me mira? – indague.

-Sois unas curiosas – dijo nuevamente entre risas, dándome la espalda.

-No me cambies de tema y dime lo que crees – proteste al ver que no continuaba.

-Yo no creo nada Bella, simplemente me limito a observar, y por lo que he podido ver, tú no le sigues siendo indiferente – dijo como si fuera cualquier cosa.

-Pero… ¿que has visto?, ósea, ¿que te hace pensar así? – pedí otra vez. Maldito cromosoma Y.

-Pues… como te mira, como me mira a mí, sus gestos cuando te rozo, o digo algo, y bueno, ya has visto que no ha querido venirse con nosotros a tomar una copa – alzo sus hombros con total normalidad, hombres y su genética…

-Bueno, no lo ha hecho por incomodidad, dos parejas y él… - dije restándole importancia a ese dato.

Tampoco se había perdido mucho, una copa en un lugar cercano a casa mientras Emmett y Edward discutían sobre cosas triviales como si se conocieran de hace años, a la vez que Rose me daba algunos detalles de la cena que tendríamos en unas horas. Bueno, a eso hay que añadirle algún que otro ligero roce de mi compañero, algún que otro embobamiento por mi parte en respuesta… ¡Ah!, y mi gran dolor de pies, ese que apenas me había dejado llegar hasta la habitación donde dormía Edward.

-¿Te siguen doliendo los pies? – pregunto de pronto Edward mientras yo masajeaba la planta de estos. Desde luego que la persona que inventara los tacones debió ser hombre, uno que estaba muy enfadado con el sexo opuesto.

¡Oye!, quizás le paso como a mí, su ex le dejo plantado y jamás le dio una explicación, y éste, como castigo, no se le ocurrió otra cosa que diseñar estas cosas. Bien pensado, si, si… y más para ser hombre…, no si al final va a tener algo bueno ese cromosoma.

Ya sabes Bella, piensa en algo que pueda usar Jasper, algo doloroso que te haga disfrutar más de la venganza…

-¿En que piensas? – inquirió Edward.

-¿Eh?...pues en mi dolor de pies – chica rápida, mala excusa pero al menos… - Es que no estoy acostumbrada a usar tacones, estos dos días lo he usado más que en toda mi vida – respondí sin dejar de masajear estos.

-¿Y porque los usas? – pregunto con esa sonrisa. ¿Eso también forma parte del ADN o es algo que se consigue con los años?

-Bueno, no puedo negar que son bonitos – bueno, eso no hay que agradecérselo al inventor, lo bonito ya vino con los años y gracias a una mujer, por supuesto, una que seguro nunca usa tacones – Y además – seguí - realzan la figura, por no decir que son los más adecuados en vista a la ropa que me he traído… Aunque todo eso no quita que sean una tortura – suspire, otra más de las muchas que ya tenía.

-Nunca entenderé porque las mujeres sois tan… peculiares. Hacéis lo imposible por agradar a los demás pero… ¿y vosotras? – inquirió sentándose a mi lado. Joder, como podía seguir oliendo tan jodidamente bien…

-Bueno, en teoría todo eso que tú llamas cosas imposibles, se supone que es para sentirnos mejor – conteste correspondiendo a su inquisitiva mirada, esa que parecía querer entrar en mi mente para averiguar que estaba pensando.

-Si agradáis a los demás, os sentís mejor ¿no? – pregunto haciendo con ello que sus ojos aún brillaran mas. Bella vas a terminar perdiendo la razón como siguas así.

-Mas o menos – susurre esquivando su mirada.

-Ridículo. Oye, la cena de mañana…

-Poca cosa. Algunos familiares y por supuesto, toda la plantilla de la empresa de mi padre – o lo que es lo mismo, una panda de egocéntricos adinerados entre los que seguro estaba mi ex suegro…Dios… me muero por estar ya allí.

-Entonces estará tu ex familia política ¿no? – pregunto mientras volvía a levantarse a la vez que se deshacía de su corbata.

-Si…, supongo que - ¿qué está haciendo?..., ¿se va a quitar la camisa?, ¿delante mío?... ¿no tendrá valor verdad? – bueno es…es lo normal… - comencé a balbucear, cuando se giro para mirarme mientras llevaba sus manos hasta sus botones, los cuales lentamente comenzó a desabrochar. Si, si lo tenía. - es, es el jef…, no, es el socio, es el socio de mi padre – susurre agachando la mirada, esto si que no podía verlo, hoy ya había tenido suficiente.

¿Eres tonta Bella?, levanta la maldita cabeza, ¿cuántas posibilidades hay entre mil que esto vuelva a pasar?, no todos los días miss perfecto te hace un striptease para ti solita.

-¿Te llevabas bien con ellos? – pregunto deshaciéndose de la camisa y dejando a la vista su torso, ese torso…. ¡Dios mío que torso!

No puedo mirar… ¿Quieres hacer el favor de dejar las tonterías para otro momento y mirarle?…

No, no, no…, no puedo… ¡Que dejes de ser idiota!, mira que brazos… fuertes y tonificados, seguro que esos brazos son capaces de hacer maravillas contigo entre ellos, y mira este torso plano, ligeramente marcado por las sombras del ejercicio. Debe ser una maravilla verlo hacer abdominales, ver como todo su cuerpo se flexiona marcando aún más si vigorosidad, como el sudor recorre cada recoveco de su contorno, el tenue brillo de su piel a causa de éste… su boca entre abierta emanando pequeños jadeos producto del agotamiento…

Calla, calla, ¡calla!...

¡Dios!.... ¿Y tú te haces llamar conciencia?

-¿Bella?

-¡Si!… - ¿si… si que? - digo no, no se… - yo ya no se ni que me has preguntado…

Joder… porque es tan… perfecto.

-¿No sabes si te llevabas bien con ellos? – rio haciendo que sus pectorales vibraran ligeramente… ¡Señor!

-¡Lo sabría si dejaras de desnudarte delante de mi! – grite, ¿he dicho eso?...ay mi madre.

-¡Que!… ¿no te gusta lo que ves? – insinuó a la vez que acariciaba su homogéneo vientre con sus dedos…

-¿Por qué hace esto? – pregunte totalmente embobada en el movimiento de su mano.

¿Quieres un babero Bella?... Puta conciencia…, tu y yo hablaremos seriamente, pero ahora… ¡Dios! ¿Por qué tiene que torturarme de esta forma?, joder, él sabe lo bueno que esta, ¡lo sabe!… ¿Por qué me hace esto?

-¿Yo?, la cohibida eres tu – susurro bajando su mano hasta el comienzo de sus pantalones.

-Yo…yo…, yo creo que… que mejor me voy… si – balbucee en susurros a la vez que tragaba la saliva acumulada en mi garganta y cerraba los ojos.

-Ay Bella – suspiro - no te tienes porque irte, te estaba gastando una broma, no pienso quedarme desnudo delante de ti. Por lo menos no entero – insinuó pícaramente a la vez que me dedicaba un guiño con sus ojos, mientras retiraba el trozo de cuero de la hebilla plateada de su cinturón.

Ay Bella, Bella… mira que eres tonta, anda que desaprovechar una oportunidad como esta…

¡Cállate ya!

-De todas formas ya es tarde, y… bueno, tu quieres ducharte, y yo también debería hacerlo – hace mucho calor, demasiado calor… - Por cierto, no, no me llevaba bien con ellos. El señor Hale es un idiota estirado y la señora Hale… es una engreída de cuidado - uff la señora Hale, ella tan correcta, tan digna, tan…señora y tenía más cuernos que un ciervo, vaya si tenía.

Eso es lo que tiene tener una madre como la mía, que sin querer, pues te acabas enterando de todo.

-Bueno, esos son mi especialidad - ¿especialidad?... y a ti que se te resiste hijo mío – que crees que pensaran… – comenzó a decir acercándose nuevamente hasta mi. ¿Por qué no huí cuando tuve la oportunidad? - cuando vean a la que en su día iba a ser su nuera, apareciendo de mi brazo – de ese brazo si… - y callando a todos los curiosos, como se que tu y yo solo sabemos hacer – susurro a escasos centímetros de mi cara.

¡Peligro!, Bella, deja de mirarlo o serás la primera mujer de Seattle víctima de una combustión espontánea.

¡Ah! Ahora que no lo mire ¿no?...Ahora… pues a buena hora…

-Eh… pues… seguro, seguro que se… se escandalizan – susurre a la vez que sentía como un ligero temblor se apoderaba de mi.

-Se escandalizarían ¿verdad? – insinuó con su sonrisa torcida. Dios. Ya siento mis pies arder…

-Un…un poco – musite mirando sus carnosos labios, esos que estaban tan cercanos a los míos – y ya no te digo mi padre – seguí.

-Y Jasper – añadió exhalando su cálido aliento en mi rostro… Vale… el fuego ya esta en las piernas…agua…necesito agua…

-Bueno…, él…él y yo…nunca – trague saliva – nunca hemos….

-¿Nunca habéis sido cariñosos en público? – pregunto dejando su boca entreabierta… muy, muy cercana a la mía.

-No…nunca – vale, eso que noto sobre mis bragas ya no se si es por el fuego, si es por el calor, o si son las sustancias internas derretidas de mi cuerpo…

¿Donde hay un ventilador cuando lo necesito?

-Habrá que cambiar eso entonces y de paso, demostrarle a cierta persona todo lo que se esta perdiendo – murmuro antes de rozar sus labios con los míos, haciendo con ello que mi cuerpo entero se estremeciera y mis ojos se cerraran sin pensar, para después, alejarse de mi y dejarme ahí, quemándome sola en compañía de una fuerte humedad en mis zonas mas nobles…, esas que junto a mi garganta, dominaban el pulso de mi cuerpo.

Acalorada, atontada, excitada y frustrada, así me quede viendo como el cuerpo de Edward volvía a alejarse del mío, dirección al cuarto de baño, mientras mi mente y mi cuerpo volvían a conectar mutuamente, por lo visto mis cromosomas son de segunda categoría, de ahí que ahora mismo no sea capaz ni de hablar.

Bella, si no vas a decirle nada coherente, como por ejemplo que te demuestre eso que según él, tu y él sabéis hacer, mejor que te quedes callada hija…

¡Ah!, y ahora tu porque me torturas ¿eh?... Vale Bella, céntrate, respira hondo y relájate un poquito, el portento de la naturaleza se ha ido a la ducha, así que no va a seguir torturándote… A menos que quiera que lo acompañes… ¡Ah!, ¡que te calles!

¡Dios me estoy volviendo loca!, ya no se ni quien me habla, ya no diferencio a mi conciencia de mis hormonas, ni de mis propios pensamientos, y todo por culpa de…

Señor, yo no puedo seguir así, este tío va a volverme completamente loca…

-¿Bella? – grito Edward desde el baño - ¿Podrías traerme una toalla? – pidió.

¿Y ahora que?, pues hija muy simple, vas, coges una toalla del armario, y se la llevas… Si y es esta desnudo ¿que?... pues te alegras la vista… Dios, parece que este hablando con alguien, y estoy totalmente sola…. ¡Joder! si hasta mi mente entera esta perturbada.

Va Bella, levántate y coge la toalla, y allá lo que allá detrás de esa puerta, aguanta el tipo, ¡tú puedes!

Dejando atrás mis pensamientos incoherentes, junto con los incómodos tacones para que pudieran hacerse compañía, fui hasta el armario donde recordaba que mi madre guardaba las toallas. Cada paso que andaba era un placer absoluto para mis doloridos y ahora, descalzos pies, pero también un nuevo temblor en mis rodillas.

No sabía el porque de los gestos de Edward hacia mí, lo único que sabía, era que con cada nueva sutil caricia, con cada nuevo acercamiento, con cada nueva sonrisa suya, lo único que estaba consiguiendo era desestabilizarme aún más, y todo eso en tan solo dos días…

Si estoy así ahora, ¿qué será de mí en ocho días?

-¿Edward? – pregunte tras tocar levemente la puerta, con temor a lo que pudiera esperarme dentro.

Lo se, el de hoy es más cortito, pero no me digáis que no es más emocionante :-}, ya en serio, no vais a esperar mucho para leer la continuación… Si queréis claro :-}

Bella esta como España ahora mismo, en estado de alarma, lo de Bella puede que tenga solución, lo del país…:-S Buen finde!!! Besos…

Publicado por Almu en 17:51