Hola chicas, ya estamos a viernes y hoy toca Disturbia, así que aquí os dejo el capitulo 51. Hoy, escrito por Nuri que nos trae un pov Edward… ¿Preparadas?...
Pues sin más que decir…
Capítulo LI – Destellos
Edward POV
- ¡Mierdaaaaaaaaaaaaaaaa!
¿Quién está gritando así? Con un gran esfuerzo intenté abrir los ojos para intentar contestar a esa pregunta. Un intenso dolor de cabeza me acompañaba, y después de unos momentos de luchar contra las ganas de seguir durmiendo e ignorar el grito de quien se había atrevido a despertarme, logré fijar mi vista en el objeto de mi furia.
Una nueva pregunta se formaba en mi mente. ¿Qué hace una mujer en mi cama? Y otra más importante aún. ¿Qué hace esa mujer mirando intensamente un anillo en su mano? Como acto reflejo, desvié mi vista hacia mi mano, y por supuesto, una nueva pregunta llego a mi más que confundida cabeza. ¿Qué hace un anillo en mi mano? En resumen. ¿Qué hacía una mujer gritando en mi cama con un anillo exactamente igual a uno que ha aparecido de repente en mi dedo?
Aún sin creerme lo que estaba pasando, logré incorporarme, y mirar por fin el rostro de esa mujer desconocida……..que no lo era tanto. Ahora se formaba la pregunta más importante. ¿Qué hace Bella en mi cama?
- ¡No!
- No puede ser
- Imposible
- ¿Qué hemos hecho?
- Esto tiene que ser una broma
Y así estuvimos un buen rato, pensando en alto. Frases incoherentes y nerviosas. No éramos capaces de mirarnos a los ojos y yo no sabía si realmente quería recordar lo que había pasado.
Pero……..¿qué había pasado? Sólo recordaba estar con los chicos y con Bella, me quedé sólo con ella y……..todo era borroso a partir de ese momento. Me bastó con subir la mirada y fijarla en los ojos de Bella, para empezar a entender un poco más lo que había pasado.
Sonrisas, conversaciones, miradas de complicidad, copas y más copas. Poco a poco, los recuerdos inundaron mi mente...
- ¿Y ahora qué? ¿me vas a decir que no estás borracha?
- ¿Sigues pensando en emborracharme? Pero que poco responsable es profesor Cullen – dijo ella torpemente y con esa sonrisa, la cual no sabía hasta que punto me gustaba hasta ese momento.
- Ya te dije que no quería que me llamaras así, además de suspenderte voy a tener que castigarte.
- Uy, ¡qué miedo! – Bella empezó a temblar exagerada y dramáticamente.
- Deberías tenerlo….
Recordé cada canción que bailamos juntos, cada copa que nos tomamos juntos, cada sonrisa que compartimos juntos. Sus manos en mi cuello, nuestras frentes pegadas y nuestros labios curvados en sonrisa a solo centímetros. Palabras desinhibidas, manos que se tocaban sin pedir explicaciones a cambio. E inevitablemente, se me formó una sonrisa.
- ¿Qué es lo que te hace tanta gracia? Porque ahora mismo soy incapaz de reírme.
- No me estoy riendo – le dije intentando disimular.
- Te estás riendo.
- No me estoy riendo.
- Te estás riendo.
- ¡No me estoy riendo!
- ¡Que si!
- ¡Que no!
- ¡Te estabas riendo Edward!
Harto ya de esto, en un rápido movimiento me despoje de la sábana y me levanté de la cama.
- ¡Sí! ¡Me estaba riendo! ¡¿Contenta?!
Pero ella no me estaba mirando a la cara en ese momento, tenía cara de sorpresa y había bajado la mirada considerablemente, hasta otro punto de mi anatomía. Empecemos desde el principio. Estaba con Bella en la cama, con anillos de matrimonio, y ahora yo estaba completamente desnudo, con los brazos levantados como si me estuvieran crucificando, diciéndole que me estaba riendo quien sabe de qué. Genial.
Como si es suelo me quemase e incluso más rápido de lo que me levanté, volví a sentarme en la cama y me tapé con la sábana.
- Perdón - dije completamente sonrojado, Bella no estaba mejor que yo.
- Perdona té, yo también te grité, creo que estamos un poco nerviosos.
- Vaya situación - ¿no se me ocurría otra cosa que decir?
- Eso digo yo. ¿Qué hemos hecho Edward?
- No lo sé – negué con la cabeza.
- Yo tampoco.
- ¿No te acuerdas? – le dije indignado. ¿Bella no se acordaba de nada? No pude evitar una mueca de desilusión.
- Perdona, pero permíteme recordarte que tu tampoco de acuerdas, no te hagas el ofendido.
- ¿Quién te ha dicho a ti que yo no me acuerdo?
- Tu mismo, has dicho que no sabes lo que hemos hecho.
- ¡Pero es evidente! ¡Nos hemos casado! – no tenía salida posible, realmente yo tampoco me acordaba de nada. No sabía dónde meterme….
- ¡Ah claro! ¡Nos hemos casado! Y así lo dices, tan tranquilamente. ¡Lo hemos vuelto a hacer! Hemos vuelto a actuar de manera irresponsable. Además…. ¿cómo nos íbamos a casar? Esto tiene que ser una broma de mal gusto. Ya sé que estamos en Las Vegas y estas cosas pasan, pero no puede ser, no nos dejemos llevar por unos anillos que ni sabemos de donde salieron – Bella hablaba atropelladamente e intentaba tranquilizarse a si misma.
- Tienes razón, vamos a tranquilizarnos y pensar de manera coherente. Imposible que nos hayamos casado, ni con mil litros de alcohol en el cuerpo íbamos a hacer eso… ¿no? Somos Bella y Edward, los responsables, somos padres, somos adultos, no pudimos cometer semejante locura. – no me creía ni yo lo que estaba diciendo.
- No, claro que no.
- Por supuesto que no – corroboré.
Bajaba la cabeza intentando ordenar mis pensamientos cuando mis ojos se toparon de nuevo con la mano de Bella, con ese anillo…….
Con manos temblorosas, colocaba el anillo en la mano de la que pronto sería mi esposa. Bella miraba hacia la unión de nuestros dedos y yo intentaba no perder de vista su rostro mientras pronunciaba las palabras clave...
Imposible….
Bella reía sin parar mientras intentaba colocarse en velo correctamente.
No puede ser…
Alboroto. Gritos a nuestro alrededor mientras ella y yo no podíamos apartar la mirada del otro.
Dios….
- Y yo los declaro…
¡No!
Bella y yo firmábamos los papeles correspondientes….
No por favor….
- ¡Viva los novios!
- ¡No! – grité volviendo a la realidad.
- Edward, dime que no es lo que estoy pensando – contestó Bella a mi grito con cara desencajada.
- No puedo Bella.
- ¡Nos hemos casado! – dijimos los dos al unísono.
Y nos quedamos mudos. Sin nada que decir. Mil cosas me pasaron por la cabeza. Casado con Bella………¡y no me acordaba bien! No, vamos a ver, me acababa de enterar que me había casado con Bella, ¿y solo me preocupaba el no acordarme bien?, ¿qué me estaba pasando?
- ¿Cómo es posible? ¿En que estábamos pensando?
- Dios Edward, lo siento, yo…..
¿Lo sentía?
- No, no me malinterpretes, aquí los dos tenemos nuestra parte de culpa, está claro, no lo sientas Bella – no, por favor, que no lo sienta. ¿ Pero por qué me importa a mi si lo siente o no lo siente?
Un misterio resuelto, nos habíamos casado, estaba claro. Dios…¿pero después? ¿Cómo llegamos hasta aquí? Le eché un vistazo a la habitación. Nuestra ropa estaba tirada por todas partes, incluso en un rincón se podía divisar el velo de Bella, las sábanas revueltas…no había duda.
- ¿Estás pensando lo mismo que yo? – preguntó Bella.
- En que evidentemente hemos tenido noche de bodas – estaba más que claro.
- No te acuerdas – Bella estaba…….¿triste?
- ¿Tú?
- Sólo me vienen destellos a la mente - ¿y porqué esos destellos no me vienen a mi? ¡Quiero mis destellos!
Bella torció el gesto y giró la cara perdiéndome de su campo de visión. Pero yo no pude apartar mi mirada de ella, mirada que repasaba con cuidado su pelo, su espalda desnuda, su cintura…
Mis manos acariciaban cualquier punto que estuviese a mi alcance, subían ambiciosas hasta llegar al borde de su camiseta, que no fue un obstáculo para adentrar mis manos y deleitarme con la piel de su espalda…
- No llegamos a la habitación – decía Bella con la voz entrecortada.
- ¿Y quien dice que tengamos que llegar a la habitación? Aquí no nos ve nadie.
- Edward, estamos en un ascensor – respondió ella riéndose.
- Tienes razón, mi esposa se merece algo mejor que esto…
Mis ojos se posaron esta vez en sus piernas, en lo poco que me dejaban ver las sábanas esparcidas, rodeando su cuerpo como yo quería hacerlo, y lo había hecho…
- ¡Nos vamos a caer! ¡Edward!
La sostenía entre mis brazos traspasando el umbral de la puerta como debía hacer un recién estrenado marido.
- Tranquila, lo tengo todo controlado.
- ¡Edward! ¡Nos caemos!
Sus brazos, sus manos…
Sus manos recorriendo mi cuerpo, las suyas el mío, en una competición donde los dos compartíamos el premio.
Y así seguí recordando, disfrutando de mis esperados destellos. Esos destellos que traían a mi mente caricias, suspiros, palabras dichas sin pensar, pero que nunca fueron tan verdaderas…
- Me encantas
-Y tu a mí, no sabes hasta que punto – su boca silencio la mía de mejor manera que podía imaginarse…
Su boca, esa boca que ahora si podía mirar. Bella se había dado la vuelta y me estaba mirando de la misma manera en que la estaba mirando yo a ella. ¿Estaría recordando lo mismo que yo?
Puede que ella estuviese reviviendo lo mismo que yo. Que estuviese reviviendo todos los besos que nos dimos, los momentos donde nos miramos, donde todo desaparecía, el momento en el que nos unimos. Esos destellos que nos decían que esta vez, no sólo había sido sexo, había habido algo más, que aun no era el momento de descubrir.
No sé cómo, nos fuimos acercando, cada centímetro era un destello más que venía a mi mente, y ya no podía parar. Bella tampoco parecía reacia a recorrer esos centímetros…
-¡Edward!
Dios…Andrew tenía que ser.
- ¡Bella! Uy, a ti no te buscaba, perdón…
De repente empezaron a llegar los que faltaban. Emmett y Jacob. Genial. Ya estábamos todos. Intenté tapar más a Bella con la sábana mientras los tres se quedaban mirando para nosotros como si hubiesen visto a un elefante volando.
- ¿Quereis dejar de mirarnos e iros de una vez? – dijo Bella como adivinando mi pensamiento.
Pero lejos de hacernos caso, una montaña de frases fuera de lugar abandonaron las bocazas de mis amigos al tiempo que soltaban sonoras carcajadas.
- Estos dos no pierden el tiempo.
- Parece que se lo pasaron mejor que nosotros.
- Y parecían tontos cuando los compramos.
- Jasper se pasó la noche hablando con Alice también, si al final los más parados son los que mejor se lo pasan.
- Definitivamente, yo ya no tengo oportunidad de unirme al club de los hombres de bella, que pena…
- ¡Estamos casados! – fue lo único que se me ocurrió para que pararan por fin de decir estupideces.
-¡¿Qué?!
- Hemos amanecido con estos anillos – levanté mi mano mostrándoselo – parece que vosotros no habéis sido capaces de detenernos – dije con fastidio hacia ellos.
- Oh – Emmett se quedó mudo de repente y empezó a negar con la cabeza.
- ¿Qué pasa? – preguntó Bella.
Mi hermano se tapó una mano con la otra y nos miró con gesto arrepentido. No podía ser…
- Emmett, dime que tú no has amanecido con un anillo también – Dios, no me puedes hacer esto…
Bella se puso pálida de repente mientras Jacob y Andrew empezaban a reírse diciendo cosas como “estos siguen con las viejas costumbres, primero con lo de Elliot, y ahora esto”.
En un momento, el mundo se paró. No podía ser posible. Bella me miró con gesto de disculpa y con lágrimas en los ojos. Iba a consolarla cuando una carcajada del menos esperado me hizo separarme.
- ¿Se puede saber que te hace tanta gracia Emmett? ¡Yo no se la veo!
- ¡Que es broma! Es que me lo habéis puesto a tiro – reía el imbécil de mi hermano.
Lo mato. Esta vez ni mi madre gritándonos sin parar iba a impedir que lo matase. Emmett echó a correr mientras yo me levantaba de la cama…..otra vez…
- Edward, eres mi mejor amigo pero ni enseñándome tus atributos vas a hacer que me enamore de ti, no te esfuerces más, ya te lo dije – Jacob, tenía que ser Jacob.
- Largo de aquí los dos, ¡fuera! – no sé que vieron en mi cara, pero no tardaron ni un segundo en abandonar la habitación.
Me metí rápidamente entre las sábanas otra vez y miré a Bella, quien hacía lo mismo hacía mi, sonrojada. No duramos mucho en silencio, porque los dos nos echamos a reir al mismo tiempo. ¿Qué nos estaba pasando? ¿Por qué nos reíamos? No sabía lo que me pasaba, pero en el fondo lo que estaba sucediendo no me parecía tan espantoso.
- ¿Qué vamos a hacer? – ella rompió el silencio- esto en dos días puede solucionarse, ¿no?, en dos días nos podemos divorciar y asunto arreglado.
- Si, supongo que si. Asunto arreglado.
Los dos transformamos nuestra sonrisa en una mueca de disgusto, gesto que evidentemente no me pasó desapercibido. Divorciarnos era lo adecuado y lo normal. Me estaba volviendo loco, definitivamente, así era. El silencio se volvió a instalar entre nosotros hasta que Bella encontró la manera de volver a romperlo.
- Debería llamar a mis padres para ver cómo pasó la noche Elliot…¡no!
- ¿Qué pasa? ¿Estás bien? – le pregunté asustado.
- Edward, dime que tomamos precauciones, no es no me alegre de lo de Elliot pero…
Si, por favor. Edward, dile que tomamos precauciones. Dile que no habéis cometido los mismos errores sin faltar ninguno, díselo Edward.
La angustia, pos suerte, nos duró poco, envoltorios sospechosos esparcidos por el suelo nos quitaron de la duda. Pero…¿cuántos había?
- Y yo sin acordarme bien…
- ¿Qué has dicho? – dijo Bella mirando con los ojos desorbitados hacia el suelo.
- Nada, he dicho que nos protegimos bien.
- ¿Te acuerdas de algo? Dime la verdad Edward.
- Sí, tengo destellos, como los tuyos – reí
Una preciosa sonrisa asomó a sus labios, y pronto fue acompañada por la mía. No sabíamos porque sonreíamos, pero lo hacíamos, los vagos recuerdos de la noche anterior asomaban a mi mente y sabía que a la suya también. Y estábamos casados, si, ¿y qué? Hace tiempo que había decidido serme sincero a mi mismo, así que debía admitir que no me parecía tan mala idea, es más, me gustaba. No sabía por qué, pero me gustaba. Tampoco quería saber el por qué, no lo necesitaba en ese momento.
Antes de que pudiésemos decirnos algo, la puerta de la habitación volvió a abrirse otra vez. Emmett, Andrew, Jacob y Jasper, este último medio dormido y arrastrado por Andrew, tenían otros planes para nosotros.
- No teníamos pétalos de rosa a mano chicos, así que os conformáis con esto, lo hemos sacado del baño. ¡Viva los novios! –gritaba Jacob mientras los 4 nos tiraban….¿sales de baño?, sin ninguna compasión.
Como pude, recogí toda nuestra ropa, nos envolví Bella y a mí con la sábana, la cogí en brazos y nos metimos en el baño, ignorando los gritos de nuestros queridísimos amigos.
- ¡Os quedasteis con ganas de más eh!
- ¡Viva los novios! – seguía gritando Andrew sin parar.
- ¡Esta vez os acordáis y queréis repetir eh! – decía Emmett.
- Imaginais que no se acordaran esta vez tampoco, ¡sería una putada! – reía Jacob seguido de todos los demás, que graciosos…
Bella y yo nos miramos avergonzados hasta, que sin tapujos, reímos y dijimos a la vez…
- Lo es.
Cuando todos se fueron por fin de la habitación, salí del baño para que Bella se pudiera duchar tranquila y yo poder mirarme al espejo y reflexionar. ¿Por qué teníamos los dos esta sonrisa tonta en la cara? ¿Realmente nos alegrábamos de estar casados? ¿De haber pasado la noche juntos? Era una locura…pero si tenía que cometer locuras, esta es la mejor que se me pudo a ver ocurrido…
-¿Edward? – me llamó Bella de repente – ya está puedes entrar tú.
¿Cuánto tiempo había pasado allí sentado sonriendo como un idiota? Edward….necesitas terapia. Y Bella también, porque te está mirando con la misma sonrisa, aunque la suya por lo menos es preciosa…
- Voy a ducharme – si, mejor, es lo mejor que pude haber dicho antes de seguir pensando lo que no debo.
Cuando terminé me reuní otra vez con ella, y me la encontré hablando por teléfono.
- ¿Estás segura? No mamá, voy a ir ahora mismo…ya sé que podría pasarme aquí el día divirtiéndome pero…Elliot…
Una nueva locura pasó por mi mente, ya había cometido la mayor de todas, así que no veía porque no cometer otra más. ¿Era yo el que estaba diciendo esto? No sabía, pero ya me daba igual, iba a disfrutar esto…
- Bella, ¿qué pasa?
Ella tapó el teléfono con una mano y contestó.
- He llamado a casa por saber de Elliot, y me dicen que están perfectamente y que se quieren quedar solos con él un día más, lo están disfrutando mucho. Además dicen que yo merezco un descanso…
- Y tienen razón Bella, te lo mereces. Sé que te mueres de ganas de ver al niño, yo también. Pero estamos casados, tengamos una luna de miel como dios manda – los dos sonreímos – pasa el día conmigo, escapémonos de todos estos locos y estemos tu y yo solos. Mañana estos ya se van, y tu y yo iremos los dos a buscar al niño, ¿Qué te parece? – y así solté mi locura.
Por un momento vi en Bella la duda. Duda que duró muy poco, afortunadamente.
- Mamá, tienes razón, un día de descanso no me viene mal, dale un beso muy fuerte de mi parte al peque – le hice un gesto para que me uniera a esa petición – y de parte de su papi también – rió – hasta mañana mamá, cuidaros mucho.
- ¿Empezamos? – le pregunté.
- ¿El qué?
- Nuestra vida de casados.
Y con una sonrisa, la empezamos.
Salimos de la habitación como si fuéramos dos delincuentes, intentando esquivar a la panda de locos que teníamos allí metidos, pero no era necesario tanto esfuerzo. Estaban todos dormidos tirados por el suelo y llenos de sales de baño. ¿Esta gente era normal? Prefería no profundizar mucho en esa pregunta. Cogí a Bella de la mano y salimos del hotel por fin. Mirándonos, sonriendo y cogidos de la mano. Como una pareja de recién casados.
Todo esto era una locura, eso estaba claro. Pero también estaba claro que lo estábamos disfrutando, y no le hacíamos daño a nadie por pasar un día en nuestro mundo. Sabía que Bella desconocía también el por qué de la libertad que estábamos sintiendo a pesar de todo lo que estaba pasando, pero hoy todo daba igual. Ya pensaríamos que hacíamos después, yo estaba dispuesto a dejarlo pasar por hoy, y parecía que Bella también.
Hoy era el primer día de mi viaje a Las Vegas, no iba a ser tan cruel de decir que no disfrutaba la compañía de mis amigos, pero era hora de admitirme a mi mismo que llevaba todo el viaje pensando en Bella y en mi hijo. Cuando la vi aparecer, el viaje cambió para mi, y eso que estaba vestido de esa manera que…preferiría no recordar. Olvidaré ese episodio de mi vida si quiero que Elliot se sienta orgulloso de su padre algún día.
Y el día fue pasando a pesar de mis deseos de que las horas no avanzasen. Aunque suene exagerado, nunca me había reído tanto en mi vida. Disfrutamos de Las Vegas, paseamos, fuimos de compras para llevarle algo a nuestro pequeño, y ante todo, disfrutamos de la compañía del otro.
Nos pasamos el día bromeando sobre nuestro inesperado matrimonio y hablamos de todo lo que se nos ocurría, sin vergüenzas, con confianza. Una confianza que cada vez era mayor.
Cenamos en un sitio donde nos trataron como un par de recién casados e incluso nos cantaron una canción para sonrojo de Bella. Escondió la cabeza en mi hombro y repitió mil veces que se estaba muriendo de vergüenza. Me pegó cuando me reí y acabamos los dos cantando con ellos, con todo el restaurante aplaudiéndonos. Algo que, ni la Bella ni el Edward de siempre, normalmente harían. Pero hoy no era un día normal.
Al salir del restaurante, la sombra de saber que el día estaba llegando a su fin, llegó. Y fue inevitable hablar del futuro, de cómo íbamos a arreglar esto.
- Edward, ¿qué vamos a hacer? Supongo que al llegar a Chicago tendremos que empezar con los papeles del divorcio, no sé como van estas cosas en Las Vegas.
Divorcio. ¿Por qué sonaba tan mal esa palabra en estos momentos?
- Si, supongo que si…
Mirando a nuestras manos entrelazadas, que no habían dejado en casi todo el día de estar así, entre broma y broma, me di cuenta que si iba a tomar este día de libertad en serio, tenía que ser sincero y tirarme a la piscina de una vez.
- Bella, tengo algo que confesarte – no sabía como podía articular palabra si me temblaba todo, era como un quinceañero en ese momento.
- Dime.
- Sé que tenemos que divorciarnos y lo vamos a hacer pero me gustaría decirte que ya me había hecho a la idea y…
- ¿Te gustaba? – dijo ilusionada.
- Claro que me gustaba. ¿A ti?
- También. Es una locura.
Los dos nos reímos después de una intensa mirada. Si. Era una locura, pero estaba bien estar loco de vez en cuando. Por eso decidí estar más loco aún y acercarme a ella, acaricié su rostro y mi mano se quedó allí como si no la pudiese despegar. Como si algo me uniese a ella…
- ¿Qué es eso? – Bella miraba hacia algo que estaba a mi espalda. ¿No podía dejar la curiosidad para otro momento?
Con esfuerzo, aparté mis manos de ella y fui a averiguar qué es lo que más le llamaba la atención. Me quedé de piedra.
En el cristal de uno de los locales, estaban las fotos de dos personas casándose. En una pista de baile, con un hombre vestido de hawaiano como oficiante de la ceremonia. Fotos de ellos firmando una carta de bebidas a modo de acta matrimonial, colocándose anillos, besándose…
Éramos nosotros.
Éramos nosotros casándonos, pero haciendo una escenificación, interpretando un papel, no me acordaba de cómo habíamos llegado hasta ahí, pero era así. Todo había sido una falsa alarma. Los dos nos miramos comprendiendo lo que había pasado.
- Parece que nos hicimos una película en la cabeza que no era real – dijo Bella rompiendo el silencio y mirando hacia las fotos.
- Eso parece. Parece que la película real la hicimos nosotros.
La sombra de desilusión que al principio teníamos se disolvió y empezamos a reírnos, disfrutando también de esta nueva situación.
- Ahora que ya nos habíamos hecho a la idea – repetimos los dos.
- ¿Sabes una cosa? – le pregunté – así mejor, ¿qué clase de padres seríamos si no tuviésemos una boda en condiciones que contarle a Elliot? – reí.
- Ah, ¿pero es que quiere casarse conmigo algún día profesor Cullen? – me dijo sonriente y desafiante.
- ¿Qué le he dicho de llamarme profesor Cullen señorita Swan? – intenté desviar así el tema – ahora va a tener que aguantar el castigo.
- ¡No!
- ¡Si!
Salió corriendo y yo intenté alcanzarla. Y así, entre bromas y risas, llegamos de nuevo a la suite del hotel. No había nadie y todo estaba en penumbra.
- Bueno, parece que estamos solos – esta vez fui yo quien rompió el hielo.
- Habrán querido dejar un poco de intimidad a los recién casados – rió.
- Cuando se enteren de la verdad van a meterse con nosotros hasta dejarnos hartos.
- Eso no lo dudes – asintió ella.
- Bueno, ahora creo que lo que toca es decir eso de…
- ¿Fue bonito mientras duró? – preguntó Bella.
- ¿Lo fue? – con mi pregunta nos pusimos serios de repente.
- Si – titubeó ella - ¿para ti?
- Claro
- ¿Aunque no nos acordemos de la noche de bodas? – bromeó.
- Aunque no nos acordemos…con claridad. Yo si me acuerdo.
- ¿Ah si?
- Claro, yo también tengo destellos – le dije sonriendo.
- ¿Cómo los de la otra vez?
- Mucho mejores que los de la otra vez.
- Me alegro Edward - después de un significativo cambio de miradas prosiguió- pero deberíamos dejar de hacer esto.
- ¿El que?
- Liarnos cuando no estamos del todo conscientes, se está haciendo una tradición.
- Por lo menos nos liamos de alguna manera. – le dije descaradamente y a modo de broma que surtió efecto. La risa volvió a inundar la habitación y no queriendo pasar esta oportunidad, compartí una idea para que esto dejara de pasar…
-Bella, deberíamos ponerle solución a esto, a esto de que pasen cosas y después no nos acordemos, yo personalmente, querría acordarme. No se los tuyos, pero mis destellos son dignos de recordar cómo se debe.
- Te aseguro que los míos también.
Y como si hubiese una fuerza que nos atrajo desde el principio, desde ese momento en que la vi llegar a mi clase por primera vez, la atraje hacia mí sin querer esperar un momento más. Lejos quedaban las discusiones, las locuras, la incertidumbre, las pruebas de paternidad, los gritos, los insultos, los matrimonios falsos….ahora solo estábamos ella y yo. Acercándonos, seguros de que esta vez, este momento se iba a quedar grabado en cada punto de nuestro cuerpo.
Mis labios entraron en contacto con los suyos, y todo lo que habíamos dejado atrás, desapareció por un momento, como si nunca hubiese existido.
Su mano rodeando mi cuello, acariciándolo. La mía tocando su cintura como si se fuese a romper en cualquier momento. Suspiros. Bocas que se saludan como si fuese la primera vez. Era la primera vez, esa vez que los dos éramos conscientes de lo que hacíamos. Besarnos, acariciarnos, reconocernos. Esos destellos de los que hablábamos nunca estuvieron más claros.
Me separé de sus labios para susurrarle al oído algo que hacía mucho tiempo que debería haber dicho.
- Hemos intentado empezar muchas veces de cero, creo que en este momento lo estamos haciendo de verdad.
Sentí como se estremecía y separaba para mirarme a los ojos y susurrarme también.
- Esto no sé me va a olvidar nunca. Hemos roto la tradición – sonrió.
- ¿Misión cumplida? – pregunté.
- Misión cumplida.
Y aunque no quería hacerlo, supe que en tenía que irme. Este era un buen comienzo, y esperaba no estropearlo, así que tenía que irme de la habitación si no quería hacerlo. Quería que el final de la locura estuviese muy lejano, y que a poder ser, no llegase nunca.
- Para romper la tradición con fuerza – le dije antes de posar mis labios en su frente – mañana recuerda que iremos a buscar juntos a Elliot. Buenas noches Bella.
- Buenas noches Edward.
Seguimos sonriéndonos mientras cerrábamos la puerta que nos iba a separar, pensando en que esa locura, esa confusión, ese día de locos, algo que podía ser muy perjudicial en un principio, no pudo haber sido más beneficioso. Nos habíamos conocido más, había crecido nuestra confianza y habíamos tenido nuestro comienzo. Un comienzo que llegó en el momento en el que los dos, con nuestras acciones, nos lo habíamos merecido, antes no lo habíamos hecho.
Después me adentré en la primera habitación que atiné a encontrar, me lancé a la cama feliz y pensé otra vez esperanzado: esta sí que es una buena manera de empezar de cero.
¿Qué tal?... Bueno chicas, el lunes más con Karla…Besos!!
01/12/2010 Ayyys
03/12/2010 Nuri
06/12/2010 Karla
08/12/2010 Airam
10/12/2010 Almu
13/12/2010 Milu
15/12/2010 Alba
17/12/2010 Montse
5 Sonrisas:
DIVINOOOOO!!!! Que buena forma de empezar desde cerooo jajajja te quedó perfecto Nurii!! aunque me hubiera gustado que se hubiesen casado de verdad pero no importa lo que si importa es que empezaron desde ceroo siiiii!!
Bye Besos!!
Mi NURY con mayuscula porfavor ... que capitulo tan genial ... lo lei ayer ... entro al blog y me llevo la sorpresa que ya habian actualizado pero no me caia el veinte que sigo yo.... me encanto la forma que llevaron los recuerdos a Edward.... al joven le esta gustando Bella todavia no tiene definido que es lo que siente por ella pero le agradada estar casado jejje aunque .... nada que fue una boda de mentiritas jejej de verdad que me gusto.... y otravez empezar de cero espero que sea la definitiva jeje
haber que sale .... sigo yo con las ideas que tengo ayyy espero irme por la mejor jeejje
genial mi NURY!!!! cuidate muchooo y besitos!!
Nuri, voy a serte totalmente sincera, desde la linea dos, no se porque, a aparecido una sonrisa en mis labios, que ha continuado hasta el último punto, a excepción de las veces que me he carcajeado de la risa, como con las sales de baño, y cuando Edward se ha levantado en bolas con la intención de echar al pack de cuatro de la habitación :-}..., pocas, muy pocas veces me ha pasado leyendo a alguien...
Si hasta me has convencido de que debían estar casados jodia!!!, no en serio, me ha entrado pena cuando han descubierto que todo era una escenificación, pero a ellos más..., parece que, al menos él porque ella lo tenía más claro, van aclarándose. Ya era hora!!! Aunque yo creo que les tenia que pasar todo esto para que se dieran cuenta, bueno hay algunas cosillas que..., pero en general, todos sus gestos les han puesto en este momento, el de empezar de cero, pero no como amigos, sino como algo más que aún es pronto para clasificar pero, si lo hacen igual de bien que la última vez que decidieron empezar de cero..., les puede ir genial ;-)
A ver si para la próxima, se acuerdan de lo que han hecho y no alimentan su mente con pequeños recuerdos ;-D pobretes. Y los locos de los amigos XD, sin comentarios, tienen cada una que pa que XD...
Lo dicho nuri, que me ha gustado un montón, has conseguido que empiece a mirar a Edward por su nombre, nada de innombrable y nada de chico, Edward...sin más..., espero que eso no cambie ;-)
Nuriii!
Genial! Me ha encantado! Como le has dado la vuelta a la tortilla eh! Estas cosas me gustan... que parezca que es una cosa y después sea otra.
Y bueno, ya la forma de relatar los sucesos... ese Edward y esa Bella enamoradillos... porque así están no?
Ay ay ayyy.. veremos que pasa. Bueno, ya esta visto que aunque lo de la boda no ha sido cierto, si que parece que mucho mucho no les importa eh!
Pues anda Nuri, gracias por este momentazo! Nos leemos!
nurii.... wow.. me encanto jaja este par son tremendos.. yo crei k si podian quedarse casado jajaaj que bueno estuvo él relajo de la boda..y yo m pregunto cuando podran hacerlo en sí jajaja...pense que despues del paseo y del besoooo podrían terminar con el buen recuerdo jaja pero no de palabras sino fisicamente jajaja... pero ya habra tiempo el adecuado ... me encantoooooo ya van en buen camino!
Y tú, ¿nos regalas una sonrisa?