Mi intención era publicar durante el fin de pero…, a sido un caos total :-S, de todas formas este capitulo es más larguito en compensación a ello.
May, Ayyys, Karla, ERIN, anónimo, Airam, Al. Gracias!!!, por pasaros, leerme y comentar :-}
Dudillas…
Yo creo que la conciencia de Bella, es muy similar a la de todas en algunas cosas, solo que ella, a diferencia de nosotras, pues no tiene a “pepito grillo” :-}, que no me digáis que no esta haciendo bien su trabajo, quizás un poco extralimitado pero… Bella ha contratado a un ser humano al fin y al cabo, no a un dios como ella misma cree, además, lo que Edward le ha dicho, no es más que lo que Jake y Ángela le han dicho mil veces, solo que, al ser un desconocido quien lo hace pues… abre más los ojos.
A ver si Bella se espabila, y le pega un silbidito al pepito, anda que no le vendría bien :-}
Capítulo 12 – Perdón… ¿por qué?
“Ocho días antes de la boda…”
Doscientos cuarenta invitados mas, mis padres, los padres de Emmett, Jasper y su acompañante, yo y…
Mierda, volvamos a empezar…
Vale, doscientos cuarenta invitados, repartidos en veinte mesas redondas, ¿total de invitados por mesa?… doce… Bien, eso son doce centros de mesa… No Bella no…, tacha eso, son veinte mesas de doce personas, veinte mesas, veinte centros de mesa en total, no doce…
Vale, veinte mesas, a doce personas por mesa, con un centro floral en cada una de ellas. Perfecto, ahora, la mesa central.
A ver… Rose y Emmett, sus padres y los míos, ósea, seis personas más…, Jasper y… aquella persona que tuviera las narices de ir con él, llevo ocho. Falto yo y…
¡Dios!, porque todo lo que hago me tiene que recordar a… a… ¡Edward! Señor, si hasta hace unos días, ni sabía que existía, ¿porque ahora tiene que estar metido hasta en mi taza de café?… Se suponía que venia aquí para olvidarme de Jasper, no para remplazarlo por otro que encima me rechaza…
Ya Bella, céntrate, no pienses más en él, piensa en la cena de esta noche, hoy volverás a ver a tu prima después de tantos años, y a los que iban a ser tus suegros…, y volverás a ver a tu ex, pero te dará lo mismo porque iras del brazo de…
¡Ah! ¡Ya basta!…, no puedo pensar nada con claridad, porque todo me lleva a volver a recordarlo. ¡Joder!, si hasta había soñado con él, un sueño muy agradable por cierto, pero claro, ni en los sueños podía acabar lo que empezaba, hasta en los sueños me acababa rechazando…, bueno, me había despertado por culpa del maldito teléfono y su sonido estridente al llamarme la de la floristería pero…, igualmente no había terminado lo que había empezado, así que terminaba igual que anoche, con un gran nudo en mi estomago, y una patente humedad entre mis piernas.
Al menos había traído bragas de sobra, si contaba claro, el regalito de Ángela, regalito que acabaría utilizando como siguiera a este paso la verdad…
¡Dios!, no solo soy una reprimida, si no que también una frustrada sexual. Es de pena lo mío, tantos años en abstinencia, sin ningún tipo de apetito sexual, bueno, de vez en cuando si pero…, nada que yo misma no pudiera solucionar, hasta que llega él, y termino convirtiéndome en una… salida, por decirlo sutilmente.
-¿Isabella? – pregunto de pronto, una voz demasiado conocida para mi, la única voz, capaz de hacer que me centrara de verdad, y dejara de pensar en tonterías.
-Buenos días papa – conteste con una sonrisa levemente temblorosa, una vez corroboré la presencia de mi padre, apoyada en el marco de la puerta de la cocina.
-Que haces levantada tan… temprano, y más siendo sábado – dijo caminando hacia la mesa donde yo estaba sentada.
-Son las diez, normalmente a estas horas ya suelo estar trabajando – conteste mientras ordenaba un poco el desorden de papeles, que mi desesperación me había hecho hacer.
-Oh claro…, disculpa, no estoy acostumbrado a ver a nadie en la cocina un sábado a estas horas – respondió serio, desviando su mirada de mi, pero sin llegar a centrarla en ninguna parte.
-Has… ¿has ido a correr? – pregunte para romper un poco el hielo.
-Si, el médico me lo recomendó, tengo un poco de colesterol así que – contesto echando una mirada rápida a su chándal arrugado, para después volver a mirar a ninguna parte.
-Tienes que cuidarte más… papa – susurre, siendo yo ahora la que centrara mi vista, en algo que no fuera él.
-Si, eso dicen tu madre y tu hermana… Oye – carraspeo - que… ¿qué haces? – pregunto fijándose en mis papeles.
-Pues… terminando de ordenar a la gente en las mesas para el convite. La floristería esta un poco impaciente – respondí golpeando levemente el bolígrafo contra los folios de notas. Para que negarlo, estaba un poco tensa con la situación y la forzada conversación.
-Lo han dejado todo para el último momento – dijo dándome la espalda para dirigirse a la encimera de madera.
-Si – susurre nuevamente, y otra vez, de vuelta el gran silencio.
-Quieres… ¿quieres café, zumo o algo? – pregunto Charlie, mientras se servía una taza de café.
-Ya estoy tomando uno – alce mi taza en alto – Gracias.
-Vale, por eso esta preparado, nunca me acuerdo que Carmen libra los fines de semana – hablo para él, a la vez que movía la cucharilla en el interior del liquido, cada vez con mayor rapidez, y fijaba su vista a través de la ventana que tenia justo en frente.
-Si me…, me lo dijo ayer – y ahí estaba yo otra vez hablando en susurros, para después volver a reinar el silencio en la gran estancia.
Para estar así de incomoda, prefiero estar pensando en tonterías la verdad. Aunque bueno, esta ha sido la conversación mas larga que he tenido con Charlie desde…, ni me acuerdo ya. Hace mucho tiempo que no hablamos tanto, bueno, si se puede considerar hablar a lo que acabábamos de hacer, ya que, tanto por mi parte, como por la de él, se podía notar la tensión a leguas, por no decir que, seguramente, por su mente ahora mismo, estaría pasando lo mismo que por la mía, “de que hablo con ella”.
Una mirada rápida hacia la esquina de la encimera, me basto para corroborar que Charlie seguía estando allí, bebiendo a sorbos pequeños su café, sin apartar por un instante la fija mirada de la ventana, se ve que ésta es más interesante que hablar conmigo…
Va, ¿para que quieres que hable contigo Bella?…, pues también es verdad, de que vamos a hablar, si apenas lo hemos hecho desde que estaba en la ciudad, por no mencionar estos últimos tres años, o cuando seguía viviendo aquí o…, a saber, creo que Charlie y yo jamás nos hemos sentado a hablar de verdad, de ahí mi incapacidad para negarme a estudiar lo que él quería. Eso si, para dictarme sus ordenes si me hablaba, pero eso ya…, eran otros tiempos.
-Bella, estas aquí, te estaba buscando – la que faltaba.
-Buenos días… mama – respondí resignada, mirándola.
-Charlie… Oye ¿eso que tomas es café? – pregunto ésta acercándose a él.
-¿Esto? – alzo su taza – No, es un té – afirmo rápidamente, haciendo que se escapara una pequeña sonrisa de mis labios.
-No soy tonta Charlie. ¿Por qué tomas café?, el médico te lo tiene prohibido – le riño, quitándole la taza de las manos.
-Renee por favor, una taza de café al día no me matara – imploro mi padre.
Que pena ver a la fiera de las finanzas, el gran Charlie Swan, convertido en un pequeño gato inofensivo, cuando la leona estaba frente a él.
-Con tu colesterol, y con tu tensión, por supuesto que podría hacerlo.
-Que dramática eres Renee – dije entre risas.
-No le des alas a tu padre, luego soy yo la que tiene que sufrir sus quejas – dijo con cierto tono de indignación. Sufrir ella…
-Lo dudo - susurre para mi.
-Esto si puedes beberlo… – protesto mi madre, señalando a Charlie con un cartón de zumo – no eso lleno de cafeína. Y tú… - ahora centraba la atención en mi - Oye… ¿y esas ojeras? – demasiado la centraba.
-Yo… yo…, son naturales en mi – dije volviendo a centrar mi vista en los folios llenos de garabatos.
Y ahora ¿quien se amansa ante la leona?... Ah, calla… Que quieres que le diga a mi madre, ¿que apenas he dormido porque he estado pensando en Edward?, el cual por cierto, ella piensa que es mi novio, y cuando me pregunte porque pensaba en él que tengo que contestarle, ¿que porque me rechazo?, porque no quiso acostarse conmigo, aunque bueno, yo tampoco se si hubiera sido capaz de llegar tan lejos, aunque luego si es verdad que pensé en él cuando me duche y…
-¡Bella!
-¡Dime! – grite tras el gruñido de mi madre. Edward, Edward, Edward… ¡dios!
-Te estaba diciendo que tengo una crema muy buena para el negror que tienes ahí – tú si me tienes negra…
-Mama… si mis ojeras no se han metido contigo, ¿porque tu si te tienes que meter con ellas?
-Isabella Marie Swan – malo – No pienso consentir que vayas a la cena de esta noche con eso que tienes bajo los ojos. Así que ahora mismo, estas echándote la crema que voy a darte – dijo seriamente. Para no tenerle miedo.
-Deja a tu hija Renee – clamo Charlie.
-Tú bebe el zumo y calla – ¡toma!, eso por hablar.
-¿Qué son estos gritos? – pregunto una sonriente Rosalie, entrando a la cocina.
-Tú hermana, mira que ojeras tiene – y dale con apuntarme con el dedito, que manía tenia, dios, que rabia me da que lo haga.
-Déjala mama, anoche llegamos tarde, además, eso que tiene se soluciona con un buen maquillaje. No te preocupes Bella, yo te maquillare luego – dijo mi hermana, a la vez que me guiñaba un ojo.
Qué pasa ¿que yo no se arreglarme solita o que?... Podrían comprarse una maniquí o algo y dejarme tranquilita.
-No hace fal…
-Entonces no estaremos a las siete en el restaurante – la voz tosca de mi padre me interrumpió.
-¡Papa! – canturreo mi hermana, corriendo hacia él para darle un beso - ¿Has ido a correr? – él simplemente asintió, mientras la sonrisa se hacia presente en su rostro.
-Buenos días – madre mía… Ahora si estábamos completos.
-Buenos días Edward – dijo mi madre, lanzándose hacia él. Mira, quizás a ella no la rechazaba.
-Hola Edward – saludo Rose, a la vez que mi padre hacia un gesto con la cabeza en señal de cortesía – Mira mama, Edward también tiene ojeras – prosiguió mi hermana, mientras yo apartaba la vista y volvía a centrarla en los folios.
-Si, por lo visto ayer no durmieron mucho estos dos – contesto Renee. Ella como siempre, con sus insinuaciones tan oportunas - ¿Quieres un café Edward? – pregunto ésta.
-Claro – sentí que decía próximo a mi – Hola – vale, estaba justo en frente de mí.
-Hola – respondí rápidamente, sin apenas llegar a mirarlo. Para que, ¿para quedarme embobada y hacer aún mas el ridículo? Mejor que no.
-Aquí tienes Edward.
-Gracias Renee – contesto él, dejando el café en la mesa y sentándose en la silla que estaba a mi lado, bien empezaba el día – Me gustaría hablar contigo un momento – susurro de pronto, haciéndome soltar el bolígrafo de la impresión.
-¿Hablar? – pregunte en susurros. Que hay que hablar ¿que además de una reprimida, soy una ridícula?, señor…
-Si, más tarde, cuando estemos a solas – murmuro.
Yo simplemente pude asentir, una vez levante la cabeza para mirarle brevemente. No hacia falta mirarlo más tiempo para decir que hoy estaba… arrebatador… Como siempre Bella, como siempre.
El resto de la mañana, se convirtió en una tortura aun mayor para mí. Sabía que había que hablar, mas que nada porque, me gustara o no, aún quedaban siete días para dejar de verlo, siete días, en los que difícilmente, podría huir de él, pero… él echo de que fuera él quien tuviera la iniciativa de hablar, me puso aún más nerviosa.
¿Qué iba a decirme?, ¿qué me buscara un buen psiquiatra para mis trastornos?, ¿qué me buscara una vida quizás?, o… ¿qué dado a lo sucedido la noche anterior, era mejor que se volviera a Boston?... No Bella, eso no, él esta acostumbrado a ese tipo de situaciones, joder es un gigoló, le pagan por hacer lo que hace… Si, pero bien que a mi me había negado… ¡Dios, voy a acabar volviéndome loca!
Finalmente, y tras pasar la mañana evitando sus miradas, y los comentarios sarcásticos de mi madre durante la comida, llego la hora de arreglarse, o lo que es lo mismo, la hora en la que Edward y yo, teníamos que hablar, ya que estábamos solos en la cocina…
Porque no me fui antes… ¡porque!
-¿Vas a mirarme ya? – pregunto Edward de pronto.
Esto era ridículo, llevábamos más de cinco minutos solos en la cocina, sentados frente a frente, con la mesa como único obstáculo entre nosotros, y ninguno de los dos había sido capaz de abrir la boca. Bueno yo para suspirar alguna que otra vez, mientras se suponía que continuaba con la lista que llevaba redactando desde la mañana, mientras sentía como Edward me taladraba con la mirada.
Patética, soy una gran patética.
-Vale –suspire resignada, levantando la cabeza - Di lo que tengas que decirme pero dilo ya – dije atropelladamente, cuanto antes acabara esta tortura, mejor.
-Bella… esto es un poco incomodo – bufó un poco frustrado.
-Estoy de acuerdo contigo, así que…, entenderé si quieres irte. No te preocupes, no hace falta que me devuelvas el dinero…
-Bella, Bella, ¡Bella!... – alzo sus manos al aire, haciendo que dejara de hablar - Es incomoda esta situación, el que tú estés tan tensa que ni siquiera seas capaz de mirarme.
-¿Qué quieres decir? – pregunte, una vez el brillo de sus ojos, volvió a hipnotizarme.
-Que no voy a irme – negó serio. ¿No se va?, ¿eso te desilusiona o te alivia Bella? ¡CALLATE! - No estoy incomodo contigo por lo que paso anoche, pero tu si, y no quiero que lo estés.
-Ya pero no… - calle. ¿Como le explicas a un desconocido, que su mera presencia te basta para desestabilizarte? Y que no te tome por loca claro – Es que… no puedo evitar mirarte y recordar que perdí un poco… el norte - ¿el norte? Y el sur también.
-Mira, en cierta forma yo tuve mi parte de culpa, no debí… - callo ahora él, a la vez que su pose pensativa, me indicaron que estaba buscando las palabras adecuadas. Claro, como yo todo lo entiendo de otra forma pues… - Mira, no debí decir lo que dije, y espero que puedas disculparme por ello, me extralimite y eso no es propio de mi – confeso finalmente.
-Si lo dijiste es porque lo piensas – susurre sin apartar mi mirada de la suya.
No quería mirarlo porque me perturbaba, pero una vez lo hacia, no podía apartar mi ojos de él. De locos ¿verdad?...
-No, no lo pienso – aclaro rápidamente - Y aunque así fuera, tú tienes razón apenas te conozco para decirte nada como lo que te dije – sonó arrepentido.
¿Por qué?, ¿por qué? y ¿por qué?, me es imposible encontrarle ningún defecto… Encima ahora la que se sentía culpable era yo.
-Yo tampoco debí decir lo que te dije – hable tras unos segundos, a la vez que agachaba la cabeza - No se…, interprete tus gestos de otra forma…, no debí…
-Bella – me llamo, haciendo que volviera a fijarme en él - Si algo puedo decirte con seguridad, es que eres una chica muy especial – dijo mirándome fijamente, sin que pasara desapercibido, su intento de rozar mi mano, la cual estaba encima de la mesa, con sus dedos, pero se freno dejando esta al lado – Una chica – siguió - capaz de ganarse el corazón de cualquier hombre, por eso dije lo que dije, me da un poco de rabia que no seas capaz de valorarte. Se que lo has pasado mal, pero…, no puedes seguir escudándote en lo que paso – he aquí mi gran verdad, Edward estaba siendo sincero conmigo, mientras la imagen de mi cuerpo lanzándome a sus brazos, se repetía incesante en mi mente.
Guapo, atento, caballeroso, y encima, se preocupaba por mi… ¿Alguien da más?
-Lo se… - susurre avergonzada - Lo se. Gracias.
-¿Porque? – pregunto de pronto.
¿Hacia falta preguntar?, nada de lo que me había dicho la noche anterior, había sido mentira. Había tenido tres años para olvidarme de Jasper, y en vez de eso, no hice otra cosa más que compadecerme de mi misma.
-Por intentar abrirme los ojos – conteste - En tres días has conseguido lo que nadie ha hecho – dijo con total sinceridad.
-No hay de que – sonrió y de nuevo volvieron las ganas de tirarme en busca de su boca - ¿Qué pasa? – pregunto.
-Nada – agache la mirada de embobada rápidamente, mientras el rubor, volvía a delatarme.
-Va, corre a arreglarte, esta noche tienes que dejar a todos con la boca abierta – dijo entre risas.
-No se… - calle ante su seria mirada – Por supuesto – sonreí, a la vez que me levantaba de la silla.
-Bella…
-Dime – dije girándome.
-Si anoche no llegas a parar... dudo mucho que yo hubiera podido hacerlo – suspiro y el maldito temblor, volvió a hacer acto de presencia en mis rodillas - Y que conste, que fuiste tu la que me provoco a mi – dijo girándose para mostrarme nuevamente su sonrisa.
¿Y ahora que se supone que tengo que responder?...
-Voy…voy…, me voy – dije finalmente, corriendo dirección hacía las escaleras para llegar cuando antes a mi habitación. Cuanto más lejos estuviera de él, mejor para mi poca salud mental, eso si, la sonrisa presente en mis labios, no desvaneció.
…..
-¿Se puede? – escuche preguntar a la voz de mi hermana.
Y yo aún con la toalla enrollada al cuerpo y el pelo completamente húmedo, porque cierta personita, me había dejado pensando en mariposas, hacia ya una hora.
-Pasa – respondí mientras terminaba de colocar mi vestido sobre la cama. Al menos, la falta de sueño la noche anterior, me había servido para terminar de deshacer mi maleta, y esconder ciertos… regalitos.
-La futura novia viene en auxilio de su hermana. ¿Qué tal me veo?
(Quedo bastante rara, pero si la pongo en blanco y negro no se percibe bien el vestido)
-¿Impresionante? – afirme con una pregunta, mientras Rose giraba sobre su mismo eje, para que la viera en todos los ángulos.
Impresionante era una palabra que se quedaba corta. Rosalie era de esas personas, que si cumplían realmente el típico halago que siempre escuchábamos al cumplir años, ese que nos dicen en un intento de que nos sintamos mejor, pero que consigue justo el efecto contrario, el famoso “mejoras con los años”, el cual sabemos que es mentira, pero, por educación, no nos queda otra que sonreír a aquella persona tan mentirosa.
Pero como suele decirse, siempre hay una excepción para todo, y en este caso, la excepción era Rose. Daba igual lo que se pusiera, ya fueran unos vaqueros o un simple camisón, ella siempre estaba perfecta, y sin apenas maquillaje. No le hacía falta, tenía el cutis perfecto, bastaba un poco de sombra de ojos, con algo de rímel en sus voluptuosas pestañas, para acentuar más el azul cielo de sus ojos, y un buen pintalabios que resaltase todavía más su sensualidad.
Y si a eso le añade un ceñido vestido de raso, el cual se amoldaba perfectamente a todas y cada una de sus curvas, las cuales perfectamente podrían ser la envidia de cualquiera, junto a su larga cabellera rubia pues… impresionante sigue siendo poco.
Y luego estaba yo… que a su lado parecía el patito feo de la familia… Que triste…
-No hace falta que me ayudes, de verdad – susurre tras una mirada rápida de mi reflejo en el espejo. Si ya era humillante cuando ambas estábamos arregladas, con la toalla puesta, y los pelos pegados a la espalda pues…
-Si, lo hago porque quiero además, así pasamos un tiempo solas, que desde que has vuelto, no hemos podido hablar mucho – sonrió cálidamente, mientras señalaba la silla donde quería que me sentara.
Va Bella, le hace feliz, déjala. Además, una charla entre hermanas, no te vendrá mal.
-Vale, pero nada de extravagancias o te aseguro que no iré a esa cena – amenace antes de sentarme.
-Naturalidad, lo se – sonrió mientras me sentaba – Y cuéntame, a parte de tener a un novio guapísimo, ¿eres feliz? – sin rodeos, para que darlos, Rose siempre había sido así de directa.
-Si, me gusta el trabajo que tengo, Boston me encanta y adoro a mis amigos ¿puedo pedir algo más? – bueno, un novio como Edward no vendría mal pero…, para que vamos a quejarnos.
-Me alegro mucho que al final hayas conseguido esa armonía. Sabía que solo era cuestión de tiempo, que acabaras olvidando – respondió mientras con una toalla, intentaba quitar la humedad de mi cabello.
Si cuestión de tiempo…
-Jasper ya no… ya no me quita el sueño – eso era cierto.
Ver su reacción después de tanto tiempo, y más pasando lo que paso, lo cambiado que estaba, esos gestos tan desconocidos para mí… No, ese no era el Jasper del que yo me enamore en su día, él de ahora era otra persona, otra con la que no quería tener nada que ver.
-No sabes cuando me alegro. Al principio me negué a que él fuera el padrino, vale que es el mejor amigo de Emmett pero…, tu eres mi hermana, y aunque, no tengamos la típica relación fraternal, no haría nada que te incomodara – susurro lo ultimo en un hilo de voz, haciendo con ello que yo también me emocionara.
-Rose… - susurre girándome sobre la silla para mirarla, se había emocionado y yo… no sabía ni que decir.
Rosalie y yo, no cumplíamos el estereotipo de hermanas inseparables pero…, era mi hermana, la quería y verla tan vulnerable ante mi, cuando nuestra relación siempre se había caracterizado por ser más bien fría pues… hacía que todos mis buenos sentimientos hacia ella, afloraran por todos los poros de mi piel.
-Rose estoy bien, de verdad, Jasper es agua pasada – dije dándole mi mano, la cual apretó a la vez que me dedicaba una cálida sonrisa.
-Va venga, vas a hacer que se me corra el rímel y esta noche tengo que estar perfecta, igual que tu – sonrió mientras intentaba abanicarse sus ojos, para secar la ligera humedad, con su mano libre.
-Que tonta, yo jamás podre compararme contigo.
-Como que no. ¿Estas retando a Rosalie Lillian Swan? – reímos juntas.
Tres cuartos de hora después, una mascarilla asquerosa, que olía a aguacate podrido, dos interrupciones de Renee para verificar si las ojeras, habían desaparecido de mi cara, unos cuantos estirones de pelo, los cuales seguro me habían echo perder algún que otro pequeño mechón, una llamada de teléfono de Emmett para decir que estaba en el salón, con Edward, charlando y esperándonos, otra nueva interrupción de Renee para decirnos que ya se iba con Charlie al restaurante, y una suave capa de maquillaje que acabo por hacerme perder la poca paciencia que me quedaba, llego por fin el momento de colocarme el vestido, y como no, la cremallera se resistía.
¡Dios!
-Tengo un serio problema con las cremalleras – salí disparada del baño con paso torpe, debido a los altísimos tacones, y a la pelea que estaba teniendo con el vestido.
-Deja que te ayude – camino Rose hasta mi.
-Odio usar pendientes – murmure cuando aparte a un lado el recogido alto, que Rose me había hecho, haciendo con ello que mi pelo se enredara entre los dijes de uno de los pendientes que ella misma me había prestado y obligado a poner. No te digo, hoy me quedo sin pelo.
-Llevas el pelo recogido, te falta algo si no los llevas puestos. Ya esta – afirmo una vez hubo retocado mi pelo y el vestido.
-¿Qué tal estoy? – pregunte dudosa, los nervios ya estaban comenzando a hacer mella en mi.
-Espera, te falta una cosa – dijo quitándose el anillo que llevaba en su mano izquierda.
-No Rose, es anillo es tuyo, además, a mi no me gustan mucho estas cosas…
-Lo necesitas porque vas muy sencilla, además, a mi con llevar el único que me interesa, me basta – me indico señalándome el anillo de compromiso en su otra mano.
-Gracias – susurre, mientras llevaba la piedra de diamantes y oro blanco hacia mi mano derecha. Era algo exagerado para mi pero…, si Rose quería que lo llevara, quien era yo para decirle que no.
-Una pose – pidió.
-Estás preciosa – afirmo con una esplendida sonrisa. Yo no quería ni mirarme.
-Voy a matarme en estos tacones – señale – ¿No puedo llevarme unas zapatillas de recambio?
-Que cosas tienes Bella, además no vas a matarme, y menos, del brazo de Edward – vaya consuelo - Bueno que… ¿lista?
-Lista – que remedio ¿no?
….
Después de bajar las escaleras, sujetándome con ambas manos a la barandilla de esta, para no matarme, y tras los minutos vergonzosos, en los que Emmett, igual que la noche anterior, volvió a dedicarnos tanto a Rose como a mi, todo un repertorio de piropos y halagos, a la vez que la fija mirada de Edward sobre mi, no hizo más que ponerme aún más nerviosa, partimos para el hotel Sheraton, situado en el centro de la ciudad, donde tendría lugar la recepción en honor a la feliz pareja.
-Llegamos tarde – murmure mientras salíamos del vehículo.
-Son las siete y media, tampoco es tan tarde – respondió Rose
-Si no os hubierais tirado encerradas toda la tarde en la habitación, habríamos salido con tiempo de solventar el tráfico – contesto Emmett, mientras se colocaba la chaqueta.
-Hemos llegado ¿no?, eso es lo que importa – añadió Edward – ¿Preparada? – me pregunto, justo antes de entrar por las puertas del hotel.
-¿Puedo cogerme de tu brazo? – pregunte ganándome con ello una mueca extraña por su parte – Es que lo mejor, para no malinterpretar las cosas a partir de ahora, es que te las diga, así no nos hacemos ideas raras – dirás más bien, que así tu no te haces ideas raras.
-Vamos – dijo entre risas, tendiéndome su brazo, el cual no dude en agarrar.
¿He mencionado ya lo guapo que estaba hoy?... Bueno, a él le pasa como a Rose, que las palabras que pudieras dedicarle, se quedan cortas, pero es que hoy…, hoy sobrepasa la perfección con creces.
De siempre se ha dicho que un buen traje, es el mejor amigo para realzar los atributos del hombre. Pero si ese hombre, es un dios andante, puesto de traje ya… Y si a eso, le sumamos el hecho de llevar los dos botones principales de la camisa, desabrochados, enseñando así, parte de lo que había bajo la fina gasa blanca que cubría lo demás pues…, guapo es poco, muy, muy poco.
-Tus padres no se andan con rodeos ¿eh? – susurro Edward, mientras caminábamos por el pasillo dirección a la zona reservaba para la cena.
-Esto no es cosa de mis padres, esto es cosa de los socios de la empresa. Es el regalito para Rose – conteste, mientras intentaba andar lo más erguida posible, para no terminar estampada contra la alfombra.
-Creo que debería haberme puesto la corbata – murmuro con cierta burla en su voz.
-Créeme, en lo que menos se van a fijar, va a ser en si llevas corbata o no. No te haces una idea de la panda que hay ahí dentro – me estremecí solo de pensarlo.
-Por lo que estoy viendo, creo que puedo hacerme una idea.
-Ya era hora de que llegarais, ¿dónde os habéis metido? – pregunto Renee, la cual nos sorprendió justo antes de entrar a la sala.
-El trafico suegra, no sabes como esta la ciudad a estas horas – respondió Emmett rápidamente.
-Bueno venga, pasad que os esperando – dijo toda nerviosa.
-¿Lista? – pregunto en un susurro Edward.
-Para nada pero… - murmure justo antes de entrar por la puerta, donde un salón, de aire bastante conservador, repleto de mesas redondas y gente a la que ni conocía, esperaban a la radiante novia.
-Debí imaginar que lo de pocos, significaba lo contrario viniendo de mi madre.
-¿Tienes que presentarme ante todos aquellos que nos están mirando?
-Si – respondí a su pregunta, sin quitar la sonrisa falsa de mis labios, mientras miraba a todos los curiosos.
Esta…iba a ser una noche muy larga…
-¿Bella?
Así a empezado la noche, ¿Cómo acabara?..., más durante el fin de semana. Besos y a disfrutar de la semana y de los días pre navidad….
7 Sonrisas:
Me gustó muchoo este capítuloo como acabara la nochee Ya no puedo esperar hasta el fin de semana!!! esta historia esta muy inetersantee!!
Noooooo!!!!! no puedes dejarnos asi, es increible como me divierte esta historia, la conciencia de Bella es algo dificilmente superable.
Muero por el proximo capitulo. Nos leemos en la siguiente actualizacion (espero que pronto.
besos desde argentina con amor
Sus pensamientos son imparables me hacen reir demasiado, imaginate si su conciencia hablara XD tendriamos a una Bella en el psiquiatra XD la prencencia de super Edward la pertuba demasiado y a quien no????? jejeje
ya empieza lo bueno que pasara en esa fiesta,lo has dejado con querer massssss y quien le hablo a Bella al final???
super genial!!! gracias mi Almu!!
cuidate y besitos!!!!!
Almu!!!!!
Espera....deja que me calme porque me acaba de borrar todo el comentario que tenía escrito }:-],y ahora no me acuerdo de lo que había puesto :-[
A ver...ya estoy mas calmada creo ;-D. Ya comenté en el anterior, y ya estoy al día. No hay más?? ;-D Yo que estaba contenta porque tenía tres capítulos pendientes, y ya se han acabado :-[, que poco me ha durado la felicidad ;-D
Bueno, al lío.....
Edward. Empecemos por ahí porque se lo merece. En el capítulo anterior estuvo muy bien porque dijo las cosas como tenía que decirlas por mucho que se haya podido extralimitar, y en este muy bien también porque ha vuelto a ser nuestro Edward perfecto....ese Edward perfecto que va a acabar con mi pobre Bella ;-D
Ella que no ha podido dormir casi.....y el tampoco?? :-| porque también tenía ojeras....y eso de que si ella no hubiese parado el no hubiese podido hacerlo? :-| Era sólo trabajo no? ;-D Yo no sé que es esto ya jajaja, me intriga este hombre...pero me encanta :*)
Lo que si deduzco (por parte de Bella no lo deduzco, está claro ;-D) que estos dos se tienen unas ganas tremendas, yo no quiero pensar lo que va a ser eso cuando.....cuando dejen de resistirse, por decirlo así :-) (ella se está resistiendo, y Edward? mmm, por lo que ha dicho deduzco que si :-))
Charlie. Por ahora está claro que la situación entre padre e hija está bastante mal :-S, pero yo confio en que Charlie tenga un buen fondo, asi que me intriga como va a seguir esta relación.
A Renee no la soporto mucho }:-] Rosalie me encanta! El momento de las hermanas ha sido genial y muy bonito :-[
Y ahora a ver que sigue.....porque la cena me da a mi que va a estar muuuuy interesante. Tenemos a estos dos que tienen que fingir, y con lo bien que se le da fingir a Edward....;-D Pobre Bella, va a acabar con ella jejeje. Y tenemos a Jasper (al que por ahora odio también, a la hoguera con Renee }:-]) que me intriga a mi mucho también....porque Alice donde está? va a ser su acompañante en la boda? :-| Ya estoy yo empezando a montarme películas jajaja
Bueno Almu, que ya sabes que esta historia me gusta muchísimo, y estos capítulos no han sido menos ;-) Cada día estoy más enganchada! jeje
Gracias y un besazo!!
ayyy como adoro este fic jaja esta buenisimo...bella y su padre.. son tal para cual al parecer ninguno quiere dar su brazo a torcer para hablar jaja... y la acitud de bellaaa hacia ed.. dios... yo staría asii que cara le pondria despues de lo k paso..omg... verlo desnudito.. comerlo unpokito y puff luego dejarlo jajaja...k verguenza.. bueno no.. sino l importara, daria igual.. pero ahora podria entender que le llega no solo gusto fisicamente por sabemos k el es un bombom.. seguro hay mas.... jjajaja.. y este papasito ahi diciendolo k el podria aver seguido.. me muerooooooo como bella jaja dios empeora las cosas debe andar mas con ganas jajaja....
para la cena.. hermoso el vestido... me imagino a ed y debe estar para babear y comerselo... jaja ... ahora a enfrentar a todo mundo... solo esperooooo que bella aproveche la ocasion para presumir a su "novio" y actuar como "novia" ajaj
ay almu mi kerida almu.. eres maravillosa ! :D
Almu!!!!!!!!!
a que no adivinas estaba viendo si actualizaste my angel y me encontre con este maravilloso fic, me fascina en serio, sobretodo de donde viene la inspiracion es una de mis pelis preferidas!!! me encanta como describes todo y aparte lo de colocar las fotos tremenda idea, asi uno se mete mas en la historia!! me encanta me encanta sobretodo Ed se me hace irresistible!!! Espero actualizes pronto porq empece a las 12 (hora de mi pais) y ya son las 3 y media y acabe y quede con ganas, es q esta super interesante!!! Y bueno aqui se suma una nueva lectora al fic, espero ser Bienvenida!! saludos espero te encuentres bien!
Almu, no había comentado por que estaba fuera del pais, me lei estos dos capítulos que me faltaban,el anterior muy caliente y en este muero por saber que onda con Alice y como se pone el ambiente entre estos dos. Un bezo y Feliz Navidad :)
Y tú, ¿nos regalas una sonrisa?