My angel - Capítulo XIV (1ª parte)

CAPÍTULO IVX – Roma (1ª parte)

Kristen

-¡Ya estamos en Roma Kristen! –expresó una emocionada Cath, mientras íbamos bajando del avión.

Siempre odiaba los cambios de última hora, pero cuando Cath me ofreció la alternativa de quedarnos un día más en España y de ahí ir directamente a Roma, internamente se lo agradecí. No es que no quisiera regresar a los Ángeles, se trataba de que todavía no quería ver a Michael, a día de hoy no sabia en que punto estábamos, bueno mas bien no sabía en que punto estaba yo, pues seguía teniendo muchas  dudas.

Sabía que lo quería, pero a la vez estaba empezando a darme asco que me tocara, y eso era en parte gracias a él mismo. Su comportamiento los últimos tres meses era muy diferente al del Michael de siempre, y todo eso sin tener motivos suficientes. ¿Si realmente supiera las dudas que tenía?...

Tenía que aclararme de una vez, si quería estar con Robert aunque no fuera nada serio eso significaba que no amaba lo suficiente a Michael, y no quería hacerle daño por lo tanto terminaría con él. En cambio, si mis sentimientos hacia Robert eran insignificantes y los que sentía por mi novio podían más, le dejaría claras las cosas a Robert e intentaría por todos los medios ser su amiga, como lo éramos antes de empezar toda esta locura.

Si, tenia que aclararme por mi bien y por el bien de las personas implicadas, y tenia que hacerlo ya, antes de volver a ver a Michael, por lo que aprovecharía mi estancia en la ciudad.

Llegamos a Roma casi anocheciendo y como estábamos cansadas decidimos irnos a dormir, ya que los dos días que íbamos a estar allí se avecinaban muy duros. Cuando llegue a mi habitación pensé en ir a la de Robert y hablar con él, tenía que empezar ya a aclararme porque iba a tener muy poco tiempo con todas las entrevistas, sesiones fotográficas, firmas de libros y presentación de la película, pero como no sabía su habitación lo llame al móvil, encontrándome con este apagado, por lo que deduje que sería probable que aún siguiera en el avión.

Solo unas horas más Kristen, unas horas más y podrás encarar toda esta situación.

Eran las tres y media de la mañana cuando unos incesantes golpes en la puerta me despertaron. Adormilada y desconcertada, me levante a ver quién era, llevándome así una sorpresa con la que no contaba.

-¡Michael! Que… ¿que haces aquí? –esto no me lo esperaba, ¿que coño hacia él aquí?

-Hey, que buen recibimiento. Me paso diez horas en un avión para poder estar contigo y me encuentro con esto –dijo mientras entraba en mi habitación.

-No Michael no me malinterpretes, es que no te esperaba, no me dijiste que ibas a venir.

-Ya, pero… quedamos en que sí vendría recuerdas –si pero, yo pensaba que al no ir yo a los Ángeles no vendría y mira… Eso me pasaba por pensar.

-Si pero eso era antes, cuando supuestamente yo volvería a los Ángeles y tu vendrías aquí conmigo.

-No le des tantas vuelta Kristen,  yo te dije que estaría aquí contigo y es lo que he hecho, no importa la forma, el caso es que he venido para apoyarte –si, para apoyarme y para desmoronar todo mi plan. ¿Y ahora que iba a hacer?

-Si… Gracias –dije abrazándole.

-Además no ha sido fácil, tu amigo también estaba en el avión y nos ha tocado saludarnos –añadió, haciendo que me separara de él.

-¿Mi amigo? ¿Te refieres a Robert? –inquirí. Entonces él también había llegado ya.

-Si, a ese –espetó de mala gana.

-No empieces o me voy a dormir con Cath –ya empezaba la misma historia de siempre.

-Esta bien Kristen. Además no me importa, yo he venido a estar contigo y para apoyarte –dijo abrazándome de nuevo, a la vez que acariciaba mi espalda.  

-Gracias… otra vez –susurré, antes de que Michael buscara mi boca con la suya.

Lo normal hubiera sido seguirle el juego, dejarme acariciar por sus manos, y agradecerle como él pedía el detalle de haber venido hasta aquí, pero cuando el beso comenzó a tener intensidad decidí romperlo y decirle que tenía la regla. No me apetecía mantener relaciones con él, no ahora cuando en mi cabeza se fraguaba un cambio de planes. ¿Como iba a descubrir lo que sentía por Robert si mi novio, al cuál no esperaba, acababa de llegar?

Quizás hubiera sido más fácil si hubiera venido el Michael de las últimas semanas, pero el que tenía junto a mí, en mi misma cama, era aquel del que me enamore…, uno que no hacía más que  apoyarme en todo. Definitivamente, estaba bien jodida.

Como era de esperar, el primer día de promoción fue durísimo. Por la mañana entrevistas y ruedas de prensa, por la tarde más entrevistas y firma de libros, apenas tuve tiempo para nada y encima Michael siempre estaba ahí pegado a mi como una lapa.

No llegue a mediar ni tres palabras con Robert durante la mañana. Hola ¿que tal?,  eso fue lo máximo que nos dijimos, y como no, bajo la mirada atenta de mi novio. Luego pensé que a lo mejor en el coche podría hablar con él, pero tampoco, ya que él iba con Catherine en uno y yo en otro con Michael, por lo que nuestro acercamiento aquel primer día, se limito a aquella frase hecha, y a unas cuantas miradas durante la rueda de prensa.

Cuando llegue al hotel después de cenar estaba desesperada, necesitaba hablar con Robert ya, no solo por aclararme sino porque lo echaba de menos, quería saber como se sentía, se le veía tan raro con la reacción de las fans, no se, necesitaba apoyarlo, pero como iba a hacerlo si Michael no se separaba de mí ni un solo momento.

Estaba terminando de ducharme cuando mi móvil sonó, por suerte me lo metí al baño, ya que a esas horas era habitual que mi madre me llamara. En principio pensé que era ella, pero cuando lo miré vi que era un mensaje;

“Hoy todo a sido muy raro peque. No sabes las ganas que tengo de hablar contigo”.

Instintivamente le conteste;

“Si que lo ha sido. Yo también tengo muchas ganas de hablar contigo, pero me parece que va a estar difícil”.

Me moría por hablar con él y quería que lo supiera, algo tenía que pensar para hacerlo, quizás… ¿si esperaba a que Michael durmiera?… no eso era muy arriesgado.

De pronto mi móvil volvió a sonar. Me parece que me voy a quedar mucho tiempo en el baño esta noche, me dije a mi misma mientras abría el mensaje;

“Mañana por la mañana tenemos una sesión de fotos. Cath no viene, haz lo que sea para que él tampoco”.

Si, ese era un buen momento para poder estar a solas con él, bueno con él y con todo el equipo fotográfico, pero por lo menos podría hablar algo más con él de lo que lo había hecho hoy;

“Vale, aún no se como lo lograré pero él no vendrá”.

Para matarme, estaba en el aseo de un hotel en Roma, trabando un plan, con un tío que tenia todas las papeletas de convertirse en algo así como mi amante, para escaparnos de otro tío que era mi novio. Kristen, como no resuelvas esto pronto tu vida va camino de un infierno, me dije apunto de salir, pero el sonido de mi móvil me lo impidió;

“No te haces una idea de lo mucho que te hecho de menos”.

Si, si que me la hacía;

“Tú si que no te haces una idea de lo mucho que te he echado de menos yo”.

Mensaje escrito y enviado. Ahora si que me temblaban las piernas, estaba empezando a abrirme con él y eso por mensaje, ¿que pasaría cuando lo tuviera delante?

Apenas dormí aquella noche, eso de no dormir se estaba empezando a convertir en una costumbre. Vueltas y más vueltas, no paraba de pensar en que excusa podría inventarle a Michael para que no se viniera. Algo tenía que decirle porque necesitaba ver a Robert, me daba igual la gente que estuviera delante pero necesitaba que me dedicara una de sus sonrisas, de esas que tanto tiempo estaba sin ver, esas que delante de mi novio eran imposibles de hacer.

Cuando los primeros rayos de sol empezaron a filtrarse por la ventana, me levante de golpe de la cama. Mis nervios estaban a flor de piel y no podía aguantar más en ella. Me encerré en el baño para arreglarme y de paso conseguir inventarme una excusa lo suficientemente convincente para que Michael no sospechase nada, o por lo menos, para que no me la liara como tenía últimamente por costumbre.

No se cuanto tiempo estuve en el baño ni las veces que Michael toco a mi puerta para asegurarse de que estaba bien, el caso es que no salí de allí hasta que escuche la voz de Cath.

-¡Hey! por fin sales mi vida, ¿estas bien? –pregunto Michael, dándome un beso en la mejilla.

-Si solo un poco nerviosa por lo de esta tarde.

-Tranquila Kristen, ya veras como todo va a salir muy bien –dijo apretándome los hombros para intentar reconfortarme. ¿Si supiera por lo que realmente estaba nerviosa?...

-Kristen vengo a avisarte que el coche esta esperándote –asentí ante las palabras de Cath.

-Espera Kristen, me pego una ducha rápida y me voy contigo –¡dios! ¿Y ahora que?

-No Michael, tu y yo nos vamos a desayunar, además en el estudio no dejan pasar a nadie ajeno a las fotos, ni siquiera a los representantes, ya sabes… para no desconcentrar –Cath hablo antes de que yo fuera capaz de decir nada, salvándome de decir cualquier mentira que seguramente sería descubierta.

-Pero, no se Cath, esta muy nerviosa y yo…

-No Michael de verdad, además quiero hablar contigo sobre un nuevo proyecto y que mejor que ahora –lo interrumpió. Tras ello me dedico una rápida mirada. En sus labios parecía formarse una sonrisa.

-Esta bien –respondió él, dándose ya por vencido-. Tranquila Kris, ya queda menos –susurró, antes de darme un leve beso en la comisura de los labios.

-Bueno entonces… me voy. Pasarlo bien. Nos vemos luego.

Intente sonar lo más natural posible mientras me despedía de los dos, pero sabía que no lo había conseguido, la cara de mi novio expresaba recelo, seguro que se moría por dentro con la idea de dejarme a solas con Robert. La de Catherine expresaba seriedad, y aquello tampoco me olía bien.

Sin pensarlo más veces baje corriendo las escaleras del hotel, no tenia ganas ni paciencia para bajar los ocho pisos en ascensor. Cuando llegue abajo estaba casi sin aliento, abrí la puerta del coche que me esperaba unos pasos mas allá de la del hotel y por cuarta o quinta vez, ya no lo recuerdo, volví a notar ese escalofrío al cual ya no tachaba de horrible. Sentado en el asiento trasero y con una de esas maravillosas sonrisas estaba mi ángel.

Si, así lo veía yo, porque de otro modo no me explicaba el porque cuando entre, me tire a sus brazos a abrazarlo. Si pensaba que lo había echado de menos, ahora estaba totalmente segura.

No se el tiempo que estuvimos abrazados, pero para cuando me acomode en el asiento el coche este ya estaba en marcha rumbo al estudio. Hablamos de todo y de nada, como si entre nosotros no hubiera pasado el tiempo, ni siquiera note cuando llegamos al lugar de las fotos, ni el tiempo que estuvimos haciéndolas.

Cuando terminamos todavía era pronto así que acepte su invitación  de ir a comer. Me apetecía estar a solas con él y hablar un poco más en serio de todo, sobre todo de cómo nos sentíamos con todos los nuevos cambios que la película había traído a nuestras vidas. Hablar con él era como hablar con un espejo, nos parecíamos tanto. Su mera presencia bastaba para relajarme, para sincerarme como no lo hacía con nadie, para ser más yo misma.

Definitivamente, el día de hoy estaba siendo el mejor desde hacia mucho tiempo, y todo gracias a él.

Llegué al hotel con el tiempo justo de pegarme una ducha rápida y vestirme. Sin darme apenas cuenta el día se había pasado un simple suspiro, uno que había conseguido que me olvidara de todo, incluido mi novio, uno que nada más abrir la puerta de mi habitación, supo dedicarme su mejor cara de perro.

-¿Donde has estado? –preguntó dirigiéndose a mí.

-¿Donde? –inquirí irónica-, pues trabajando –añadí, mientras iba de un lado a otro de la habitación cogiendo las cosas que me hacían falta para vestirme.

-Si, ya… trabajando. ¿Y hasta estas horas?,  que pasa Kristen, ¿las fotos no salían bien? –decía Michael sarcásticamente, persiguiéndome por la habitación.

-Mira Michael, no tengo ganas de más tonterías –espete, cerrando la puerta del baño en sus narices.

Mientras me arreglaba, intente no pensar en nada, ya que bastante nerviosa estaba por la presentación de la película en el festival como para preocuparme por otras cosas. Pero como intuí, sabía que la pelea con Michael no había quedado ahí, ya que cuando salí del baño este no estaba, se había bajado al coche sin esperarme y su cara allí, era incluso peor.

Quise morderme la lengua y no decir nada, pero me estaba hartando y mucho de sus dudas, de sus celos y de él.

-¿Piensas cambiar esa cara? –inquirí, mirando el reflejo de su rostro en el cristal.

-Pues no.

-Bueno, pues entonces no bajes del coche, no me apetece que te echen fotos con esa cara de mustió, que eso luego todo el mundo lo ve.

-Esta cara se debe a ti. ¿Y desde cuando te ha importado lo que piensen los demás? –la verdad es que desde nunca, pero gracias a su cara ya esta viendo el titular…

“El novio de Kristen celoso y enfadado por la relación de ésta con el vampiro”.

-Si, si, ya, la misma historia de siempre –evadí su pregunta.

-Si Kristen, la misma historia si, ¿no te advertí que te mantuvieras alejada de él?, ¿entonces porque me provocas de esta manera? –pregunto, ahora si encarándome.

-¿Con que derecho te crees tú para advertirme algo? –pregunte alzando la voz. Estaba demasiado molesta.

No se si fue el hecho de saber que no estaba sola en el coche con él, o saber que Robert estaba en el coche contiguo, pero de la nada me vinieron esas fuerzas que yo tenía antes de que sus paranoias vinieran, ese carácter que siempre me caracterizó, un carácter fuerte que no se dejaba hundir por nadie pero que últimamente, parecía dormido delante de Michael.

-El derecho de ser tu novio, y como tal, ¡tienes que respetarme!

-¿Respetarte? ¿Y cuando no lo he hecho? ¡Dime! –grite, interrumpiéndolo.

-Cada vez que estas con él, o si no dime, ¿donde has estado? –otra vez con lo mismo.

-Ya te lo he dicho, ¡trabajando! –vociferé de nuevo. A esta paso, iba a terminar pareciéndome a un disco rayado.

-Si… a trabajar te fuiste a las nueve kristen, ¡y has vuelto a las cinco!, que te crees, ¿que soy tan tonto?

-Pues un poco se ve que si –sentencié-. ¿Que te crees, que estado revolcándome con él mientras tu esperabas en el hotel? –tonto no se, pero corto de mente un poco.

-A no se, eso dímelo tu.

-No Michael, ¡dímelo tu!, tu que eres él que lo sabe todo, el tonto que llora por los rincones mientras su novia se la pega con el famoso actor –chille. Estaba enfadada, la situación me estaba crispando lo nervios demasiado.

-Te estas pasando de la raya Kristen –murmuró serio.

-¿Yo?, tu eres el que esta especulando cosas sin sentido. A ver dime, ¿de donde te vienen todos estos celos? –buena pregunta, eso quería saber yo, si él apenas nos había visto juntos, ¿como podía estar tan celoso?

-¿De donde kristen?, todo el mundo lo dice, hasta él mismo lo hace, ya no son solo las revistas y vuestros compañeros de trabajo…

-Si ya, las revistas. ¡Oh!, que fuente más fiable Michael –ironice.

-¿Si? ¿Y entonces porque pasabas con él todas las noches en Oregón?

-¿Qué? ¿Eso como lo sabes? –susurre paralizada. ¿De donde sacaba eso? ¿Cómo lo sabia, si yo nunca se lo dije justamente para evitar todo esto?

-Eso no importa. ¿Dime si es mentira? –no pude contestarle, me quede totalmente fría... como un vampiro–. ¿Así que es cierto?... que hija de….

-No, no, no, no te consiento eso ¡me oyes! –dije volviéndolo a interrumpir. Podría ser muchas cosas, pero él no era nadie para insultarme y menos sin motivos.

-Ah, ¿y yo si tengo que consentir que tú me la pegues con él? –pensé en contestarle mil y una cosas, pero el coche ya estaba parado y ahora tocaba salir de el y mostrar la mejor de las sonrisas.

-Piensa lo que quieras –susurre segundos antes de que abrieran la puerta del coche.

No tenía un espejo delante para verme la cara, pero entre lo que acababa de pasar en el coche, la última acusación de Michael, y mis nervios por el estreno, seguro que sería un poema. Nada mas salir, Cath se me acerco preguntándome que pasaba, le dije que eran los nervios, pero sin querer mis ojos se fueron al asiento trasero del coche, que seguía con las puertas abiertas y con Michael dentro. Catherine tuvo que notar que algo no iba bien, porque en cuanto éste salio del coche, ella lo apartó de mí dejándome sola ante no se cuantas personas y no se cuantas cámaras.

Mi cuerpo entero temblaba, era la primera vez que me enfrentaba a un estreno de esa magnitud, y encima mi gran “apoyo” lo único que hizo fue ponerme más nerviosa. En ese momento el coche donde iba Robert llegó al recinto junto con los gritos y chillidos de la multitud de fans, lo que provocó más nervios todavía en mí. Pero cuando lo vi salir del coche mirándome única y exclusivamente a mí, los nervios empezaron a cesar dando paso a los escalofríos.

Sin pensarlo dos veces me acerque a él, dejándole que me cogiera por la cintura. Tenía la excusa perfecta, había que posar para las cámaras.

-¿Porque estas tan pálida? –pregunto, intentando disimular.

-Estoy nerviosa y me he peleado con Michael –solté sin pensar.

-Ya veo. ¿Qué ha pasado? –inquirió, dirigiéndole al aludido una mirada de sería por encima de mi cabeza.

-Lo mismo de siempre… “Te crees que soy tonto”, “se que me la estas pegando con él”, “os reís de mi a mis espaldas”… Vamos, lo típico de todos los días –dije un pelín alterada pero con la sonrisa puesta, hoy tocaba disimular a cualquier precio.

-No quiero que estés triste por él, sonríe –pidió, simulando una sonrisa, sonrisa que a mi me hizo estremecer.

Una vez hecho el paripe de las fotos y la firma de autógrafos, pasamos al auditorio donde exhibirían la película. Tome asiento donde me indicaron, entre Cath y Robert, gracias a no se quién, Michael estaba sentado tres filas más atrás. Ni siquiera me miro cuando yo lo hice, así que ni me moleste en indicarle que se sentara a mi lado, ¿para que?, si total su papel de novio que apoyaba a novia nerviosa no lo estaba cumpliendo.

Y más que me alegre de que no se hubiera sentado a mi lado, ya que si lo hubiera hecho, Robert no hubiera podido cogerme la mano como lo hizo.

Él si me estaba apoyando, quizás porque estaba en la misma situación que yo en lo referente a los nervios por el festival, pero el caso es que lo estaba haciendo sin tener por que. Él no era mi pareja, no tenía ningún compromiso conmigo, vale que fuéramos amigos pero aún así, él no tenía porque preocuparse por mí. Aunque… si tenía que ser sincera, por un momento lo desee, desee que él estuviera en el lugar de Michael, desee que pudiera cogerme la mano sin tener que esconderse de nadie, desee que me demostrase hasta que punto podía llegar a apoyarme…

Dios… Tenía que hablar con él como en un principio me había dicho a mi misma, tenía que aclarar mi mente, no podía seguir… ¿Pero cuando y como, si en apenas unas horas nos iríamos de la ciudad?

Cuando la película llegó a su fin, todo el mundo, incluido la crítica, se alzó aplaudiendo y vitoreando. Cath, Robert y yo nos abrazamos y felicitamos, antes de hacer lo mismo con los miembros de la producción. Michael también vino a felicitarnos, incluyendo a Robert, por lo menos era humilde y aunque no le cayera bien, sabía reconocer las cosas.

El camino de vuelta al hotel fue en silencio, ni Michael ni yo mencionamos una palabra, quizás porque estábamos quemados, quizás porque nos las reservábamos para la habitación… no lo se, el caso es que cuando llegamos al hotel descubrí una cosa de la cual no me había dado cuenta.

En el bolsillo de mi chaqueta negra había una nota;

“Kristen necesito hablar contigo, ven a mi habitación por favor es la 72, te espero, Robert”

Ese era mi momento, el momento que había estado buscando desde que llegue a Roma, solo había un pequeño problema, que le decía a Michael.

Sin pensarlo dos veces me dirigí a él, que se encontraba hablando con uno de los miembros de la producción.

-Michael, me voy a dar una vuelta, necesito pensar –dije prácticamente sin mirarlo.

Él guardo silencio unos segundos mientras me miraba serio y finalmente dijo;

– Vale Kristen.

-¿Te quedas por aquí? –pregunte, haciendo referencia a la recepción que nos habían preparado en el hotel.

-Si, tranquila, por aquí estaré –susurro serio.

Lo note raro, quizás arrepentido, no se, pero no podía darme lástima, no cuando necesitaba aclararme, cuando necesitaba saber lo que sentía. No cuando lo que más quería era no hacerle más daño…

Sin más preámbulos, me dirige a la habitación de Robert, no sabía si estaba porque la verdad no lo vi llegar al hotel, pero no tenía tiempo de ir a mi habitación para hacer las comprobaciones.

Una vez estuve delante de la puerta respire profundamente, cerré los ojos y toque a la puerta.

Siguiente - Capítulo XIV (2ª parte)

****

Bueno chicas ya habéis visto que este capítulo es un poco mas largo, y aún faltan dos partes espero que os guste….

Marce que ayer se me olvido, muchas gracias también por tu comentario y por el de todas chicas os quiero….

Bueno chicas como hoy me quede seca en palabras voy a ser más breve, el capítulo de hoy se lo dedico a Semjase, por ser una de las primeras chicas en leer el fic, además de una de las fijas en sus comentarios, bueno peque a ver si nos vemos más por el Chat que cada vez que entras yo me tengo que ir vale cariño, besos…

Y a todas las chicas del blog Rodward&Krisella, os quiero un montón…….

Ya sabéis, críticas, comentarios, “guerras”, lo que sea…besos….

Publicado por Almu en 22:34