“Mensaje Claro, Anonimo, Airam, Karla, Erin y Al.”Gracias. Se que ahora mismo hay muchas preguntas, se que estáis deseando saber que paso con Jasper, algo de la vida de Edward pero os aseguro que todo se sabrá…a su debido tiempo claro… X*
Repito lo dicho la semana pasada, no pienso dejar la historia aunque nadie me lea, pues ésta, está perfectamente estructurada en mi mente. Ya depende de mi tiempo y de que salgan las palabras con fluidez, el que actualice más o menos, pero vamos, si sigo con este ritmo, una vez por semana colgare capítulo, que me gustaría que fuera mas, por supuesto, pero ahora mismo mi prioridad es la universidad, y ésta me tiene con la soga al cuello :-S
Ale, aquí os dejo siguiente capítulo, este me gusta más que el anterior, no se, es más el estilo del fic, recordar que dije que en ésta historia dramas los justos, por eso intente darle un toque distinto a lo habitual en el anterior capítulo. Para dramas otra historia que tengo en mente, pero esa tardara mas tiempo en ver la luz, pues antes aún hay otra idea más que me ronda…, si es que no puede ser :-S.
Y sin más…
Capítulo 8 – Segundo Asalto
“Nueve días antes de la boda”
-Se que estas aquí, ¡no te escondas maldito! – grite mientras desordenaba aún mas mi maleta, buscando el vestido que tenia en mente – Me acuerdo perfectamente de haberte traído, así que no huyas.
Si tenía pensamientos de vestirme de forma ocasional para la cena, mi hermana y su imponente vestido negro, comprado exclusivamente para la ocasión, me hicieron dudar. Pero no fue hasta que me dio el regalo que me había comprado, en agradecimiento a todo lo que estaba haciendo por ella, cuando confirme que los vaqueros y las zapatillas, volvían a quedarse en la maleta.
Un vestido, como no, ese fue el regalo de mi hermana, no podía haber sido algún tipo de droga para aguantar lo que me esperaba esta noche no, tenía que ser un vestido. Al menos no era muy exuberante, de su estilo pero no muy exagerado.
Pero no el adecuado para esta noche.
Después de mi primer encontronazo, sin éxito, con mi ex la tarde anterior, y mi charla con Edward, y tras pasarme media noche deambulando de un lado para otro de mi habitación, eso sin contar, las veces que tuve que decir durante la cena que estaba bien, decidí hacer caso a las palabras de don perfecto. No valía la pena seguir preguntándome que había echo mal, sencillamente porque pasara lo que pasara, mi relación con Jasper jamás volvería a valer la pena, si es que de verdad alguna vez la valió.
Así que hoy, nacía una nueva Bella, una que iba a hacer que Jasper se arrepintiera de haberme abandonado, sino eso, al menos iba a intentar mostrarle lo que se estaba perdiendo por haberme dejado. ¡Joder!, él efecto de este chico es impresionante, si hasta yo misma me lo estoy empezando a creer.
Si al final lo conseguía, iba a tener que agradecerle muchas cosas a Edward, pero para eso, primero necesitaba mi vestido, uno que insinuara lo suficiente, y dejara a la imaginación el resto, y ese vestido esta aquí dentro, recuerdo perfectamente como Ángela insistió en que me lo comprara, y también recuerdo como ella misma lo metió en la maleta así… ¡que no te escondas más!
¡Dios!, si fuera una persona normal, habría desecho la maleta, pero como no lo soy, pues así me va…
-Sal, sal…Que es… ¿Esto?.... – murmure para mi misma al ver ciertos…encajes desconocidos…
No salía de mi asombro, mientras la infinidad de conjuntos, escondidos hábilmente entre los entresijos de mi maleta, se expandían sobre mi cama, justo encima del regalo de mi hermana.
¡La madre que la pario!, al final….La mato, juro que la mato en cuanto la vea.
Sabía de sobra quien había sido la artífice de tener…esto aquí. Y digo esto por llamarlo de alguna manera, ya que solo el hecho de mirarlo, bastaba para ruborizarme. Esta mujer, a donde pensaba que había venido, ¿a un campamento doble X?, y censurado además, porque dado a las transparencias…
¡Que capulla!, aunque he de reconocer que algunos eran muy bonitos, y no parecían muy incómodos. No Bella, borra de tu mente lo que vayas a pensar, estas cosas se usan para…para que te las vean y a mi, como no quiera verme algún perro vagabundo…no se quien va a querer verme.
¡Señor!, las seis y media y yo todavía con estas pintas, y el vestido que sigue sin querer salir, porque espero que este ¿verdad?, visto lo visto, no me extrañaría nada que Ángela lo hubiera sustituido por otro de sus…modelitos. Por favor señor, dime que esta, ¡te lo ruego!
-¡Ah! ¡Aquí estas!… - grite cuando los pequeños cristales que bordeaban el escote del vestido, se iluminaron con la luz desprendida de la lámpara de mi habitación.
-Tu y yo, tenemos una misión muy importante esta noche – dije acariciándolo, cual osito de peluche, mientras me encerraba en el baño, dejando atrás la montaña de ropa en la que se había convertido mi cama. Para considerarme una de las personas más puntuales sobre de la faz de la tierra, hoy me estaba luciendo.
Deje el vestido junto a mi ropa interior sobre la repisa del lavabo, y me centre en mi, todavía, húmedo cabello. Gracias que ya no tenía el pelo como en la adolescencia, de lo contrario, seguramente hubiera optado por raparme la cabeza, hubiera sido más rápido que cualquier intento de domarlo. Menos mal que con la edad, vamos adquiriendo conocimientos. Uno de los más importantes para mí, había sido conocer, que un buen corte a capas, puede convertir los rizos rebeldes en suaves ondas. Aunque aún seguía habiendo algún que otro mechón rebelde, pero nada que un buen moldeador no consiguiera arreglar.
Menos veinte, veinte minutos para la cena, y yo todavía con la toalla puesta, va Bella ¡corre!. Sin mayor demora, cogí mi conjunto negro de lencería, de esos que todas solemos tener reservado para momentos especiales, aunque el mío estaba prácticamente nuevo, prueba de mis pocos, por no decir ningún momento especial.
Uno vez puesto, solo faltaba el paso más importante, ese que me iba a hacer triunfar esta noche. Ya podía imaginarme la cara de Jasper al verme con este vestido gris súper entallado, el cual dejaba mis hombros y parte de mi espalda al descubierto. Él que estaba acostumbrado a mi antigua imagen, la típica de una chica a la que le daba vergüenza mostrar más de lo debido, justo lo contrario que hacia este vestido conmigo y mis piernas.
Con lo que yo no contaba, es que hasta para ponerte un vestido había que estudiar.
-Dios… ¡por fin! – grite una vez pude agarrar el enganche trasero de la cremallera con mis dedos, esto es la que pasa con los vestidos, muy bonitos…en apariencia, pero a cual más difícil de poner.
Exhale frustrada la pequeña masa de aire contenida en mis pulmones, la dichosa cremallera se había atascado, eso, o era tan torpe que no podía ni subírmela. Un nuevo intento de desengancharla, solo sirvió para que mi desesperación aumentase, eran menos cuarto, y yo todavía seguía peleándome con esta.
Y entonces paso, lo que inevitablemente tenía que pasar. Existe un dicho que dice más vale maña que fuerza, a ver si me lo aplico más a menudo.
-Perfecto – me dije a mi misma llevándome el enganche hasta mi cara. Confirmado, he roto la cremallera, pero no pasa nada Bella, no pasa absolutamente nada, respira. Se te ha roto el vestido, encima llegas tarde, pero al menos ya sabes que nada peor puede pasar…
-¿Bella?
O sí…
-Aquí dentro – conteste a la voz que me reclamaba. No podía haber venido un minuto antes no, viene cuando ya la he pifiado.
-¿Te falta mucho?, tu hermana ya esta abajo, un poco impaciente por cierto – grito desde fuera Edward. Seguro que al él no se le había roto nada.
-Si, si, ya estoy, solo me queda una cosilla – conteste.
¿Y ahora que narices hago?, faltan trece minutos para la cena, mi hermana esta abajo, seguramente con su prometido, y Edward aquí esperándome, y yo sin vestido…Joder, joder, joder… ¿Qué hago?
Va Bella, tienes mil y un vestidos, piensa en uno… ¡Ah!, no se, estoy presionada, presionada no soy capaz de pensar. Vale, ya esta, el de Rose, no te queda otra…que sea lo que dios quiera.
-Oye Edward – grite pegándome a la puerta del baño, ya que estaba allí, me ahorraba el mal trago de salir y que me viera medio desnuda - ¿Me harías un favor? Serías tan amable de traerme un vestido que esta encima de la cama – menos mal que todavía no la había guardado, por lo menos había echo algo bien – Tiene que estar en el lado opuesto del pequeño amasijo de ropa y es de tres… - ¡mierda!
-¿Colores? – pregunto risueño.
-Si – susurre para mi, sintiendo como el rubor teñía fuertemente mis mejillas.
Mato a Ángela, ahora si la mato. Si, el vestido estaba justo debajo del…pequeño regalo que me había echo ésta. Y yo no quería salir por vergüenza a que viera el encaje negro de mi sujetador, y ahora… ¡Dios!, ¿dime que te he hecho?, ahora que va a pensar de mí… ¡Señor!…
-Aquí tienes – hablo tras la puerta.
-Ay…gracias… - susurre débilmente, una vez entreabrí esta, justo lo suficiente para sacar mi mano y buscar la prenda. No podía ni mirarle a la cara.
-De nada – le escuche decir, una vez cerré la puerta.
-¡Salgo ya!… - grite deshaciéndome del otro vestido - Dos minutos y salgo – volví a repetir mientras la nueva tela se deslizaba desde mi pecho, hasta mis piernas, pasando por mi cintura.
-Tranquila, yo no tengo prisa – grito mientras yo llevaba mis manos al cierre trasero, el cual solté rápidamente al recordar lo sucedido cinco minutos atrás.
No lo dude ni un segundo, llegaba tarde, ya me había cargado un vestido, y además, dudaba mucho que Edward se asustara de ver mi sujetador, ya lo habría echo al ver lo que había encima de mi cama.
Nueva nota mental: hacer una bonita hoguera con esas prendas en cuanto vuelva.
-Edward podrías ayudarme con…
¡Señor!, ¿Por qué te empeñas en torturarme de esta forma?
Ahí estaba yo, parada bajo el marco de la puerta del baño, con la espalda completamente al aire, y disfrutando de la visión que me estaban dando mis ojos.
Miles son los sinónimos que existen para describir la belleza, pero, cuando tienes delante de ti, al ser más perfecto que hayas visto, ninguno te parece el adecuado. Y menos cuando ese ser, clava su mirada en la tuya, mientras te dedica la mejor de sus sonrisas, una sonrisa que hace que tiemblen todos los cimientos que te rodean, cimientos que yacen encharcados por tus propias babas.
-¿Bella?
-¿Eh?...perdona – susurre cerrando los ojos de golpe a la vez que agachaba la cabeza. Señor que vergüenza – Podrías…podrías ayudarme con la cremallera – dije atropelladamente, dándole la espalda. No era capaz de mirarle, no después de quedarme embobada mirándolo ¿cuánto?, ¿treinta segundos?....
-Las mujeres sois muy complicadas – sentí su aliento tras de mi, acompañado de ese aroma tan inconfundible, a la vez que sus manos se posicionaban en mi espalda baja, mandando millones de descargas eléctricas a mi piel – diseñáis cosas, que no sois capaces de poneros solas – decía a medida que sentía como sus manos iban subiendo por mi espalda al compás de la larga cremallera.
-Somos…somos un poco masoquistas – susurre débilmente notando como hasta mis rodillas flaqueaban.
–Un poco si sois… - murmuro haciéndome cerrar los ojos cuando su aliento, penetro nuevamente entre mi pelo hasta llegar a la piel de mi cuello - Ya esta – le oí decir, aunque lo que yo más sentí fue la separación de sus manos de mi espalda, a la vez que mi mente gritaba internamente que no lo hiciera.
Sin duda…Edward era mi mayor tormento.
-Vale, solo me falta algo – suspire antes de volver a encararlo, una vez me puse mis altísimos zapatos negros – Lista. ¿Qué tal estoy?
-Te queda genial ese vestido – dijo tras dedicarme una mirada descarada de arriba abajo, mirada que había consigo que mi cara ardiera por completo.
-Tú también estás muy guapo. Te favorece esa camisa – conteste sin pensar, viendo como el color verde esperanza de la prenda, se reflejaba en sus grandes y brillantes gemas – Hasta vamos conjuntados – continúe hablando producto de los nervios que me provocaba su mirada.
-Si, gris con gris – dijo risueño a la vez que levantaba su corbata y enderezaba su cuerpo, haciendo con ello que sus pectorales se marcaran sobre la fina tela de la camisa…
Va Bella, tienes que dejar de mirarlo ya o acabaras trastornándote más…
-Cojo mi abrigo y nos vamos – dije precipitadamente, apartando mi mirada de su cuerpo para centrarla sobre la cama, lugar donde se suponía que tenía que estar mi abrigo, pero lo único que vi, fueron los encajes indecentes – ¿Sabes que?, mejor si nos vamos ya – si, cuanto antes estuviera lejos de esas cosas…mejor.
-¿No tendrás frio?
-Me da lo mismo – hable dirigiéndome hacía la puerta.
-Espera, espera… - sentí como cogió mi brazo y me giro para que lo encarara - ¿Nerviosa?
-Mucho… - pero por como me miras…
-Tranquila, hoy va a ser el día en el que tu ex se arrepienta de haberte abandonado – susurro colocando una de sus manos sobre mi cintura. Vendita paciencia la mía señor, otra ya se hubiera tirado como una leona - Por cierto, se que siempre te lo digo pero hoy con mas razón. Estás muy guapa – y de nuevo esa sonrisa ladeada…
-Pretendes matarme – susurre sin pensar… ¡Dios mío!
-¿Perdón?
-¿Eh?...no – señor, porque no me cortas la lengua y así acabamos de una vez. Te gusta reírte de mi verdad, es eso – No, digo que vamos ya antes de que Rose suba y nos mate… - dije atropelladamente, separándome de él.
Bella, tienes que controlar estas hormonas, por tu bien tienes que hacerlo, ya no tienes quince años, ¡por dios!, tienes veintisiete y estas babeando como la típica adolescente que se encuentra con su ídolo…
Vale, respira, son los nervios, no es otra cosa, a partir de esta noche, todo ira mejor, ya lo verás…
-Hombre…ya era hora, estaba apunto de subir a por vosotros – grito mi hermana, la cual nos esperaba al pie de las escaleras.
-Problemillas técnicos. Que guapa – dije una vez llegue a su altura.
-Gracias… Veo que al final te has puesto mi regalo, te sienta de fábula – respondió cogiendo mi mano para hacer que me girara sobre mi propio cuerpo, lo que hizo que tuviera que agarrarme a la barandilla, una vez volví a mi propio eje. Que Rose domine los tacones, no significa que todas lo hagamos.
-Nos hemos llevado el premio gordo ¿eh Eddie? – sentí la voz de Emmett detrás de mi. ¿Eddie?...
-Si…, tenemos buen gusto – contesto…Eddie…
-Lo que tenéis es una suerte tremenda de que nosotras, nos hayamos fijado en vosotros – respondió mi hermana.
-Eso es cierto – afirmo Emmett.
-Bueno ¿que tal si nos vamos ya? – pregunto mi hermana, trayendo de vuelta los nervios a mi estómago.
El trayecto hasta la casa de mi ex, tampoco facilito que me relajara mucho más, sobre todo cuando a Emmett, se le ocurrió comenzar a hacer preguntas, según él, para conocernos más. Hasta ahí bien, salvo el momento en el que pronuncio la frase tan esperada “¿cómo os conocisteis?”... Cuarenta y ocho horas hacía ya que había vuelto a Seattle, cuarenta y ocho y a nadie se le había ocurrido preguntar por ello, salvo a mi cuñado…
-En una boda – respondió rápidamente Edward, a la vez que se giraba para mirarme – Unos amigos se casaban y bueno, tuvieron el ojo de sentarme con la organizadora – siguió mientras cogía mi fría mano y entrelazaba sus dedos en ella.
-Por lo que veo fue un flechazo – dijo mi hermana a la vez que se volvía para mirarnos. ¿Faltaba mucho para llegar?
-Si bueno, el que sea profesor de Literatura y que tu hermana tenga esa afición por esta…, ayudo – añadió. Yo ni abrí la boca, con mi suerte, seguro que terminaba por hablar más de la cuenta.
-¿Eres profesor de literatura? – pregunto sorprendida - Joder, no tenía ni idea… Estarán felices tus alumnas… - Bueno, alumnas, clientas…felices estarán, eso seguro…
-Rose – proteste en un intento de cambiar de tema.
-Déjala Bella, a tu hermana le encanta picarme, ¿verdad bomboncito? - ¿bombo que…?
-Si tú lo dices Emmett – vaya dos, tal para cual - Y cuéntanos Edward, ya que aquí mi hermana no ha sido capaz de mencionarte nunca - reprocho - ¿Vivís juntos? o…. ¿tenéis planes de hacerlo? – ¿Y ahora que?... ¡Dios!, es que no hay otro tema del que hablar…
-No, de momento… nos estamos conociendo – respondió a la par que besaba el dorso de mi mano - Ya habrá tiempo – concluyo mirándome fijamente, mientras volvía a dedicarme otra de sus sonrisas. Menos mal que esta vez, ya estaba sentada.
Gracias a dios, la conversación dejo de centrarse en “nosotros”, y fueron Rose y Emmett, los que se dedicaron a contarnos, con todo lujo de detalles, como se conocieron.
Hacía apenas tres años de aquello. Emmett había estado fuera del país muchos años concluyendo sus estudios de arquitectura, por lo que solo seguía teniendo contacto con mi ex, amigo suyo desde la adolescencia, justo desde el momento en el que su padre, entro a formar parte de la empresa que mi padre comparte con el padre de Jasper. Por lo visto una noche salieron a tomar unas copas y ¿quién estaba allí?, Rosalie, de la cual se enamoro nada más mirarla, al menos así enfatizo él.
Lo sucedido durante esos tres años, a la vista estaba, un futuro matrimonio en pocos días, eso si Emmett no seguía los pasos de su mejor amigo, y plantaba a mi hermana, claro esta. Aunque, lo dudo, bastaba con ver como él la miraba y como ella le devolvía las miradas, para saber que lo que sentían el uno por el otro, era sincero.
La verdad, sentía envidia por ella, de la sana ojo, pero a ver, ¿quien no quiere que la miren de la forma en la que Emmett la miraba?, y sin tener que pagar ni un dólar por ello.
Paradójicamente, el trayecto hasta la casa de mi ex, fue mucho más relajado de lo que espere. No se si fueron las bromas de Emmett, las cuales cada vez me hacían preguntarme más como, un chico así, había conseguido graduarse con honores en arquitectura, además de poseer varios máster que certificaban su más que evidente preparación, si en cambio fueron las salidas cortantes de mi hermana, la cual no dudaba un instante en unirse a las bromas de su futuro marido, o si por el contrario, fue la paz que Edward me estuvo transmitiendo todo el tiempo.
Ni un segundo, ni uno solo soltó mi mano desde que la cogió. Yo evidentemente, tampoco proteste, al revés, si algo no quería, era separarme de esa calidez, pero…, todo lo bueno se acaba y lo mío se acabo, una vez el coche freno justo enfrente de ese edificio que tanto recordaba.
-Bella – me llamo mi hermana una vez baje del coche - Todo va a ir bien – sonrió a la par que pasaba su mano por mi brazo.
La respuesta por mi parte, fue sin duda otra sonrisa. Sinceramente, no esperaba ese gesto por parte de ella, pues solo dios sabía lo que me estaba costando este paso.
-¿Vamos? – pregunto Edward, mostrándome su mano, la cual no dude un instante en agarrar. Era hora de pasar página de una vez.
-No vuelvo a montar con vosotros dos en un ascensor – dije saliendo rápidamente de este, atrás quedaban grabadas en mi retina ciertos…, gestos de cariño que perfectamente podrían acompañarse con la lencería extendida por mi cama…
Pervertidos, es que no se dan cuenta que una lleva mucho tiempo ya sin… Calla Bella, ¡calla!
-Recuérdame que yo tampoco monte nunca con ellos – me susurro Edward una vez nos paramos frente a la puerta del anfitrión.
-Con que poco os escandalizáis, no creo que vosotros juguéis a las muñecas por las noches – dijo Emmett, mientras tocaba el timbre de la casa.
-No, cara de necesitar unas clases no tienen – añadió Rosalie… Si supiera…
-¡Ya era hora! – saludo mi ex, nada más abrir la puerta.
-Perdona tío, pero estos dos… - dijo Emmett señalándonos a Edward y a mi - no veas, un poco más y tenemos que subir a buscarles, con las horas que tiene el día, y justo cuando hemos quedado se ponen a darle al tema – la madre que lo…. Déjalo Bella, en el fondo hasta te viene bien que diga lo que ha dicho.
-Hola Jasper.
-Hola Rose… ¿Bella?
-¿Que tal Jasper? – pregunte cordialmente. Los modales que nunca falten.
-Bien – sonrió - Hola..., ¿eh?…
-Edward.
-Perdón.
-No te preocupes – le respondió este, mientras pasaba su brazo por mi cintura.
-Bueno, pasad y poneos cómodos… ¿Qué queréis tomar? – pregunto mientras nos adentrábamos al que en su día, fue el piso donde más horas pasaba al día.
Esos eran otros tiempos, en los de ahora, poco quedaba de aquel lugar que tanto me gustaba, solo algún que otro recuerdo. Nada más.
-¿Te has traído algún vino de Australia? – pregunto Emmett mientras Edward se sentaba en uno de los blancos sofás, y me invitaba a sentarme a su lado, cosa que hice sin dudar.
-¡Lo dudabas!... Que te parece un Cabernet-Sauvignon para brindar por el futuro enlace – respondió Jasper, apareciendo por el salón con botella en mano.
-Perfecto – dijo Rose.
-Bella ¿tú también quieres? – pregunto mi ex. Mira, al menos recordaba mi poco amor hacía el vino, pero eso, como todo, era antes.
-Por supuesto – dije secamente.
-Vale, ¿y porque brindamos? – pregunto Rose, una vez hubo llenado su copa.
-Pues por vosotros ¿por quien va a ser? – respondí poniéndome nuevamente de pie.
-No, por nosotros ya brindaréis durante todos estos días – irrumpió Emmett - Que tal si… ¿por vosotros? – dijo mirándonos a Edward y a mi – Os conozco poco, pero espero que tengáis la misma suerte que Rose y yo… Y que la cuides cuñadito, sino…ten por seguro que no quedaras impune – bromeo.
-Ten por seguro que yo sabré apreciarla – contesto Edward mirándome fijamente, mientras su mano descendía por mi cadera y pegaba ésta más a la suya…
-Uy uy uy… ¡Jasper!… - grito Emmett, haciendo que nuestras miradas se separaran. Joder… - ¿Dime que tienes una habitación libre?… Y luego ellos son los que se escandalizan ¿eh mi amor?
-Voto por ese brindis – añadió de pronto Jasper, alzando su copa.
-Que así sea – correspondió Edward, chocando su copa contra la de Jasper…
-Bueno, ¿que hay de cenar? – pregunto Rose, rompiendo con ello la pequeña tensión.
-Mi especialidad por supuesto, cordero al horno.
-Vaya, no recordaba que supieras cocinar – solté sin pensar, una vez bebí el contenido total de mi copa.
-Bueno, he aprendido algo este tiempo… - susurro – pero tampoco se mucho más.
-¿Habrás hecho bastante verdad?, mira que yo no soy de los que se conforman con poco.
-Emmett, ni un cordero entero para ti solo, te llenaría – respondió mi hermana.
-Bueno, ir sentándose si queréis. Mientras yo traigo los platos.
-¿Te ayudamos? – pregunto Rose.
-¿Eh?... no, no, sentarse, aunque… Bella – carraspeo – Te…, te importaría venir un… un momento… - ¿Yo?...
-Eh… - Va Bella, es ahora o nunca - No…no – susurre, pero antes de comenzar a andar, sentí como el agarre de Edward, se hacía más fuerte.
-Espera – susurro en mi boca, antes de juntar sus labios con los míos.
No fui consciente de que me estaba besando, hasta que la lengua de Edward no se posiciono en la abertura de mis labios, pidiendo así permiso para entrar en mi boca, permiso que inconscientemente, le concedí. Para cuando su lengua yacía enroscada con la mía, mis manos se aferraban a su espalda, no solo producto del temblor de mis piernas, sino en respuesta a lo que ese beso, estaba provocando en mi ser más interno.
Ni ex novio delante, ni hermana, ni cuñado, yo solo sentía su lengua jugando en el interior de mi boca, a la vez que sus manos acariciaban mis caderas con delicadeza. Y lo único que pedía, era no despertar de ese sueño…
-No tardes mucho – susurro a escasos milímetros de mi boca, una vez termino lo que él mismo empezó.
-Am…, no… - balbucee completamente ida, mientras mi mente le gritaba a mis piernas que se movieran, que huyeran de ahí, pues si una cosa tenía clara con seguridad, es que don perfecto, era una tentación a la que cada vez me estaba constando más resistirme.
Maña: Habilidad, destreza.
Pifiado: Estropearlo, cagarla…
Amasijo: Mezcla desordenada…, en este caso de ropa.
Quizás conozcáis esas palabras, pero por si acaso, yo os las pongo, si hay alguna más que no entendéis, decídmelo, no me cuesta nada deciros su significado ;-). ¡¡Nos leemos pronto!! ¡¡¡¡Besos!!!!
6 Sonrisas:
demaciado buenos los capitulos y a pesar q no subas todas las semanas uno nuevo siempre estoy al pendiente para ller esta linda histori y te entiendo q no tengas tiempo ya q se lo complicado q es estudiar en la u
y esperare todo el tiempo q sea necesario para continuar leyendo esta historia
TEN POR SEGURO QUE YO SABRE APRECIARLA!!!! a quien iba esa inderecta tan directa!! uyyy que momento tan tenso e incomodo para Bella....
me gusto mucho como empezo el capitulojeje buscando ese vestido ya me imagino el desorden por todos lados! me encantaron los dos vestidos pero definitivamente el que llevaba puesto muy lindo!
me encanta la historia cuantas veces te lo he dicho yo creo que en todos los comentarios jejej
igual gracias a ti por seguir a pesar de todas tus ocupaciones y no importa el tiempo.... que se pasa volando!!!
cuidate y muchos besos!!
mi querida almu.. se me agotan las palabras para expresar lo fantastik k eres.... genial el cap... espero que el ver las prenditas de bella haya pensado en otras cosillas jaja y ayudarla a terminar d vestir.. y bueno ese besooo buaaa mori jajja y esas maneos n las caderas jaja espero haya mas ajaja.. super genial mi almu... sabes que esperamos con ancias tu actualizacion y mi presion por mas es... broma.. entiendo k tienes prioridades jeje.... bsitos almu
Almu!!!
Ya me he puesto al día jejeje
Que capitulazo!!! Las risas que me he echado ;-D
El momento de la lencería el mejor.......jajajaja, a mi me pasa eso y me muero ;-D
Pobrecilla que todo le ha pasado a ella :-S, pero si es para que me pueda reir que se aguante jeje, si al final ha ido guapísima!!! Y le ha abrochado el vestido Edward, que más quiere??
Normal que esté nerviosa por la cena...`pero parece que lo está llevando muy bien, con las bromas de Rosalie y Emmett, que cada vez me caen mejor jejej
Y Edward...........pero con ese al lado quien se va a sentir mal? :*), no tengo más que decir de Edward, me encanta! ya lo sabes jeje
De la parte final destacaría dos cosas....
La primera, una frase.....o mejor dos, o muchas jejeje, todas las de Emmett que hacen que a Bella se le suban los colores me encantan, y más si son delante de Jasper.......que mala soy jajaja
Pero la frase que me ha encantado ha sido: "Ten por seguro que yo sabré apreciarla". Me han dado ganas de gritar...tomaaaa, ;-D
Y bueno, el beso del final.........este Edward no solo va a acabar con Bella, va a acabar con todas las que leemos este fic!!
A ver que pasa ahora........quiero más!! jajaja, tenía dos por leer y ahora ya no tengo ninguno :-[, siempre me quedo con ganas de más, prueba de lo genial que lo haces!!! Gracias!!!
Un besazo!
Si asi estan los aperitivos (vinito y besito) ya quiero llegar al postre...!!!!
mmmmmmmm...muy wueno Almu
Almuuu!
Que por fin me pongo al día. ¡He dicho, de hoy no pasa! Así que aquí vengo.... la verdad es que soy bastante sinvergüenza, pero vamos. ¡Eso ya lo sabes tu! :D
Venga, me centro en el capítulo. Pues... el capítulo me lo leí ya hace algunas semanas y la verdad es que me reí muchísimo. Ahora para comentarte le he hecho una re-lectura y más de lo mismo.
Cuando me comentaste la idea, vi que sería algo divertido. Pero ver la idea plasmada "sobre papel" es mejor aún.
Esta Bella es una pupas la pobre. Ya veo que sigue al piue de la letra todas las leyes de Murphy: todo lo chungo que pueda pasar, pasará.
El mejor momento el de la lencería. De verdad que me lo estaba imaginando en primera persona! Pobrecita mía! jajajaja
Y bueno, aquí el amigo Edward que no veas como va subiendo la temperatura.... a ver como sigue.
Sigue así! Un abrazo
Y tú, ¿nos regalas una sonrisa?