Capítulo I – De lo malo lo mejor
Pov Edward
No sabía hacía donde iba, ni a quien buscaba, necesitaba aire, eso era lo único que ocupaba mi mente en esos momentos. No veía, no oía, no sentía. Corría desesperadamente como si eso fuera lo que me iba a ayudar a seguir adelante. No se cuanto tiempo llevaba corriendo ni quería saberlo, prefería creer que hacía años que había salido de aquella habitación, donde había entrado sin permiso, donde no necesitaba permiso, o al menos eso pensaba yo. Quería hacerme olvidar a mi mismo aquel lugar donde había cambiado mi vida, donde había visto como….
-Edward… Edward… Edward!
Otra vez, otra maldita vez había soñado con lo mismo, habían pasado dos meses de aquel día y seguía recordando en sueños lo que me obligaba a mi mismo no pensar despierto. Normalmente era yo el que acababa con mi pesadilla sudando y revuelto entre las sábanas, pero esta vez abrí los ojos esperando encontrar a mi hermano, a quien había reconocido por la voz que me había sacado de mi sueño rutinario.
-Ya era hora, se puede saber que soñabas? Bueno no, no se puede saber, ahórratelo
Si, el adormilamiento que me acompañaba no me había jugado una mala pasada, ese era mi hermano, aunque lo que estaba viendo era un Mickey Mouse gigante con unos pantalones que a duras penas le llegaban a las rodillas.
-Emmett, ahora mismo tengo muchas preguntas que hacerte, pero no voy a gastar saliva porque quiero pensar que ya sabes mis dudas, asique habla YA!- ese fue el saludo cariñoso que le di a mi hermano después de dos meses sin verlo, pero tenía muchas cosas que explicarme.
-Punto uno, mamá me dio las llaves de tu nuevo piso, se las diste hace dos días cuando llegaste sin avisarme - me aclaró ofendido- y como le dije que no me contestabas al teléfono porque ella es la única persona con la que has querido hablar en todo el verano, me dejó las llaves para que tengas que hablar conmigo a la fuerza.
-Punto uno aclarado, sigue- le contesté serio
-Punto dos, estoy vestido de Mickey Mouse, si, me he dado cuenta. Esta mañana me he levantado por la mañana pensando en que puedo hacer para que el imbécil de mi hermano se acuerde de que me ha dejado plantado en el viaje a Disneyworld que teníamos planeado el y yo desde que tenemos 6 y 3 años respectivamente, para cuando él hubiese pasado su primer año trabajando. Esto ha sido lo más ingenioso que se me ha ocurrido.
Iba a hablar cuando me interrumpió
-Un momento que hay punto dos apartado uno. Sí, me fui yo solo, aunque eso ya te lo habrá contado mamá- no parecía demasiado molesto
-Oye, lo siento Emmett, de verdad que…
- Pues no lo sientas tanto, he conocido a las dos rubias de mi vida, no sabes…
-Espera, espera, déjate de rubias a estas horas de la mañana vale? Vayamos por partes, sigue con los puntos- no quería que llegara el punto donde él me pidiera explicaciones a mí, pero sabía que ese momento tenía que llegar desde el momento en que desaparecí a principio de las vacaciones de verano.
-Punto dos, apartado dos. Sabes que siempre ha sido mi sueño un disfraz de Mickey Mouse, y no me vengas con el cuento de “crece, idiota” porque ya me lo sé, mejor que los apuntes de clase- esto si que tenia gracia.
-Eso tiene un gran mérito, podías haber puesto otro ejemplo la verdad
- Bueno vale, sigo. Punto tres, quiero saberlo todo, absolutamente todo. Quiero saber porque has dejado a un padre decepcionado, a una madre desconcertada y a un hermano plantado en un viaje planeado hace diecinueve años. Quiero saber porque has dejado a una novia destrozada, a tu mejor amigo…
-No sigas por ahí Emmett- Sabía que este momento tenía que llegar, pero no ahora, era demasiado pronto.
-Ya lo se, por eso tengo guardado un as bajo la manga, como supuse que no querías hablar, y como no soy nada rencoroso, como soy buena persona- esto me estaba dando miedo- pensé que podíamos hacer mi mudanza juntos, no es genial?-sabía que me tenía que dar miedo.
-No creo que tengas gran cosa que llevar a la residencia, es el tercer año ya que estás ahí y tu casa, es decir, la casa de papá y mamá, queda a media hora de allí. Además, para que quieres esos músculos sino los utilizas?- era Emmett, sabía que no me iba a librar de ayudarle, pero había que intentarlo.
-Quieres saber para que quiero los músculos?- no, no lo quería saber- lo sabía, se que prefieres vivir en la ignorancia de las cualidades amatorias de tu hermano pequeño. El caso es que yo pienso en todo, y también se que no quieres encontrarte aun con papá después de haberlo decepcionado, huyendo quien sabe de que, asique no tienes porque ir a casa todavía. Mi Jeep está abajo con todas mis cosas preparadas para que mi querido hermano me ayude a subirlas a la cuarta planta de la residencia, donde soy el amo y señor, y con eso te recuerdo que vivo allí en vez de en casa porque no puedo privar a la gente de mi asombrosa compañía.
-Baja modestia, que sube Emmett- todavía no sabía como lo soportaban en la residencia, aunque sabía que en el fondo, mi hermano era un gran chico.
-Deja ya de meterte conmigo, voy a cambiarme, tampoco se me va tanto la cabeza como para salir así a la calle. Vístete, te espero abajo, el señor elegante seguro que tarda media hora más que yo en ponerse un poco decente, con ese pelo de manicomio que tienes- ya se había ido de la habitación pero sabía que eso no acababa allí- una cosa más-me dijo volviendo a entrar en la habitación- no has confiado en mí y sigues sin confiar, me has dejado plantado, y todavía no te has arrodillado a pedirme perdón, pero…..yo también te he echado de menos Edward- y me dio un abrazo que me dejo sin respiración.
Yo si que lo había echado de menos, pero contar con él cuando todo aquello había pasado era tener que volver a revivir todo, quería desaparecer, intentar olvidar aunque sabía que era imposible. Solo había llamado a mi madre para tenerlos tranquilos y pedirle que sacara mis cosas de aquella casa a donde no quería volver, aquella que ni siquiera quería recordar. Ella me había ayudado sin esperar ninguna explicación a cambio, porque así era Esme, mi madre, sabía perfectamente hasta que punto podía llegar conmigo. Ella me había buscado un sitio en el que quedarme a mi vuelta de Londres, ciudad en la que había pasado el verano completamente solo, y había hecho la mudanza por mí, evitando que tuviera que volver a aquel lugar.
Con esos pensamientos me di una ducha rápida y me puse algo cómodo e informal, cogí las llaves y la cartera y bajé a encontrarme de nuevo con mi hermano. No había mucha distancia desde mi casa a la residencia, por lo que decidí decirle que yo me iba andando y ya nos encontrábamos allí.
Desde que había llegado hacía dos días no había recorrido estas calles que tanto me recordaban a mis últimos 6 años. Me había encerrado entre cuatro paredes como llevaba 2 meses encerrándome. Ahora tenía que empezar de nuevo, volver a mi rutina, pero ya nada sería lo mismo. Sabía que a ojos de todo el mundo yo era el malo, si fuera un personaje de ficción sería el que todo el mundo odia, aquel que deja a la protagonista sin ninguna explicación, como si cuatro años de relación y uno de convivencia no significaran nada en su vida. Pero ella ya no era la protagonista de mi vida y yo tuve que elegir entre seguir adelante sin ninguna explicación a nadie, si a eso que hacía yo se le podía llamar seguir adelante, o que todo se supiera. Con esa última opción yo no sería el personaje de ficción que todo el mundo odia, pero sería aquel que arrastra todo su pasado como un lastre que no lo deja vivir. Decidí elegir la primera opción.
Sabía que ignorar el problema no lo hacía desaparecer, pero en ese momento quería engañarme a mi mismo, sabía que lo estaba haciendo era un error, pero estaba seguro que por el momento era la opción adecuada. A veces haces cosas que sabes que están mal, pero hay momentos en que no queda más remedio. Era como elegir de lo malo lo mejor.
Seguía pensando en las elecciones que había hecho los últimos meses, cuando doble la esquina que me impedía ver aquellos edificios que habían sido mi casa tantos años. Ese había sido mi sueño durante toda mi vida, estudiar en esta universidad, cumplir mis deseos de llegar a ser un buen periodista. Sabía que era una de las mejores universidades en lo que se refería a mi gran pasión, el periodismo. Había sacado la carrera con un expediente inmejorable y se me ofreció un puesto de trabajo con el que ni el mejor estudiante en periodismo del mundo podría soñar, me permitía adentrarme un poco en el mundo de los reportajes de investigación, lo que siempre había querido hacer. Pero ese trabajo estaba a 1300 kilómetros de Chicago, concretamente en la ciudad que nunca duerme, Nueva York, y en esos momentos tenía una razón de peso para no irme a un lugar tan lejano, una razón que nunca me empujó a seguir mis sueños, a pesar de que sabía de ellos. Pero ahora eso no importaba, porque estaba a un día de seguir con el trabajo que realizaba desde hacía un largo y pesado año.
Había conseguido un puesto de profesor en la misma universidad donde había estudiado ilusionado por conseguir unas metas muy diferentes. No era mi vocación, eso estaba claro, no estaba preparado para que la mayoría de mis alumnos solo pensaran en salir de fiesta y en terminar una carrera que yo adoraba para dedicarse a lo primero que se les pusiera delante o lo que les diera más dinero. Pero ser profesor había sido mi elección, fuese por las razones que fuese, y aunque esas razones ya no existían, en esos momentos no me sentía con fuerzas de cambiar también aquel aspecto de mi vida.
Cuando llegué a la residencia de mi hermano, me encontré con los rostros sonrientes de muchas personas conocidas, seguramente ignorantes todavía de lo que iba a hacer que me miraran de otra manera. Lo que iba a convertirme en el malo de la película sin serlo realmente. Me acerqué al Jeep de Emmett, el cual ya estaba con las puertas abiertas y empecé a bajar el equipaje de mi hermano.
Cuatro pisos, cinco veces, eso era lo que había recorrido con maletas, juegos, videoconsolas y hasta peluches, lo que sería raro en un chico de 22 años sino se llamase Emmett Cullen. Mi hermano hablaba con todo el mundo como si no tuviera a un esclavo haciendo lo que él debería hacer. Cuando terminé el último viaje transportando cosas que no me pertenecían a mí, mi hermano ya estaba con la música a todo volumen y lanzándose objetos de toda clase con los de la habitación de enfrente. Me despedí de él y me dirigí a la salida sorteando chicas en ropa interior que podrían ser mis alumnas, no veía la hora de salir de allí. Pero esa hora tuvo que esperar, porque me encontré con alguien a quien no podía ignorar ni aunque lo intentase.
-Edward!- oí su grito a pesar del escándalo de todo el mundo alrededor y la música de mi hermano
- Hola Alice – No pude evitar corresponder a su abrazo, ella era mi gran amiga a pesar de que solo la conocía de un año, cuando ella entró a la universidad como alumna y yo como profesor. Pero ella no era mi alumna y no había ningún problema en que compartiésemos esa amistad sincera, ni siquiera la diferencia de edad nos separaba. Ella era mi duendecillo, la hermanita pequeña que nunca tuve, y nada podía cambiar eso.
-Te he echado de menos- Me susurró emocionada y agarrada a mi como si fuera a desaparecer otra vez en cualquier momento.
- Y yo a ti enana, y yo a ti
-Debería estar sumamente enfadada contigo, pero en este momento no lo puedo hacer, solo tengo ganas de abrazarte y hacer como si nada hubiese pasado, como si no hubieses pasado de mi dos meses. No puedo hacer eso, y para no sucumbir a la tentación-se quedó pensativa durante unos minutos-mmm, me voy! Adiós Edward!
Solo Alice podía hacer eso, y a pesar de hacerme recordar que le había fallado también a ella, hizo que se me formara una sonrisa sincera en la cara. Esperaba tener la fuerza suficiente para contarle todo y recuperar a mi hermanita postiza, pero eso tendría que ser más adelante.
Salí de allí decidido a volver a mi encierro y preparar la presentación de mis clases, que comenzarían al día siguiente, y eso hice. Un día más ignorando mis recuerdos.
Me encontraba ya en la puerta del edificio donde impartía clases, había pasado una noche tranquila, sin contar con mi pesadilla, pero eso ya lo tomaba como algo normal. No estaba nervioso, ya me había encontrado con dos de las personas más importantes de mi vida, Emmett y Alice, y los demás no me importaban.
Iba a entrar cuando algo muy pequeño impactó contra mi.
-Uy! Lo siento, de verdad que lo siento. Esta inquieta hoy, es el primer día que se queda sola con la niñera- Una guapísima chica rubia se encontraba a mi lado dándome explicaciones de porqué una niña preciosa y con increíble parecido a ella había chocado contra mí.
-No te preocupes, no pasa nada- me agaché a la altura de la niña- hola princesa, sabes una cosa? las muñequitas como tú no se tienen que poner nerviosas con la gente buena que las va a cuidar, porque te va a querer mucho en cuanto te vea- le dije tiernamente a la niña que aparentaba tener unos 6 años y se escondía tímida detrás de la chica que la acompañaba.
- Gracias, acabamos de mudarnos y todavía no le han asignado un colegio. Y yo no se si está más nerviosa ella o yo, porque la niñera no llega, habíamos quedado aquí, y el edificio donde yo imparto clase está al otro lado del campus- pobrecilla, entendía sus nervios, yo estaba igual mi primer día- ah mira, allí está-dijo mirando hacia una señora de pelo negro- voy a llevarle a la niña. No conozco a mucha gente por aquí, encantada de conocerte, soy Rosalie, y ella es mi hija, Emma.
-Igualmente, yo soy Edward. Adiós Emma!- salude con la mano a las dos, mientras Rosalie corría apresurada y la niña me sonreía girando la cabeza hacia donde yo me encontraba. Me sorprendía la juventud de Rosalie, teniendo en cuenta que era madre de una niña de unos seis años, pero no era una persona que juzgaba antes de conocer. Mirando a las dos rubias marchándose me acordé de las palabras de Emmet, “las dos rubias de mi vida”, tenia que tener una conversación con el, porque suponía que nada tenían que ver el tipo de rubias que acaba de conocer con las que el se refería, y en realidad no sé si quería saber esa historia.
Después de saludar a algunos de mis compañeros una vez dentro del edificio, me dirigía a clase cuando una voz que no quería volver a escuchar me interrumpió.
-Ey Edward! Edward!- el me seguía llamando, pero yo prefería seguir y no girarme a ver al que fue mi mejor amigo, Jacob.
Había sido tal el engaño que me había hecho a mi mismo, que no había pensado que me lo iba a encontrar, mi amigo durante tantos años y compañero en los últimos. Ignoré la furia que se estaba apoderando de mí, y me encaminé de nuevo a mi clase.
Me detuve en la puerta de lo que sería uno de los lugares que me iba a acompañar durante un nuevo año. Un lugar lleno en su mayoría por alumnos superficiales, y a los que yo me dedicaba simplemente a dar clase. Me consideraba a mi mismo un buen profesor, pero no cercano, a veces no miraba ni a la cara de mis alumnos.
Respiré hondo y entre en la clase donde no esperaba ningún cambio, donde no esperaba encontrarme a nadie que me enseñara que la vida no solo tiene un camino.
19/07/2010Mary
21/07/2010Alba23
/07/2010Karla
26/07/2010May
28/07/2010Adry
30/07/2010Andrea.Nube
02/08/2010Ayyys0
4/08/2010Grisel0
6/08/2010Andrea B.
09/08/2010Milu (lunes)
11/08/2010kris
9 Sonrisas:
Nuri!!!
Me ha encantado el cap!!! Dios miooooo, no se como continuarlo pero algo se me ocurrira jajaja!!!
Enserio que me ha encatado, escribes muy bien eh!! Nadie diria q es tu primera vez!! xD
Un beso guapa!
En dos palabras IM-PRESIONANTE! Creo que alguien ha descubierto un don!
De verdad que muy bien nuri! Me he reido muchiisimo con este Emmet, genial de verdad!
Estoy esperando a ver que hace maryyy! Lunesss lunesss lunessss! jajaaja
Nos vemos!
Nury muy buen capitulo y largo!!!!!
me dejaste con el misterio!!!! que le habra pasado a Edward!!!! no me imagino..... un mal de amor?????
estoy de acuerdo con mary no parece que sea tu primera vez ejjej
lo hiciste muy bien!!!! para ser primeriza jjeje
espero estar a tu altura !!!!!!!! tengo miedo!!!! jeje
super!!!! ha sido muy bueno el cap... emmet muy graciosoo y nuestro ed siempre sufriendooo.. aunk prontito ya tendra un nuevo camino yujuuuu... me gustooooooo muxo ya kiero masssss!! este mini fic sera un exito stoy segura jaja
Besos niñas Guapasss!!!
Nurii! Simplemente GENIAL! Pero eso ya lo sabía yo! :) Cari confia mas en tii!! El capitulo tiene de todo y por ello me ha encantado :D
Un pov Edward que iba genial..con cosas bastante jugosillas.. Pero de todo..me quedo con la pequeña Emma!!!Si adoro ese nombre para una niñaa!!Ainss..
Lo dicho..plas-plas-plas--y me pasaria aplaudiendo un buen rato!! Pero como no quiero ser pesadaaa...Un besazoo y me voi!!
PD: Mary..ten piedad de mii..dejamelo facilitooo, si? ;)
Dios, sin palabras! demasiado talento por aqui chicas, en serio me ha encantado el capi! toda la tensión y la entretención ahi :) espero el próximo.
besos a todas
Es muy muy muy muy bueno
¡Me encanto!!!
Me facina esta forma de hacer un fic, es tan genial XD
No puedo esperar por saber que mas pasara —pero tendre que acerlo U.U—
Genialosoooooo
Nuri cielo, ya te lo dije ayer por msg, te lo repito nuevamente. Impecable...de verdad que no se nota para nada que sea la primera vez, lo has unido muy bien la prólogo, lo has dejado con intriga, le has ido metiendo incertidumbre a cada palabra...Tan que ahora me muerdo las uñas por saber como sigue....y no voy a poder leerlo :(
Nuri, ya sabes lo que te dijimos, tenlo en cuenta :)
Maryyyy, te libras de que te lea eh, pero ya sabes, el jueves quiero tu capítulo y el de al. imprimidos para mi, vamos a hacer club de lectura en vivo chicas :P...que ganitas....
Andrea...no te preocupes, cuando vuelvas tendrás tu sitio nuevamente ;)
holaaaaaaaaa nuri!!!!!!!!!
muy buen capitulo, escribis muy bien!! =) me dejaste con toda la intriga y pobrecito edward, q le habra pasado??!!
me encantooo la parte de emmet con el traje de mickey jejeje...
besos y felicidades x escribir tan lindooo y tan bien =) ...
espero el prox con muchas ganitas...
Y tú, ¿nos regalas una sonrisa?