Hola chicas!
Aquí estoy de vuelta para traeros un poco de vuestra dosis de Femme Fatale. Que conste que vengo con resacón, que ayer tuvimos la verbena de San Juan y ya sabéis el refrán... "Noches alegres, mañanas tristes". Pero tenía que venir a dejaros Femme Fatale, porque si no os tomáis vuestra dosis todos los viernes os entra el mono y capaces sois de desmontarnos el blog! Y con lo que nos cuesta mantenerlo... jajjaja
Bueno, pues ya sabéis que Almu vendrá ya de aquí a nada.... menos de lo que pensáis. .. y ella os responderá a todas vuestras dudas y comentarios... pero bueno, estoy viendo ya mucha gente dándole vueltas a varios temas... y yo sólo voy a decir que me alegro de que Bella se lo esté haciendo difícil a Edward.... de momento. Quién sabe lo que va a seguir? Viniendo de la cabeza de Almu... puffff
Pues nada, sin más os dejo el capítulo! A disfrutarlo!
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Capítulo 6
—Ya esta todo listo para la reunión –me indico Heidi, una vez terminó de colocar el proyector en la sala de juntas donde se celebraría dicho encuentro.
Llevaba toda la semana desesperado por que llegara viernes. Y no solo porque sería el día en que volvería a ver a Bella, la cual no dejo de hacer acto de presencia en todos mis despertares, sino también, porque hoy demostraría mi gran valía.
Deje la carpeta con los planos sobre la mesa de caoba que cruzaba la gran sala. Dentro de ella se encontraba mi billete para demostrar que no era tan imbécil como yo mismo hice creer. Ese había sido mi propósito desde hace varios días atrás, cuando me la encontré en la cafetería.
Puede que Bella se supiera mover con habilidad en su terreno, pero yo, yo era el mejor en el mío, y estaba a tan solo minutos de demostrarlo.
Ese sería mi primer paso, demostrarle mi gran seguridad. El siguiente, se lo demostraría en otros terrenos más… cálidos y solitarios.
—¿Quiere un café señor Cullen? –preguntó Heidi, mientras yo mataba el tiempo a la espera de que llegarán todos, mirando la ciudad desde los amplios ventanales de la sala.
—No, esperare a que vengan todos. Gracias –dije cordial, volviendo a centrar mi vista en los rascacielos.
—¿Hay algo que pueda hacer por usted?, le encuentro un poco tenso…
Estaba tan absorto en las vistas de Manhattan, que no me había dado cuenta de la presencia de Heidi tras de mi, hasta que sus manos comenzaron a acariciar mis hombros, a la par que sus palabras hicieron lo propio en mis oídos.
—Señorita Vulturi, guarde la compostura por favor, o me veré obligado a pedirle que se marche –dije tensó, alejando sus manos de mi cuerpo.
—A que viene esa indiferencia señor Cullen, no estoy haciendo nada que no haya hecho antes –insinuó, mientras intentaba deshacerse del agarre de mis manos en sus muñecas.
Hacía varios días que había tomado la determinación de terminar con nuestros encuentros furtivos en la oficina, mi hermana tenía razón y estos estúpidos encuentros solo iban directos a una demanda por acoso sexual, algo que no me interesaba en absoluto. Por ello le había estado dando largas a sus insinuaciones durante toda la semana, pero estaba claro, que si quería quitármela de encima, tendría que hablar con ella claramente.
—Usted misma lo ha dicho… antes… ya no –fui rotundo, ya éramos lo suficiente mayorcitos para andarnos con rodeos.
—¿Que diferencia hay entre antes y ahora? Pensaba que lo pasábamos bien –volvió a insinuarse, a la par que acariciaba una de las solapas de mi chaqueta con uno de sus dedos.
—Usted sabe tan bien como yo que eso no iba a ninguna parte y que todo acabaría de la misma forma en la que empezó –conteste manteniendo la compostura, e intentando alejar mi cuerpo de sus manos.
—Usted siempre ha decidido cuando y como, se cree muy machito –dijo altiva, colocando sus brazos en jarras.
Respira Edward, no hay nada peor que pelear con una mujer dolida.
—Señorita Vulturi, porque se de su valía haré como si no hubiera escuchado nada, pero no siga por ese camino, de lo contrario me veré obligado a pedir su dimisión –hablé duramente.
Nuestros encuentros sexuales no habían sido más que eso, todo quedo siempre muy claro, o al menos eso pareció hacerme entender ella.
—Claro Edward, primero me follas y después me echas, muy propio de ti –me acusó irónica, a la vez que me fusilaba con la mirada.
—Heidi… –calle, era inútil hacerla entender, y más cuando de mi boca jamás había salido una promesa, ni nada que se le pareciera.
—No te preocupes Edward… Solo te advierto una cosa –dijo volviendo a acorralarme entre su cuerpo y el amplio ventanal—, esto no va a quedar así, a mi nadie me utiliza –y así, sin más, escupió sus palabras sobre mis labios, a la par que clavaba sus uñas en mi entrepierna, igual que sus ojos en los míos.
Estaba a punto de apartarla de mí de un empujón, cuando una voz, a priori desconocida, hizo eco en la gran sala.
—Ejem, ejem… ¿Se puede pasar, o prefieren que vayamos a tomarnos un café mientras ustedes arreglan sus diferencias?
Ahí estaba James, con su mirada de rottweiler, acompañado de Jasper y la mujer que menos deseaba que me encontrara en esta situación, mirando fijamente la escena desde la entrada a la sala.
Cuando la mirada de ésta bajo hasta la mitad de mi cuerpo, me di cuenta de que la mano de Heidi seguía ahogando a mi entrepierna. En un rápido movimiento, me aleje de sus garras y acomodando mis ropas, camine hacia mi sitio mientras Bella hacía lo propio seguida por el socio mayoritario del Plaza Athenee y por mi amigo, él cual no dejo de fusilarme con sus ojos azules hasta que no se sentó frente a mi y agacho la cabeza en un gesto de negación.
Maldita sea, de todos los momentos que podía haber escogido para hablar con Heidi, no se me pudo ocurrir otro mejor.
La sangre seguía hirviendo en mis mejillas mientras abría la carpeta donde guardaba todos los bocetos. De lejos podía escuchar como Bella susurraba algo a su jefe, a la par que ahogaba sus risas contra una de sus propias manos, sumando con ello la rabia a la gran vergüenza que sentía en ese momento. Vaya manera de empezar una reunión.
Desde luego… hoy te luces Edward.
—Bien, pues si ya están preparados podemos empezar. Me gustaría acabar con esto cuando antes –demando James, de forma autoritaria.
Sentí la presión de los ojos de Jasper sin necesidad de mirarle. No me hacía falta estar dentro de su mente para saber lo que estaba pensando. A lo lejos, podía sentir también la mirada furiosa de aquella loca con la que jamás debí enredarme, igual que su amenaza aún seguía haciendo eco en mis oídos.
“Céntrate Edward, ¿qué te importa a ti lo que esa loca diga?”, me anime a mi mismo. Al levantar la vista, la mirada curiosa de Bella me saludo desde su posición, dándome la fuerza que parecía necesitar.
No hicieron falta las palabras y miradas de nadie más. Haciendo uso de la fuerte personalidad que me caracterizaba, aparque el incidente sucedido al lado de las cosas pendientes a olvidar, y haciéndome con los planos, me levante hacía el proyector.
Los aplausos de James resonaban con fuerza en la sala una vez termine mí esplendida presentación. Jasper parecía haber relajado su tensa expresión, y me miraba desde su asiento mientras una sonrisa socarrona curvaba sus labios, y Bella, ella simplemente se limito a sonreírme mientras su mirada me envolvía.
—Señor Cullen, creí que no diría esto pero, me ha dejado impresionado –me alabo James con arrogancia. Estaba tan abstraído mirando a Bella, que no me había percatado de que el socio mayoritario del hotel, había venido hasta mi posición.
Tuve que morderme los labios una vez apreté su mano alzada hacía mi, mientras la pose de superioridad se vislumbraba en su rosto, aunque podía darme por satisfecho, si al menos, en algún momento lo había dejado impresionado de verdad. Y no era para menos, gracias a muchas de mis ideas, el hotel se iba a ahorrar una inversión de más de ciento cincuenta mil dólares. Minucia para él quizás, para Jasper y para mi, eso se traducía en más ceros en nuestras cuentas corrientes.
—Es un placer para nosotros escuchar eso señor Witherdale –respondió Jasper, apretando ahora su mano.
Aprovechando la animada charla que ambos comenzaron a entablar, me aparte de ellos y me dirigí hacía Bella, la cual se había apartado varios metros de nosotros para atender una llamada de teléfono.
Me posicione tras ella, y espere a colgara el teléfono. Hoy no se escaparía tan fácilmente.
—Yo no puedo ahora, estoy en mitad de una reunión… ¿Seis meses?, es demasiado tiempo… Si pero tampoco puedo irme ya… Si siempre estás de viaje, ¿qué quieres que haga?... Está bien, llámame cuando llegues a París… Nos veremos a tu vuelta. Un beso…
—¿Problemas con algún chico? –pregunte una vez colgó y sonrió ante mi presencia.
—No es… ¿Nunca te han dicho que es de mala educación escuchar las conversaciones privadas? –respondió con una sonrisa.
—Es que quería tu felicitación –dije insinuante, devolviéndole la sonrisa.
—Eres bastante arrogante, ¿lo sabías? –inquirió mientras guardaba el teléfono en su bolso color negro.
—Eso me suelen decir –susurre mientras aprovechaba su descuido para estudiar detenidamente lo jodidamente bien que le sentaba el vestido blanco que llevaba. Como lo jodidamente sensuales y firmes que se veían sus largas piernas subidas a aquellos altos tacones.
—Me alegro de que al menos te haya dado tiempo a hacer los deberes –dijo cuando por fin me encaro.
Se veía tan sexy con el pelo recogido, le daba un halo de seriedad mezclado con sensualidad impresionante. Definitivamente, si el día había empezado mal, no tenía porque acabar igual.
—¿Esa es tu manera de darme la enhorabuena? –insinué de manera socarrona. Ella rompió entre risas, y el pinchazo en mi entrepierna me hizo recordar nuevamente lo sucedido justo una hora antes.
—Felicidades… Me has dejado impresionada –susurro acercándose levemente hacía mí, gesto que volvió a animarme a insistir.
—Hoy no te podrás negar a tomar una copa conmigo –pedí sin más preámbulos. Me daba igual que el pijo que la creía de su posesión, estuviera varios metros alejado de nosotros.
De quien no me percate, fue de la víbora que había cerca nuestro, pero ya estaba ella para hacerme recordar su presencia, que ni corta ni perezosa, dejo caer, y digo dejo, por la mirada que me estaba dedicando ahora que yo la miraba, una de las tazas de café que reposaban en la bandeja que llevaba.
Maldita la hora en la que me deje embaucar entre sus faldas… Esto me pasaba por imbécil.
—Ves… —susurro Bella llamando mi atención—. Por este tipo de cosas, es por las que no suelo mezclar el trabajo con el placer –añadió a la par que mi guiñaba uno de sus ojos.
Juro que sentí como mi cuerpo se congelaba.
—Isabella –atrás de mí sonó la voz del pijo estirado.
—Nos veremos pronto… Edward… —y con una sonrisa en sus labios, Bella cogió su bolso y su carpeta, y rozando su brazo ligeramente contra el mío, se marcho nuevamente, dejándome completamente frió y acompañado únicamente de su perfume y el tremendo dolor de huevos que sentía.
Ahí me quede, tirado como un puto perro, sin saber que hacer, ni que decir, por tercera vez en una semana.
¿Pero que… mierda?...
—Señorita Vulturi, puede dejarnos a solas un momento –la voz de Jasper me saco del trance en el que seguía sumergido.
Con que el día no podía ponerse peor ¿no? Al girarme para encarar a mi socio, su cara, respondió a mi propia pregunta. Si llego a saber todo esto no me levanto de la cama.
—Edward, Edward, Edward…
Si la cafetería de Carmen era mi favorita, por supuesto mi bar favorito tenía que ser el de mi gran amigo de la infancia, Emmett. Junto con Jasper, nos hacíamos llamar los tres mosqueteros, pues al igual que esos personajes literarios, nosotros veníamos compartiéndolo todo desde niños.
Otra de las similitudes para con ellos, era el lema, ese “uno para todos, y todos para uno”, aunque nosotros le dimos nuestro toque personal, cambiando las últimas letras y dejándolo en un “una para todos, y todos para una”.
Aún recordaba con nostalgia aquellos años. Por supuesto, seguíamos siendo grandes amigos, pero… las circunstancias de la vida, y el hecho de tener que madurar con el paso de los años, nos habían hecho tomar caminos separados, lo que no implicaba que al menos alguna que otra vez no quedáramos para montar aquellas juergas de antaño.
—No puedo creer que Jasper te pillara en ese berenjenal –reía mi gran amigo, tras contarle lo ocurrido en la mañana en la oficina.
Otra de las cosas que no había cambiado el paso del tiempo, eran las típicas confesiones entre amigos. No tuve ni que plantearme donde ir cuando salí de aquella oficina asfixiante, mis pies me condujeron solos hasta aquí.
—Tenías que haber visto su cara, daba miedo –me erizaba con tan solo recordar la mirada furiosa de Jasper, cuando nos pillo a Heidi y a mi en aquella actitud tan comprometida.
—Me la imagino. ¿En que diablos estabas pensando Edward?... joder, será por mujeres, no encontraste otra que no fuera vuestra secretaria –vocifero. La gravedad de su voz, retumbo en mis oídos.
—Emmett, no estoy para sermones –pedí, dando otro sorbo al whisky que sostenía entre mis manos.
—Tío…
—Ah, pero no te he dicho lo peor –vocifere ahora yo, recordando un dato importante—. Me amenazo, me dijo que esto no quedaría así, o no se… esta chalada… —dije a la par que gesticulaba con mis manos.
—Bueno, no hagas caso colega, sabes que una mujer herida puede ser peor que un león hambriento –me animo, a la vez que rellenaba mi copa.
—Me gusta tu comparación, pero creo que esta loca puede ser más que eso. Jasper fue a hablar con ella, ¿y sabes que le dijo? –inquirí alzando mi voz por momentos—, que yo soy el culpable de todo, ¡que siempre la busque! –grite indignado. Jamás, jamás había sido yo quien la buscara a ella, que no me negara no significaba que fuera yo quien la buscara—. Pero lo mejor de todo no es eso –escupí con acritud—. Aún encima, cuando Jasper intento amonestarle por su actitud, ella le soltó que no nos interesaría una demanda por acoso sexual.
—No me jodas Edward –dijo Emmett completamente serio.
—Como te lo cuento. Jasper no pensaba despedirla, pero aunque quisiera no podría, ahora si me tiene cogido por los huevos –maldita la hora… maldita la puta hora.
—Vamos colega, no me digas que te asusta esa mujer –dijo en un nuevo intento de animarme—. Esta jodida, esta jodida porque no quieres joderla, no le des más vueltas, se le pasara –no puede evitar reírme ante sus palabras—. Tu lo que tienes que hacer es alejarte de esa mujer cuanto puedas –no hacía falta su consejo, por mi cuenta corría el no volver a dirigirle ni siquiera la mirada.
—¿Y sabes lo peor? –suspire— Bella estaba allí.
—¿Bella? ¿Tu bella?... ¿la tía de la que estas obsesionado?
—No estoy obsesionado de esa tía –y dale con que estaba obsesionado, es que nadie podía entender que era de su cuerpo de quién estaba prendido.
—Vale, corrijo, estas obsesionado por volver a echarle un polvo a esa tía.
—Eso esta mejor –rio Emmett—. Si tío, estaba allí, mirando la escena con los ojos abiertos como platos. Luego tuve que soportar como ella se reía mientras le cuchicheaba algo al pijo de su jefe –añadí mordaz.
Cada vez que recordaba con ese la miraba, como ella le sonreía mientras le hablaba, como luego…
—¿El del otro día? –asentí dejando atrás mis vagos pensamientos—. Eres tremendo –soltó entre fuertes risotadas—. Oye, aún no me has contado que te dijo Jasper.
—Increíblemente, fue menos duro de lo que pensaba. Se limito a echarme el típico sermón de que hiciera con mi vida lo que quisiera pero el trabajo tenía que respetarlo y bla, bla, bla… —mil estupideces más, últimamente, parecía que en vez de hablar con mi amigo, lo hacía con mi hermana.
—Vamos, que no le pillo de susto –asumió Emmett, mientras terminaba de guardar en el estante los vasos que llevaba minutos secando.
—No, pero porque al final la cosa salió bien, y ese tal James quedo impresionado. Si la cosa llega a salir mal, me hubiera visto contigo –conteste mientras que el amargor del whisky, secaba por completo mi garganta.
—Pues aunque no lo creas, me hace falta alguien en el bar –respondió Emmett con saña.
—Y me pongo a poner copas ¿no?... y al título y las horas dedicadas para conseguirlo que le den.
—Bueno, en tus tiempos libres siempre puedes dibujar –sonrió ampliamente. No era mala idea, pero no me convencía, mi ambición era mayor—. Bueno, aún no me has contado lo más importante, que tal con Bella, ¿hubieron fuegos artificiales? –hay estaba la pregunta que llevaba temiendo desde que había entrado por la puerta, aquella en la que estaba intentando por todos los medios no pensar.
—Si… lluvia de meteoritos –escupí irónico, terminando por tercera vez el contenido de mi vaso.
—Pasa palabra ¿no?
—Mejor pasa tema. Esta claro que esa tía me quiere ver suplicando tras sus pies, y eso Emmett, eso es algo que jamás va a ver –sentencie con rotundidad.
¿Suplicar?... ¿Edward Cullen?... no… esa tía, aún no sabía de lo que yo era capaz.
—¿Todo esto es por querer echar un simple polvo? –inquirió mi amigo, frunciendo el ceño.
—No es un simple polvo Emmett, es un…
—Polvazo –me interrumpió él—. Lo se Edward, aún tengo muy presentes tus palabras y detalles de aquel día, no hace falta que te repitas –continuo hablando con voz cansada.
¿Qué mierda me estaba pasando? ¿Desde cuando atormentaba a mis amigos con una simple tía?
—A la mierda con todo –masculle—. Que le den a Bella, que le den a Heidi, que le den al pijo y que le den al chucho.
—¿El chucho? –dudo, yo simplemente asentí. De ese, también le había hablado ya, aunque quizás no con ese adjetivo—. ¡A si!… el del otro día en la cafetería. Veo que lo de ponerle nombres a las personas… se te da bien –expreso risueño.
—¿Sabes lo bueno Emmett?, que tengo algo que nos va a animar, y mucho además –dije sonriente, recordando otro de los motivos por los que quería hablar con él—. Debido al proyecto, el lunes hay que volar a San Francisco a dar las instrucciones al jefe encargado de las obras del hotel, algo que puede durar toda la semana –comencé a narrar.
—Si, Jasper me comento el otro día que si la cosa salía bien, habíais hablado que él se iría –contesto mientras rellenaba nuevamente mi copa, y él se abría otro botellín de cerveza.
—Así es –afirme—, pero… tras lo sucedido con Heidi, Jasper no quiere irse y dejarme a solas con ella –por lo menos tendría que haber algo bueno detrás de todo esta mierda.
—Así que te vas tú –contesto por mí, llevando el botellín hasta sus morros.
—Corrijo hermano, nos vamos, tu y yo –dije señalándonos a ambos—, los dos, toda una semana, y quita esa cara porque no pienso aceptar un no por respuesta –añadí tras su cambio de semblante.
—Edward colega, sabes que en otro momento de mi vida ni me lo habría pensado, pero tengo que quedarme con el bar, tengo muchas facturas que pagar –dijo completamente serio.
Sabía perfectamente a que se refería, llevábamos años apoyándolo con ese tema.
—¿Como va la cosa? –pregunte ya más serio.
—Peor de lo que me gustaría –suspiro—. Jane sigue sin dejarme ver al niño, es un asco –bufó tirando el paño que descansaba sobre uno de sus hombros, contra la barra de madera.
Y yo mortificándome porque una tía me había dicho que no, cuando ante mí tenía a una de las personas más desgraciadas, en cuanto a asuntos amorosos se refería.
Aún seguía maldiciendo el día que le presente a esa mujer, la mejor amiga de la que por aquel entonces era mi novia, Tanya. Ella no consiguió embaucarme a mi, pero Jane, no solo se quedo preñada de Emmett, obligándolo así a dejar sus estudios de ingeniería, sino que, no contenta con sacarle hasta el ultimo penique, aludiendo que se quedaba en casa para cuidar del bebe, cuando éste no tenía aún ni un año se largo de allí, justificando en su defensa que se sentía sola.
Desde entonces a Emmett no le quedo de otra que intentar salir adelante con los escasos recursos que tenía, para mantener a su hijo, y por supuesto a la amargada de su ex, con la cual cometió el gran error de casarse. Ahora, seis años después de aquello, solo le quedaban las grandes deudas que tendría de por vida, y las escasas ocasiones en las que la malnacida le dejaba al pequeño Alex.
—Ves como te vendrá bien venirte unos días… Playa, sol, sexo –intente sacarle una sonrisa.
—Y rock and roll, ¿no? –ironizó él, con una escueta mueca—. Ese barco ya zarpo, ya no tengo veinte años.
—Joder Emmett –bufé frustrado—, entre tu y Jasper me estáis haciendo sentirme un puto viejo, y solo tengo veintisiete años,
—Edward yo era como tu, peor, y lo sabes…
—A por favor –le interrumpí—, no me vengas con cuentos marianos. Emmett, entre semana apenas viene gente, Riley puede solo con todo, y tienes camareros de sobra para ocuparse el fin de semana –volví a insistir, y no solo porque no me apeteciera estar solo durante una semana en una ciudad extraña, sino porque sabía, que a Emmett le vendría bien un cambio de aires.
—No se Edward…
—¿Cuando llevas sin tomarte vacaciones? –pregunte ante su duda—. Mejor aún, ¿cuanto llevas sin echar un buen polvo?
—Demasiado amigo –reí junto a él–, demasiado…
—Pues ya esta –sentencie—. Emmett, yo tengo que estar allí una semana, pero no trabajo todo el día. Tú dormirás de día, mientras yo trabajo y de noche…
—Swin –silbó con brillo en sus ojos.
—Eso es… swin.
—Una para todos, y todos para una –expreso levantado en alto su botellín de cerveza, el cual choque contra mi vaso.
A los dos nos vendrían bien varios días alejados de la neurosis que provocaba la metrópolis. Él podría salir del pozo sin fondo donde sabía que se encontraba y yo… yo intentaría poner tierra de por medio a aquellos que seguían estando muy presentes en mi mente.
6 Sonrisas:
Esa Heidy es tremenda!!!! pero ahi esta la cosa... Edward le hablo claro desde el principio sabía a lo que se atenía pero aveces solo escuchamos lo que nos conviene...
que bien que la escenita que hicieron no perjudicoooo el negocio.... se fajo los pantalones y pudo hacer muy bien la presentación eso si le resulto.... lo que no ... ha sido con Bella pero como quiere despues de lo que había presenciado con Heydi...todo se les hace facíl a los hombres XD pero creo que esta no es la cuestión .... no se, Bella desde un principio trae algo entre manos y no precisamente caer en los brazos de Edward...esa es mi teoria :-}
y punto para Edward llevarse a su amigo a San Francisco y distraerlo de esa situación tan triste , el que no lo dejen ver a su hijo..... creo que no se lo merece a leguas se ve que es un buen chico y también sería un buen padre !!!
gran capitulo mi Almu!!! ya casi estas con nosotras!!!!!!!
wow primero que nada me encanto ver como se van involucrando los personajes y las hisotorias jeje.. y ahora asi que penaaaa los vieron jaja maldita vieja achocona lujuriosa staba jaja... y ed meandose en los pants pa que nadie los viera menos bella y tomala que eso paso jajaj.. menos mal no perjudico en su presentacion y salio demostrando lo que es.. aa pero bueno no se podia quedar atras con su arrogancia jaja ... se me hace que heidi le traera la vida de cuadritos a edward como venganza jaja y que decir de la bella..que incertidumbre jajaj sin duda tambien le voltearas las hormonas y la vida a este cullen.. si obsesionadisimo sta .. pero pero bella dios de verda me carcome no se que pensar de ella jajaj se esta dando a desear?? oo de verdad no le interesa nadita de nada ed por ahora? tss no creo seguro el polvazo k se dieron le removio algo... jajaja bueno ya no digo mas cosas k me salgo del tema... lo importante es k stuvo muy interesantee... definivitamente siempre es diferente .. bexox chicas muak
Como dice karlita esta Heidi se las trae de verdad, Edward no debería confiarse ni tanto, porque las mujeres cuando estamos heridas somo mas peligrosas }:-] Aunque es cierto el le hablo bien claro desde el principio!! Y Bella otra vez lo dejo con las ganas jajaja ella se las trae, esta muy bien que lo haga sufrir de esa manera y sin querer!! Por cierto no me imagine que James iba a tener tanto poder siendo el socio mayoritario, eso no lo habías dicho o apenas es q me estoy dando cuenta...? jajaja
Y la historia de Emmett :-S pobrecito, vivir sin su bebe y trabajar para mantener a la Jane también que duro, menos mal que Ed se lo lleva a distraerse!! No se porque sospecho que en ese viaje a San Francisco no solo estarán ellos dos si no que tendrán compañía :-P
En fin mi Almu excelente como siempre, ya sabes queremos mas jajaja Ayyys Gracias por cumplirnos con la adicción jaja
Otro gol de Almu con este capitulo!!!!Nuevamente Bellajusticiera al ataque...y van tres planchazos
para Eddy al hilo...pobresitoooo!!!!Lo de Heidi pinta amenazador como poco,me parece que por ahi va a haber stress!!!!Y Emmett como siempre tan entrañable con su triste historia como padre!!
Almu realmente genial el devenir de esta historia
tan original en su concepto de Bella resistiendose a un Edward en plan seduccion!!!!Y a ti Ayyys un gigantesco gracias por subir el chap y alimentar la adiccion!!!!Saludines niñas!!Marchu
Tremenda zorra resulto ser la mosquita muerta de Heidi, eso le pasa a Edward por andar metiendo sus partes masculinas en cuanta vagina anda cerca.:-}. Esta fulana va a dar mas pelea de lo que aparentaba.
Muy buena la actitud de Bella, que no solo se rie de su desliz por asi llamarlo, si no que tambien sigue dejandolo con la palabra en la boca y la sangre en... digamos el ojo:-}.
Me impactò lo de Emmett, pobre èl que es tan dulce,parece que pago los platos por todo lo que otros merecian, pero bueno en definitiva el descuidado fue èl.
Cuanto le durarà a Edward esta decisiòn de al diablo con todos incluyendo a Bella? Puede alguien estar tan, no digamos obsesionados por que Eddy dice que no es obsesiòn, intreresado en el cuerpo solamente de una mujer con la cual estuvo solo una noche? No creo, esa mujer se encargo de marcarlo en mas de una forma y lo esta enloqueciendo de a poco, tal vez le sirva la distancia que intenta poner entre èl y la fuente de su "interes", yo sinceramente espero que no, me gusta verlo retorcerse, le sienta al caracter de este Edward, no se cuanto durarà pero mientras dure hay que disfrutarlo no? pero bueno si llendose ayuda un poco al alicaido Emmett, bien por èl, porque algo debo de reconocerle, puede que sea un total idiota con las mujeres pero parece ser buen amigo.
Hoy es sabado y ya quiero que sea viernes.:-(
Almu, como siempre deslumbrante, ;-D. Se te extraña, besos.
Holaaa!!!!
Interesantee capitulo!!!;-)
Lo primero q voy a decir es que me parece que Edward se va a tragar esas palabras de no rogarle a Bella.... jejeje... y para mi es obvio el karma o como dicen la vida es un boomerang: "todo vuelvee...todoo".. asi que creo que a Eddie se le vienen negras ehh jojo...}:-]
Casi me muero por lo q hizo Heidi, justoo justoo en ese momentoo aparecen los demas, pero creo que ahi tambien va a ver lio, no hay nada peor que una mujer despechada.... me encanta que esten apareciendo los demas personajes, pobre Emmett honestamente!!....
ya me da intriga las aventuras que tendran en su viajecitooo!!! y no creo q Eddie le dure el mandar a la porra a Bella jajajaa...
buenoo me voy a leer el siguiente jejejeje... x suerte puedo leerlos a la vez!!!!! ;-D
besosssssss!!
Y tú, ¿nos regalas una sonrisa?