Me sabe mal decir esto, porque parece que no me leías :-[ Haber, en la presentación del fic dije: “Decir también que la idea inicial de la historia nació tras volver a ver la película "El día de la Boda", así que es posible que encontréis similitudes con esta, pero no por ello os penséis ya que va a desarrollarse igual, porque no era así... “ Estas son las palabras textuales que dije en la presentación (que por cierto, me salte una s en el será, ahora que lo veo X*)…Bueno, a lo que voy. No se, habiendo dicho eso desde un principio, no entiendo ciertos comentarios, pero bueno, por si queda alguna duda os copio el párrafo sin ningún problema.
Eso si, os repito, la película me dio la idea, la trama es distinta, ya que os recuerdo que Bella va porque tiene que organizarle la boda a su hermana, ahí esta la historia del fic…, además de muchas mas cosas…
Bueno, y dicho esto, vamos a descubrir quien es él acompañante misterioso. Para el ex, aún queda un poquillo….
Capítulo 4 - ¿Quieres?
“Once días antes de la boda….”
Por favor que sea guapo. Señor, por favor, sabes que nunca te pido nada, bueno, quizás aquella vez que…y aquella otra que también…Da igual, tu jamás me has hecho caso, ¡así que me lo debes! Hazme caso por una vez en mi vida, que sea guapo, no mejor, que sea muy muy guapo, y con una sonrisa deslumbrante y unos ojos…
Vale, ya me estoy pasando, me conformo con que sea guapo…, muy guapo…
Dios….estoy de los nervios, quien no lo estaría en mi situación, a punto de conocer a mi posible acompañante para la boda, el cual, no era más que un desconocido para mi y horas de regresar a mi casa, junto a mi…familia.
-¿Desea algo más?
-No gracias – conteste sin apenas mirar a la camarera de la cafetería, solo lo suficiente para no acabar derramándome el café que le había pedido, encima de mi impoluto vestido blanco de Helmut Lang Mesh.
Todo un regalazo de Jacob para la ocasión, quien le iba a decir a él que acabaría recibiendo tales obsequios de firmas tan prestigiosas cuando se metió en todo este mundo del diseño, y quién me iba a decir a mi, que acabaría aprovechando su regalo para….para conocer a un extraño.
Con lo cómoda que iría yo ahora mismo con mis vaqueros, y no llamando la atención de todo el mundo….
El…desconocido, ya que ni siquiera se como se llama, había tenido la brillante idea de que quedáramos un par de horas antes del vuelo para…conocernos. Eso no me preocupaba, al contrario, prefería verle antes de montarme en un avión con él, vale que se dedica a….pues a eso que se dedica pero, eso no es un seguro de que no sea un psicópata, o cualquier otra cosa peor... Vale si, puede que este desvariando un poco. El caso, es que lo que realmente me preocupaba, era la duda que percibí en esa segunda llamada.
“Prefiero que quedemos antes de marcharnos a Seattle, así, si alguno de los dos decidimos echarnos atrás en el…acuerdo, todo será más fácil”
¿Qué quiso decir con “echarnos atrás”?... ¿Que si no soy el tipo de chica que a él le gusta no aceptara?...ósea, ¿que si no le gusto?, vuelvo a estar en las mismas que hace unos días...Por favor…no, tengo que gustarle, no soy un bellezón, eso esta claro para mi pero, según Jacob tengo mi encanto, y que no haya tenido ningún contacto físico real con ningún otro hombre en estos casi tres años, no significa que haya pasado desapercibida…, simplemente, no me fio de nadie, es normal ¿no?...después de lo ocurrido…. Aunque para Ángela no es normal, pero bueno, Ángela de por si no es muy normal que digamos, así que su opinión, no es que cuente mucho….
Además, a los trabajadores de la obra paralela a la cafetería, parecía que les había gustado, al menos eso es lo que me dieron a entender sus gritos justo cuando doble la esquina, menos mal que ya había embarcado mi equipaje, gritos, tacones y maletas, caída de Bella contra el suelo sin dudarlo.
¿Y si el que no me gusta es él a mí?...y si es un tío feo, gordo, sudoroso o peor, con algún tipo raro de enfermedad…Bella, es gigoló, y…no es muy barato que digamos, por lo tanto….Bueno, más le vale ser el mismo Apolo, ya que no solo me quedo sin ahorros sino que además con una deuda de más de tres mil dólares. Aunque pensándolo bien, fueron mis amigos quienes insistieron con esta locura, quienes me han arrastrado a ella, es lo mínimo que pueden hacer por mí ¿no?
A unas malas, si esto no sale bien, puedo pedirle a alguno de los obreros que me acompañen, seguro que alguno acepta, y hasta incluso, puede que me salga más barato.
Señor…, aún no puedo creerme lo que estoy haciendo…
-Mesa cuatro. Por lo tanto tú debes de ser… ¿Isabella?…
“A las cuatro en la cafetería que queda justo en frente del aeropuerto. Siéntate en la mesa cuatro y nada más llegar, sabré que eres tu”
Esa voz…Esa voz es la de….
¡Madre de dios!…No, no puede ser…Estaba tan nerviosa que ni siquiera me había dado cuenta que…¡semejante espécimen! había entrado en la cafetería, y menos, que este ser, ¡se acercaba a mi mesa!, como tiene que hacer mi….No…¡Dios mío!… ¿Es él?....Señor, dime que si cierro los ojos cuando los habrá él va a seguir estado aquí, frente a mi, mirándome a través de sus ray ban oscuras, y con esa sonrisa tan…
¡Joder!, no es un sueño, sigue estando parado frente a mi, y ahora su sonrisa ya no es tan leve como la de hace unos instantes, ahora esta se dibuja en su rostro mostrándome su blanca y perfecta dentadura, acentuando sus pómulos, los cuales son visibles aún llevando las gafas de sol….
-Bella…. – susurre mi nombre, tras su sonoro carraspeo, como buenamente me fue posible, ya que sentía como las palabras se atragantaban con mi propia saliva, ¿o esto no era mi saliva?…Madre mía.
-Bien, entonces no me he equivocado – dios, otra vez volvía a mostrarme su impecable sonrisa mientras se sentaba en la mesa… ¿Entonces?, si que es él….Señor…te adoro... – Edward Cullen – dijo su nombre a la vez que extendía su mano por encima de la mesa – Encantado – yo si que estaba encantada.
-Igualmente – murmure aún sin poder parpadear. Esto, esto era mejor de lo que me hubiera podido imaginar – Dios…
-Dios no, Edward – volvió a sonreír….Bella, no pienses en voz alta, es malo, lo sabes…Pero como no voy a poder pensar con semejante…tío, sentado frente a mi, en mi misma mesa…hablándome… - Veo que eres justa en palabras – dijo con sarcasmo mientras se deshacía de sus gafas, si el contacto de su piel con la mía, casi me provoca el éxtasis, mirar esos ojos directamente ya me hacían estar en el…
-Estoy nerviosa – para no estarlo si esa mirada verde esmeralda no dejaba de observarme. Joder…es guapísimo – estoy un poco…impresionada, eso es todo - ¿has visto que cara Bella?, ¿estas viendo bien esos rasgos tan perfectos?, esa boca tan incitante, esos labios delicadamente rosados, ese grosor que tanto invitan a ser apresados…
-Tranquila, para eso hemos quedado, para que podamos conocernos más antes de nada – dijo sin apartar su fija mirada de la mía, infundiendo en mi una tranquilidad, como pocos habían conseguido, con apenas escasas palabras.
Bella, deja de mirarlo así o lo vas a espantar…
-Es que…nunca antes…he hecho algo parecido – balbucee apartando mi mirada de la profundidad hipnotizadora de la suya, justo en el instante que el ligero hervor tan inconfundible, comenzó a subir por mis mejillas.
-Piensa que yo no voy a juzgarte, soy el menos indicado a hacerlo – respondió tratando nuevamente de infundirme seguridad.
¿Dónde has estado escondido toda mi vida?....
Señor, este hombre lo tenía todo, todo. Guapo, que digo guapo, guapísimo. Facciones proporcionadas y acentuadas en su justa medida en conjunto con ese par de gemas brillantes que resaltaban sobre su tez pálida, casi marmolina. Y por si fuera poco, era poseedor de una sonrisa matadora, la cual marcaba más su fuerte y prominente mandíbula. Pero lo mejor sin duda, es el aura de personalidad que desprende, la seguridad que se denota en él, pues de otra forma, no me explico como con tan solo varías palabras, ha conseguido desenrollar el nudo de mi estomago…
Señor, te juro que si es real, te hago un monumento donde quieras….
-Es que…nunca pensé que llegaría hasta tales extremos – confesé cabizbaja, mirando el aún humeante café. Entendía su temperatura, para no estar así con…Edward…Hasta el nombre me estaba gustando….
-Créeme, te sorprenderías de saber que no eres la única – y de vuelta en su rostro esa sonrisa tan apetecible… - Bueno, cuéntame cual es el plan – hablo cruzándose de brazos, lo que provoco que la chaqueta de su traje oscuro se ciñera más alrededor de sus brazos, pegándose más si podía a sus fuertes formas, esas que se marcaban a través de las arrugas de su ropa.
Si esa chaqueta hablara, seguro que ahora mismo le estaría gritando gracias….
-Eh… ¿el plan? – pregunte atropelladamente – No, no hay plan. Simplemente necesito que finjas ante mi familia que eres mi novio – confesé avergonzada. Es muy triste, no lo niego, pero es lo que hay.
-¿Y porque una chica como tu necesita fingir eso? – pregunto llamando nuevamente mi atención, la cual estaba centrada en la cucharilla del café, bueno, para ser sincera, de reojo observaba los dos botones tan despreocupadamente abiertos de su camisa azul cielo - Perdona mi atrevimiento, no he pretendido ofenderte, simplemente es…no se, me resulta extraño, no eres el tipo de chica que…
-¿Contrata a un gigoló? – dudo unos instantes pero finalmente asintió. ¿Debía tomarme su pregunta como un cumplido o como algo distinto?– Pues ya ves…. Si te soy sincera, jamás planee acabar así.
-Bueno, esto te sirve para no volver a planear las cosas – sonrió haciéndome sonreír a mi. ¿Por qué me sentía tan…tranquila? si hace tan solo diez minutos era un mar de nervios – Bueno, entonces son diez días en los que tendré que fingir que soy tu novio – asentí – No parece muy difícil – eso es porque no conoces a mi familia… - Cuéntame cosas de ti…. por las apariencias y eso – hablo mientras le hacía señas a la camarera para que no viniera como ella tenía pensado hacer. Pobrecita, seguro que lo estaba deseando.
-Cierto, bueno…tu, también tendrás que contarme cosas de ti – dije débilmente. Como podía avergonzarme de decirle eso si lo peor, ya estaba echo, aunque aún faltaba ver si aceptaba claro…
-Son tus padres no los míos a los que hay que engañar, por lo tanto todo lo que digas de mi, será creíble – sentenció con una nueva sonrisa en sus labios.
Este tío iba a conseguir aturdirme más de lo que ya de por si me estaba aturdiendo su intensa fragancia, como a lavanda mezclado con tomillo…, limón, no se, era raro el aroma, dulce pero a la vez fuerte, con carácter…, El idóneo para él.
A lo que cobra Bella, bien podrían hacerle los perfumes para él solito.
-Ya, bueno pues… - vamos Bella, es tu pasatiempo favorito contar cosas de ti - Soy de Seattle, pero me mude aquí hace casi tres años – callé, pero su rápida mirada me incito a continuar - Trabajo de encargada organizando y preparando bodas por encargo en la empresa de mi amigo. Vivo de alquiler y me encanta la comida italiana – reí – me gusta cocinar, y me gusta beber una copa de vino cuando estoy muy estresada – suspire recordando mi ultimo día de estrés - Mi color preferido es el blanco – dije llevando una mano a los tirantes de mi vestido- me trasmite mucha paz, casi toda mi casa es blanca – volví a reír para mi misma – Aunque el azul también me gusta – añadí volviendo a fijarme en su camisa – Mmmm, me gusta leer, literatura romántica sobre todo, soy así de ingenua – susurre para mi misma – Y tengo una planta llamada blinqui, es el único vivo, a parte de mi, que creo que soy capaz de cuidar…
-¿Blinqui? – me interrumpió dejando su boca entre abierta, a la vez que sus cejas se alzaban con incredulidad, gesto que rasgaba aún más la armonía de sus ojos. Joder…este tío es…perfecto…
-De blinquitos…es una tontería – dije restándole importancia mientras ambos reímos, si tenía alguna duda ya podía confirmar que estaba loca de remate.
-Espero acordarme de todo lo que me has dicho, seguro que lo de la planta no se me olvidara…
-Es una estupidez – respondí dejándome llevar por el sonido melodioso de su risa. No se si es el conjunto de él mismo, o partes de él, pero por un momento, no me arrepiento de haber llamado - ¿Tu eres de Boston? – pregunte mordiéndome el labio inferior a la vez que pasaba una de las mechas sobrantes de mi recogido por detrás de mi oreja. Por lo poco que lo conocía, se notaba que no estaba muy dispuesto a hablar de él…
Pero tampoco importa ¿no?
-Si, nacido y criado aquí mismo – asevero - Me dijiste…en tu mensaje, que ibas antes para organizarle la boda a tu hermana.
-Así es. Bueno, prácticamente esta toda organizada, solo tendría que ir a asegurarme de que los sitios encargados han hecho lo previsto. Como te dije, esto es más capricho de mi hermana, si hubiera dependido de mí, habría ido sábado y me habría vuelto el mismo domingo – ganas no me faltaban - ¿Son…muchos días, verdad? – pregunte dudosa cayendo en la cuenta, yo no debía de ser su única…clienta y diez días…son muchos días…
-No – sonrío - Lo que si necesitamos, es una historia conjunta, algo que decir cuando no estemos juntos para no caer en contradicción – sugirió llevando una mano a su despeinado pelo cobrizo, pero no precisamente para ordenarlo, sino para desordenarlo más.
Que lástima…, tan guapo, tan bien vestido, oliendo tan bien…y con esos pelos, ¿no ganaba lo suficiente para comprarse un peine?....Aunque la verdad, hasta eso le daba un toque…carismático.
-Si, algo así como… como nos enamoramos y todo eso – reí. Venga, ideas de cómo supuestamente me enamore de este monumento, mejor dicho, de cómo este monumento se enamoro de mi y que ninguna de ellas cite alcohol, amigos, tarjeta, teléfono y nueve mil dólares - …No tengo ni idea, ni siquiera se que decir sobre como nos conocimos…
-¿Como nos conocimos?...que te parece en una boda – sugirió. Chico listo, lo tiene todo… - ¿Los organizadores soléis asistir a las bodas verdad?
-Si, suelen invitarnos, aunque eso no es nada más que un pretexto para que seamos nosotros y no ellos – recalque - los que controlen que todo vaya bien.
-Pues hay lo tienes. Nos conocimos hace unas semanas en una boda. Yo asistía como invitado y dio la casualidad que nos sentaron juntos…
-¿Unas semanas? – pregunte asustada.
-Si, el tiempo suficiente para invitar a alguien a una boda y para no conocernos todavía al cien por cien, por… las posibles sorpresas que podríamos llevarnos – bueno, no era tan mala idea.
-Te refieres a carácter y cosas así.
-Si, carácter, gustos, por mucho que me cuentes ahora siempre esta el factor sorpresa.
-Ya… - respondí observando el movimiento de su mano al hablar, centrándome en esos largos dedos tan….Dios - ¿Y tu a que te dedicas?...Quiero decir que, que vamos a decirles.
-Yo…bueno puedes decir que soy psicólogo.
-No – le corte rápidamente.
-¿Por qué? – volvió a reír, a este paso, no llegaba al avión viva.
-Porque pensaran que me psicoanalizas por lo que paso. Mejor se….Abogado – por su porte, perfectamente podía dar el pego.
-Bueno, creo que podría mentir en que tengo una relación contigo pero si me preguntan por leyes…no creo que sepa.
-¿Médico?
-Y que tal si soy profesor….de Literatura por ejemplo.
-Mejor, así ya tenemos algo en común… - reí - ¿Edad?
-Veintiocho años, bueno, dentro de poco, veintinueve.
-¿Fecha de nacimiento?
-No creo que te pregunten eso ¿Tu edad? – confirmado, hablar de él era lo último que le interesaba.
-Veintisiete, dos más que mi hermana.
-Háblame de ella – ¿que le hable de mi hermana….?
-Bueno, Rose…es un calco a mi madre. Rubia, ojos azules, yo soy más a mi padre…
-Me refería a tu relación con ella – dijo volviendo a cruzarse de brazos.
-Vale. Pues…decirte de rivalidad seria mentirte ya que ella es el ojito derecho de toda la familia, a echo todo lo que mis padres esperaban de ella y yo…pues yo no – sonreí ante su atenta mirada - Ella es la perfecta, la más guapa…, la más simpática – susurre agachando la cabeza ante los recuerdos, recuerdos que estaban a horas de volver a revivirse.
-¿Celos?
-No son celos – sentencie mirándolo fijamente - Te acostumbras a ser la segunda, a no llamar la atención, a que te digan que a Rose jamás la hubieran plantado como me hicieron a mi.
-¿Porque te planto?...Perdón, no tienes porque contestar sino quieres.
-No, es bueno para…todo esto, supongo. ¿Porque me planto?...no lo se. Lo único que recibí de él fue un mensaje de texto en el que decía, “Lo siento Bella, no puedo”…Después de tres días sin saber nada de él, fui entendiendo el significado del mensaje. Ya no supe nada más de él – susurre con melancolía, ese recuerdo, seguía doliendo igual.
-Imagino que necesitaras una explicación.
-Después de tres años, pocas explicaciones hacen falta – sonrió levemente - No te voy a negar que me dé un miedo espantoso volver a verlo, ver como quizás él si ha conseguido rehacer su vida y yo no, pero no pretendo nada. No quiero explicaciones y mucho menos volver con él – eso es lo que más claro tenía.
-¿Y tus padres? – mis padres….dios, que risa…mis padres…
-Mi padre solo me dijo que algo habría echo para que no quisiera casarse conmigo. Sus padres eran socios del mío, tras lo sucedido perdió un socio poderoso, eso fue lo único que a él le hizo daño, y ahora mira, es mi hermana la que se casa con el hijo de otro socio. Ves, ella siempre consigue darles todas las alegrías – aplausos para Rosalie…
-¿Y por eso te fuiste?
-Siempre quise irme de allí, pero supongo que las continuas comparaciones, sumadas a las miradas de lástima de todo el mundo…adelantaron mi huida – hable mirándolo fijamente, esperando en su mirada lo mismo que se reflejaba en todos los conocedores de mi historia. Pero no, ni un ápice había cambiado la expresión de su cara y en sus ojos, se reflejaba el mismo brillo que al principio…
-No te preocupes, ambos conseguiremos borrar esas miradas de lástima de todo el mundo… ¿Nos vamos? – pregunto levantándose de la silla, dejándome boquiabierta con su actitud.
-Pe…pero… no llevas equipaje – balbucee mientras me levantaba.
-Ya esta embarcado, lo hice antes de venir hasta aquí – sonrió…entonces…. ¿si venia conmigo, si aceptaba?, ¿ya había aceptado antes de toda esta charla?
-Entonces…eso significa que si aceptas…que si… ¿quieres? – pregunte nerviosa acercándome a él…
Si desde la silla, ya era admirable, de pie, de pie era todo un modelo a esculpir, un modelo altísimo…aún con los tacones me sacaba bastante de altura…, o es que yo era la baja, que también puede ser.
-Si, quiero – dijo con firmeza ofreciéndome su mando, dando así por cerrado el acuerdo….¡Madre mía!
La foto es un poco caca pero bueno, así os hacéis una idea….Ya sabéis, la que necesite un acompañante y este le haya gustado, que llame al teléfono de la tarjeta :-}
El martes que viene, más….
Por cierto, todas las que mañana empiecen sus exámenes como yo, mucha suerte ;-)
Publicado por
Almu
en
21:03