Capítulo 1

Primer capítulo, a ver que tal va la cosa :-}

Capítulo 1 – Sola no

“Quince días antes de la boda…”

-Jake, por favor…te lo suplico, tienes que acompañarme, tienes que venir conmigo a Seattle.

Seattle, la ciudad más grande del estado de Washington, la ciudad donde pase gran parte de mi adolescencia, la ciudad…donde vive mi familia.

-Cielo, sabes que su pudiera iría, pero no solo esta la boda de tu hermana, tenemos tres bodas más para dentro de un mes, alguien tiene que quedarse para cuidar el frente – contesto mi…amigo, si es que puedo llamarlo así, de forma teatral.

Jacob para mi, es más que un simple amigo. Fue la primera persona que conocí al mudarme a Boston, él primero al que le conté los motivos de mi huida, él primero que metí en mi cama después de…, después de lo sucedido.

Con él había vivido momentos inolvidables, risas hasta el amanecer, charlas interminables hasta altas horas de la mañana, secretos compartidos, de ahí que él conociera todos mis miedos, de ahí mi confianza para pedirle que me acompañara al que en su día fue mi hogar.

-No se porque tienes tanto miedo de ir tu sola, es tu familia la que estará allí, tu hermana es la que se casa.

Ángela, la otra cara de mi moneda. Ella y Jacob lo son todo para mí, además de mi trabajo, en el cual vuelco toda mi frustración. La conocí uno de los tantos días que andaba por la casa del que por entonces solo era mi vecino, Jacob por supuesto. Ambos eran íntimos, demasiado creía yo, pero…me equivoque.

Al igual que con Jake, nuestra conexión fue instantánea, quizás porque eran varias las cosas que teníamos en común. Ella, al igual que yo, había acabado en Boston huyendo de una fatídica relación de la cual yo conocía todos los detalles y aunque, en algunos no estuviera de acuerdo con ella, no pude más que apoyarla. Por supuesto ella también conocía los motivos que me llevaron a acabar en esta ciudad y, para variar, Ángela tampoco estaba muy de acuerdo con las formas que tuve de marcharme de Seattle y mucho menos en el trato que desde entonces tenía con mi familia, el cual era prácticamente nulo hasta hacía algunas semanas, justo las semanas en las que mi vida volvían a ser una tortura.

Dios…en que momento me metí en ese jaleo.

-He dicho que sola no iré – no, prefería la muerte antes que volver sola ante ellos.

-¿Por qué te comprometiste tu entonces a organizar la boda de Rose?- pregunto de repente Jake - no se, le hubieras dicho que no, o la verdad.

-Claro, hubiera sido mejor decir, no hermanita, no quiero organizarte la boda, entre otras razones, porque no te soporto, aunque también he de decir que me aterra encontrarme con mi ex, el cual por cierto, me planto a un mes de nuestra boda. ¿Crees que hubiera sido mejor decir eso?

Si, trabajo en una empresa encargada de organizar bodas. Si, Jacob es mi jefe, si, es gay y si, ha entrado en mi cama, pero el mayor roce que hemos tenido ha sido un abrazo bajo las sabanas… Ah, si, lo olvidaba, he aceptado organizar la boda de mi hermana, y si, la odio, bueno, no es odio…odio, mis sentimientos hacia ella no son mas que las secuelas de una vida llena de comparaciones entre las dos, una vida en la que todos mis movimientos han sido siempre comparados con los de mi perfecta hermanita, la cual es totalmente opuesta a mi.

Rosalie siempre supo lo que quiso, seguir los pasos de Rene, nuestra madre. Estudio diseño en una de las mejores universidades de Washington, diplomándose entre las tres mejores de su promoción, y ahora, como si de una vida perfectamente planificada desde su nacimiento, se casa con el hombre de su vida, el cual por cierto es el hijo de uno de los mejores socios de Charlie, nuestro padre, y por si fuera poco, para llenar más de alegría a nuestros padres, Rosalie había decidido casarse en Forks, aquel pueblucho inmune en el que pase los ocho primeros años de mi vida, aquel lugar donde mis padres tenían pensado volver una vez se jubilaran.

-Pero si lo que no quieres es ir sola, yo iré contigo, para eso están las amigas – dijo de pronto Ángela, trayéndome de vuelta la mundo real, a ese que ahora odiaba más que nunca.

-Gracias Ángela, eres adorable – hable mientras golpeaba suavemente su pierna con mi mano - La lástima es que te falta algo entre las piernas para poder decir que eres mi pareja.

-Se trata de no ir sola ¿no? – afirmo tranquilamente llevando la copa de coctel a sus labios. Ojala solo se tratara de eso.

-No, se trata de ir acompañada con alguien que haga de mi pareja – y llegar del brazo de mi amiga, provocaría el infarto masivo en mi familia…Aunque…pensándolo fríamente, eso tampoco era tan malo.

No, definitivamente no es buena idea, ya veía a mi padre en forma de aparición señalándome con el dedo y diciendo con rudeza “sabia que acabarías matándonos Isabella Marie Swan”…

Si, mis padres son los típicos que esperan que hagas algo por ellos. Mi hermana era el ejemplo perfecto. Ella seguía la línea de mi madre, lo que en un día no muy lejano la convertiría en la dueña de la pequeña empresa de esta. Yo…yo debía de haber seguido la línea de mi padre, o al menos eso esperaban ellos como hija mayor, convertirme en toda una licenciada en económicas y acabar al frente de la poderosa empresa Swan…

Pero…eso jamás sucederá, pues no termine el primer semestre cuando me cambie de licenciatura, cogiendo con ello las riendas de mi vida, algo que a mis padres no les gusto tanto como a mí, pues que una de sus hijas delegara la carrera de económicas por la de historia del arte, era más que una deshonra.

-¡Ya lo tengo! – gritó Ángela, haciendo que todas las personas cercanas a nuestra mesa nos miraran – Mira cuantos hombres guapos hay por aquí, concretamente esos chicos tan monos que ahora mismo nos miran desde la barra – para no mirarnos si la descarada los estaba saludando - Un par de copas más de esto que esta tan rico, dos bailoteos, y matas dos pájaros de un tiro.

-Con que uno de ellos me acompañara a la boda ya sería feliz – dije totalmente frustrada.

-¡Pues eso! – volvió a gritar – Vamos a la barra nos presentamos y no solo te llevas a un ligue a la boda sino que también meneas un poco tus caderas, no se como todavía puedes andar con la oxidación que deberás tener hay dentro – sin palabras, siempre conseguía dejarme muda y avergonzada, así es Ángela, pero en el fondo, muy en el fondo la quiero, aunque a veces la duda este ahí.

-Paso – hable llevándome mi copa, todavía llena, hacia mis labios.

-Pues que sepas, que mi idea es mejor que ir acompañada de tu amigo barra jefe organizador de bodas, él cual clasificarían de gay nada más conocerlo – dijo tan tranquila antes de vaciar su copa.

-¡Oyeee!, te estoy oyendo guapa – gritó mi amigo volviendo a romper la tranquilidad del local, a este paso acabarían echándonos.

-Por eso lo digo – respondió Ángela…Vaya dúo.

Aunque en eso tengo que darle la razón a ella, pues, en apariencia, Jacob parece muy macho, sus casi dos metros de estatura sumados a su ancha espalda y esas dos duras rocas que tiene por brazos lo avalan, e incluso al hablar, nadie que escuche su tosca voz se atrevería a negar su hombría, pero…sus movimientos…, sus gestos, esos que justamente ahora esta haciendo mientras intenta que Ángela se retracte de lo dicho pues…No…lo último que necesito en estos momentos es un tiarron intentando esconder su pluma, ahí si mataría a mi familia.

Dios…necesito urgentemente un hombre en mi vida, un chico con buen porte, a poder ser guapo por supuesto y, si tiene dinero mejor. Bueno, me conformo con hacer creer a mi familia que si lo tiene, si después de la boda es actor porno, eso da igual…Bueno, no, mejor un trabajito que no tenga relación con mis allegados, ni tampoco uno que sea muy…vistoso…

-Con lo grande que es Boston… ¿por qué solo os conozco a vosotros dos? – dios, que vida más triste, odio a mi familia, solo tengo dos amigos, uno de ellos gay por cierto. Si al menos tuviera un folla amigo con el que ahogar mis penas, le pediría que me acompañara, pero no, mi celibato ya va para tres años….Que vida tan…triste.

-Quizás por esa manía que tienes de no fiarte de nadie, como también la de no relacionarte con nadie del sexo opuesto – soltó la simpática de mi amiga, la cual por cierto, por si alguien lo dudaba, tiene una gran manía con mi vida sexual. No le vasta con la suya que aun tiene tiempo de inmiscuirse en la mía.

-Con él lo hice – me defendí escudándome en Jake él cual sonrió instantáneamente, miedo me da.

-Cielo, estabas eclipsada con el echo de que todo un galán como yo se acercara a ti. Admítelo, nunca antes te había pasado eso - ¡viva san modesto!

Vale, reconozco que Jacob es muy guapo, como no voy a reconocerlo si su rostro no posee ninguna imperfección y sus facciones poseen una armonía milimétrica, además sus ojos, ese color tan oscuro y penetrante tan bien combinado con el color de su corto pelo y el tono de su piel, cualquier mujer se sentiría alagada con cualquier tipo de cumplido proveniente de él. Pero, de ahí a que me eclipsara por él….ahí un camino….y largo.

Eso no significa que no hubiera podido hacerlo en el futuro, pues, si algo le sobra a Jake son sus buenas formas de tratar a la gente, además de los atributos ya mencionados, pero no, en mi caso ninguno de ellos me hicieron acercarme a él. No se, fue una sensación extraña, la paz, más bien la tranquilidad que me daba hablar con él fue lo que me hizo abrirme, lo que me hicieron sentir seguridad, esa que tanto me hacia falta cuando lo conocí.

-Es inútil, lo mire desde la perspectiva que lo mire no me queda de otra que ir sola. Al final mi padre tenía razón – dije vencida.

-Toma, bebe, las penas con alcohol son menores, al menos eso dicen – sonreí antes las palabras de Ángela. Esa era nuestra ley, ley que habíamos llevado a la práctica en infinidad de ocasiones, pero con control, por supuesto.

-¿Cuándo tienes que irte? – pregunto Jacob.

-En cinco días. Mi madre quiere tenerme allí unos días – dios…que emocionante era la idea - Además, lo que queda por preparar tengo que hacerlo desde allí – en definitiva, diez días de estrés en compañía de mi adorada familia….No puedo esperar….

-Es más trabajoso, pero podemos arreglarlo para que no tengas que ir tantos días antes. Se casa un domingo ¿verdad? – asentí - Pues vas viernes, así te ahorraras muchas cosas.

-Gracias Jake, pero aún queda otra – y vaya otra - Rosalie aún no tiene el vestido, ha hecho que le diseñen tres pero aún no sabe cual escoger, quiere que lo haga yo, y amenaza con no casarse si no lo hago – vamos que estaba totalmente pillada - No puedo posponer más tiempo esto, me toca ir en cinco días o entonces me quitaran el apellido.

-Que caprichosa Rose.

-Mucho Ángela, mucho.

-Yo creo que esa es su táctica para que estés unos días con ella, al final te va a venir bien y todo ir sola – pobre inocente.

-No, tú no la conoces. Ella lo que quiere es regodearse de todo lo que ha conseguido, mientras yo, aquí estoy – dije gesticulando con mis manos.

-¡Oye!, que sepas que tienes una vida encantadora con unos amigos que lo son aún más – Ángela y su intento de ofendida…, no cuela.

-Pero yo era la que iba a casarse primero, la que peleo contra todos para hacer de su vida un sueño, y precisamente esto que tengo no entraba en mis sueños – si la cosa hubiera sido distinta, ahora estaría casada, recién licenciada en historia del arte y con suerte buscando algún trabajo en alguna casa de arte como siempre soñé, pero no, aquí estaba, planeando la boda de mi hermana pequeña y ahogando mis penas en alcohol mientras internamente rezaba para que apareciera el príncipe que consiguiera sacarme de toda esta locura.

-Aún no se ha casado, por lo tanto aún pueden plantarla – dijo Ángela maliciosamente, me encantaba esa sonrisa.

-¿Maldición Swan?

-Podría ser.

-No, ella sabe como tratar a los hombres, como hacer que ellos caigan a sus pies. No van a plantarla, eso no le pasara a ella. Ella se casara, será feliz mientras yo, yo tendré que volver a verlo – suspire resignada.

-Va a la boda – afirmo Jacob sabiendo perfectamente de quien hablaba, había sido mi mono tema durante más de dos años, para no saberlo ahora.

-Según tengo entendido es amigo de Emmet…, y por lo que se, será el padrino. ¡Por eso mi insistencia de ir con alguien! – grite - Quiero que vea lo que ha perdido, lo que jamás volverá a tener por ser un imbécil. Y quiero demostrarles a mis padres que soy feliz, que verdaderamente lo soy…, pero yendo sola no voy a poder engañarlos.

-Si verdaderamente fueras feliz no dirías eso – dijo con gesto apenado.

-¡Hey! Jake, soy feliz, no es la vida que planeaba pero soy feliz, pero a ellos no les va a bastar.

-Jacob no lo pillas. Aquí la amiga lo que quiere es matar de celos al subnormal que la dejo plantada, en eso se basa toda nuestra conversación.

-¡Ángela!

-¿Es mentira? – pues…. – Tu silencio ya me responde. Jake, hay que buscarle un hombre a nuestra pequeña Bella.

-Pues como no miréis en las páginas amarillas – ironicé.

-Podemos poner un anuncio con tu cara “Se busca…., acompañante”, verías la cantidad de hombres que llamarían.

-Avísame cuando vas a hacerme la foto, para no posar con estas ojeras más que nada – bromeé.

-Un anuncio tuyo no, pero ¿y si buscamos uno de acompañantes? – dijo Ángela. Dios mío, ese brillo en los ojos me aterraba.

-¿Buscar un acompañante? – pregunte confundida.

-Si, contratamos a un gigoló y que se haga pasar por tu novio.

-Estas loca – afirme ante su entusiasmo, maldita la hora en la que dije nada.

-No es mala idea.

-No la animes – proteste golpeando a Jacob en el hombro, solo eso le faltaba a Ángela, un apoyo en sus locuras.

-Claro que no es mala idea, ¡es una idea brillante! Mañana mismo estoy buscando en la sección de acompañantes – vociferó mientras se lo apuntaba en su blackberry.

-¡Ángela!, ¡No! – grité volviendo a llamar la atención de todo el mundo.

-¡Que te calles! - ¿cómo que me calle? - Jacob, tenemos una misión especial, y solo tenemos cinco días para ello, cuatro, por las horas que son y todo eso – pero….¿estaban locos o que?

-Y como bautizamos la misión pequeñuela.

-Misión…. – ¿asesinato quizás? – Misión búsqueda del novio de ensueño….

Iba a matarlos, a los dos, lenta y tortuosamente. Al menos la gracia les duraría un buen rato, pero esperaba que se olvidaran del tema, por su bien y por el mío, y si no lo hacían ya haría yo que lo olvidaran, como fuera, pero lo haría.

Jamás contrataría a nadie, jamás….Menuda estupidez.

Publicado por Almu en 21:04