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CAPÍTULO XXXV

Mi intención cuando empezó la semana, era haber actualizado antes, ya que os lo merecéis por la espera que os he estado haciendo pasar últimamente pero lo que yo no sabía era que me iba a encontrar con todas las fotos que me he encontrado a lo largo de los días…Ahhhhh de verdad me erizo solo con recordarlas jejej, aunque algunas se sigan negando a creerlo y digan, no si solo son amigos, ya y un….., me calló jejejeje, bueno el caso es que entre ellas, la universidad que no hace otra cosa que intentar matarme a base de trabajos y el echo de que estoy de exámenes, han disminuido mis ratos libres a prácticamente nulos, así que os recompenso dejándoos un capítulo extra largo, espero no aburriros mucho, ahora ya aquí os dejo el capítulo, espero que os guste….

Por cierto, las primeras líneas de este se tratan de una escena de la película Luna Nueva que yo más o menos he traducido del guión en inglés, no se si estará bien, pero más o menos así nos lo pondrán, ya cuando la vea, corregiré los fallos…


CAPÍTULO XXXV – Felicidades a Ti


Kristen


-Bella, la única razón por la que te abandone fue para protegerte, quería que tuvieras la posibilidad de tener una vida normal…feliz – dijo Robert, en su papel de Edward mientras me tomaba por los hombros.
-Pero fue tan fácil para ti…marcharte – decía temerosa, aún sin creer en sus palabras.
-Tuve que ser convincente, ¿pero fácil?...En mis cien años de vida nunca había tenido que hacer nada tan difícil como lo de aquel momento – ahora venia la parte en la que Bella comenzaba a creer en sus palabras…
-Te seguí viendo….tenía visiones contigo, siempre me protegías….Pensé que me estaba volviendo loca.
-…Eran tus propios instintos los que hablaban. Ojala hubiera sido yo…pero tu eres la heroína. Tu me salvaste… – dicho eso, sus labios comienzan a dirigirse hacía los míos, pero bruscamente se para en su cometido y….

-CORTEN!! – gritó Chris – perfecto chicos, ahora ya es cuando entra Charlie y tu desapareces – decía sin parar de gesticular con sus manos mientras yo me acomodaba en la cama – bueno no creo que haya que repetir la escena más veces, de todas formas luego la revisare otra vez… Mmmm!! – expreso a la vez que miraba su reloj – ya son las doce y cuarto, por hoy ya esta bien, mañana por la mañana más, vale chicos – dijo antes de marcharse.
-Bueno ¿nos vamos? – preguntó Robert alzándome su mano para que la cogiera.
-Si – conteste cogiendo su mano con la cual me ayude a llegar a su altura – Felicidades – susurre en sus labios, los cuales me limite a rozar con los míos, pues aún quedaba personal de rodaje en la habitación.
-Que tonta – contesto sin dejar de mirarme, sus ojos reflejaban un brillo especial, brillo que era perceptible aún llevando sus lentillas oscuras.
-Vamos – dije poniéndome de pie sobre el suelo de la sala - hoy te espera un día muy largo, además de mis regalos – susurre volviendo a acercarme a él.
-Mi mayor regalo es que estés conmigo – contestó cogiendo mi cara con ambas manos para perfilar mis labios con su lengua.
-Tenemos que irnos, mañana hay que madrugar – murmure apartando mi boca de la suya.
-Tienes razón – dijo levantándose de la cama.
-Bueno, que se siente al cumplir los veintitrés.
-Pues lo mismo que cuando cumplí los veintidós…y los veintiuno, no se la diferencia creo que esta en los veinte y a los tíos eso nos da igual, creo que la edad es más paranoia de chicas – contestó siguiéndome hacía la salida del set donde le tenían preparada una….
-¡SORPRESA!.... ¡Felicidades! – gritaron al unísono todos los miembros del equipo de rodaje.
-Pero….esto – balbuceaba sin apenas palabras y sin dejar de mirarme.
-A mi no me mires, es tu cumpleaños.
-Pero tu esto lo sabías ¿verdad? – pregunto mientras lo iban felicitando uno a uno.

La verdad es que saberlo, lo que se dice saberlo, lo sabía, para que iba a mentir, de hecho todo estuvo medio planeado para poder acabar de rodar tan tarde y así felicitarlo en su día, pero la idea no fue mía, yo tenía otras en mente, seguramente no tan espectaculares como la que él tuvo conmigo, pero algo es algo.

Estuvimos en el set alrededor de una hora más, comiendo entre risas de la tarta que todos, incluso los que ya no estaban, habían pagado y brindando con Champan. Una vez vi que ya se estaba haciendo demasiado tarde y que ninguno parecía tener prisa, decidí interceptar para irnos, y no es porque estuviera incomoda o tuviera miedo a que el despertador no me levantara al día siguiente, más bien era porque otra sorpresa, estaba esperándolo en la habitación y de seguro, esa si le iba a gustar de verdad.

-No me lo esperaba y la verdad es que me ha encantado – dijo rompiendo el silencio mientras subíamos en el ascensor.
-Te aseguro que no fue idea mía.
-Bueno, pero tu lo sabías…y eso ya me vale – contesto acercándose peligrosamente hacía mi boca la cual beso con extremada dulzura mientras que con una mano acariciaba mi mejilla y con la otra agarraba mi cintura aferrándome a él.

El beso poco a poco fue tomando más forma, su lengua fue enroscándose lentamente con la mía entretanto mis manos comenzaron a vagar por su cuello subiendo hasta su cabello, entrelazando mis dedos en el y acercándolo, si cabía, más a mi. El ascensor seguía subiendo sin que ambos nos separáramos un milímetro, nuestras bocas seguían danzando al unísono cada vez con mayor intensidad, intensidad que era perceptible en nuestros cuerpos sobre todo en el de él, - para o no llegamos – susurré una vez su boca comenzó a desplazarse por mi mandíbula hasta llegar a mi oreja - ¿seguro que quieres que pare? - susurró en ella a la vez que se apretaba contra mí, marcando en mi bajo vientre su masculinidad, y sus manos comenzaban a vagar dentro de la camiseta por mi cuerpo.

He de reconocer que por unos instantes dude, sus caricias provocaban mil estímulos al contacto con mi piel, me erizaba tan solo con el simple roce de sus dedos, pero tenía que ser fuerte, por más que mi cuerpo gritara reclamando sus caricias tenía que aguantar, por hoy me tocaba reprimirme.

Tras un intento más de convencerme, y gracias a que el elevador llego a nuestra planta, de otro modo no se como hubiera sido capaz de volver a negarme, nos encaminamos hacía su habitación o nuestra, no se ya….
-No me vas a decir porque tantas prisas por llegar? – preguntó irónico.
-Prisas? – exprese haciéndome la desentendida – prisas ninguna, simplemente es tarde y mañana hay que estar muy temprano en el set – seguí hablando mientras él abría la puerta.
-Ya, a saber que maquina tu….¡mama!, ¡papa! – exclamó sorprendido al ver quienes lo esperaban en el salón de la habitación.

Sinceramente…me emocione…ver ese abrazo tan afectivo entre padre e hijo o como Robert tomo en peso a su madre mientras no paraba de besarla pudo conmigo. Dicen que los actores estamos hechos de otra pasta, que somos capaces de aguantar mil y una distancias, pero al cambio de vida tan radical que nosotros tuvimos, no es fácil adaptarse tan pronto. Yo en el fondo tenía a mi familia en el mismo país, de echo mi hermano había estado conmigo hasta hacía escasas dos semanas y si quería perfectamente podía cogerme un avión ir a mi casa y abrazar a mis padres, aunque fuera una locura podía hacerlo, tampoco los tenía muy lejos pero él….él los tenía a mínimo nueve horas de avión, por no decir que cuando sus padres estaban despiertos Robert estaba durmiendo así que la comunicación entre ellos era bastante escasa, de ahí que llegara a la conclusión que pedirle a sus padres que vinieran no sería una mala idea, al revés, de sobra sabía yo que Robert sería incapaz de llamarlos para decirles que lo hicieran, de echo si por él fuera su cumpleaños se celebraría en un bareto cualquiera rodeado de cuatro amigos…odiaba sentirse especial.

-¿Cuándo habéis llegado?, ¿desde cuando estáis aquí? – preguntaba un, todavía muy emocionado Robert.
-Esta tarde, pero no te llamemos porque queríamos darte una sorpresa – contestó Richard, su padre.
-Pero si lo llegó a saber, no os hubiera tenido aquí todo el día esperándome, no se hubiera hablado con Chris y….
-Hijo tranquilo, ya lo sabíamos ¿como crees que entremos a la habitación sino? – contestó su madre mirándome a mi.
-Tú…- intentó decir, pero debido a la emoción pocas palabras podían salir de su boca.
-Si bueno yo creo que me voy a ir vale – dije mirándolo a él.
-No te vayas…, por favor.
-Claro cielo quédate – me pidió también Clare, pero no podía quedarme, ese era un momento para ellos tres y de sobra sabía yo que sobraba.
-Gracias pero entiendo de sobra que querréis estar a solas con vuestro hijo, han sido muchos meses, además mañana madrugo así que es mejor que me valla – dije dándoles dos besos a cada uno de ellos.
-Gracias a ti cielo – susurró en mi oído Clare cuando me beso, haciendo que una extraña sensación inundará todo mi cuerpo.
-Voy a acompañarla a la puerta vale, ya entro – dijo Robert una vez me encamine hacía la salida. - No quiero que te vayas – me dijo una vez estuvimos fuera de la habitación.
-Tengo que irme, este momento es solo para vosotros, es importante – conteste acariciando su mejilla.
-Pero es que tú eres importante para mí – susurró sin dejar de mirarme a los ojos.
-Es tu familia – solo pude contestar eso…no sabía que decirle precisamente porque intentaba no pensar en ello. – Por cierto, mañana por la mañana no trabajas vale, así que nos vemos por la tarde.
-Eres… – contestó con su sonrisa retorcida, esa que me hacía sentir tan bien, esa que me hacia creer que todo era posible.

Y de esta forma me marche a la soledad de mi habitación, no tenía ninguna gana de estar en ella, pero ellos necesitaban intimidad pues llevaban muchos meses sin verse y yo allí no pintaba mucho, además tenía que acostumbrarme, el fin de rodaje de Luna Nueva era un echo, apenas quedaban unos días en los que estaría yo sola y luego ya la semana de Italia, por tanto tenía que empezar a acostumbrarme a estar sin él, algo que me iba a costar bastante….ya que esa noche apenas dormí.

A media tarde Robert apareció con la expresión de sonrisa en su cara, era innegable que estaba feliz. Con el vinieron sus padres a los cuales les enseñamos las instalaciones mientras les íbamos comentando alguna de las escenas, así estuvimos hasta el momento en el que reclamaron a Robert para que se cambiara, momento en el cual me quede a solas con su madre, ya que su padre le acompaño a presenciar el cambio de “humano a vampiro”, como bien lo expreso él.
-Kristen ahora que mi hijo no esta presente y estamos a solas me gustaría volver a darte las gracias – volvió a repetirme Clare.
-No tienes que dármelas, sabía de sobra que a tu hijo le encantaría compartir este momento con vosotros así que, solo tuve que llamaros.
-No es solo por eso, de todas formas nosotros teníamos pensado venir, tú nos diste el empujón que nos hacía falta, ya sabes que él es muy reacio a estas cosas.
-Si jeje, lo voy conociendo.
-Precisamente a eso me refiero, mi hijo es una persona totalmente diferente a como lo vi la última vez y eso se que en parte es gracias a ti, así que…gracias…por ser un apoyo para él. – dijo sincera dejándome totalmente sin palabras y emocionada, sin palabras porque no sabía que contestar a la madre del hombre que me estaba cambiando la vida y emocionada…emocionada por ser yo, una de las razones de su felicidad.

Esa tarde poco pudimos trabajar, en el aire se notaban las pocas ganas que teníamos todos así que antes de que Chris se desesperase más todavía, nos hecho del set, no sin antes recordarnos que nos quería allí bien temprano al día siguiente, por lo que esa noche…tocaba no dormir.

Sobre las nueve de la noche llegamos al restaurante Glowball Grill & Satay, en un primer momento Robert no tenía ningún pensamiento de hacer nada por este estilo, pero viendo que eran muchas las personas que querían estar con él en este día y además la visita de sus padres, al final se animó a hacerlo. Allí nos juntemos Jamie, Cayo en la película, Ashley, Sam junto a su novia y varios amigos más de él, además de sus padres y yo, claro esta. Me pase casi toda la cena saltando de silla en silla, en principio tenía pensado sentarme junto a él, pero ese era un lugar que esta noche no me correspondía y menos a sabiendas de que cada vez que estamos juntos, parecía como si el mundo se parara, como si solo existiéramos lo dos…esa era otra de las cosas que iba a echar mucho de menos…

Finalizada la cena, la celebración continuó en el bar adyacente al restaurante. Una vez dentro nos sentamos en una de las amplias mesas del local, y esta vez yo si estaba a su lado.
-¿Qué quieres tomar?.
-Lo mismo que tú.
-Sam, pide dos cervezas – gritó.
-Vas a empezar la noche de dos en dos ¿eh? jeje – contestó este.
-No son para mí las dos, idiota.
-Que manera de pervertir a la pobre, no te das cuenta que es una menor – dijo en tono gracioso.
-Esta que tienes aquí esta más espabilada que nosotros a su edad.
-No se yo ¿eh? jeje – contesté.
-Créeme que si, por cierto, sabias que esta a punto de terminar mi cumpleaños y aún no me has felicitado como dios manda – susurró en mi oído haciendo que mi cuerpo entero se estremeciera con el significado de sus palabras.
-Cierto, habrá que hacer algo que lo remedie ¿no?.
-¿Se te ocurre algo? – pregunto junto con su preciosa sonrisa.
-Mmmm, creo que si – dije dulcemente tras ocurrírseme algo – Voy al baño, nos vemos allí en dos minutos.
-Estas…loca.
-Si quieres tu regalo ya sabes donde esta – murmure no sin antes mordisquear el lóbulo de su oreja y me marche a los servicios.

Seguramente estaba totalmente loca, en toda mi vida había echo nada parecido a lo que estaba apunto de hacer, pero así era desde que estaba con él, idea que se me ocurría idea que quería poner en práctica, me estaba volviendo tan….desinhibida, eran tales las locuras que se me ocurrían, pero era tan feliz haciéndolas…que nada me importaba. Cuando llegue a la altura de los servicios me encontré con un problema ¿a cual de ellos entraba?, ni idea, así que decidí esperarlo fuera y de paso ver a cuál de ellos entraba menos gente.

-Nunca te he dicho que estas completamente loca – decía mientras se acercaba a mí.
-Creo que hoy es la primera vez – dije mientras lo agarraba de la camiseta y lo hacía entrar conmigo al servicios de caballeros, que por cierto era el menos visitado.
-Kristen aquí puede entrar cualquiera, hasta un periodista, o cualquiera de nuestros amigos – decía medio desesperado.
-Pero aquí no – conteste entrando en una de las cabinas, las cuales eran un poco pequeñas pero perfectas para lo que íbamos a hacer. Una vez cerré la puerta y me asegure de pasarle el pestillo me gire hacia él, él cual seguía con la misma expresión de pánico dibujada en el rostro – no te voy a comer – dije sarcástica mientras le obligaba a sentarse sobre el water para poder colocarme a horcajadas sobre él, - al menos…literalmente – dije ya regando su cuello de besos a la vez que mis manos iban esparciendo todo tipo de caricias por su torso.
-Kristen…no te voy a negar que esto no sea excitante, pero es que si nos pillan – decía aún totalmente estático.
-Pues por eso intento ser rápida Robert, pero sino me ayudas…yo sola no puedo – conteste mordiendo su labio inferior mientras mis manos comenzaron a bajar al cierre de sus pantalones.

No estaba excitada, estaba más que excitada, las ganas de sentirlo dentro de mi interior cada día eran mayores y eso sumado a la posibilidad de que nos pillaran hacía aumentar más mi deseo. Hábilmente, me deshice de todos los obstáculos que imposibilitaban mi misión y mientras sus manos, ya no tan quietas como segundos atrás, intentaban hacer lo propio con el cierre de mis pantalones, las mías comenzaron a acariciar su más que abultado miembro. Sus manos, ahora posicionadas dentro de mi ropa interior, hacían vibrar cada membrana de mi cuerpo, sus hábiles dedos, masajeaban en círculos mi centro otorgándome mil y una sensaciones con sus movimientos.
-Levántate…– jadeo casi sin aliento haciendo que yo cumpliera con sus palabras, pues ya bastante excitados estábamos como para seguir con el juego de las caricias mutuas.

Una vez de pie ante él, me despoje de todas las prendas que impedían nuestra unión y ya desnuda de cintura para abajo volví a sentarme encima de él, pero esta vez, ciñéndome sobre su masculinidad, la cuál entro en mí de forma ruda haciendo que me estremeciera por completo, siéndome imposible ahogar los fuertes gemidos, - intenta…no gemir…tan…alto – dijo tomando posesión de mi boca, pero no para besarla, sino para sofocar sus jadeos en ella, - no he…podido…evitar-lo – conteste como pude sin dejar de moverme de arriba abajo ni un solo instante, - bueno…pues no…queremos que…que nos pillen…¿no? – decía entrecortado llenando mi boca con su aliento, - no…- grite mordiendo sus labios, me costaba horrores poder acallar mis gemidos cuando sus manos posicionadas en mis caderas hacían mas fáciles las entradas en mi ser, cuando su pene llenaba por completo todo mi interior, cuando este rozaba tan exquisitamente mis paredes.

Los movimientos no cesaban, al contrario cada vez eran más rudos y profundos, con más fuerza, con mayor velocidad, escondidos en un minúsculo lugar íbamos dando rienda suelta a nuestros impulsos, a nuestros juego, a ese que tan bien sabíamos jugar los dos, mientras el resto…no nos importaba, daba igual quienes nos esperaran, daba lo mismo lo que fuéramos, solo importábamos él y yo y las sensaciones que sentíamos al contacto de nuestros cuerpos.

Ya sentía el fuerte calor, ese delicioso sofoco que me avisaba de la proximidad del clímax, ya estaba presente el nudo en mi estomago, ese nudo que tardo segundos en explotar….segundos tras los cuales mi cuerpo comenzó a convulsionar bajo el suyo. Aún sintiendo el éxtasis note como su pene comenzó a palpitar a la vez que sus manos apretaban fuertemente mis caderas para segundos después derramarse en mi interior, llenando todo mi ser con sus jugos.

-Dios…- fue lo único que escuche pues mi cara aún reposaba en su hombro mientras calmaba mi agitada respiración.
-No lo menciones, no creo que este muy de acuerdo en lo que estamos haciendo jejeje… – dije nerviosa sintiendo aún mis fuertes palpitaciones.
-Me vuelves loco mi pequeña insolente – dijo apretándome fuertemente contra su pecho sin salir aún de mi.
-Felicidades – conteste buscando sus labios para besarlos.
-Vamonos, no son tontos y se estarán preguntando donde estamos – dijo saliendo de mi ser haciéndome sentir vacía.
-Pues a quién pregunte yo le contesto, seguro que cuando diga dos líneas no querrán mas detalles.
-Jejeje seguro, oye ¿como lo hacemos para salir de aquí? – pregunto acomodando sus ropas.
-Pues no se, lo que se es que como fallé la pastillita….veremos a ver que hacemos – exprese mientras me limpiaba.
-Pues mira, no tendrán que buscar a Nessi, una nena más parecida imposible – contestó sarcástico.
-¿Y si es nene? - pregunte siguiendo con la broma.
-Pues le pondremos peluca, total de por si la niña es rara.
-¿Así que pondrías a tu hijo o hija delante de una cámara y en los brazos de Taylor?
-Calla….dios no, por favor, anda vamos fuera antes de que se te cruce algún cable y me des alguna sorpresa.
-No, no, tranquilo – no sabía en que punto se encontraba nuestra relación como para plantearme tener hijos, que cometiera locuras no significaba que estuviera loca.

Una vez Robert se fue, espere dos minutos y volví junto a él y los demás. Entre algunos habían ciertas miradas de complicidad, como si supieran lo que habíamos estado haciendo, pero sus padres, los más importantes en ese momento, parecían no sospechar nada, los demás….nos daban igual. Allí continuemos entre risas escuchando música y bebiendo hasta pasadas las doce de la noche hora en la que decidimos irnos, pues al día siguiente había que madrugar, pero mis ganas de llegar al hotel no se debían a eso precisamente, más bien a algo referente a ciertos regalos.

Nada más salir por la puerta del bar la oleada de paparazzis se acercaron corriendo hasta nosotros, haciendo imposible que yo bajara junto a Robert hasta el taxi que nos estaba esperando, en vista de la situación, él y sus padres comenzaron a bajar dejándome a mi atrás para así conseguir despistar a la prensa, algo que no salio del todo bien, pero gracias a Ashley, a Jamie y a una amiga que trajo este, consiguieron distraerlos momentáneamente, por lo menos hasta el instante en el que monte en el vehículo.
-Esto sucede siempre que salís – comentó la madre de Robert, momentos antes de que el coche se pusieran en marcha.
-Si madre, en este circo se ha convertido la vida de tu hijo ¿que te parece? – respondió él.
-Una locura - una locura, yo quizás hubiera utilizado el termino pesadilla para definir toda la situación a la que nos veíamos continuamente envueltos, pesadilla que sinceramente esperaba que terminase una vez se hartaran de nosotros, ¿cuando sucedería eso?, pues ojala que no muy tarde, a más tardar tras el estreno de amanecer, eso sinceramente era lo que más quería.

Una vez llegamos al hotel y nos despedimos de sus padres, con lo cuales comeríamos al día siguiente, y digo comeríamos porque me fue imposible evadirlo en parte por la insistencia, en parte porque me sentía muy a gusto con ellos, sobre todo con Clare, nos fuimos a su o nuestra habitación. Una vez allí le di uno de los primeros regalos que le había comprado por su cumpleaños.
-Ábrelo que ya vuelvo.
-¿No puedo abrirlo delante de ti? – preguntó.
-No, ábrelo mientras voy a por tu otro regalo – dije dejándolo en la habitación con el paquete en las manos, paquete que contenía el regalo sugerido por Sam, una camiseta de los Kings of Leon. Una vez en el baño, respire hondo mirando el siguiente regalo. – ¿En que momento te volviste loca y le preguntaste a Ashley? – dije sacando la lencería que esta me había hecho comprar para según ella, dejarlo con la boca abierta.

La minúscula prenda, y digo minúscula porque realmente lo era, formaba parte de la colección Money Money de la firma La perla, (he aquí el link para la que quiera verlo http://www.laperla.com/en-row/brands/laperlablacklabel/collections/38b6db6b-dbd6-48ca-9846-3d7253ccbc79 ) y estaba compuesta por un sujetador con forma de triangulo y sin relleno, para que engañar con lo que no tenia, de color gris con líneas negras y a su vez este llevaba otros dos triángulos superpuestos encima de los que cubrían, o intentaban cubrir, mis senos, de encaje negro transparente. El tanga, bueno el minúsculo tanga, no era más que un pequeño triangulo que tapaba mi centro, del mismo color que el sujetador y al igual que este contenía dos tiras que se ceñían a mis caderas, en pocas palabras si con esta lencería una mujer no conseguía volver loco a un hombre, de seguro era porque el susodicho era gay, vamos eso con seguridad.

-Donde estas Kristen – me dije a mi misma viendo mi imagen en el espejo, en mis diecinueve años de vida, jamás había hecho lo que estaba apunto de hacer con ningún hombre y mucho menos, me había vestido así para nadie. Vestida con una de sus camisetas, la cual encontré en el baño, ya que no iba a aparecer solo con la lencería, y con mi pequeña ropa interior debajo abrí la puerta que separaba ambas habitaciones, no sin antes respirar profundamente.
-Te ha gustado? – pregunte acercandome temblorosa hacia él, el cual estaba sentado a los pies de la cama contemplando la camiseta.
-No tenías que haberte molestado – contestó soltando la camiseta una vez estuve a su altura para poder abrazarme mientras yo acariciaba sus desordenados cabellos.
-No fue idea mía.
-Nada es idea tuya – dijo levantado su cabeza buscando así mis labios, los cuales le entregué sin ningún impedimento. Su lengua habilidosa se enredo sutilmente con la mía en tanto mis manos continuaban rondando por sus cabellos y las suyas acariciaban mis piernas lentamente, encendiendo con ello todos los botones que hacían saltar mi excitación.

Rompí el beso para alejarme escasos centímetros de su cuerpo y poder así, desprenderme de la camiseta que tapaba su siguiente regalo. Una vez lo hube hecho puedo jurar como escuche el sonido de su saliva al tragar, sus ojos, abiertos como platos, contemplaban las diminutas prendas, haciendo con ello que mis mejillas ardieran, pero no podía ruborizarme, esta noche no era el momento de ningún tipo de timidez, al contrario tenia que mostrarme lo más predispuesta posible ya que mi misión era volverlo completamente loco, suplicante incluso ante cualquier gesto que yo pudiera darle.

-Veo que te gusta lo que ves – susurre mientras que con mis manos, aún un poco temblorosas comencé a acariciar mi vientre lentamente, jugando con mi piel expuesta. Bajo su estupefacta mirada mis dedos comenzaron a subir muy despacio por toda la extensión de mi cuerpo, pasando por mis senos, los cuales roce sutilmente pudiendo notar así una prueba evidente de lo estimulante que me parecía la situación. Su boca entreabierta me dejaba totalmente claro lo sorprendido que estaba ante la imagen que le estaba ofreciendo, - no me has contestado – dije con la voz más sensual que me fue posible, mientras que con mis manos, las cuales ya no temblaban, seguía acariciando mi cuello y la línea que separaba mi intimidad de la ropa interior.

-Si – contestó débilmente a la vez que pasaba sus manos por la tela que cubría sus piernas, como queriendo limpiar el sudor que pudiera haber en ellas.
-¿Si que? – pregunte insinuosa sin dejar de acariciarme, quería oír de sus labios lo que sentía, quería que me pidiera lo que por mi misma estaba dispuesta a darle.
-Si, me…me gusta mucho – contestó no sin antes volver a tragar saliva.
-¿Y qué es lo que más te gusta?
-Perdón – expreso totalmente atónito.
-Si, ¿que quieres que haga para ti? – pregunte introduciendo la punta de dos de mis dedos por el principio de la piel oculta tras el tanga.
-Pu-pu-pues…no, no se – tartamudeó, demostrándome que se estaba poniendo muy nervioso.
-¿Quieres que siga bajando la mano? – seguí preguntado llevándome los dedos de mi otra mano a mi boca.
-Ahh…pues…
-Lo tomaré como un sí – conteste acercandome a él nuevamente, - ahora quiero que mires pero que no toques ¿de acuerdo?
-Kristen….
-Shusss – silencie sus labios con los míos – mirar pero no tocar – susurre alejando mi boca de la suya y apoyando una de mis piernas sobre la cama, justo en el centro de las suyas, rozando levemente con los dedos de mi pie su entrepierna.

Nuevamente volví a llevar mis manos a mi cuerpo y mientras una acariciaba gentilmente mis pechos sobre la fina tela, la otra comenzó a descender desde mi vientre hasta mi entrada, primero por encima de la ropa, para después introducirse dentro de ella, rozando así con mis finos dedos todo mí centro. Bajo su atenta mirada aparte a un lado la delgada prenda, dejando ante sus ojos una perfecta visión de lo que tenía pensado hacer, y lentamente acaricie los labios de mi sexo provocando que mi cuerpo se arqueara levemente ante tal contacto. Jamás en mi vida había hecho nada parecido, nunca, ni siquiera cuando llevaba meses sin practicar sexo, jamás lo necesite, sinceramente esta era la primera vez en mi vida que mi cuerpo pedía a gritos ser llenado de esa forma y todo se debía a él.

Sin dejar de contemplar ni un solo instante su rostro comencé a introducir uno de mis dedos en mi interior, era tan extraña la sensación que me inundo cuando me sentí a mi misma tocarme de esa manera, era una sensación rara pero a la vez placentera, ver como su atónita mirada se centraba en cada uno de mis movimientos, como su boca entre abierta jadeaba levemente solo por el mero echo de ver como yo misma me acariciaba para él, como sus manos se aferraban fuertemente a mi pie, con el cual a la vez masajeaba su duro miembro, saber simplemente que yo era la culpable de toda su excitación me excitaba más a mi.

Ahora eran dos los dedos con los que me ayudaba en mi propia estimulación, ahora eran mis ojos a los que les costaban permanecer abiertos, notaba como mi respiración salía entre cortada por mi garganta junto con los gemidos, gemidos que intentaba ahogar mordiendo mi labio inferior. Por un instante me olvide de su presencia y me centre únicamente en mi, disfrutando de lo que yo misma me estaba provocando, pensando incluso que era el mismo quién me estaba llevando hasta la más fuerte de las locuras. Una fuerte corriente eléctrica recorría todos y cada uno de mis músculos haciendo que me costara horrores permanecer en pie, - para por dios – oí como gritaba justo cuando estaba a punto de perder todo el control sobre mi misma. Lo siguiente que note fue su cuerpo bajo el mío mientras que saboreaba el jugo bañado en mis dedos proveniente de mi excitación, excitación que yo misma quise probar volviendo a llevarlo nuevamente a la locura.

Desesperado beso mi boca con sus dulces labios los cuales tenían prisa por sentir los míos, sus manos aferradas fuertemente a ambos lados de mi trasero me apretaban fuertemente contra su excitado miembro, el cual notaba palpitante bajo la gruesa tela de sus pantalones. Apartándome ligeramente de su boca me deshice de su camiseta la cual no hacia otra cosa que molestar y con ambas manos lo empuje en un intento de que se recostara sobre la cama.
-Hoy el que mandas eres tú – dije bajo su cara de desaprobación ante mi gesto.
-Pero…
-No hay peros que valgan – le interrumpí, haciendo fuerza con mis manos para que se recostara.

Inclinada sobre él comencé a pasar mi lengua por sus labios, los cuales abandone rápidamente para pasar a su mandíbula, llegando así hasta su oreja y bajando por su cuello hasta su clavícula, la cual me entretuve en mordisquear. Sus manos inquietas se paseaban desde mi espalda hasta mi trasero para continuar bajando por mis piernas las cuales recogía lentamente para después volver a continuar el camino trazado anteriormente. Mi cuerpo entero ardía, mi sexo, húmedo como nunca antes había estado, pedía a gritos ser saciado pero hoy tenía que esperar, hoy le tocaba a él disfrutar, hoy era yo la que le tenía que devolver con creces todas y cada una de las noches que había echo pasar, - déjame solo a mi por favor – proteste apartando con mis manos las suyas, las cuales se resistieron en un primer momento, pero finalmente se rindieron acabando a ambos lados de su cuerpo.

Una vez hecho eso continué con el recorrido de mi lengua por su cuerpo. Dejando atrás sus hombros comencé a descender hasta llegar a su pecho el cual tenia pruebas evidentes del resultado de sus ejercicios, seguía sin ser el pecho cuadrado de un adonis pero era duro y tonificado y con eso me bastaba, yo no era ninguna diosa y si lo fuera jamás quise tener a mi lado una escultura, por lo tanto con él me bastaba, ya que era más de lo que nunca había tenido. Sentía el ritmo agitado de su respiración mientras mi lengua saboreaba en círculos lentamente sus pezones. Su boca entre abierta, jadeaba palabras incomprensibles en tanto en cuanto mi lengua descendía por su torso pasando por su ombligo y llegando hasta el principio de sus vaqueros.

Sin dejar de besar la extensión de su marcado vientre lleve mis dedos al cierre de sus pantalones, los cuales, por segunda vez esa noche, abrieron el botón que los mantenía cerrados y muy despacio fueron bajando la cremallera a la vez que con mis ojos no dejaba de mirarlo. Sin apartar mi mirada de la suya me levante y camine hacia los pies de la cama para poder desprenderlo de las ropas que le quedaban, primero de los vaqueros, los cuales le arranque bajo su arrebatadora sonrisa, para después hacer lo propio con los ajustados boxers que tan bien marcaban lo que intentaban ocultar. Desnudo ya ante mí volví a ceñirme sobre él a la vez que mis manos lentamente subían por sus piernas hasta llegar a sus ingles las cuales perfile con las yemas de mis dedos volviendo así su respiración todavía más errática.

Decidida a llevarlo hasta la más tórrida de las locuras, cambie mi posición de semi acostada a sentada sobre él, dejando mis rodillas clavadas sobre la suave cama a ambos lados de sus piernas. Sin mayor demora, mis dedos comenzaron a subir por su miembro el cual fui acariciando levemente hasta llegar a coger toda la extensión de su erección con mi mano. Sin dejar de acariciarlo mi boca comenzó a formar un camino de besos desde su vientre hasta el inicio de esa parte de su cuerpo que tanto placer era capaz de provocarme. Por un momento me pare, no tenía ni la más mínima idea de cómo tenía que seguir, pues en mi vida jamás había hecho lo que estaba a punto de hacer, pero fueron sus ojos, esas preciosas gemas color grisáceo, que me miraban expectantes y con anhelo contenido, los que me dieron la fuerza suficiente para continuar. Boquiabierto e incapaz de poder mediar palabra comencé a descender mi lengua por toda la extensión de su miembro sin apartar mis ojos de los suyos, me excitaba sobremanera ver como su cara se iba desencajando ante ese simple gesto, como si previniera lo que estaba por venir.

Al recorrido con mi lengua le acompañaron mis besos, los cuales iban regando la anchura de su ahora más grueso miembro. Lentamente fui introduciendo su glande en mi boca bajo el sonido de sus gemidos, sonidos que me daban la fuerza para seguir bajando con mis labios por todo su vigoroso pene. Una vez su miembro estaba dentro de mi boca empecé a lamer y succionar la parte superior mientras que con mi mano alternaba las caricias provocadas con mis labios. He de reconocer que no estaba tan mal, en un primer momento me creí incapaz de hacerlo pero notar su masculinidad jugando con mi lengua era una sensación verdaderamente placentera pero sobretodo lo eran los gemidos de placer provenientes de su garganta, gemidos que jamás había escuchado con tal intensidad, gemidos…causados por mi.

Mis movimientos se intensificaban bajo el movimiento de sus caderas mientras sus manos se aferraban con fuerza sobre las sabanas, sus jadeos, cada vez con mayor fuerza, me anunciaban de su pronta llegada. Convencida a llevarlo hasta el final aumente todavía mas mis movimientos, pero antes de que todo explotara note como sus brazos me asían por los míos llevándome hasta sus labios, los cuales me besaron con desesperación a la vez que notaba la culminación de su orgasmo entre nuestros vientres.

-¿Por qué? – pregunto agitado sin apenas separarnos.
-Porque quería hacerlo, quería que sintieras lo mismo que yo – conteste acariciando sus cabellos.
-Me tienes totalmente loco ¿lo sabías? – protesto girándose sobre mí antes de volver a besarme pero esta vez con mayor pasión que las anteriores.

Sin dejar de besarnos, ahora fueron sus manos las encargadas de terminar de desnudarme, las cuales se deshicieron primero del sujetador para después…, para después arrancar literalmente el minúsculo tanga, - ¿lo has roto? – pregunte sobresaltada al sentir el crujido de la prenda, - lo siento cielo pero esto me lo quedo para mí ya que es mi regalo – contesto mientras su boca descendía desde mis pechos a mi vientre, – me lo podía haber puesto más veces – respondí fingiendo lástima, - no cariño, esto no vuelvo a dejar que te lo pongas, no quiero morir tan joven.

Desnuda ya ante él, sentía sus caricias quemar todo mi ser, sus besos seguían recorriendo todo mi cuerpo a la misma vez que nuestros sexos se restregaban mutuamente, obligándome así a susurrarle que parase, ya no podía aguantar ni un minuto más, necesitaba sentirlo con urgencia. Presuroso, coloco su miembro en mi entrada mientras que mis piernas se aferraban a sus caderas facilitando su entrada en mi interior.

Mis gemidos se ahogaban con sus besos al ritmo del choque de nuestras caderas, su pene, totalmente encajado en mi interior, rozaba con sus entradas y salidas mis paredes provocando el mayor de los estímulos posibles. Nada de lo anteriormente sentido podía compararse a esa sensación, nada que no me hiciera él había sabido nunca mejor, no era virgen cuando lo conocí, pero con él estaba conociendo el significado de la palabra placer.

Y así, sin cesar nuestro vaivén llegamos juntos al éxtasis total, enseñándome también, el significado del orgasmo.



Por cierto, falta un regalito, regalito que conoceréis en el próximo capítulo….

Otra cosa tengo que darle las gracias a mi niña Pau, a la que espero conocer muy pronto en persona, navidad esta aquí ahora mismo, porque ella me ha ayudado con cierta cosilla del capítulo, la he estado mareando una hora y rayándola, lo siento cielo, las experiencias hay que compartirlas jejeje, no ser mal pensadas ¬¬, te amo mi niña lo sabes….

Anónima masoquista jejeje, pronto tendrás esa pelea, muy pronto…estos capítulos eran para darles un poquito de paz entre tantos impedimentos, pero tranquis, que la sangre no llegara al rió…o eso espero jeje, Vale no se con quién tuvo Ashley el rollito la verdad, yo lo he puesto para darle un toque a la historia, pero Jackson no será el único que quizás mencione así que si finalmente lo hago no me matéis, solo lo hago para darle un pequeño toque jeje…Leo, muchísimas gracias por felicitarme el día de mi santo, fuiste la única que callo a las demás tuve que decírselo ¬¬…Jbl me alegra mucho que hayas vuelto a ser tu misma y espero al menos que mi forma de escribir te guste, porque esta claro que lo que escribo no…

Bueno chicas muchas gracias por vuestros ánimos, por vuestra comprensión y por vuestro apoyo, de verdad que muchas gracias, y bueno las que veáis mañana la película o el jueves o el viernes (como yo) o los demás días, pues que la disfrutéis….yo lo haré jejej y vosotras seguro que también….

CAPÍTULO XXXIV


Chicas lo siento de verdad, se que merezco que me queméis en una hoguera por estar casi dos semanas sin actualizar y por deciros que lo haría lunes y al final nada de nada, pero no he tenido tiempo de sentarme a escribir, de verdad que si hubiera podido lo hubiera hecho antes.


CAPÍTULO XXXIV – No Pensar, Solo Disfrutar


Kristen


Cuantas vueltas da la vida ¿verdad?...hace año y medio mi vida era totalmente diferente a como lo era ahora. Una actriz, prácticamente desconocía para el público, sin ningún título comercial a sus espaldas, llevando una vida relativamente normal, ya que la vida de un actor es de todo menos normal, con una pareja estable y ciertos amigos a mí alrededor. Ahora la cosa era bien distinta, a mis espaldas llevaba ser la protagonista del film más comercial del momento y en mi piel, dicho personaje interpretándolo por segunda vez. Ya no era desconocida, lo raro realmente era que alguien no me conociera, en poco tiempo me había convertido en una de las personas más aclamadas por las revistas, y como no, eso me ponía constantemente en el blanco de todo tipo de rumores, rumores que sinceramente me daban lo mismo ya que mi vida era problema mío, y lo que quisiera hacer con ella, solo me importaba a mí, ya poco me paraba a pensar si con mis actos hacía daño o no a alguien, eso me lo habían enseñado dos personas, dos personas que no merecían que perdiera mucho más mi tiempo en ellas. Ahora mi tiempo se lo dedicaba a mi trabajo, al cual me había entregado en cuerpo y alma, quizás más incluso que la primera vez, y mis ratos libres se los dedicaba a él, a la persona que me había hecho comprender que no todo es tan difícil, que somos nosotros mismos los que complicamos las cosas, los que por miedo al que dirán o a lo que pudiera pasar, no somos capaces de dejarnos llevar, él, una persona que me había demostrado que para ser feliz, no hace falta pensar mucho las cosas, tan solo dejar que vengan y disfrutarlas.


¿Nuestra relación?, sinceramente no sabría como calificarla, tampoco es que habláramos mucho del tema, sencillamente nos limitábamos a vivir el momento. Se podría decir que éramos muchas cosas a la vez, amigos, amantes, compañeros de reparto, compañeros de habitación, pero no existía un único término para definirnos así como con Michael y eso era lo bueno, porque en uno solo, lo tenía todo, ¿que más podía pedir?. Lo que si era cierto es que cada vez estamos más implicados el uno con el otro y eso a la larga podía llegar a pasarnos factura y más sabiendo de sobra que nuestro tiempo era limitado. Pero por ahora tampoco me paraba a pensar en ello, simplemente me dejaba llevar y ante todo…disfrutaba.


Ya era viernes, otra semana más había pasado, semana en la que el trabajo fue realmente intenso. Interminables horas de rodaje sumadas a más horas de ensayos daban como resultado horas contadas para descansar de ahí que necesitara con urgencia la llegada del fin de semana, pero precisamente para descansar para llegar a mi “hogar”, por llamarlo de alguna manera, colocarme la camiseta que utilizaba de pijama y olvidarme un rato de todo mientras veía una peli y me atiborraba a chocolate. Pero en lugar de ello hoy tocaba cena con parte del elenco y equipo de la película y encima con el nuevo director, si, si, summit ya tenía fecha, localización y como no director para la tercera entrega de la saga, y todo esto aún sin acabar la segunda película...


Y así, con una gran sonrisa falsa en mi cara y medio cuerpo adolorido por el cansancio, llegue al Blue Water café.

-Wow, cuanta gente – dije en voz alta al ver la gran mesa que nos estaba esperando.

-Ya sabes como se las gastan en cuestión de trabajo – dijo Robert en respuesta no sin antes dedicarme una de sus deliciosas sonrisas, esas que me hacían olvidar donde estaba para enseñarle la parte más pervertida de mí.

-Hey – saludemos al unísono una vez lleguemos a donde todos nos esperaban.

-Ya era hora chicos! – gritó Rachelle haciendo parecer susurros los saludos del resto.

-Las quejas a Chris, él nos a tenido hasta estas horas – respondió Robert mientras se sentaba varias sillas alejado de mi.

-Seguro – contestó Rachelle picaramente, mirándome a mi por cierto.

-Y tan seguro, tuve que ducharme en el trailer así que – le conteste sentándome frente a ella.

-Si las duchas hablaran – siguió, consiguiendo así enrojecerme.

-Cállate – reprocho Ashley.

-Ahí Ash, que aguafiestas, lo siento cielo si te incomode – me dijo con mirada de disculpa.

-No te preocupes – conteste. Era un hecho para todo el elenco que entre Robert y yo había algo más que “amistad”, y no porque nos diéramos muestras de cariño en público, precisamente porque nos escondíamos para hacerlo, pero aún así nadie nos había abordado nunca con el tema o por lo menos a mí, y tampoco tenía planeado que diría en caso de que alguno de ellos me lo preguntaran, de ahí mi sofoco ante las bromas de Rachelle.


Llevábamos cenando poco más de media hora, en la cual volví a sofocarme un par de veces gracias a ciertos comentarios, cuando vi a Robert levantarse de su asiento y dirigirse a la parte trasera del restaurante, donde por lo visto había un pequeño jardín habilitado para la gente que fumábamos. Sin pensarlo dos veces me levante de mi asiento bajo la atenta mirada de las dos viborillas que tenia frente a mí y lo seguí.


Como imagine ahí estaba él, apoyado a una de las verjas que bordeaban el jardín dándome una perfecta visión de su espalda, la cual me entraron fuertes impulsos de besar mientras mis manos se deslizaban a cierta parte de su cuerpo….calla Kristen por dios, tantos días sin sexo te están pasando factura, y no era para menos ya que desde la tarde cada vez me era mas imposible controlar mi imaginación.


-Hey – hable mientras caminaba hacía él.

-Has tardado – ahí estaba otra vez su retorcida sonrisa….esa sonrisa que….KRISTEN.

-He venido en cuanto me ha sido posible – dije sensualmente cada vez más cerca de él.

-Shusss, estate quieta, aquí pueden vernos – dijo mirando a ambos lados.

-Me tienes reprimida lo sabías – reproche en tono de enfado.

-Yo? o ¿ella? – pregunto señalando mi bajo vientre.

-Tu, ella, el caso es que así estoy.

-No tengo la culpa de no poder darte lo que quieres – susurró en mi oído pulsando el botón de mi excitación.

-Pero si de tentarme a cada momento – dije sin apartar mis ojos de los suyos.

-Si crees que esto es tentarte – decía a la vez que su dedo índice delimitaba la piel expuesta por encima del borde de mis pantalones - es que aún no has visto nada – continuó provocando que un dulce calentor se acomodara en mi sexo. No tenía respuestas para sus insinuaciones, no cuando mi cuerpo estaba teniendo más control que mi mente, no cuando sus dedos seguían perfilando el contorno de mi pantalón, mientras mis dientes aprisionaban mi labio inferior en respuesta a las sensaciones que estaba sintiendo.

-Hey chicos – esa voz, esa voz tan familiar fue quién me salvo de cometer una locura mayor – molesto – para nada, solo me has dejado con un calentón de tres pares de narices, pero aún así te lo agradezco Ash.

-Para nada – contesté desviando la mirada de mi torturador.

-También te han echado de la fiesta? – preguntó sarcástico mi dulce tentación.

-Ah, no, para nada jeje, solo que, necesitaba respirar un poco de aire – contestó Ashley con su encantadora sonrisa, hoy todos estaban encantadores menos yo, que suerte tienes hija.

-Si, creo que eso mismo nos ha pasado a nosotros – dije provocando un incomodo silencio.

-Y bueno, ¿que tal vosotros?, digo vosotros de vosotros no de…vaya por dios, no me aclaro ni yo misma – he aquí las magnificas palabras que rompieron el silencio.

-No te preocupes Ashley jeje, yo estoy bien, molido por los ensayos pero bien.

-Bien también, cansada pero bien ¿y tú? – pregunte.

-Bien, harta de tanto avión pero bien….Bueno, dentro de poco nos vamos a Italia que bien ¿no?

-Ash, no estés incomoda de verdad, si quieres preguntar algo, hazlo – dijo Robert mientras se sentaba en el suelo, gesto que imitemos nosotras.

-No, no es eso, no se, es que es tan raro no se.

-El que? – pregunte.

-No se vosotros, esto no….

-Vaya, vaya, vaya, con que aquí estabais escondidos y yo buscándoos – interrumpió de repente Charlie, algo que tenia que agradecerle.

-Si ya vemos que tú también huyes – habló Ashley.

-Es que hay mucha gente hay dentro eh, es mucho agobio…bueno ¿de que hablabais?

-Nada, del futuro viaje a Italia – contesté.

-Wow si, tengo unas ganas, ver un sitio diferente, con culturas diferentes.

-Si la verdad que Italia es preciosa, bueno yo solo he estado en Roma pero, asocio que será igual ¿no?, con todos esos paisajes, esos monumentos no se jeje.

-Si, además Chris dijo que nos iríamos antes para tener unos días libres mientras ellos preparan todo – contestó Ash sin dejar de mirar a Charlie, él cual se encontraba sentado frente a ella.

-Pues entonces genial, así podremos disfrutar también, no solo va a ser trabajar – le respondió a ella, ya que era la única persona a la que miró.

-Es imaginación mía o tú y yo sobramos – me insinuó Robert al oído.

-Estaba pensando lo mismo.

-Bueno así dejaremos de ser la comidilla por un rato – y de vuelta su sonrisa picarona, que había hecho yo para merecer esto.

-No vuelvas a sonreírme así o…

-O que? – me retó.

-O no voy a tener ningún reparo a meterte en los aseos.

-Jejeje, no lo harías, todos se darían cuanta.

-Quienes?, los que están sentado ahí dentro charlando y en su mundo, o ellos – dije señalando a Charlie y Ashley – para los cuales parece que no estamos.

-Si, míralos, parece que estén solos.

-Estoy segura que si nos levantamos ni se enteran.

-Pero seguro que si te doy un beso aquí mismo, si lo harían – susurro en mi oído con voz tremendamente sensual.

-Prueba – conteste nerviosa, he de reconocer que tenía las hormonas totalmente revolucionadas y él, no ayudaba en calmarlas.

-No me tientes, y no me tientes – no, no me tientes más tú a mí.


Tras varios minutos más de charla, esta ya entre los cuatro, volvimos al comedor con el resto de compañeros. La cena siguió con la misma normalidad con la que empezó, entre risas comentamos un poco las escenas rodadas, las que aún quedaban por rodar, Stephenie menciono sus impresiones de dichas escenas, de las cuales estaba encantada, también hablemos un poco más del viaje a Italia, David, el nuevo director para la siguiente película, comento algunas de sus ideas para el futuro rodaje y para concluir Melissa nos paso el borrador de esta. Por fin la cena había acabado, no es que estuviera mal o incomoda, al contrario, pero entre el cansancio y ciertas miradas y palabras tentadoras, las cuales me llevaron a acercarme demasiado a sus labios delante de algunos compañeros, mis ansias por salir de allí iban creciendo según pasaban los minutos.


-Dios que locura – exclamo Robert una vez nos acomodemos uno frente del otro en el coche que nos llevaba de regreso.

-Locura?, tu no sabes lo que es locura – dije haciendo caso omiso al sentido de sus palabras.

-Me refiero a las fans y a los fotógrafos.

-Se muy bien a que te refieres, el que parece no saber a que me refiero yo, eres tu.

-Jejeje, yo no tengo la culpa de tus arranques pasionales públicos.

-No, pero si de tentarme como lo llevas haciendo todo el santo día – dije haciendo fuerza con mis piernas, las cuales estaban apoyadas en las suyas.

-Pero que mierda, ¡Joder!, saca la maldita cámara de aquí – gritó a uno de los fotógrafos que abrió la puerta del coche y comenzó a echar fotos. En ese momento tenía dos opciones, o cabrearme, ponerme seria y aguantar hasta que el chofer cerrara la puerta, o hacer como si no pasara nada y aguantar el tipo. Opte por la segunda, ya todo me daba lo mismo, además mi enfado haría las cosas más evidentes.

-No chilles anda, que lo vas a asustar – le dije a Robert sin dejar de hacer fuerza con mis piernas ya clavadas en las suyas.

-Que?, y estate quieta anda jeje – contestó haciendo ahora él fuerza con mis piernas.

-No tengo espacio has las piernas para aya – dije intentando apartarlas.

-Te quieres estar quieta ¿o vas a echarme del coche?

-Pues mira eso sería una buena forma de no tener que verte y aguantar tus continuas provocaciones y echa las piernas para aya que no me dejas espacio.

-Pero si mira todo el espacio que tienes, porque estas aquí dándome mareo.

-Porque yo me senté primero, además me gusta la ventana.

-Tócate jeje y a mi también.

-Fíjate eso quiero que me toques – mierda….fue decirlo y mirar al fotógrafo con mi mejor cara angelical esperando que no hubiera escuchado lo que acababa de decir.


-De que te ríes – dije una vez cerraron la puerta y el coche se puso en marcha.

-Jejej, de tus salidas de control jejeje.

-Mis salidas de control se deben a una escasez de seis días.

-Yo no tengo la culpa de que te bajara la regla.

-Esta mañana no la tenía.

-Me has echado de la cama como es habitual en ti, no querrás que encima… - no le deje acabar la frase, pues ya me encontraba sentada a ahorcajadas sobre él.

-Encima que ¿eh? – decía mientras mi lengua perfilaba el contorno de sus labios.

-Que encima….se me ponga dura – susurraba intentado capturar mi lengua con sus labios mientras sus manos se aferraban fuertemente a mi trasero.

-Y ahora, ahora se te pone dura ¿eh? – murmuraba alejando mis labios de los suyos desesperándolo así más a la vez que movía mi pelvis rozando nuestros sexos.

-No se, dímelo tú – contesto con voz ronca levantando levemente sus caderas para friccionar aún mejor su miembro contra el mió.

-Mmmm – jadee mordiendo mi labio inferior al sentir su dureza entre mis piernas – s-si, parece, parece que sí – contesté débilmente sin dejar de moverme.

-Estas contenta de eso ¿eh? – susurró mientras que sus dedos avanzaban peligrosamente desde mi trasero hasta mi centro, era tal la humedad que sentía en mi interior que seguro era palpable a través de mis pantalones.

-Mucho – murmure antes de tomar su boca y estrechar mi lengua junto a la suya.


Saciada de su boca, comencé a besar el lóbulo de su oreja, mi lengua lo acariciaba a la vez que mis dientes lo mordisqueaban provocando así los suaves jadeos que salían de su boca. Sus manos se aferraban fuertemente a mis nalgas mientras mis labios vagaban lentamente por su cuello a la vez que mis manos se perdían por el interior de su camiseta acariciando su torso definido. – Estate quieta o así no llegamos al hotel – pronunció con voz ronca cuando noto como mis dedos acariciaban la piel escondida tras el borde de su pantalón – Quién a dicho que vayamos a llegar – dije sin dejar de besar el hueco de su cuello, estaba decidida a acallar los sofocos de mi cuerpo. En ese momento su boca busco la mía, la cual beso con desmesurada pasión introduciendo su lengua por todos los rincones que mi boca podía ofrecerle.


Todo me estorbaba, la ropa me pesaba como si esta estuviera hecha de hierro, el coche ardía, mi cuerpo junto a el, por no hablar de mi interior el cual notaba cada vez más humedecido. No podía seguir así, no podía seguir soportando sus caricias por encima de mi ropa, necesitaba sentirlo, necesitaba sentir sus manos por mi piel desnuda, necesitaba sentir su pene dentro de mí saciando así, mí cada vez mayor excitación. Una vez me deshice de la incomoda chaqueta mis dedos comenzaron a jugar con el botón de su pantalón mientras que con mi lengua delineaba su perfecta mandíbula. – Kristen por dios – jadeo una vez mis manos liberaron su miembro de la prisión impuesta por sus pantalones. Ahí estaba su perfecto pene erguido para mí, mordía mis labios solo con sentir la textura de su piel, la dureza y el grosor, ese grosor tan perfecto y tan capaz de hacerme sentir la mas exquisita de las sensaciones, esa dureza que bien marcaban todas sus venas. – Joder Kristen – gemía sintiendo como mi mano vagaba por toda su extensión, me erizaba solo de pensar en el placer que su miembro era capaz de provocarme.


Mi sudadera yacía por alguna parte del coche junto con la chaqueta de él, mis dedos seguían acariciando esa parte tan exuberante de su cuerpo mientras sus manos apretaban mis senos en señal del placer que yo misma le estaba dando – No aguanto más – susurré en su oído antes de aprisionar con mis dientes su lóbulo, estaba harta de preeliminares inútiles, llevaba ardiendo todo el día y necesitaba apagar el fuego que mi interior sentía – Aquí no – jadeaba a la vez que acrecentaba las caricias – Si, aquí si – dije antes de volver a tomar su boca para callarlo. Sin más dilatación me deshice de mi camiseta y lleve mis manos al cierre de mis pantalones, si él era capaz de hacerlo yo lo haría por él, ya no podía más, mi interior gritaba desesperado y mi mente ya poco ayudaba – Estas loca – dijo tomándome por la cintura y recostándome en el amplio sillón – estoy loco – decía regando mi cuerpo de besos a la vez que sus manos por fin pasaron a la acción y comenzaron a deshacerse de mis pantalones – me vuelves loco – decía mientras hundía sus dedos en mi interior, provocando así que perdiera la poca cordura que pudiera quedarme.


-Estas tan húmeda – susurraba a la par que mordisqueaba uno de mis pezones. Desesperada, mordía mi labio en un intento de ahogar los gemidos debidos al placer que sus dedos provocaban en mi sexo, pero yo quería más, necesitaba más, lo necesitaba dentro de mí. –Por favor – rogué como pude entre jadeos al sentir su lengua descender por mi cintura. – Por favor – repetí, no podía seguir así, lo necesitaba ya. – Oh, dios, ya n-no, no puedo má-s – chillé al notar el contacto de su suave lengua en mi clítoris. – No es esto lo que quieres

¿eh? – susurraba recorriendo lentamente con su lengua mi intimidad – No, no joder…eso no – jadeaba desesperada sintiendo como todo mi sexo palpitaba, no es que no estuviera disfrutando, lo que sucedía es que necesitaba más…y lo quería ya.


No se de donde saque las fuerzas para levantarme y volver a sentarme a horcajadas sobre él – No quiero tu boca – dije amoldándome a sus caderas – y no quiero tus dedos – musité colocando su miembro en mi entrada – solo quiero que me folles – susurre sin voz mordiendo su cuello antes de notar como su pene entraba en mi ser. Ahora si sentía como mi interior se iba llenando, como ese fuego se iba avivando. De forma acompasada movía mis caderas al son de las suyas, notando como su miembro rozada cada una de mis paredes internas, como estas se cernían a su sexo. El vaivén de nuestros movimientos acrecentaba provocando que de mi boca solo salieran gemidos con palabras incomprendidas, gemidos que acallaba con su boca.


Sus manos, perdidas por mis caderas, me ayudan a subir y bajar con mayor agilidad. Sus movimientos pélvicos hacían que las penetraciones fueran más profundas, incluso más violentas, pero no dolía, al revés mi cuerpo lo agradecía, agradecía que no fuera sensible, que no fuera caballeroso, yo no quería caballeros, los caballeros no te joden y justo eso es lo que más quería.


Mil sensaciones se acomodaban en mi estomago, este giraba y giraba dando vueltas como si de una noria se tratase. Las piernas me temblaban, mis dedos, los cuales se enredaban en sus cabellos, también temblaban. Mis ojos, eran incapaces de permanecer abiertos al igual que mi boca cerrada. Y entonces todo explotó, esa noria de mi vientre descarrilo…haciéndome vibrar como nunca lo había hecho. Segundos después note como su excitación culminó llenando mi interior.


Permanecimos abrazados recuperando el ritmo habitual de nuestras respiraciones.

-De nada – susurro limpiando con sus labios el sudor de mi frente.

-Por? – pregunte sin deshacerme de su agarre.

-Ya no estas reprimida, creo que he ayudado en eso – contesto sin dejar de besar mi frente a la vez que sus dedos dibujaban formas en mi espalda.

-Si, gracias – respondí como pude.

-Vamos a vestirnos, ya estaremos a punto de llegar.

-Si, no es plan de que nos vean así.

-Jejeje, bueno yo creo que el chofer se hará una ligera idea de lo que hemos estado haciendo.

-¿Por qué?

-Tus gritos te delatan.

-Tanto he… - no era capaz de acabar la frase, pues un ligero calentor se acomodo en mis mejillas.

-Bastante, más te decía, más gemías.

-Ni te he oído – lejanamente escuchaba sonidos, pero yo estaba concentrada en otra cosa.

-No te preocupes, me encanta oírte gemir – susurró en mis labios antes de besarlos.


Entre sonrisas y miradas fuimos vistiéndonos. Llegamos al hotel con el tiempo justo de que recogiera alguna de sus cosas, pues enseguida le avisaron de que bajara ya que el coche que le llevaba al aeropuerto lo esperaba. Una vez se hubo ido, me duche y me acosté en la gran y ahora vacía cama y agarrada a la almohada me dormí. He de reconocer que me costó, no sabía bien si era por el cansancio acumulado o por la costumbre de no notar sus brazos a mí alrededor. No se ni el tiempo que paso cuando los rayos de luz filtrados por la ventana chocaron con mi cara despertándome. Con los ojos aún pegados por el sueño, cogí mi móvil para ver que hora era, pero en lugar de mirar eso, mi atención se centro en otra cosa.


Ya llegue. Sabes, es la primera vez que me separo de ti en dos semanas….


Sin querer, una sonrisa tonta se acomodo en mi cara, ¿significaba eso que me echaba de menos?, supongo que sí, y yo también…., lo echaba de menos más de lo que quisiera.


Sabes, esta habitación es muy grande sin ti…


Y tan grande, era increíble como él solo era capaz de llenarla con su presencia, con sus tonterías, con sus ridiculeces, esas que tan desesperada me ponían, esas que tan diferente lo hacían de los demás. Mirara a donde mirara lo recordaba, por ello decidí ir a mi hotel a pasar los dos días que él iba a estar fuera, una, porque necesitaba estudiar el guión y dos, por que lo echaba de menos demasiado.


Pero lo creí que sería pasar una tarde encerrada estudiando se trasformo en algo…bien distinto ya que nada más llegar a mi hotel me encontré con Rachelle y Ashley, las cuales finalmente consiguieron convencerme para que les acompañara a comer.


-Bueno Kris, cuéntanos – soltó Rachelle de repente mientras me llevaba un trozo de tarta de manzana a la boca, con lo bien que me lo estaba pasando, ya sabía yo que esto acabaría pasando.

-Que queréis que os cuente – dije disimuladamente limpiando mi boca con la servilleta.

-Todo jejej, queremos saberlo todo.

-Es que no se a que te refieres – dije haciéndome nuevamente la tonta.

-Pues es obvio, estas durmiendo con él por lo tanto…

-Cielo no contestes sino quieres – dijo Ash interrumpiendo a Rachelle.

-No, sino no pasa nada, solo que si ya lo sabéis no se que… - era tontería seguir negando lo que para ellas era más que evidente.

-Ahhh jejeje, entonces estáis juntos.

-No yo no he dicho eso.

-No, ¿entonces?

-Bueno, pues somos buenos amigos.

-Anda, otra como Ashley.

-Cállate – le reprocho ésta.

-A por dios, tú contestas igual cuando te pregunto por Jackson.

-Pero no es lo mismo, nuestra relación se basa en simples y meros encuentros de vez en cuando, y porque estábamos viéndonos a menudo, lo de ellos es distinto.

-Me estoy perdiendo – dije intentando seguir el hilo de la conversación.

-Bueno Kris, aquí nuestra amiga también suele tener encuentros con cierta persona pero claro no es lo mismo que lo vuestro.

-Por?

-Bueno ella no se ha ido a trasladado a su habitación, cosa que tu si.

-Sabéis demasiado vosotras jejeje.

-Y no por ti – reprocho Rachelle.

-Mira hoy me habéis pillado a buenas, ¿que queréis saber?

-Como se lo monta?

-Perdón – conteste totalmente alucinada.

-Como folla vamos – tierra trágame, por favor, trágame ya.

-Te quieres callar Rachelle – dijo Ashley pegando un pequeño golpe en el brazo de Rach.

-Te he entendido – la cara me hervía, maldita la hora en la que decidí “abrirme”.

-Y bien?

-Rachelle!

-Ay Ash, con lo predispuesta que eres para unas cosas y lo vergonzosa para otras, como si tu no lo quisieras saber.

-Pues la verdad, no.

-No te creo, además hablar de sexo es lo más natural del mundo.

-Siempre y cuando no incomodes a nadie.

-Chicas ya – dije mediando entre ellas – Si lo que queréis es una respuesta yo os la doy y ya esta – tomé aire antes de contestar – Se lo monta….señor, se lo monta bien vale – ahora si estaba totalmente roja.

-Bien de bien, o bien de wow.

-Rachelle!

-Lo segundo.

-Si?, tan bueno es…

-Yo, yo, no se si es bueno o es malo, solo se que, señor ejjee, solo se que disfruto bastante – ya, ya lo había soltado, por dios que no preguntara más.

-Pues me alegro, te lo digo de verdad – contesto Rach.

-Y?, bueno y tu…, ¿tu chico? – pregunto temerosa Ashley.

-Si te refieres a Michael, supongo que estará en su casa, y no, ya no es mi chico – contesté enchufándome un cigarro.

-De eso también me alegro.

-Jejeje, y yo – conteste.

-No lo sabía lo siento – dijo Ashley.

-Ay Ash, que no ves que ella no lo siente, ella se lo esta pasando bien.

-Rachelle, eres lo peor – contestó Ash.

-Bueno y entonces ¿hacía donde va lo vuestro?


¿Hacía donde va lo nuestro?, ¿Había un lo nuestro?. Ambos nos queríamos, estábamos a gusto el uno con el otro, él me amaba, puede, no se, que incluso yo también, pero ¿eso cambiaba algo?, es decir, ¿ambos estamos dispuestos a llevar esto a una relación?. Habían dos posibles respuestas a esa pregunta o si o simplemente no, cual de ellas era, ni idea, solo sabía que esto tarde o temprano acabaría y entonces llegaría el momento de plantearse esa pregunta, o quizás no.


Después de la tarde tan amena que pase en compañía de las chicas, la cual no esta dispuesta a repetir, no por nada, simplemente no me gustaba ser el centro de atención y mucho menos contestar preguntas que únicamente nos incumbían a nosotros, regrese a mi habitación, a aquella en la que llevaba sin estar dos semanas. Pase el resto del fin de semana esperando la dichosa llamada que me indicara que él estaba de vuelta en la ciudad, una vez la recibí no tarde ni media hora en llegar a donde más quería estar.


-Te he echado de menos – dijo abrazándome.

-Y yo – contesté cuando nuestros labios se separaron.


Y de nuevo vuelta a empezar nuestra sesión de besos y caricias acompañadas del mejor sexo que había tenido en mi vida. Todo era tan simple con él, nada era cuestionable, al revés, con él era yo misma, incluso más, ya que junto a él estaba viendo facetas que no conocía de mi misma.


Pero en el fondo sentía que todo esto terminaría tarde o temprano y la conversación sobre su nueva película, me lo confirmó.

-Se rueda en Nueva York

-¿Cuándo empiezas?

-A primeros de junio.

-Igual que yo – ninguno de los dos dijo nada, ya sabíamos que esto tenía que acabar y esa era la fecha, solo nos quedaban tres semanas.



Florbelys, tu no tienes que disculparte porque te hayan clonado, tu no tienes la culpa de eso, si es cierto que en principio pensé que eras tu, lo reconozco y me enfade, porque por si no te lo han dicho, digamos que me pelee con esa que pensaba que eras tu, pero al rato comprendí, y en parte gracias a dos chicas que te quieren mucho, Kris y Grisel, que no eras tú así que si alguien tiene que pedirte disculpas por confundirte, esa soy yo…lo siento (mirada avergonzada jejej), a ver si coincidimos pronto vale guapa, un besazo, respecto a los horarios jejeje, de acuerdo para ti los fines de semana y para mi entre semana jejeje, pero que sepas que la muy marika tiene a otra más en su lista de amores ¬¬….


Susana, estoy encantada de que te guste la historia, gracias por comentar, y a todas las que lo habéis hecho también…muchas deberían aprender de vosotras, gracias de verdad.


Respecto a las anónimas que pedían mi cabeza….que sepáis el resto que he decidido que ya no diré nunca más cuando volveré a actualizar o cuando no, ya que si no lo he hecho antes es porque básicamente no he podido, no por joderos, creerme que me jode más a MI que a vosotras y se que pensareis que no es justo, que al final todas pagáis el pato…..pero lo que tampoco quiero es esto….