ACTUALIZACIONES DEL BLOG

Aviso Disturbia 29/11/2010



Hola chic@s,


hoy me toca actualizar Disturbia pero estoy en un momento de estrés total y no me ha sido posible acabarlo. De echo aún estoy en ello. Tengo una idea en la mente, el único problema es que me ha faltado tiempo. Así que voy a insistir hasta que me marche a dormir, pero es seguro que no lo tendré. Siento no haber llegado a tiempo, pero   si sirve como excusa, no suelo hacer capítulos cortos y este ya os aseguro que no lo es. De momento ya vamos por las 8 páginas de word y aún voy por la mitad de la idea... 
Así que nada, lamentándolo mucho, hasta el miércoles no habrá Disturbia.


Nos leemos!

Disturbia - Capítulo XLIX (Montse)




Hola chic@s,


aquí estamos de nuevo con Disturbia. El capítulo viene muy entretenido porque tenemos a todos nuestros chicos del fic casi desnudos y sin ropa... sin dinero, solamente con un coche que salvaron gracias a que las llaves estuvieron íntimamente guardadas.. ¿Y ahora? ¿Qué les espera ahora a nuestros chicos? Pues a ver que nos cuenta Montse en este capítulo 49! Os lo dejo!



Capítulo XLIX - Un gran problema viene después de otro


Edward POV


—¿Tienen todo listo?

—Esto es estupido —Declare

—¿Tienes alguna mejor idea? —pues… —¿No verdad? Entonces solo has lo que te toca

—Pero ¿por que tengo que hacerlo yo? ¿Por que no lo puede hacer alguien más?

—Por que yo soy el genio detrás de este plan y digo que lo hagas, además fui yo el que se arriesgo a andar semidesnudo por el pasillo, así que mueve tu atractivo trasero y prepárate para cuando llegue

—Eres un idiota Jacob —puntualice

—Si, pero me amas tal y como soy — ¡Ja! ya quisieras.

—Bien ¿todos listos?

—No, repítanme otra vez todo —Dijo Andew de nuevo.
                                                                                                     
Todos suspiramos, era la cuarta vez que se lo decíamos. Era demasiado lento.

—Cuando llegue la recamarera —comenzó Jacob— este señor que ves aquí —hizo un movimiento de manos —ósea Edward coqueteara con ella…

—O al menos lo intentara —continuo Emmet —mientras ella este distraída robare una de las tarjetas que guarda…

—En el lugar que valientemente averigüe osease la bolsa trasera de su mandil… —de nuevo Jacob.

—¿Tienes que alabarte durante toda la explicación? Si, saliste semidesnudo a espiar a una recamarera ¡ya lo entendimos!

—Deja de estar tan gruñón edward —me dijo Emmet

Bufe, de no ser por ellos yo no estaría metido en esta ridícula situación.

—Bueno como decía antes de que me interrumpieran…—se detuvo un momento para mirarme irónicamente — después de que emmet obtenga una llave, jasper se encargara de separar a la parejita…

—Que seria Edward y la recamarera ¿no? 

—Exacto Andew —le apremio emmet —Jasper le dirá que no es necesario que limpie, después esperaremos que comience a limpiar otra habitación para salir a buscar la de la llave.

—Una vez ahí —hablo Jacob —tomaremos prestadas sin pedirlas, algunas prendas para poder salir del hotel y llegar al coche sin ser arrestados por desvergonzados.

—¡Entendiste! —dije exasperado

—Si ya, no soy tan lento —volví los ojos.

Todo esto era demasiado ridículo, pero no me planeaba arriesgar a pasar la noche en la cárcel, que bonito me vería cuando regresara y bella me preguntara por que llegaba un día tarde y yo le dijera que por pasar la noche en la cárcel gracias a las amiguitas de Jacob y Emmet.

Dudo mucho que eso ayudara a nuestra relación.

—¡Prepárense ya viene!

Bufe. ¿Como fue que me deje arrastrar por estos idiotas?

—Edward tu debes abrir —casi gruñí, como demonios se supone que coqueteé con ella…

Me vi interrumpido de mis propios pensamientos cuando el teléfono del hotel soñó. Andrew era el más cerca de el así que lo contesto, después activo el altavoz.  

—¿Bueno? —pregunto.

—Somos de la recepción —Se escucho la voz de un hombre ya mayor.

—Si ¿que sucede?

—El señor Edward Cullen tiene una llamada

—Soy yo ¿A dicho quien es? —Iba a protestar pero no dije nada

—Dijo llamarse Isabella Swan

¡Oh por dios! Corrí hacia el…

—A Claro pasel…

…Y corte la llamada

—¿Qué demonios?

—¿¡Cual es tu problema Edward!? —Grito Jacob —¡Pudimos pedirle ayuda!

—¡Por supuesto que no! —grite enojado —Yo no quiero que ella sepa de esto

—Bueno, bueno cálmense los dos…

Toc toc (imaginen el sonido de alguien tocando a la puerta XD)

—¡Edward! ¡Los demás esconsande! —Grito Jasper mientras todos corrían como niños pequeños por todo el cuarto buscando donde ocultarse —¡Andrew las cortinas jamás han sido un buen escondite ¿Sabes?!  

Entre mas rápido se termine esta tontería mejor.

—Buenos días señor, vine a limpiar el cuarto ¿Puedo pasar? — Ni siquiera me miro, estaba ocupada acomodando todo lo que necesitaba.

—Hee…pues —piensa en que decir

—¿Puedo?... —Esta vez si volvió la mirada hacia mi, pero enmudeció de pronto, pareció comenzar a tragar saliva y yo estuve a punto de comenzar a reír, hacia ya mucho tiempo que esto no me pasaba, pero supongo que era la primera extraña que me veía mediodesnudo así que era algo nuevo. En una de sus manos cargaba un par de toallas, las cuales acaban de caérsele.

Después como de medio minuto, se agacho con la intención de recogerlas y yo aproveche la oportunidad. Me agache también a ayudarla y con toda la intención roce mis manos con las de ella.

—¿Estaba pensando…que tal vez seria buena idea salir a conocer un poco con alguien que conozco bien por lo alrededores? —La muchacha pareció captar a donde quería llegar por que inmediatamente se enderezo y comenzó a sonreír tontamente — ¿Crees que puedas ayudarme? —Pregunte mientras le entregaba las toallas.

De repente cambio su postura y se recargo en la puerta con una de sus piernas doblada insitivamente —o al menos eso creía ella— comencé a retorcer uno de los mechones sueltos de su cabello.

Estuve apunto de echarme a reír de su intento de “seducción” pero me detuve al ver como la mano de emmet salía de entre las hojas de una maseta.

Comencé a sonreí haciéndole creer a la chica que su “táctica” funciona, eso pareció agradarle por que comenzó a hablar.

—Bueno conozco un lugar muy bueno…. —trate de prestarle atención pero mis vista trataba de ver las maniobras de Emmet.

Delicadamente introdujo la mano en uno de los bolsillos de su mandil, donde supone estarían las tarjetas, parecía que ya tenia sujeta una por que estaba por sacarlo pero, la muchacha comenzó a menearse emocionada, imagine que de lo que fuera que estuviese hablando.

—…¿A si que? ¿Qué te parece? —me pregunto, como dejo de moverse Emmet logro sacar la tarjeta sin problemas. 

—Humm…

—¡Edward no entretengas mas a la muchacha! —Bendito seas jasper—Muchas gracias, pero no será necesario que limpies por ahora —La chica abrió los ojos sorprendida, paso su mirada de mi cuerpo al de jasper… ambos semidesnudos… en la suite presidencial…

Ya me puedo imaginar lo que estará pasando por su cabeza en estos momentos.

—Claro —parecía atragantarse con su propia saliva —con permiso —asisto y se fue.

En solo dos segundos, las risas de todos retumbaron en el cuarto.

—Pobre chica quedo traumada —se burlo Jacob

—Cállate, ya tenemos la tarjeta —dije —ahora vamos, ¿Emmet que numero es?

—es… la… 5749 —soltó entre risas

—Bien es en este mismo piso ¡Muévanse! —grite desesperado. 

Emmet, Jacob y Andrew continuaron riéndose mientras salíamos del cuarto. Jasper se aseguro de que no hubiera nadie en el pasillo —Lo cual era fácil en Las vegas ya que todos estarían durmiendo por la mañana —.

Emmet y los demás por fin se callaron así que fue fácil dar con el cuarto, rápido introducimos las tarjeta la cual nos permitió hablar. Jacob fue el primero en correr hasta el cuarto.

¡Quién sabe quien estaría hospedado aquí así que había que ganar la ropa!

—¡Esto tiene que ser una broma! —se le escucho gritar.

—¿Qué pasa? —pregunte mientras entraba.

—¡Aquí solo hay ropa de mujer!

Y en efecto solo había faldas extremadamente cortas, vestidos llamativos y shorts diminutos.

—¿Y ahora que vamos a hacer? —pregunto Andrew

Y yo me hice la misma pregunta. ¿Y ahora que íbamos a hacer?




Pues esto es todo chicas.... ¿que van a hacer ahora? La verdad es que estos chicos tienen unas ideas de bombero tremendas! No salen de una y se meten en otra. Pues nada, el lunes ya venimos con el capítulo 50! No os quejaréis eh... en estos 50 capítulos ha habido sitio para todo! 


Nos leemos!

Disturbia - Capítulo XLVIII (Alba)

Se ha hecho de esperar pero aquí esta el capitulo 48. Hoy, continuamos con el viajecito por las Vegas de estos muchachos, desde la perspectiva de Jacob… Jacob, miedo me da Jacob :-}

Bueno y sin mas…


Capítulo XLVIII – Cinco chicos y un coche

Jacob Pov


Horas y horas de carretera habíamos dejado atrás y por fin estábamos en nuestro destino: Las Vegas.

El objetivo principal del viaje no estaba del todo claro, la excusa era sacar a Edward de casa; pero, en el fondo todos los que estábamos allí, por unas cosas o por otras, necesitábamos tomarnos un descanso de nuestras vidas. Tomar aire. Y eso íbamos a hacer. Además de divertirnos mucho y pasarlo bien, segundo objetivo del viaje y que sí estaba más que claro.

Y con él en nuestra cabeza, o por lo menos en la mía, salimos a disfrutar de nuestra primera noche. Alcohol, música, risas, charlas, algún que otro quejido, chicas, bailes…Puede ser una buena y simple enumeración de ella. Y en una palabra: desfase.

Aunque para algunos más que otros…Pues a Emmett se lo tuvo que llevar su hermano de plena madrugada junto con la rubia que no quería soltar y a la que no paraba de llamar Rose, cosa que a ella no pareció importarle en absoluto. Nosotros tres seguimos la fiesta con las chicas y hasta vinieron al hotel, pero nada pasó excepto que nos quedamos dormidos en el sofá nada más poner un pie en la sala de la habitación.

Nos despertamos por el incesante sonido de un móvil y no era otro que el de Jasper. Los gritos que se oían a través del auricular nos incomodaban a todos, aunque sin duda el que peor lo estaba pasando era él que no paraba de pedirle calma a Alice.

Dejé el sofá en busca de aspirinas y agua para todos que nos ayudarán a pasar la resaca y escuché una voz proveniente de la cocina. Alguien había sido más madrugador.


-Vale. Si no quiero entretenerte más. Adiós Elliot! Nos vemos Bella, un beso.

-Yo también quiero un beso.

-Ya estamos…Ni con resaca vas a parar.

-Sabes que no.

-Pues lo siento, pero no te voy a dar ningún beso.

-Edwaaaaard.- Me quejé como un niño, haciéndonos reír a los dos por mi comportamiento.

-De verdad, de resaca estás casi más pesado que sin ella.

-Con resaca o sin ella sigo siendo el mismo, así que soy igual de pesado.- Puntualicé.

-Como sea…¿Ya está todo el mundo despierto?-

-Pues…ni idea…yo iba en busca de…

-Esto- Y puso en la mesa una enorme caja de aspirinas.

-¡Exacto! Gracias, te lo agradeceremos.-Dije mientras cogía la caja con las pastillas que nos salvarían la vida esta mañana y puede que la siguiente.

-De nada, pero no creas que lo he hecho por vosotros, yo también necesitaba una.-Y ambos nos dirigimos al salón.

-Normal. Hacía tiempo que no te veía pedir más rondas por iniciativa propia.-

-Ya ves, los efectos del alcohol.-

-Fue una buena noche no me lo negarás.-

-No, no estuvo mal. ¿Cómo acabasteis vosotros?-

-En la habitación, que ya es un paso, y con las chicas…-Dije levantando las cejas sugestivamente mirando a las cuatro chicas que se cruzaban con nosotros camino de la cocina y ganándome con ello una mirada de repulsión de Edward y un sonoro suspiro.

-Vamos a preparar el desayuno en agradecimiento por dejarnos dormir aquí.-Contestó Vicky con una amplia sonrisa.

-Nuestra casa es vuestra casa, ya sabéis.- Contesté de la misma manera.

-Buff…Me encanta tener el sueño profundo y no enterarme de lo que pasa a mí alrededor.-Dijo Edward una vez entramos al salón y vimos al pobre Jasper medio dormido.

-Tranquilo no pasó nada, para nuestra desgracia.-

-Tu desgracia.

-Edward!!!!!!!!!!!- Fue lo único que dijo, más bien gritó, Andrew en su entrada triunfal al salón- Ah! Jake tú también estas aquí. Todos estáis aquí.-

-Andrew. Que tu no tengas resaca no significa que los demás tampoco.- Le reprendí y la mirada de odio de Edward corroboraba mis palabras.

-Que mal despertar tenéis de verdad. ¿Falta alguien por despertar?

-¿Emmett?-Preguntó Edward

-No, ¿pero dónde está?-La respuesta fue rápida por parte de Andrew.

Los tres negamos con la cabeza.

-¡Voy a buscarle!- Y salió disparado hacia ninguna parte.


Llené mi vaso con agua y dejé que los beneficios de la química actuaran sobre mi organismo. ¡Benditas aspirinas!

Estábamos relajados en el sofá disfrutando del silencio que ayudaba a sobrellevar el intenso martilleo en nuestras cabezas, porque por sus caras Edward y Jasper debían estar igual o peor, cuando un profundo grito nos sobresaltó.

-¡¿Qué significa esto?¡

No sabíamos ni de dónde ni de quien provenía, pero el fastidio fue visible en las muecas de dolor de mis amigos.

Al instante llegó un Andrew muerto de risa.

-¡¡Tenias que haber visto su cara!!-

-Este tío es tonto.- Dijo Emmett con cara de querer matarle a lo que nosotros tres solo hicimos un gesto con la cabeza en afirmación.


Las chicas se marcharon después de compartir un desayuno o más bien comida que ellas nos prepararon en agradecimiento, y no sin que antes quedáramos para salir junto a ellas esta noche. Eran divertidas y quien sabe a lo mejor podían acompañarnos a alguno a dormir esta noche si no nos pasábamos tanto con el alcohol esta noche.

Cuando nos quedamos solos empezamos a intentar que los efectos de la resaca no se notaran por la noche y empezamos a prepararnos, ya que antes de quedar con ellas habíamos decidido ir a cenar a un restaurante “especial” donde Emmett había reservado, así que tratándose de él, todos sabíamos que el especial incluiría alguna chica ligera de ropa.

Mis pensamientos eran compartidos por todos y mientras que Andrew se mostraba más que feliz con la idea, como yo para que negarlo, Edward y Jasper no parecían tan felices, pero no se negaron a ir. Parecía que estaban entendiendo el fin de el viaje que era pasar tiempo entre amigos, divirtiéndonos y sin pensar en nada más, nada de trabajos, estudios… y nada que estuviera relacionado con nuestra vida del día a día. Para Edward esto último no terminaba de encajar, porque ¿quién puede olvidarse de un hijo durante unos días? Nadie, y no le culpábamos por encontrarle pegado al teléfono diciendo cualquier tontería. Era feliz y se le veía feliz en esos momentos, lo cual me hizo darme cuenta de cuánto tiempo hacia que no veía a mi amigo tan feliz e ilusionado, y la verdad era bastante. Aun así no deje que esos pensamientos sobre lo mal que todos, no solo Edward, lo habíamos pasado en tiempos pasados se hicieran dueños de mi mente y preferí sustituirlos en imaginar nuestra futura cena.

Cuando por fin llegamos al local, ya que Andrew prefirió darnos antes una tremenda vuelta por el bulevar principal de la ciudad, que era realmente impresionante y del que hubiera disfrutado más si no me estuviera muriendo de hambre, era tal cual nos lo habíamos imaginado.










































Nuestra mesa tenía unas muy buenas vistas de lo que seguro se había encargado Emmett y la verdad es que la comida era de muy buena calidad, tanto o más que los cuerpos de las camareras que la traían y a las que siempre decíamos algún que otro piropo.

-¡Podéis parar ya!- Dijo Edward una vez la morena camarera encargada del vino se marchaba contoneando sus caderas.

-¿Por qué? ¿Acaso no era una belleza? Yo las prefiero rubias, pero no me negaras...-

-No voy a discutir contigo que la chica era mona, pero no por eso tienes que estar diciéndoles esas cosas, ¿no crees que se podría sentir incomoda?- Rebatió a su hermano.

-No lo creo, ¿has visto como sonreía?- Esta vez fue Andrew quien contestó.

-No crees que lo hace por costumbre, imagínate cuantos babosos como vosotros han pasado por aquí, y no solo en un día sino en una semana. Las pobres deben tener esa sonrisa tatuada en la cara.

-Mira que eres aguafiestas y moralista.

-En parte tiene razón.

-Gracias Jake alguien con sesera en esta mesa.

-Tú también les has dicho alguna que otra cosa, así que cállate.

-Cierto, pero aun así puedo decir que Edward tiene en parte razón, solo en parte.

-¿Y por qué solo en parte?

-Ellas trabajan aquí porque quieren, saben cómo es el sitio y la ropa que van a tener que usar, que deja poco o nada a la imaginación. Por lo tanto, y sabiendo lo predecibles que somos los hombres, es de suponer que saben cuál será nuestra reacción al verlas así. Los habrá más babosos o menos, y los habrá que se sobrepasen, pero ellas saben a lo que vienen y saben seguro hasta donde tienen q permitir que llegue un cliente, así que en parte cuatro piropos y frases insinuantes no hacen daño a nadie.

-Bien razonado.

-De hecho sí- Afirmó Jasper que llegaba a la mesa guardando su móvil.

-¿Alice?

-¿Quién si no?

-No os burléis, es mi mujer y tenéis que respetarla. Punto.

-No crees que es un poco histérica.

-Pesada.

-Agobiante.

-Manipuladora.

-Sí, pero yo la quiero así.- Y el suspiro fue general.

Terminamos la cena tomando una copa y brindando por nuestra estancia aquí una vez más.

Salimos directos al nightclub donde habíamos quedado con las chicas. Uno de los más populares y selectos: Tao.









El sitio era de ambientación oriental y con multitud de rincones por los que poder perderse.

La noche iba yendo de maravilla, no nos excedimos en el alcohol y disfrutamos bailando y charlando con las chicas, bueno esto Emmett, Andrew y yo, porque Edward esta noche se había unido al club de los casados con Jasper y se limitaba a mirar, beber y charlar. Si ellos no se aburrían así, nadie les iba a obligar a nada.

-¿Por qué no terminamos la fiesta en vuestra suite?- Me sugirió Vicky al oído con una voz que me hizo estremecerme.

-Voy a ver si están de acuerdo.

-Seguro que sí, ya verás lo bien que lo vamos a pasar.-

Fui en busca de mis amigos y a los primeros que comenté la proposición de la pelirroja fue a Ed y Jasper que aceptaron, aunque más por el hecho de volver a casa que por continuar la fiesta. Emmett vino a mí con la misma propuesta y a Andrew solo tuvimos que sacarle de la pista entre quejidos por que le habíamos arruinado el baile con una “despampanante mujer con la que planeaba pasar la noche”, pero al oír que las chicas vendrían a la suite todos sus males se pasaron y se mostró más colaborador andando por si solo.

Llegamos a la puerta del hotel y esperamos al taxi en el que ellas venían, entrando después al hotel todos juntos.

Al entrar a la habitación Jasper y Edward intentaron escabullirse, pero las chicas les convencieron para que se tomaran la última copa con nosotros que nos iban a hacer un coctel especial.

Nos tomamos el famoso coctel, que de hecho estaba muy rico y del que todos nos tomamos otra copa más, o dos o tres como Andrew que parecía una esponja.

De repente el sopor me pudo y caí como pude al sofá.

Lo último que creía recordar era estar bailando con Vicky. Pero todo era difuso. Y ahora me encontraba en el sofá desnudo, a excepción de mi bóxer.


Me levanté intentando no marearme, pues esa sensación no se iba de mi cabeza, y busqué a mis amigos.

Edward estaba en la cocina bebiendo un vaso de agua y cara de pocos amigos junto a Emmett.

-¿Qué pasa?- Pregunté.

-Buena pregunta, Emmett haz los honores…-Contestó Edward.

-Nos han robado.

-¿QUÉ? ¿QUIÉN? ¿CUÁNDO?-Vociferé sin creerme las palabras de mis amigos

-Te creía más listo Jake.

-¿Vosotros tampoco tenéis ropa?-Dijo Jasper entrando en la cocina.

-¿Andrew se ha levantado?-Preguntó Edward.

-Si ha ido a buscar en alguna habitación su móvil.-

-No lo va a encontrar. Vamos al salón.

Alli nos sentamos y Emmett empezó a hablar.

-Bien, yo he sido el primero en levantarme esta mañana, con un dolor de cabeza horrible, como supongo tenéis vosotros.- Asentimos y el continuo.- No encontraba mi ropa por ninguna parte de mi habitación y fui a la de mi hermano.

-Yo también estaba despierto y buscaba mis cosas, que también han desaparecido, ropa, móvil, documentos...-

-Han sido ellas.

Todos asentimos con la cabeza.

-Ellas y su coctel especial.- Añadió Emmett.

-Bien y ahora ¿qué vamos a hacer? No tenemos nada.

-Sí tenemos un coche.- Dijo Andrew con una sonrisa.

-No Andrew, las llaves tampoco están. Las tenía en el bolsillo del pantalón y ¿ves el pantalón por alguna parte? Porque yo no.

-Ay…Emmett, Emmett…¿Para qué están las llaves de repuesto entonces?- Se metió la mano en los calzoncillos y saco un juego de llaves con el que empezó a jugar en nuestras narices.

-¿Las guardabas ahí?- Preguntó Jasper.

-Sí.

-Siempre tan higiénico.-Comentó Edward.

-No se han llevado el coche del parking.- Dijo Emmett después de llamar a recepción.

-Bueno entonces no está todo perdido.- dije sin creerme mis propias palabras.

-Nos tenemos los unos a los otros y un coche, ¿para qué queremos más?- Una vez más Andrew y sus tonterías, pero que esta vez consiguieron sacarnos una sonrisa, ante una perspectiva un tanto diferente del viaje, ya que no teníamos ropa ni dinero… ¿Qué sería de nosotros ahora?


¿Y ahora que?..., no si yo sabía, que estos chicos acabarían armándola :-}


Bueno, el viernes más con… Montse… Besos!!

01/11/2010 Ayyys

03/11/2010 Karla

05/11/2010 Nuri

08/11/2010

10/11/2010

11/11/2010 Airam

12/11/2010

15/11/2010 Almu

17/11/2010 Milu

19/11/2010

22/11/2010

24/11/2010 Alba

26/11/2010 Montse

Capítulo 9

Anónima, Karla, Airam, Nuri y Dana…GRACIAS!!!

Nada, aquí os dejo el siguiente, del cual aún falta el postre y si me da tiempo os lo colgare este fin de semana…:-} Besos!!!

Capítulo 9 - Cena “Cordial”

“Aún nueve días antes de la boda”

Yo, Isabella Marie Swan, mujer de veintisiete años de edad, me declaro en plenas facultades mentales… hasta el día de hoy… El culpable de mis desequilibrios no es otro que Edward Cullen, mi acompañante…

¿Y todo por que?..., por un beso, un simple y… Dios…Me ha besado a mí, a mí, a la paliducha y flacucha de mí. Él. Y no un él cualquiera, no. Uno con mayúsculas. ¡Y vaya mayúsculas!…

Casi tres años, casi mil noventa y cinco días, casi….no se, muchas horas… Ese era el tiempo en el que nadie me besaba. ¡Joder!, si hasta puedo jurar que me había olvidado de cómo se besa, es lo que tiene que no hayan manuales para casos como el mío. Los besos son como todo, si no los practicas pues…se olvidan, aunque, si tienes la suerte de que la persona que te bese, sea todo un experto, pues pasa como con las bicis, que aunque tú no lo creas, sigues recordando como montar…

Dios, me estoy volviendo una completa desequilibrada. Céntrate Bella, no ha sido para tanto, ha sido un simple contacto, uno espontaneo, además, para este tipo de cosas lo estas pagando ¿recuerdas?...

Hagamos memoria. Él es un acompañante, acompañante al que tú has contratado, acompañante al que tú le has pagado nueve mil dólares, a cambio de que se haga pasar por tu novio durante los próximos diez días…, ya llevas dos, quedan ocho…

¿Y en esos ocho… cabría la posibilidad de que lo sucedido hace unos segundos se repitiera?

Madre mía, parezco una salida lo se, ¡pero tu tienes la culpa señor!, por crear hombres así, tíos como él deberían llevar un cartel en el cuello que dijera “peligro, no mirar, posibles lesiones mentales de por vida”, pero con mi suerte, seguro que para cuando vaya a leerlo, ya me he quedado gilipollas.

Vale Bella, respira, tienes 27 años, eres una tía madura, capaz de afrontar todo tipo de situaciones, la fase Dicaprio paso hace muchos años, ya no tienes edad de andar babeando por nadie… ¡Ah… no puedo!, no puedo centrarme cuando lo que más deseo es que don experto me siga recordando como se besa… Oye, ¿y si le dijera que nunca me han besado de esa forma, y que me gustaría aprender?, con suerte hasta quizás se apiada de mi y repita…, o quizás, con una alta posibilidad, te mande al psiquiátrico de cabeza.

Ya lo estaba viendo, “síndrome agudo de esquizofrenia, por falta de contacto físico con cualquier ser del otro sexo”….

Bella…, lo tuyo ya no tiene remedio….

-¿Bella?, ¡Bella!, ¿estas bien?... – llamo mi atención Jasper…

¿Jasper?...pero… Cierto, Jasper me había pedido hablar con él… por eso el beso, de ahí que este en su cocina…

-¿Eh?, si, perdona Jasper – tu a este paso, no ves a tu hermana casarse - ¿Querías hablar conmigo no? – hombre, si has recordado, vamos en buen camino, ahora solo falta que tu ex no 
se pregunte el porque lleva diez minutos parado frente a ti y tu…, ni caso.

-¿Te encuentras bien? – pregunto mirándome de forma un tanto extraña…, normal Bella, normal…

-Si, estoy bien… Tú dirás – dije secamente, poniéndome algo más sería.

- Verás Bella… - tosió - esto es difícil, no se como decirlo… - ¿decir el que?...

Anda… ¿iba a decir?... ¿Ahora?, tres años esperando este momento y tiene que ser ¿ahora?... ¡Ay que joderse!, con todas las horas del día, y tenía que ser ahora.

-Tú…, tú sabrás – respondí tragándome mi propia saliva, últimamente tengo un grave problema con esta.

-Vale – exhalo aire - Mira Bella, se que…esto no es fácil, he cometido errores en el pasado que…bueno – callo - El caso, quería hablar contigo de algo, por eso fui ayer a tu casa – y otra vez callo.

-Habla – lo anime. Eh aquí el gran problema de los hombres… hablar.

-Bueno, es evidente que…, estamos un poco tensos cuando estamos en la misma sala… - ¿y eso no es algo normal?

-Bueno…

-Déjame… - me interrumpió - déjame hablar Bella, sino, no… no voy a poder – volvió a suspirar.

-Adelante – susurre. Quería hablar, y yo quería escuchar una respuesta.

-Mira… – susurro clavándome por primera vez en mucho tiempo, su intensa mirada azul celeste - se que es complicado lo que voy a pedirte, pero Emmett es mi mejor amigo, bueno, es el único amigo de verdad que tengo.

-No entiendo - ¿qué tiene que ver Emmett…? … No me digas que… Bella, cállate, deja de hacerte especulaciones, y déjale hablar…, vale.

-No se muy bien como van estas cosas pero…, tu eres la hermana de la novia, yo…soy el padrino del novio…, no se… – repitió a la vez que pasaba las manos por su pelo… ¿tan difícil es lo que va a decirme? – Supongo, – prosiguió – supongo que tendremos que ponernos de acuerdo en algunas cosas. Quizás tengamos que hacer algo juntos y bueno…, no se como decirlo… Haber, creo que por el bien de ellos, durante estos días deberíamos llevarnos bien… ¿no crees?

¿Perdón?... ¿Llevarnos bien?..., ¿que día empezamos a llevarnos mal?, así, aquel en el que me mandaste un mensaje diciendo que no querías casarte… Y no es que desde ese día nos llevemos mal, directamente es que no nos llevamos, pero básicamente porque a día de hoy, aún no habido un porque… y ahora… ¿pretende que hagamos como que no ha pasado nada?

-¿Te refieres a que finjamos que no ha pasado nada? – pregunte frunciendo el ceño, ¿de verdad me estaba pidiendo eso?

-Fingir, bueno, más bien…, hacer como que todo esta olvidado, no se, delante de tu familia y eso… - eso para mi, es fingir.

Si, te lo esta pidiendo, y luego la desequilibrada mental soy yo… ¡Ja!

-No convertirnos en el centro de atención, ¿te refieres a eso? – ironice.

-Más… más o menos – susurro.

¿Y ahora que?.... ¿Qué se supone que tengo que hacer ahora?..., ¿reírme?, ¿llorar?, ¿tirarle lo primero que vea?... bueno, de esto último tienes todo un arsenal de cosas alrededor tuyo, que irían perfectamente a juego con su pelo rubio… Cabrón…

-Bueno no…, no te preocupes Jasper yo…, yo he pasado pagina – mentira - la pase hace mucho tiempo – otra mentira - Puedes estar tranquilo que por mi parte no habrá ninguna escenita rara – si logro controlar mis impulsos por ahorcarte claro.

-Bueno, no me refería a eso exactamente…

-Tú quieres que delante de todo el mundo aparentemos cordialidad ¿no esa así?

-Si… si – susurro.

“Se tu misma. Te duele tenerlo delante vale, pero no lo admitas cuando lo tengas frente a ti. Hazte la dura, se fría con él si hace falta. Pero no seas vulnerable en su presencia, solo así conseguirás hacerte inmune”

-No hay problema – exprese con una falsa sonrisa.

Es ahora o nunca Bella, si lo matas ahora podrás alegar que todo se debía a un severo trastorno…, enajenación transitoria ¿así lo llaman no?

¿Pero que ganaba con decirle o hacerle algo?, ¿humillarme?, ¿mas?, ¿es que no había sido ya suficiente humillación todo?...

No… estaba claro que ya no merecía la pena ni siquiera escuchar una mínima explicación…

-Gra…, gracias Bella.

-De nada… amigo – dije sarcásticamente.

Era alucinante, me deja por mensaje de texto, y tras tres años, me pide hacer como si nada… alucinante…

-Bueno, me saco esto para fuera vale – dije a la vez que apartaba mi mirada de la suya y cogía la primera fuente de comida que vi en la encimera. Cuanto antes saliera de aquí, mejor.

-Bella – me llamo - me alegra mucho que seas feliz…

-Ya… - eso fue lo último que mis labios fueron capaces de expresar, antes de dirigirme camino hacía el comedor.

Increíble, no tenía palabras para lo que acaba de ocurrir en esa cocina. ¿Era así como tenía que ser nuestra primera conversación?, joder, ¿dónde estaban los perdones?, vale que ahora mismo estuviera de más un ramo de rosas o cualquier cosa similar pero… ¡una disculpa!…, era lo mínimo ¿no?...

Da igual Bella, a ti que te importa ya, no debe importarte nada, has venido con la idea de pasar página ¿no?, pues él acaba de ponértelo más fácil. Si pero aún así…, jode.

-¡Ya era hora! – grito mi futuro cuñado, una vez me adentre en el comedor.

Edward se giro para mirarme, y de nuevo esa sonrisa se dibujo en su rostro, y yo con una fuente de comida sobre mis manos, y en tacones…

-¿De que habláis? – pregunte mientras colocaba torpemente la comida sobre el mantel negro de la mesa de cristal.

-Edward nos estaba contando una pequeña anécdota con Brinquis – respondió Emmett.

-Mi planta, ¿qué tiene que ver mi planta con vosotros? – pregunte a la vez que me sentaba al lado de la única persona, capaz de hacerme olvidar lo ocurrido hacía unos minutos…, y de recordarte otras…

-Bueno, tu hermana se ha puesto a comentar alguna de las manías que teníais de pequeñas, y….hablo de paty… - rio Edward, a la vez que llevaba la copa de vino hasta sus labios…, esos labios… Bella, Bella, Bella…

-¿Paty? – pregunte extrañada.

-¿No la recuerdas Bella? Nuestra tortuga, la que teníamos cuando vivíamos en Forks…

-¡Paty!… - dios mío, como podía acordarse de eso, teníamos… siete y cinco años respectivamente, como podía acordarse de…

Un momento…, mi tortuguita… pobrecita mía.

-Por su cara algo me dice que ya ha recordado – susurro Emmett entre risas.

Para no recordar, Paty era mi mascota preferida, hay niñas que crecen con el deseo de tener un perro, pero yo, algo rara ya desde esa edad, quería una tortuga, y la tuve, una preciosa por cierto, con manchas naranjas sobre su cabeza y un caparazón de distintas tonalidades de color verde. La adoraba, recuerdo llegar siempre a casa y jugar a pasarla entre mis manos, pero un día, no estaba….

-Ella se entero años más tarde de lo ocurrido – escuche decir a Rose.

-¿Nunca lo intuiste? – pregunto Emmett.

-¿Que las ruedas del coche de mi padre la habían matado?, no… Y menos cuando mi madre me daba comida para que se la diera – y con esa infancia tan traumática, querían que yo fuera normal.

Jasper no tardo mucho más en aparecer con el resto de la comida sobre sus manos, algo que hizo a Emmett alegrarse más de la cuenta, y a mí, recordar sus palabras minutos atrás.

Por suerte, hay estaba Edward para hacer que me olvidara de todo nuevamente.

La cena transcurrió entre risas y recuerdos, anécdotas de Emmett y Jasper, algún que otro recuerdo de cuando Rose y yo vivíamos en Forks, pero si algo brillo por su ausencia, fueron los momentos en los que Jasper y yo estuvimos juntos. Nada, ni una sola palabra, ni por su parte, ni por la de mi hermana, y como era de esperar, mucho menos mía. Nada, era como si todos esos años juntos, no hubieran pasado.

¿Por que yo no podía ser como él? Una de dos, o todo se le había olvidado, o había conseguido enterrar esos recuerdos en algún rincón de su mente. Que envidia, yo también quería poder hacerlo, no se, quizás había algún tipo de maquina que hacía eso por ti, te conectan a ella, tu les dices que quieres olvidar, y listo, todo borrado en lo que se tarda en apretar un botón.

-Y cuéntanos Jas, ¿contamos con los australianos para ampliarnos en el mercado? – pregunto Emmett, una vez terminado el postre.

-No eras tu el que renegaba de la empresa – le dijo Rose.

-Bueno, que no me interese nada de Swan&Hale, no significa que no me interese por el patrimonio de mi padre – respondió.

-Estate tranquilo. Puedo asegurarte que ya son nuestros – respondió un confiado Jasper. Dios, me había olvidado de lo presuntuoso que podía llegar a ser algunas veces.

-¿A que os dedicáis exactamente? – pregunto Edward de pronto.

-¿No te lo ha contado Bella? – pregunto mi hermana. ¿Yo?

-Aún estamos en…otra fase – respondió éste rápidamente, enredando sus dedos de forma traviesa entre mi pelo.

No tuve bastante con el beso, ni con las miradas, ni con las ligeras caricias durante la cena, que ahora, esto…

-Bueno, digamos que Swan&Hale es una de las empresas mas importantes de todo Washington. Ésta se encarga de hacerles el trabajo sucio a las multinacionales, contabilidad, asesoramiento, finanzas, inversiones, todo, todo lo que éstas son, se lo deben a la empresa de nuestro padre, bueno, de que aquí el amigo – señalo a Jasper - Dos viejos amigos que empezaron desde abajo y ahora míralos, abriéndose terreno internacionalmente – concluyo.

-Bueno, no hubiera sido posible de no ser por ti, el gran economista Jasper Hale, y doctorado por un máster de relaciones internacionales, seguro que ni el mismo se lo cree – añadió Emmett, eso es, dale alas al pollo y verás lo que tarda en salir volando.

-Los australianos son…complicados – dijo Edward.

-Si, pero si sabes bajarte un poco los pantalones, consigues metértelos rápidamente en el bolsillo – contesto el aludido. Creído.

Lo que hubiera dado por ver como se baja los pantalones ante ellos, aunque si el resultado de eso hubiera sido una buena patada en su culo desnudo, mejor…

-Bueno, eso es bueno, te hace ser un pilar importante en la empresa…, asegurarte el puesto – añadió Edward.

-Hombre, su padre es uno de los socios fundadores, raro es que Jasper termine en la calle – habló Emmett. Chico listo.

-Bueno, yo me estoy ganando el sueldo, es decir, mi padre siempre fue una guía inspiradora para mi, por eso seguí su ejemplo y ahora estoy donde estoy. Todo se lo debo a él si, pero, yo he tenido que sudar para llegar hasta aquí – Bingo, aquí tenemos con que ha conseguido olvidarlo todo. Ya sabes Bella, en cuanto vuelvas a Boston te conviertes en un ratón de biblioteca y a olvidar. No, prefiero la maquina, es mas rápida.

-¿Te aburres? – susurro Edward de pronto, haciendo con ello que me girara para encontrarme con sus gemas verdes demasiado cerca de mi…

-Un poco – lo imite.

-Si quieres… ¿nos vamos? – pregunto. ¿Irnos?, ¿él y yo?, ¿juntos?, ¿a dónde?

-No… - ¿No?... ¿No?... 27 años de vida, y cuando tienes al tío más macizorro que tus ojos han visto, dices no – ósea…, estoy bien… - rio ampliamente y yo, yo no pude más que morderme el labio en un intento de que este, no saliera disparado de mi cara y volviera a buscar los suyos.

Vale, vuelve al hilo de la interesante conversación… ¿De que están hablando?...Ah, no puedo concentrarme cuando la mano de Edward se posa tranquilamente sobre mi pierna. ¿Esto estaba en el trato?, a ti que narices te importa ya el trato, si en el fondo estas deseando que siga tan metido en el papel…

Bella céntrate, no puedes pues lo intentas. ¡Ahh!, si miro a Jasper, las ganas de practicar mi tiro al blanco con la copa de cristal aparecen, si miro a Edward, mi mente vuela de mi cuerpo y este cobrara vida por si mismo, y con suerte, lo mínimo que hare será agarrarlo de esa corbata y tirarlo encima mío, y Emmett y Rose…, no, ellos están demasiado cerca de Edward, y mis ojos son muy listos, harán lo contrario a lo que yo les diga.

Concéntrate Bella, concéntrate, recuerda las clases de la universidad, cuando te decían que no había mejor método para aumentar la concentración que fijar la vista en un punto fijo. ¡No!, ese punto fijo no, ese es malo. Eso es, mira frente a ti, ¿ves ese mueble negro de la pared?, ahí hay muchas cosas que te ayudaran a concentrarte…

¿Qué coño?...

-¿Y esa foto? – pregunte en voz alta, haciendo que todos se callaran y siguieran mi mirada. Genial Bella…



Hay estábamos, mi hermana, mi prima Alice, Jasper y yo, felices…

-¿No te acuerdas de ese día Bella? – pregunto mi hermana.

Claro que me acuerdo, como no acordarme si ese fue el día que Jasper me beso por primera vez. Yo tenía diecinueve años, Jasper veinte, y mi hermana y Alice apenas tenían diecisiete.

Siempre íbamos juntos a todos los sitios, éramos un pack de cuatro, donde iba uno, hay estábamos el resto. Y ese día no iba a ser menos. Mi prima amaba la naturaleza, además de adorar la fotografía, así que consiguió convencernos a todos de hacer un viaje de tres horas a las afueras de Seattle, en busca de una buena foto. Y como negarnos, si Alice es la tía más insistente que conozco en este mundo, idea que se le mete en la cabeza, idea que tiene que hacer a toda costa.

A ella fue a quien se le metió entre ceja y ceja que Jasper y yo sentíamos atracción el uno por el otro, y ese día consiguió su mayor propósito, que Jasper me pidiera una cita, a solas… El resto…, el resto ya es historia…

-Lo pasemos bien ese día – dijo Jasper… Si pero… ¿Por qué seguía conservando esa foto?, ¿y porque la tenía colgada ahí a la vista de todo el mundo?

Lo poco que a mi me quedaba ya de él, estaba guardado en una caja bajo mi cama, caja que tenía muy claro tirar en cuanto volviera a Boston.

-Que cara de mañacos que teníais ahí – se mofó Emmett, ganándose la mirada inquisidora de Rose – Tu no mi amor – aclaro rápidamente – Pero ahora…, estáis mucho mejor, menos tu Jas, tu estabas mas guapo cuando la alegría reinaba en tu cara.

-Bueno…eran otro tiempos – se defendió este.

Había cambiado tanto, ya no era el mismo Jasper de antes, ese que me hacía reír con cualquier cosa, ahora, esa imagen de chico despreocupado, e incluso algo alocado, era muy distinta a la que tenia frente a mis ojos…, serio, distinguido… era como estar viendo la viva imagen de mi padre.

-¿Quien es la otra chica? – me pregunto Edward llamando nuevamente mi atención.

-Alice…, es mi prima. Por cierto ¿sigue trabajando para esa editorial? – pregunte a mi hermana.

Hacía años que no sabía nada de ella, lo último, fue que había empezado a trabajar para un periódico como reportera, y que desde entonces viajaba de aquí para allá.

-Si, pero ya la tengo amenazada que como no venga a la boda, no volverá a hacer más fotos en su vida, así que según se, viene mañana – contesto.

-¿Mañana? – pregunto Jasper en un susurro.

-Si, eso me dijo el otro día – dijo sería – Esta deseando verte Bella.

-Y yo a ella – respondí sin que la actitud de mi ex, pasara desapercibida ante mis ojos… Va Bella, que mas da, se habrá ahogado con la corbata – Te encantara conocerla – dije a Edward – Esta un poco loca pero….

-¿Un poco? – me interrumpió Emmett – no, un poco no. Cuñado, Alice es la encarnación de chuky, no te dejes engañar.

-Que exagerado eres – protesto Rose.

-¿Exagerado?, tu no sabes lo que esa tía me hizo hacer una vez.

-O vamos…, no exageres Emmett, fueron cuanto ¿cuatro horas?, y cobraste un buen sueldo – no entendía nada.

-Que cuatro horas… Edward, me hizo posar como modelo para una revista, me tuvo ¡seis horas!, maquillándome, y haciéndole posturitas raras vistiendo solo unos calzoncillos, y hacía un frio que pelaba… ¡Ah!, y si tú a 20 dólares le llamas buen sueldo…

-Bueno, hay cosas peores – rio Edward.

-¿Peores?..., deja que ella te vea, y verás si hay o no cosas peores…

-Voy, voy a la cocina un momento – susurro Jasper levantándose.

-¿Y a este?

-No se… - respondió Rose.

-Si tu prima me hace posar antes ella, ¿qué se supone que tengo que decirle? – me susurro Edward, mientras mi hermana y mi cuñado seguían hablando de chuky…

-No creo que te haga hacer eso – reí.

-Por si acaso de preparo. ¿Cómo estas? – pregunto algo más serio, volviendo a atrapar mi mano entre sus dedos.

-Tranquila, sigo sin tener nada claro pero…, estoy tranquila.

-No le des más vueltas a las cosas – susurro.

-Ojala fuera tan fácil.

-Conozco un método para liberar tensiones.

-Si… ¿Cuál? – susurre como una tonta fijándome en sus labios.

-Puede que luego te lo enseñe – dijo antes de apartar su mirada de la mía y dejarme completamente más loca aún, de lo que ya lo estaba.

¿Eso ha sido una insinuación?... ¿Qué ha querido decir con…eso?... Liberar tensiones…
-¡Bella!

-¿Qué? – grite volviendo en si tras el grito de mi hermana.

-Dicen de ir a tomar algo por ahí, ¿te apetece?

-Eh…me, me da lo mismo.

-¿Eres igual de confusa para todo? – pregunto Emmett.

-Bueno, depende de según que cosas – respondió Edward mirándome con esa sonrisa…

¿Según que cosas?....

Confusión, incapacidad para pensar con claridad… Bien, ahora lo entiendo, la confusión se llama Edward.