Vale, mala semana sumada a grandes dudas sobre este capítulo. No se si será lo que esperáis. Si lo que esperáis es una continuación del último capítulo, es decir, las reacciones de Robert a las palabras de Kristen y demás, ya os digo que no es así, el porque, creo que quedo bastante claro cual era la respuesta de Robert, si lo que tanto quería ya lo tenía…
El capítulo de hoy quiero dedicárselo a m&m, que aunque se que es probable que esto no lo lea aún, a ella aún le queda muchoooo…que pasar con la historia jeje, se que cuando llegue a este punto lo vera…, nada cielo te mando mucha fuerza cariño, verás como todo vuelve a estar bien, e hínchate a bailar sevillanas ;p
Capítulo… ¿de Transición?...jejej…disfrutarlo pervertidillas…
CAPÍTULO LII – 4 de Julio
Robert
Aquella mañana de Julio, el sol entraba con fuerza por las amplias puertas correderas que daban a la terraza de la habitación. Solo la suave brisa del mar, refrescaba un poco el ambiente. A mi lado estaba ella, aquella niña que tan loco me volvía desde hacía más de un año, aquella por la que había llorado y reído en más de una ocasión, aquella que hacía quince días me había echo el hombre más feliz de la tierra.
Si… solo quiero ser yo la que llene ese hueco, en quién pienses cuando te acuestes y cuando te levantes, a quién llames para desahogarte, contarle tus penas, o gritarle…, eso da igual…Solo yo…solo tu….
Solo los dos…, sin miedos…, sin falsas promesas…, solo ella y yo…por fin…
Gire mi cabeza, la cual mantenía apoyada en el cabezal de la cama, y comencé a observarla. Su espalda desnuda me hizo sonreír ante el recuerdo de su falta de ropa…El tacto de su suave piel bajo mis manos, los sonidos roncos de su voz mientras me susurra al oído lo que le hacía sentir con cada uno de los vaivenes de mis caderas, con cada una de mis entradas en su ser…
No me resistí, mi mano fue a parar al comienzo de su espalda y con dos de mis dedos trace el camino de esta hasta que estos se toparon con la fina sabana de seda. Volví a ascender por toda ella lentamente, sintiendo como se estremecía ligeramente con el caminar de mis dedos, así hasta llegar nuevamente al comienzo de su espalda.
Otra sonrisa volvió a surcarse en mi cara cuando vi que sus omoplatos no eran indiferentes a mis caricias. Volví a ascender por toda ella pero ahora de manera más pausada, disfrutando así de las sensaciones que provocaban mis dedos al contacto con su piel. Nunca me cansaría de ella. No se como pude creer que lo haría…, no se en que momento llegue a creerme que conseguiría ser inmune a ella.
Sin dejar un instante de acariciar su desnudez, me acomode en la cama, quedando de manera ladeada, y clavando el codo de mi brazo libre sobre el colchón, recosté mi cabeza sobre la palma de mi mano para así tener una mejor visión de sus reacciones. Podía pasarme así el resto de las horas que nos quedaban de estar juntos antes de volvernos a separar, ya lo hice los días que estuvo conmigo en Nueva York, nada me impedía volverlo a hacer ahora.
Hice a un lado su corto cabello y centre mis delicadas caricias en su cuello, mientras recordaba el momento vivido hacía unas horas, cuando la sorprendí esperándola en su casa. Ella no esperaba encontrarme allí, la verdad que yo tampoco esperaba estar ahí. Habíamos quedado en vernos dentro de una semana más pero, gracias a las horas extras que pasaba en el set o a que mi concentración era mayor, la última semana había adelantado bastante el rodaje, lo suficiente como para tener dos días extras más, sumados al de hoy, el cual era festivo.
Pero su sorpresa fue mayor cuando le susurre al oído que no tenía pensado celebrar el puente en la ciudad, por lo menos no en la de los Ángeles y mucho menos a la vista de cualquiera. Sería egoísta pero mientras durara el corto tiempo de estar a su lado la quería solo para mí, sin interrupciones de ningún tipo, sin tener que escondernos en la profundidad de la ciudad para no ser fotografiados. Solos ella y yo, sin tener que compartirla con nadie más, justo como ella me había pedido.
La punta de mis dedos delinearon el contorno de su oreja hasta llegar al lóbulo de esta y así hasta volver a descender por su cuello llegando a la zona marcada por el hueso de su clavícula. No me detuve, seguí recorriendo la parte trasera de esta llegando a acariciar su otro hombro, aquel que ya estaba rozando con mi ante brazo. Su piel era tan cálida, tan suave…, tan jodidamente apetecible, toda ella era mi mayor tentación.
No podía parar de tocarla, por mucho que su pausada respiración me indicara que estaba durmiendo no podía dejar de hacerlo. Repetí el mismo recorrido marcha atrás, pero ahora mis dedos no acariciaron su oído, sino el hueso escondido tras este. Sentí como su piel se estremeció, lo que me incito a volver a repetir mi gesto. Un suave gemido escapo de sus labios, indicándome con ello que estaba disfrutando. Volví a repetir mi caricia pero ahora no con mis dedos sino con mi lengua. Pude ver como ella sonrió en respuesta. Bese el hueco donde comenzaba su mandíbula y otro gemido emanó de su boca.
Sus ojos permanecían cerrados mientras mi boca sustituía mis dedos en la función de acariciar su cuello. Lentamente fui bajando por el lateral de este perdiéndome en su aroma, recorriendo cada milímetro de esa zona, así hasta llegar a la cavidad donde empezaba su clavícula. Otro gemido un tanto más sonoro volvió a escaparse de sus labios seguido de una ligera sonrisa…
-Y yo creyendo que dormías – susurre antes de besar su hombro para comenzar a bajar por su espalda.
-Quién te dice que no lo este – contesto débilmente haciéndome reír sobre el hueso de su espalda.
-Entonces…no te molesta que haga esto ¿verdad? – pregunte antes de empezar a recorrer parte de su espalda con mi lengua.
-¿Umm?...no…para nada… - jadeo mientras mi lengua trazaba círculos por ella.
Continué bajando por su espalda, sintiendo como su respiración poco a poco se iba agitando, sintiendo su vello rozar en mis mejillas. Solo este gesto basto para comenzar a excitarme, para desear con más ganas retomar todo el tiempo perdido, para volver a perderme dentro de ella.
Mi barbilla se topo con el principio de la sabana, la cual seguía cubriendo la mitad de su cuerpo. La maldije internamente mientras la apartaba con una de mis manos, la maldije por hacerme perder unos segundos, segundos valiosos que no quería perder con tonterías, segundos que quería perder degustándome con ella.
Contemple su cuerpo semidesnudo una vez me erguí sobre su silueta para colocarme de tal forma que toda ella quedara entre mis piernas. Mordí mi labio ante semejante visión. Toda ella era perfecta. Sus brazos, los cuales permanecían intactos sobre la almohada a la altura de su cabeza, su fino y apetecible cuello, el cual parecía clamar a gritos ser mordido, su espalda seguida del comienzo y fin de su delgada cintura, su trasero oculto a medias por el delicado encaje de su ropa interior.
Volví a apresar mi labio entre mis dientes cuando mis manos acariciaron la redondez de este. Inmejorable, esa era la palabra que lo describía. Duro, echo a la medida de mis manos. Perfecto.
-¿Disfrutas? – pregunto aún con los ojos cerrados, mientras yo seguía masajeando su parte trasera.
-Mmmm…Disfrutaría más si no llevaras esto – conteste introduciendo mis dedos entre el encaje de la lencería – Son bonitas pero molestas – susurre tirando levemente de estas.
-Son muy cómodas….
-No lo dudo, solo que no están donde deberían estar – afirme mientras enredaba la prenda entre mis dedos con una clara intención.
-Y donde deberían…..estar – pregunto tarde, pues sus bragas yacían donde debían estar desde un principio, alejadas de su cuerpo.
-Si de verdad piensas que voy a dejarte dormir… - dije acercando mi boca nuevamente hacía su cuello - entonces te equivocas – susurre en su oído después de rozarlo con la punta de mi lengua - Date la vuelta – demande con firmeza volviendo a incorporarme sobre mis rodillas.
Abrió sus ojos ante mi demanda y una sonrisa maliciosa surco su rostro. Fijo su mirada en la mía y sin apartarla un instante comenzó a darse la vuelta. Jadee ante tal visión. Ver como lentamente iba girándose hacía mí, como su espalda iba perdiéndose de mi vista para dar paso a su busto desnudo, como sus caderas se giraban enseñándome su ser más preciado, toda ella en su conjunto simplemente era algo que me superaba, algo que me provocaba demasiado.
-Perfecta…
Lleve una de mis manos hasta la redondez de sus pequeños pero gloriosos senos. Con mis dedos dibuje la forma de uno de ellos, acariciando la piel que los envolvía. La palma de mi mano rozo su pezón sintiendo como este se endurecía aún más con mi tacto. Sonreí al sentirla estremecer cuando mi otra mano repitió la misma caricia en su otro seno.
Continué un rato más jugando con sus erguidos pezones, me encantaba ser el causante de los sonidos que emanaban de sus labios. Mis dedos continuaron bajando por su estomago, formando círculos sobre la piel de sus costillas, así hasta llegar a su ombligo.
Sentía como la tela elástica de mis calzoncillos iba cediendo por momentos, presionando así más mi excitación, pero no fue hasta que note su pie jugando con mi dureza cuando no desee arrancarme la molesta prenda. Gemí sonoramente ante la perfecta visión que me dio de su sexo al tener su pierna sobre mí. Volví a apresar nuevamente mi labio entre mis dientes al sentir como los dedos de su pie intentaban introducirse por el elástico de mi slip.
Una de mis manos voló hasta la parte trasera de su pierna, la cual seguía flexionada en el aire acariciando mi entrepierna, con la excusa de sostenerla pues no deseaba que dejara de hacer lo que tan gloriosamente bien estaba haciendo. Mis dedos recorrían su largura, desde la cara interna de su muslo hasta la zona de su gemelo, apretando, formando figuras por su piel, marcando los dedos a mi paso.
Mi otra mano, la que continuaba dibujando la parte de su vientre, comenzó a descender por este hasta llegar a rozar levemente su humedad. En un acto reflejo, Kristen llevo sus manos hacía su cintura, la cual comenzó a acariciar mientras yo me centraba en el punto exacto de su excitación.
Estaba tan mojada…, tan húmeda, tan dispuesta a mi.
Dos de mis dedos comenzaron a trazar formas circulares por su sexo, girando al unísono de un lado a otro, acariciando y pellizcando sus hinchados labios. No deje de mirarla ni un instante. Uno de mis dedos se enterró en su intimidad a la vez que mi pulgar acariciaba su clítoris. Otro de mis dedos acompaño al primero haciendo con ello que un fuerte gemido se escapara de sus labios.
Era tan jodidamente sensual….
Su boca entreabierta emitiendo gemidos roncos debidos al placer que estaba provocándole con tal solo una de mis manos en su ser, sus ojos, presos de la lujuria del momento, sus manos acariciando toda su extensión.
Mis dedos entraban y salían de ella despacio, suave…, lentamente…, haciendo caso omiso de sus jadeos, jadeos que pedían mas y más. Me encantaba provocarla, aún torturándome a mi mismo con ello me encantaba ser yo él causante de sus ruegos. Continué un rato más recreándome en su interior, sintiendo el calor que emanaba, disfrutando de la textura de sus paredes interiores, las cuales se amoldaban perfectamente a mí.
-Joder Robert… - jadeo al sentir como mis dedos hacían semi círculos de un lado otro en su húmeda estrechez - Por favor – rogó haciéndome sonreír – Por favor – volvió a suplicar…
-No se que quieres…dímelo – pedí “inocente” aumentando ligeramente el ritmo de mis movimientos.
-Umm…disfrutas torturándome… es eso verda-¡ad! – dijo entrecortadamente apretando fuertemente su pie contra mi más que duro miembro.
-Dime que quieres – lo sabía, su excitación ya hablaba por si sola, pero quería oírlo de su boca…
-Más…más….y a ti…a ti dentro de mí…por… - no deje que terminara de hablar, me recosté sobre ella buscando silenciar sus labios.
Mi lengua se abrió paso bruscamente entre sus labios, acallando con ello un fuerte gemido. Su lengua se enredó de manera simultánea con la mía, haciéndome sentir su sabor, ese sabor que solo ella poseía. A medida que crecía nuestra necesidad de respirar también lo hacían las ganas y el deseo. Continué bombardeando su interior de forma más frenética según aumentaban los jadeos silenciados en la unión de nuestros labios.
-Es esto lo que quieres ¿eh? – jadee en su boca aumentando el ritmo de las entradas y salidas de mis dedos en su ser, perdiéndome en el sonido de sus gemidos, apretando con fiereza su cadera con la mano que no jugaba con su excitación.
Ella solo gemía palabras incomprensibles, palabras que me hacían acariciarla con mayor frenesí. Sus uñas se clavaban con mayor fuerza en mi espalda a medida que sentía su interior palpitar.
Y entonces, la sentí explotar…
Mis dedos de mojaron con su esencia mientras sus dientes apresaban fuertemente mi labio, reprimiendo en el lo sentido en ese momento. Acaricie su cara sin salir aun de ella, bese levemente sus labios y comencé a descender por su cuerpo, rozando mi nariz después de besar cada zona de su cuerpo.
Sentía como volvía a estremecerse a medida que iba bajando por sus curvas…, su cuerpo palpitante intentando recobrar el ritmo habitual de su respiración. Salí de ella una vez llegue a su centro. Lamí mis dedos embriagándome con su sabor para después beber de los jugos de su interior. Paseé mi lengua delicadamente por todo su interior, haciendo que con ello sus caderas se arquearan levemente hacía arriba. Me aleje escasos centímetros, los suficientes para ver como ella no era indiferente a ese alejamiento, como se retorcía mientras mi aliento acariciaba su sensible zona.
No sabía de donde estaba sacando tanta paciencia. Su olor me embriaga haciendo que fuertes punzadas se asentaran sobre mi miembro, el cual gritaba ser liberado de la presión ejercida por la tela elástica de mis boxers. Respire hondo antes de volver a acercar mis labios sobre ella, pidiendo que ese gesto calmara mi palpitante excitación pues…, hoy quería amarla como nunca había echo, como soñaba hacer cada noche cuando su recuerdo estaba presente en mi mente.
Bese los pliegues de sus inglés mientras mis manos subían y bajaban lentamente por sus piernas. Con mis labios continué acortando el camino hasta volver a toparme con su centro, el cual comencé a recorrer con mi lengua formando círculos alrededor de sus hinchados labios, sintiendo como nuevamente este si iba humedeciendo.
Su exquisito sabor se mezclaba con el mió haciéndome querer más. Mordí sus pliegues para después besarlos y acariciarlos con mi lengua, provocando en ella el aumento de sus gemidos, gemidos que eran mi motor para seguir. Sentí sus manos enredarse en mi pelo cuando mi lengua arrullo el interior de su clítoris, primero rozándolo levemente, para después penetrarlo y bombardearlo con mi músculo.
No la vi venir, de pronto sus dedos asieron con fuerza mi pelo y tirando de el, consiguió alejarme de sus labios inferiores para sustituirlos por otros más suaves y carnosos que con desesperación comenzaron a devorarme mientras sus manos bajaban por mi torso hasta llegar a mi entre pierna, así hasta colarse por esta y acariciar con anhelo mi miembro, el cual sentía más duro por momentos.
Perdí la noción de lo que estaba haciendo cuando sentí su calido aliento en la punta de mi pene, justo segundos antes de ver como este se perdía por la cavidad de su boca y era apresado con su lengua, haciendo con ello que ahora fuera yo el que jadeara, preso de la locura.
El placer me invadía con cada uno de sus lametazos.
Mi mente se turbaba con cada uno de los roces de sus dientes en mi piel, con cada una de las presiones que tan jodidamente bien ejercía su boca sobre el extremo de mi excitación. No me pude resistir, eleve mis caderas en un intento de intensificar el momento, a la vez que mi mano volaba hasta su pelo y mis dedos se enredaban por este, animándola con ello a que siguiera, a que no parara ni un instante.
Gemí sonoramente cuando una de sus manos acarició mis testículos, primero suavemente, consiguiendo erizar toda mi piel con ello, para después presionarlos con algo mas de fuerza haciendo que mi mano libre se aferrara fuertemente a las sabanas, de la ya más que desecha cama.
-Te gusta ¿verdad? – susurro sobre la punta de mi pene, el cual ya no estaba donde este ahora mismo quería estar.
-Kris-sss…. – jadee pidiéndole clemencia, ya no aguantaba ni un instante más.
-No se que quieres….dímelo – repitió mis palabras antes de que su lengua comenzara a recorrer toda mi extensión, la cual comenzó a palpitar de dolor.
-Joder… - gemí antes de morder mi labio….
-Dímelo… - dijo mirándome fijamente a la vez que sonreía de manera triunfal mientras su mano subía y bajaba, apretando por momentos toda mi dureza.
No lo pensé, no aguantaba un instante más. Apoye una de mis piernas en el suelo, mientras me sentaba sobre la cama, y agarrándola fuertemente por sus nalgas, la aferre a mi cintura, cargando su peso en mis brazos, para así poder levantarme con ella. Necesitaba estar dentro de ella ya, descargar todo lo que sus caricias habían terminado de sobre excitarme.
Sus risas, se mezclaron con mis jadeos haciendo eco en mi garganta mientras caminaba con ella en brazos hacia el primer sitio donde tuviera acceso a hacerla mía. Podía haberlo hecho en la cama, podía haberla tomado en el mismo momento que acople su cuerpo en mi cintura, saciando de esa forma mí mas que desesperante necesidad pero…, era tal mi deseo de ella, mis ganas de sentirla vibrar, que cuanto mayor fuera el acceso a ella, mayor la intensidad.
Otro jadeo resonó de su boca cuando su cuerpo choco contra la cómoda de la habitación. Nuestras respiraciones se mezclaban convirtiéndose en una, una vez rompí el beso, a la vez que mis manos se posicionaban sobre sus caderas, las cuales yacían sobre el filo de la mesa. Me aleje de sus labios aún con la respiración entre cortada y acercando mi cuerpo lo necesario la penetre de golpe, sin previo aviso, haciéndonos gemir a los dos.
Poco a poco, sus cada vez más fuertes gemidos comenzaron a llenar la habitación a medida que mis embestidas iban en aumento. Sus uñas se clavaban con fuerza en mi espalda a la vez que su cabeza descansaba sobre mi pecho, acariciándome esa zona con su calido aliento. Yo entre tanto me aferraba con fuerza a sus caderas mientras los jadeos se escapaban solos de mis labios. Se sentía tan bien el estar dentro de ella. Estaba tan húmeda, tan excitada, era tan fácil entrar y salir de ella, cada vez con mayor facilidad.
De pronto sus manos vagaron por mi espalda y se colocaron sobre mi trasero, el cual sentí apretar con sus dedos, pegándome así más a su cuerpo, haciendo con ello que cada una de mis estocadas fueran más y más profundas. Siguió apretándome contra ella, cuando arqueo su espalda ligeramente hacía atrás, dándome una perfecta visión de su pecho, el cual subía y bajaba agitadamente mientras mis manos levantaban levemente sus caderas hacía arriba, dándonos así, mayor placer a ambos.
Sin cesar mis movimientos, mi boca busco a tientas la suya, penetrándola con mi lengua una vez la tuve cerca, a la misma vez que hacía otra parte de mi cuerpo con su interior. Nuestras lenguas batallaban frenéticamente, acallando los jadeos con su lucha propia, mientras sentí como su sexo se iba contrayendo alrededor del mió, aumentando con ello el placer de cada una de las embestidas. Mordió mi labio mientras la sentía temblar bajo mi agarre a la vez que su sexo comenzó a palpitar indicándome su llegada al clímax.
Aminore el ritmo de las entradas y salidas en su ser, quería llevarla al máximo de la excitación pero a ese ritmo no podía seguir, pues ya iba sintiendo como las sensaciones del orgasmo comenzaban a flaquear mis piernas. Agarro mi cara con sus manos y me penetro con la mirada mientras su respiración se colaba por todo mí ser, mientras la penetraba cada vez mas lentamente, mientras sentía como la humedad volvía a hacerse patente en toda su cavidad.
Una loca idea cruzo mi cabeza, la cual estaba totalmente extasiada producto de la gran excitación. Sin salir de ella, volví a cargarla entre mis brazos, y comencé a caminar, sintiendo como se intensificaban los roces de mi pene en su interior, roces que me indicaban que estallaría de un momento a otro, como no me liberara pronto.
Salí de su interior provocando la disconformidad en ambos, aunque yo tenía muy claro no estar mucho tiempo fuera de ella. Le indique que se acostara sobre la calida madera que recubría el suelo de la habitación mientras yo me colocaba de rodillas entre sus piernas, las cuales ya estaban abiertas esperándome. Alce sus piernas bajo su mirada de incertidumbre, elevando una de estas hasta mi hombro y aferrando la otra a mi cintura, la cual rápidamente se envolvió a mí alrededor. Lleve mis manos por debajo de sus caderas, impulsándolas hacia arriba, colocando así su sexo a la altura del mió y sin esperar nada más, volví a penetrarla de golpe.
-¡Joder!... – gimió fuertemente al sentirme.
-Si….joder…. – gemí yo al salir y volver a entrar lenta, pero profundamente en ella.
Tenerla así, facilitaba mi acceso a ella, facilitaba mis embestidas contra ella, las cuales eran mas hondas e intensas. Mi miembro rozaba exquisitamente con su estrechez, friccionándolo a su paso, intensificando las oleadas de placer. Continué arremetiendo lentamente contra ella, sintiendo como mis caderas chocaban contra su pelvis, mientras mis ojos no perdían detalle de sus gestos.
Veía como su espalda se deslizaba por el suave suelo de madera con cada una de mis embestidas. Su cara, empapada en sudor, brillaba por el rubor de sus mejillas. Las venas de su cuello, perfectamente visibles, se marcaban en su piel cada vez que lo arqueaba, presa de las sensaciones de placer, placer que sentía culminar de un momento a otro.
Bese la piel de su tobillo sin dejar de mirarla ni un instante, sin perderme un solo detalle de los gestos de su cara. Cada nueva embestida provocaba que sus ojos se cerrasen y que sus labios se entreabrieran emitiendo un nuevo gemido.
Volví a salir de ella lentamente sintiendo como las palpitaciones se hacían presentes en mí más que hinchado miembro. Una nueva entrada más valió para que parara mis movimientos, y entonces…todo se intensifico. Sentí la culminación del clímax mientras, tembloroso, me recostaba sobre su cuerpo, mezclando así su sudor en el mío, sintiendo como terminábamos de fusionarnos en uno.
Rozo sus labios con los míos, haciendo una la respiración de ambos, antes de comenzar a acariciar mi cara con sus dedos. Abrí mis ojos tras sentir cesar las palpitaciones de mi miembro y me encontré con el verde de sus ojos, ojos que no dejaban de mirarme fijamente mientras su mano acariciaba suavemente mi mejilla.
-Te amo…lo sabes ¿verdad? – susurro en mi boca antes de besarla dulcemente, beso que dejaba claro todo lo que sentía por ella, todo el amor y admiración que le procesaba.
Apoye mi frente en la suya cuando nuestros labios se separaron, a la vez que con mis brazos, pegue su cuerpo al mió, imposibilitando la entrada de aire entre ellos…, si tenia que quedarme así las horas que nos quedaban de estar juntos, lo haría. Si pudiera parar el tiempo y quedarme así siempre, no dudaría…, lo haría.
Quien no quisiera despertar así todas las mañanas ¿Verdad?,…., no os quejareis que os acabáis de leer ocho páginas de Word….;p….Besos…
Publicado por
Almu
en
19:16