ACTUALIZACIONES DEL BLOG

CAPÍTULO XLII

Haber…, se que no lo hacéis a mal ni nada, o eso espero, pero sino actualizo antes es porque no puedo, no porque no quiera, estoy de exámenes y estos requieren toda mi atención, si me pedís actualización constantemente, lo único que conseguís es ponerme mas nerviosa y cuando me siento a escribir no lo consigo porque estoy presionada vale. Haber, entiendo que os encantaría tener un capítulo diario o por lo menos más a menudo, pero ahora mismo es lo que hay ok…, vosotras os leéis en 15 minutos lo que yo tardo en escribir horas…así que espero que me entendáis…, porque tener dos exámenes seguidos a la semana que viene y estar aquí escribiendo, no es fácil….



CAPÍTULO XLII – Por Más Días Como Este


Kristen



-Haber porque tanto se...cre...tis...mo…… ¡¿Robert?!.... – pregunte emocionada sintiendo como mis ojos se abrían en exceso para contemplar la gran sala que tenía delante de mí.

-Parece una casa, más bien un duplex, pero no es mía ni nada de eso, la he alquilado para estar aquí el tiempo que nos quede – contesto nervioso, mientras yo miraba todo con una sonrisa en mis labios.

-Es preciosa.

-Bueno, es distinta a todos los hoteles donde hemos estado, no se, tiene aspecto de algo más que una simple habitación es como más…

-Hogareño – dije interrumpiéndole mientras me acercaba a él para besarlo – me encanta – respondí sin dejar de mirarlo mientras mis manos se perdían entre sus ropas por su espalda.

-No se porque pero cuando la vi me recordó al día en el que nos conocimos, la casa de Cath era muy parecida a esto y tu estabas sentada en un sofá como ese, apoyada sobre tus piernas mientras leías el guión.

-Y tú entraste por una puerta como esta, dispuesto a poner todo mi mundo patas arriba –exprese antes de volver a juntar mis labios con los suyos.


-Tu casa de Oregón también se parecía un poco a esta.

-Dios…mi casa, ¿recuerdas de la primera noche que fuiste?, que pocas ganas tenías de trabajar ese día jeje…

-Y te acuerdas de cómo acabamos hablando de todo menos del guión?

-Si, madre mía…, se nos hizo de día solo hablando, ahora recuerdo porque el vecino se quedo mirándome espantado cuando te fuiste en la mañana, seguro llevaría una cara horrible.

-No, no estabas horrible – sonrió mientras acariciaba mis mejillas con sus pulgares.

-Si lo estaba, pero da igual – conteste acurrucándome sobre su pecho.

-Que no, ¿no me crees?...mírate – dijo señalando con su cabeza hacia las escaleras.

-Donde quieres que…me mire – respondí confundida siguiendo su mirada.

-Ve…yo te sigo…


Desconcertada, me separe de él y comencé a andar por toda la largura del comedor con el fin de llegar hasta donde me había indicado que debía ir. A medida que me iba acercando a los pies de la escalera, fui distinguiendo como lo que parecía ser una foto, estaba sujetada de un post-it amarillo que decía “esta fue la primera sonrisa que te gane”, y justo abajo una foto de ese primer día en el que supuestamente íbamos a trabajar. Estábamos los dos sentados en el suelo con el sofá a nuestras espaldas, él con pose de sonrisa fingida y exagerada enseñando sus colmillos mientras yo me reía a carcajada abierta de él.


-No sabía que tu…tuvieras esta foto – dije cogiendola entre mis manos sin dejar de observar nuestra aptitud. Sin querer uno de mis dedos contorneo la imagen recordando ese momento mientras una lagrima traicionera descendía por mi mejilla.

-Tengo muchas más – contesto apagando las luces del gran salón y dejando solo aquellas que iluminaban la larga escalera.


La pared que ascendía por estas, estaba repleta de más post-it que acompañaban fotos que ni siquiera recordaba. “El primer día que rodamos juntos”, ambos vestíamos acorde con nuestros personajes, él me sonreía mientras yo fruncía el ceño mirando a la cámara, “el nacimiento de Rob&Kris, nuestra segunda profesión”, cabrón, ese fue el nombre que nos puso como banda musical el último día de rodaje, ni recordaba esta foto en la que yo tocaba su guitarra mientras él con el mando de la televisión, improvisaba un micrófono con el que cantaba, “lo efectos del alcohol”, vaya par de borrachos parecíamos esa noche en la que empecé a mirar la cerveza con otros ojos, “la gran sorpresa”, joder…que ilusión me hizo su regalo, jamás espere un regalo por su parte y menos que este fuera una guitarra….


Y así innumerables fotos que resumían el año y medio que hacía que lo conocía, momentos que ni recordaba como la noche en la que le dio por pintarme la cara con un rotulador, causando así las risas de todos los compañeros u otros que tenía bien presentes como el de mi último cumpleaños. Todas tenían algo en común, en todas estábamos él y yo, y en las que no, mis gestos se debían a algo provocado por él, un gesto, una sonrisa, alguna tontería, momentos que me hacían tener más claro aún lo importante que fue siempre para mi desde que lo conocí, lo mucho que me había ayudado cada vez que lo había necesitado, pero también, lo ilusa que fui, al no darme cuenta antes.


Para cuando llegue a la última foto, mis ojos estaban envueltos en lagrimas, emocionada la cogí de la puerta a la vez que intentaba con la palma de mi mano deshacerme de la incomoda humedad de mis ojos…él y yo, abrazados en la cama de Italia, aquella que había sido testigo de nuestros sentimientos durante toda nuestra estancia, y detrás de ella una nota que decía “por más despertares como este”.


-Ojala – susurre sin dejar de mirar la foto ya manchada por mi emoción.

-Son…todas para ti – susurro a mi espalda, ni siquiera me había dado cuenta de que estaba.

-No pensaba dejarlas aquí – conteste dándome la vuelta para ver su imagen cabizbaja con sus manos enterradas en los bolsillos del pantalón – gracias….gracias, gracias, gracias – no pude reprimirme y me lance sobre él, abrazándolo fuertemente, sintiendo como sus manos se envolvían por mi cintura y me apresaban más a él mientras las lagrimas vagaban por mi rostro sin consuelo.

-No tienes que dármelas – contesto besando infinitas veces mi cabeza, la cual tenia recostada sobre su pecho, sintiendo su agitada respiración.

-Dios…parezco una tonta…. – dije separándome de él para limpiar mi cara.

-Shusss, no lo eres…no eres una tonta – respondió pasando sus dedos por mi cara – bueno…hay algo más pero si te vas a poner así… no se si enseñártelo – continuo hablando con su sonrisa ladeada.

-Calla! – grite golpeando levemente su hombro - es tu culpa si me pongo así…, enséñame lo que falta.

-Tras esa puerta – respondió señalando la puerta donde instantes antes estaba la última de las fotos.


Decidida, aunque en parte un poco temerosa por no saber que podría encontrarme, gire el picaporte metalizado y, tras empujar la madera, me encontré con un gran baño iluminado en su totalidad por distintos tipos de velas, que marcaban el camino hasta una enorme bañera, también bordeada con velas.


Boquiabierta, camine por el recorrido marcado hasta encontrarme con algo que me dejo más sorprendida de lo que ya estaba…

-No me digas que eso es…

-Champán.

-Estas…, loco – grite girándome para toparme con sus brazos, los cuales me alzaron en peso, dejando nuestros cuerpos totalmente pegados.

-Por ti – respondió besando dulcemente mis labios a la vez que sus manos se introducían por mi falda, con el fin de deshacerse del vestido, mientras yo, ceñida fuertemente a su cintura con mis piernas, hacía lo propio con su chaqueta, la cual salio volando, seguida de mi vestido, su camisa, las fotos…todo…todo iba cayendo mientras sentía como iba introduciéndome dentro del frió vino.


Sin dejar de besarnos, me aferre fuertemente a él, para que se introdujera conmigo en la amplia bañera, no me importaba que él siguiera vestido de cintura para abajo, no importaba que yo aún llevara puesta mi ropa interior, eso no eran más que pequeños inconvenientes, inconvenientes de los cuales fuimos deshaciéndonos entre risas y caricias hasta quedar desprotegidos, quedándonos el champán como único abrigo.


Sentada encima de él, fui sintiendo como lentamente entraba en mí, como mis paredes se iban abriendo dando paso a su miembro para comenzar a darme el mayor de los placeres. Con mis manos apoyadas en sus hombros, comencé a mover mi pelvis de manera circular, dándonos así un mayor placer a ambos, a la vez que ascendía y descendía por toda su extensión.


Los movimientos lentos y acompasados fueron quedando atrás para dar paso a otros más fuertes y profundos, movimientos que iban elevando la temperatura de nuestros cuerpos así como acrecentando el volumen de nuestros jadeos, jadeos que acabaron ahogados en nuestras bocas, una vez todo explotó.


Apoyada sobre él, sentía como mi cuerpo poco a poco se iba relajando mientras el silencio nos envolvía. Y fue ahí, sintiendo su abrazo a la vez que su boca regalaba dulces besos en mi frente, cuando me di cuenta que así era como quería estar siempre, me daba igual si era en una bañera llena del champán más caro, en uno de los hoteles de la gran ciudad o en la casa más pobre del mundo, lo único que me hacía falta era estar con él, tenerlo a él, nada más me importaba.


-Te amo – dije alzando mi cara para mirarlo fijamente a los ojos.

-Te amo – respondió con una sonrisa en sus labios.

-Voy a echarte de menos todos los días, todos y cada uno de los días.

-Y yo.

-Eso espero jeje, no te vas a librar de mi cuando vuelvas quiero que lo sepas – abrió sus ojos expectantes por mis palabras – aún queda mucho champán que derramar.

-Entonces guardamos este para cuando vuelva.

-Tu estas mal?, ahora mismo esto ya no solo lleva alcohol, ¿que quieres que germine todo y salgan nuevas especies?

-Las adoptamos.

-Hombre…, tus genes llevarían, eso seguro.

-Calla…no me apetece tener pesadillas esta noche.

-Es que piensas dormir? – insinué picaramente antes de besarlo y dar rienda suelta nuevamente a nuestros sentimientos.


Sentimientos que acabaron llevándonos a la cama más próxima que había, donde su boca comenzó a perderse por mi cuerpo, haciendo que me estremeciera al contacto de sus besos.


Lentamente, comenzó a torturarme con sus ya conocidas caricias, las cuales hacían que me arqueara instintivamente buscando más, queriéndolo todo de él, convirtiéndome en una marioneta que quedaba a su merced.


-Robert… - gemí mordiendo mis labios cuando sentí su aliento en mi zona más sensible, aquella que se derretía con tan solo uno de sus gestos. Siguió explorando mi interior con sus dedos mientras su boca se entretenía mordiendo mi cintura, cintura que dejo atrás para centrarse en la piel que envolvía mis caderas.


-Robert…- suplique nuevamente al sentir su húmeda lengua contorneando mi ingle, acercándose al centro de toda mi excitación, excitación que seguía estimulando con sus dedos, los cuales entraban y salían de mí despacio, haciendo círculos, acariciando mi interior…


No tenía ni idea de lo mucho que me estaba matando, mis manos asían con fuerza las sabanas mientras mis caderas se movían pidiendo más, dándole a entender lo que bien él me hacia pedirle. – No puedo más….por favor – implore cuando la punta de su lengua comenzó a rozar mis labios inferiores – por favor – jadee sin apenas voz, cuando esta siguió recorriendo toda mi humedad.


-Me encanta como sabes – murmuro mientras yo me iba perdiendo en las mil y una sensaciones que el contacto de su lengua provocaba en mi piel.


-Ven…por favor…ven…. – necesitaba besarlo, necesitaba abrazarlo, necesitaba sentirlo dentro de mi, pero él no me hizo caso, siguió estimulando mi clítoris hasta conseguir que un nuevo orgasmo me dejara abatida y sin aliento.


-No he podido resistirme, necesitaba probarte otra vez – sentí que me decía. Abrí mis ojos, los cuales aún seguían cerrados producto de la adrenalina del momento anterior, para encontrarme con los suyos, mirándome con expresión de ternura.

-No es justo – murmure pasando una de mis manos por mi rostro a la vez que automáticamente la otra se poso en mi estomago, foco de toda la presión acumulada – no es justo que tu hagas conmigo todo lo que quieras y yo no pueda – continué hablando, ahora si encarándolo.

-Tú ya haces conmigo lo que quieres – respondió acariciando mi mejilla.

-No…, yo no puedo hacer lo mismo que tu…- conteste sentándome en la cama – tu no me dejas acariciarte como quisiera – exprese sentándome sobre él – no me dejas torturarte como tu haces conmigo – bese su cuello tras decir eso – ni probarte – dije un poco avergonzada mirándolo a los ojos.


Vergüenza si, pero cobardía no, él me lo daba todo mientras yo….mientras yo me limitaba a disfrutarlo, y no, no era justo, al igual que él yo también quería verlo sufrir, oír de sus labios como me rogaba más y más, hacerlo gemir de placer….era lo mínimo que quería, lo mínimo que podía darle a él, la única persona que se deshacía por entregarme absolutamente todo.


La expresión de su cara dejo atrás la incertidumbre dando paso a la picardía. Dejándose hacer, me invito a que me degustara con su cuerpo, como muchas otras veces había intentado hacer, como siempre hacía él conmigo. Notaba como su cuerpo se iba relajando mientras yo besaba lentamente su clavícula, degustándome con el sabor que impregnaba su piel. Champán, perfume, tabaco, su aroma, el mío, así sabían los leves mordiscos que comenzaron a agitar su respiración, respiración que sentía cerca de mi oído, respiración que notaba con mi mano, la cual estaba acariciando sus pectorales.


Mi boca bajo al lugar donde se encontraba mi mano, para sustituir a esta en la función de la excitación. Roce con mi lengua la punta de su pezón, para después morderlo suavemente, ganándome así, un gemido de placer por su parte. Mi lengua siguió recorriendo la extensión de su pecho hasta alcanzar su otro pezón para repetir la misma operación que instantes antes.


-Joder – jadeo al sentir el extremo de su pecho apresado entre mis dientes a la vez que lo bordeaba con mi lengua. Mientras yo seguía entreteniéndome con este, una de sus manos empezó a acariciar mi espalda a la vez que la otra hacía lo propio con uno de mis senos, no recuerdo cual de ellos, pues seguía concentrada en mi labor, perdiéndome con su sabor…en sus suaves gemidos.


Comencé a descender con mi boca por su torso, provocando una mayor tensión en su cuerpo, tensión que fue acrecentando al sentir mi aliento en su más que excitado miembro. Mirándolo fijamente a los ojos, empecé a acariciar con mis dedos la punta de su glande, la cual no tardo mucho en humedecer levemente las yemas de mis dedos, yemas que fueron a parar a mi boca, haciendo que Robert apresara su labio inferior con sus dientes.


-Aún no puedo describir a que sabes – dije sonriendo lascivamente, a la vez que mi otra mano jugaba con sus duros testículos consiguiendo que se estremeciera sobre las sabanas.


-Ven… - pidió con voz ronca, al sentir mi mano libre recorrer la extensión de su pene.


-Todavía no… - conteste antes de rozar con mi lengua, la punta de su excitación.


Volví a sonreírle alejando mi boca escasos centímetros de su miembro, mientras mi mano continuaba masturbándolo lentamente, haciendo que en sus ojos se asentara una lujuria mayor a todas las que le había visto. Nuevamente volví a acercar mi boca, acariciando con mi aliento su dureza, gesto que lo hizo alzar su pelvis en busca de más, en busca de aquello que gustosamente quería darle, pero aún no estaba dispuesta a ofrecerle, no hasta oírlo suplicar como yo hacía.


-Kris…no me hagas esto… - pidió cerrando sus ojos mientras volvía a levantar sus caderas en busca de mis labios, los cuales estaban concentrados soplando su virilidad.


-Que no haga que – dije mordiendo levemente su extremo - ¿esto? – pregunte antes de introducirme su duro miembro en la boca, provocando que un fuerte gemido nacido de su garganta en respuesta.


Engullí su miembro hasta sentirlo cerca de mi garganta, mientras el volumen de sus jadeos cada vez era mayor. Apenas tenia practica en esto, pero me sentía toda una profesional, pues a medida que pasaban los minutos, acrecentaba el ritmo de mis caricias, consiguiendo que su excitación fuera mayor, o al menos eso creía, pues el movimiento de sus caderas así me lo hacía saber.


Mis labios seguían girando en torno a el a la vez que intentaba que mi lengua acariciara el máximo posible su cada vez más duro pene, cuando comenzó a jadear mi nombre a la vez que se tensaba, dándome aviso, de lo que estaba por venir. Pero eso no me hizo alejarme ni acobardarme, quería probarlo…sentir su sabor, así que, sin dejar de mirar ninguna de sus expresiones a la vez que acariciaba su estomago con una de mis manos, fui succionando su glande, el cual no tardo en comenzar a expulsar el jugo producto de su orgasmo, orgasmo que yo le había dado.


Aún sentía su cuerpo temblar mientras limpiaba con mi lengua los restos de su excitación. Su cara seguía desencajada y su boca entreabierta buscando oxígeno, cuando una vez, hube terminado, trepe por su cuerpo en busca de sus labios, los cuales, deseosos, devoraron mi boca entre mezclando nuestros sabores.


Seguimos besándonos entre susurros y caricias gran parte de la noche, hasta que el cansancio comenzó a hacer mella en él – Descansa – susurre acariciando su cara antes de levantarme de la cama, pues los nervios, los recuerdos, los sentimientos y sensaciones, todo en su conjunto estaba alterando mi cuerpo, haciendo imposible el relajarme.


Entre al baño donde horas antes habíamos compartido los que ahora se convertirían en momentos inolvidables en mi memoria, momentos que seguí recordando mientras el agua caliente fue cayendo por mi cuerpo, relajando mis músculos a su paso, músculos que volvían a tensarse nuevamente reviviendo lo sucedido, reviviendo todos sus besos, todas sus caricias. Cogí una de las batas colgadas en los enganches de la pared y vistiéndome con ella, comencé a recoger las fotos que marcaban mi relación con Robert.


Empecé a andar por la casa sin dejar de mirar las imágenes… ¿como había podido estar tan ciega?..., la manera en la que me miraba, los gestos que tenía conmigo, el hecho de tenerlo siempre cuando lo necesitaba, por muy mal que lo hablara, por mucho que intentara alejarlo, él siempre volvía, yo siempre hacía que él volviera a mi, era como si mi subconsciente pasara por alto todo lo que me repetía una y otra vez que no haría, como si este me ignorara haciéndome ir por el camino correcto, camino que negué, pero que al final acabo encontrándome.


-No puedes dormir – escuche de pronto su voz.

-Eh?...no, estoy un poco intranquila, no se…son muchos los nervios de hoy – conteste mirando su imagen apoyada en el pie de la escalera. Había perdido la noción de todo, ni me había dado cuenta que me encontraba en el salón.

-Ya somos dos – habló acercándose a mi para abrazarme y acabar dándome un beso en el cuello.

-Pensé que estabas agotado – dije picaramente llevando mis manos a su espalda desnuda.

-Eso es cierto, agotado estoy, me a costado un mundo intentar levantarme cuando he oído el grifo de la ducha.

-Anda… ¿y porque no viniste?

-No podía moverme – contesto avergonzado causando mi risa.

-Ya…, no me duras nada – dije provocándole.

-Muy graciosa – respondió haciéndome burla - Hice un esfuerzo sobre humano para poder levantarme, pero tu eres más rápida que yo, cuando llegue al baño ya no estabas, así que antes de buscarte y que volvieras a dejarme inmóvil, pues me he duchado, no me apetecía seguir oliendo a champán.

-Me gustaba tu sabor a champán – conteste mordiendo levemente su clavícula.

-Que te has tomado hoy? – pregunto de pronto, cuando sintió mis manos bajando por su espalda.

-No se, creo que las burbujas me han afectado demasiado – respondí deshaciéndome de la molesta toalla sujetada en sus caderas.

-Eso me parece. Así que la niña se ha quedado con ganas de más ¿no? – pregunto introduciendo su mano dentro de la bata para tocar uno de mis senos.

-Ajam – gemí comenzando a dejarme a llevar por las sensaciones.


De pronto sentí mi cuerpo desnudo apoyado sobre la fría pared, mientras sus manos comenzaron a recorrer mis curvas y su boca concentrada mordisqueando mis pezones. Arquee mi espalda sintiendo como la humedad volvía a adueñarse de mi entre pierna, a la vez que mis manos volaron a sus cabellos, los cuales estiraba mientras mis ojos se cerraban producto de la excitación.


Su boca subió buscando la mía a la vez que una de sus manos envolvían con mi pierna su cintura, dándole así una mayor facilidad para comprobar mi humedad, gesto que sentí que hacía con dos de sus dedos antes de amarrar la otra de mis piernas a su cintura.


-Que quiere la niña? – pregunto separando su boca levemente de la mía mientras su sexo rozaba el mío provocando el movimiento de mis caderas, para obtener un mayo roce.


-A…ti – jadee sintiendo como el placer se hacía dueño de mi cuerpo.


-Aquí estoy – respondió mordiendo mi clavícula sin dejar de rozarnos a la vez que sus manos apretaban fuertemente mi trasero.


-No…. – dije como pude restregándome más a él, quería decirle que era a él dentro de mi lo que más deseaba, pero la voz no me salía, pues la excitación y el deseo ya se habían apropiado de todos mis sentidos.


-No que… - pregunto con voz bronca apretándose más a mí.


-Por favor…- suplique clavando mis uñas en su espalda, a la vez que arqueaba la mía dándole a entender lo que más quería, aquello que la excitación no me dejaba decir.


-Dilo – replico volviendo a pegar mi cuerpo a la pared e introduciendo solo la punta de su miembro en mi interior, consiguiendo así desesperarme todavía más de lo que ya lo estaba.

-A ti joder….dentro de mi – grite antes de sentir como hacía caso a mis suplicas y me penetraba fuertemente.


Agarrada a su cuello, sentía mi cuerpo golpear contra la pared mientras sus entradas cada vez tomaban un ritmo más fuerte y profundo, haciendo que una espiral de placer se asentara rápidamente en mi estómago.

Sus jadeos, los cuales sentía emitir en mi oído, se entremezclaban con los míos mientras la presión de mi sexo me avisaba de lo poco que me faltaba.


-Robert…. – gemí al sentir las paredes de mi sexo comenzando a contraerse – vente conmigo…. – pedí instantes antes de sentir como el fuerte calor explotaba debido al aumento del ritmo de las embestidas, embestidas que cesaron una vez lo sentí derramándose dentro de mi.


Y así, los minutos fueron pasando en el reloj cercano a nosotros, ese reloj que marcaba lo poco que nos iba quedando, mientras nuestras respiraciones seguían llenando la estancia, ese lugar que estaba siendo testigo no solo del placer, sino del amor y los sentimientos que había en cada uno de nuestros gestos, gestos que me hacían palpable la gloria.


(UyT) - CAPÍTULO XI

Siento la tardanza pero problemillas de ultima hora no me han dejado hacerlo antes, eso sumado a que mi ordenador hoy no esta por la labor de hacerme ningún caso pues...pero bueno....aún me queda paciencia no se donde esta ahora mismo, pero se que la tengo , así que me voy a buscarla...no sin antes dejaros el capítulo....


Así que no quereis que los protas se lleven bien ¿eh?, soís masocas ¿verdad?...quereís pelea, reconciliación y además que Alice los pille...vaya, no sabeís lo que nos habeís pedido jejejej....bueno como soy una mandada yo solo cumplo ordenes, a le espero que os guste....


Por cierto, recordar algo, el orden de los factores no altera el producto.....




Edward


-Veo que me has hecho caso – dije sin apartar mis ojos de los suyos, los cuales detonaban un brillo especial, un brillo único, al igual que su mirada.

-Ya has visto que no solo he nacido para tocarte los huevos… - contesto suavemente, seguida de una increíble sonrisa, sonrisa que la hacía parecer aún más sexy, si es que eso era posible.

Por unos instantes dude que contestar, tenía dos opciones, una de ellas era seguir con la broma, lo cual seguramente nos llevaría a enfrascarnos en una nueva pelea y otra…otra era admitir que muy a mi pesar en este mismo instante si me apetecía estar con alguien, esa persona era ella.

-Te apetece tomar algo? – pregunte clavando nuevamente mi mirada en la suya, fijándome detenidamente en lo sexy que estaba.

-Claro…me encantaría – contesto a mi pregunta, dejándome un poco descolocado, pues no espera que al igual que yo, ella estuviera dispuesta a mantener unos minutos de charla, sin tener que aguantar las miradas indiscretas de mi hermana y compañía.


(música para amenizar el ambiente, seguir leyendo mientras suena, no ponerse a ver el video ¿eh? jejej)





Sin hacerles ningún tipo de comentario al resto del grupo nos levantamos camino a la barra, la cual estaba totalmente abarrotada, pues tanto en esa sala como en la contigua a la que estábamos se podida divisar un ambiente bastante animado, ambiente por cierto muy parecido a mi estado de ánimo, el cual ya no era el mismo con el que llegue al local. En las últimas horas había pasado de estar enfadado y frustrado a estar contento y además acompañado por el motivo de mi frustración...si me llegan a decir hacía apenas dos horas que acabaría con ella a solas en la barra…no, no lo creería.


Al igual que tampoco creería como sin querer mis ojos se perdían en su formado cuerpo….estaba espectacular, ese vestido le sentaba….dios parecía estar diseñado para ella, diseñado para hacer que todos los hombres perdieran la cabeza entre sus curvas, todos incluidos yo por supuesto, pues aunque me costara reconocerlo, la realidad era evidente….


-Oye Anthony... – dijo llamando mi atención la cual estaba puesta en la curva que descendía desde su pecho hasta sus caderas - me gustaría que nuestras diferencias laborales se quedaran en la agencia… ¿eso seria posible? – pregunto sonriente volviendo a dejarme descolocado por segunda o tercera vez….no se ya estaba perdiendo la noción de las cosas.

-Llámame edward vale...yo, yo soy edward – conteste pasándole su copa - el otro también es mi nombre pero no lo uso...y sobre lo de las diferencias, estaba pensando lo mismo, lo ultimo que tengo ganas ahora es entrar en una estupida discusión que no va a llevar a ninguna parte – ahora mismo solo tengo ganas de empotrarte contra la barra y hacerte mía mientras gritas mi nombre, ¡joder Edward…vas mal como la sigas mirando!

-Y bueno…cuéntame, ¿cómo te sientes?, ¿has encontrado de nuevo el norte en esta ciudad? – el norte, el sur, el este y el oeste, mirara donde mirara no encontraba ningún fallo en su perfección….

-Pues no se si he encontrado el norte o no, pero...esto empieza a gustarme...si, empieza a gustarme y mucho – conteste sonriente sin apartar mis ojos de los suyos mientras bebía un trago de Wisky para aclarar mi garganta completamente seca, pues entre la falta de sexo durante los últimos meses, la cantidad de alcohol que estaba bebiendo y ella…ella que se había propuesto torturarme dentro y fuera del trabajo…

-Vaya, me alegro, es una ciudad mágica, como Disney World – sonrió - ...puede pasar de todo, aún no entiendo por qué te fuiste de aquí... – ni yo, si llego a saber que te ibas a convertir en esta diosa jamás me hubiera ido.

-Me fui...me fui por imbecil...por eso me fui...- por imbecil, por creer que yo merecía más, por menospreciar lo que tenia…- Disney World ¿eh? jeje, me gusta la comparativa – dije tras unos segundos de silencio, silencio que trajo a mi mente recuerdos que creía olvidados - a ti te encantaban esos peluches tan horteras ¿como era?

-Si, jeje, me gustaban los peluches del pato Donald – eso, el pato Donald, aun recuerdo aquella tarde en la que me la pase como loco buscando esa horterada por media ciudad -….pero creo que ya forman parte de mi otra vida – eso seguro, saltaba a la vista que no era la típica mujer que ahora se complacía con peluches.

-Si, eso salta a la vista, ya no eres la misa Marie que conocí - ¿la tímida Marie?, ¿esa que se sonrojaba con una sonrisa o una caricia en la mejilla?, no, dudaba mucho que quedara algo de esa dulzura en ella.

-Bueno, ya nadie me llama Marie, solo mis padres cuando es realmente importante, ahora soy Bella a secas, como tu – ambos habíamos cambiado yo ya no era el prepotente Anthony y ella…ahora ella desbordaba seguridad a donde mirase, y no era para menos con esas curvas…

-Entonces ahora somos Edward y Bella ¿no?, jefa y empleado.

-Si, eso mismo, aunque podríamos empezar a ser amigos fuera del horario laboral, ¿que me dices? – sugirió apoyando su cuerpo de manera ladeado sobre la barra, dando una perfecta visión de toda ella…¿amigos?...no, yo no podía ser amigo de una persona que deseaba más entre mis sabanas que de confidente…pero bueno una cosa podría llevar a la otra y si…si, si…

-Me parece….me parece una idea genial Bella, así no me entrarían ganas de matarte cada vez que te viera por la agencia – conteste imitando su postura.

-No te entrarían esas ganas de matarme si me complacieras, allí dentro seguimos siendo jefa y empleado - ¿complacer?...

-Y... ¿en que sentido quieres que te complazca exactamente?…Bella – pregunte acercando mi cuerpo al suyo hasta el punto de rozarnos mientras mi mano libre comenzó a jugar con uno de los mechones ondulados de su cabello. No aguantaba más el juego estupido de palabras, ya no aguantaba más la forma en la que me estaba tentando, ya no podía seguir resistiéndome a la fuerza que me impulsaba a acercarme a ella.

-Ahora mismo tengo unas ganas locas de bailar, me complacerías mucho si lo hicieras conmigo – contesto con ojos de deseo.

-¿Bailar?....vamos – dije tendiéndole la mano que instantes antes jugaba con su pelo, si quería bailar…yo no iba a negárselo.


Sin soltarnos de la mano nos adentramos hacia la otra sala abriéndonos paso entre la multitud de personas, en su mayoría hombres los cuales se giraban para mirarla de manera descarada sin importarles el hecho de que iba de mi mano. No podía culparles, ellos al igual que yo estaban hipnotizados ante el efecto que causaba esta, pero les gustara o no ellos solamente podrían mirar mientras yo me deleitaba junto a ella.


(igual que antes, solo para crear ambiente)




El gentío empezó a aplaudir y dar saltos en cuanto los primeros segundos de una nueva canción comenzaron a escucharse, haciendo que el espacio para bailar se redujera al mínimo provocando así una mayor cercanía de nuestros cuerpos.


Siguiendo el ritmo de la música comencé a mover mis piernas mientras Bella contoneaba sus caderas de forma sensual…de manera bastante sensual diría yo, y sin apartar su mirada de la mía, la cual estaba fija en sus dos perfectas gemas brillantes…ardientes en deseo.


Continuamos así, bailando al son de la canción sin rozarnos demasiado pero sin apartar nuestras miradas, pero mi cuerpo quería más, mi mente gritaba como loca pidiendo desesperada algún mínimo roce aún mayor, algo que me llevara a sentir la textura de su piel, el contacto de su cuerpo con el mió.


Intente pensar con claridad de que forma podría hacerlo sin ganarme un gesto desaprobatorio por su parte, pues…no podía tentar la suerte, que en estos momentos estuviéramos a solas no significaba que ella tuviera en mente las mismas intenciones que las mías, aunque tenia que reconocer que el hecho de estar en mitad de la pista había sido idea suya, pero no por ello podía sentirme con derecho de amarrarla a mi con fuerza mientras los dos nos íbamos dejando llevar por las sensaciones, no…aunque me muriera de ganas no podía, no al menos sin tener alguna señal.


Pero como si de algún poder mental estuviera dotada, elevo sus manos agarrando las mías y tras un pícara sonrisa comenzó a darse la vuelta con ayuda de estas dándome así la espalda y regalándome una perfecta visión de su trasero, trasero que comenzó a mover en círculos provocando que una fuerte presión comenzara a formarse en mis pantalones.


Lo que pedía a gritos me lo había dado, así que ya no había razón por la que mantener las distancias. Solté mis manos del agarre de las suyas y las lleve hasta sus caderas a la vez que acercaba mi cuerpo al suyo imposibilitando la entrada de aire entre ellos. Sin soltarla ni un instante ahora era yo él que movía mis caderas haciendo que ella siguiera el ritmo que yo marcaba con mis movimientos provocando una mayor fricción entre su culo y mi miembro, el cual sabía que había notado pues mi erección comenzaba a ser algo más que evidente entre mis vaqueros.


De pronto se deshizo de mi agarre dándose la vuelta volviendo así a clavar su mirada en la mía y sin dejar de sonreírme comenzó a acercase peligrosamente a mi hasta quedar lo suficientemente cerca como para solo percibir el aroma que su piel desprendía, aroma que comenzaba a impregnando todo mi mundo.


Sin dudarlo ni un instante amarre su cintura con mis manos aferrándola todo lo posible a mis caderas, las cuales comencé a mover como instantes antes había hecho volviendo a provocar el roce de mi parte baja contra ella.Mientras nuestros sexos seguían intentando tocarse sobre la tela de nuestras prendas sus manos comenzaron a ascender por mis brazos, llegando hasta mi cuello, el cual acaricio suavemente con sus dedos antes de comenzar a descender por mi pecho, roce que la hizo apresar su labio inferior contra sus dientes dándome a entender que me deseaba igual que yo a ella.


La música seguía sonando aumentando el animo de los allí presentes mientras nosotros seguíamos concentrados en lo nuestro. Una de mis manos dejo abandonada a la otra en sus caderas, comenzando a bajar por estas hasta el monte de su pequeño pero espectacular trasero, el cual comencé a acariciar suave y lentamente para después acabar apretándolo pegándola así más a mí.


-Eso no se toca…empleado – dijo de forma picara acercando su rostro al mió, dejando nuestras bocas a milímetros, rozando su fresco aliento en mi cara a la vez que una de sus manos imito a la mía descendiendo por mi espalda hasta llegar justo a la misma parte donde yo tenía situada la mía.


Me estaba matando…ya no me era posible pensar con claridad, el roce de nuestros cuerpos, las miradas que nos dedicábamos, las caricias con las que nos íbamos deleitando, la cercanía de nuestras bocas, todo…todo en conjunto hicieron que comenzara a desear probarla, a volverla a sentir como años atrás había hecho, pero justo cuando me atreví a volver a tener su boca presa de la mía alejo su rostro con una malévola sonrisa…¿quería jugar?...pues juego tendría y uno que yo conocía bastante bien.


-Como quieras – dije antes de soltarla y alejarme un paso de su cuerpo recibiendo a cambio un gesto de desaprobación por su parte. La lejanía no duro mucho y antes de que me diera cuenta volví a tener sus caderas entre mis manos y su espalda apoyada en mi pecho haciéndome sentir cada parte de su cuerpo apretándose contra mí.


De repente llevo su brazo hasta mi cuello rodeándolo con el a la vez que se recostaba sobre mi cuerpo, una de mis manos comenzó a subir por su cintura mientras la otra empezaba a bajar ligeramente por la tela de su vestido. Estaba comenzando a perder el control, a perder la noción de donde estaba o de cuanta gente estaba rodeado, lo único que pensaba era en volver a sentir la textura de su piel sin prendas de por medio, en sentir su peso sobre mi cuerpo mientras la volvía a hacer mía, mía como había sido hacía años atrás, años en los que era una joven totalmente inocente e inexperta.


Podía sentirla temblar mientras mis dedos seguían bajando hasta el corte de su vestido, llegando así a la piel desnuda de su pierna. – Te gusta? – susurre en su oído cuando comencé a subir mis dedos por su pierna entre la tela de su ropa. ¿Qué me estaba pasando?...no lo se, solo sabía que cada vez me urgía estar dentro de ella.


La mano que le quedaba libre se entrelazo con la que tenía situada en su cintura a la vez que recostaba su cabeza sobre mi hombro al sentir el contacto de mis labios sobre su cuello, cuello que comencé a regar de pequeños besos haciéndola jadear con cada uno de ellos. No podía oírla pero si verla y sentirla, ver como arqueaba su cuello disfrutando cada uno de mis besos, como cerraba fuertemente sus ojos y mordía su labio presa de la lujuria que bañaba su cuerpo, lujuria que esa noche se había hecho presa de nosotros.


Seguí ascendiendo con mis besos por su cuello hasta llegar a su mandíbula la cual estaba tensa, seguro por las sensaciones que estaba sintiendo al notar mi mano jugando con la goma lateral de su ropa interior.


Concentrado en su mentón, de repente note como este se giraba a mi dándome una mayor cercanía a su boca, volví a pensar en besarla pero tampoco quería que ocurriera lo de segundos atrás, así que antes de hacerlo fije mi mirada buscando la suya, la cual estaba completamente dilatada en deseo y sin pensármelo dos veces acerque mis labios a los suyos los cuales dieron un rápido acceso para saborearla a la perfección.



A le, con dios, yo mientras voy a esconderme bajo alguna piedra para que el linchamiento por cortarlo ahi no sea muy duro....besitos....

Por cierto Ayyys, yo no uso rulos, yo soy más moderna, me gaste una pasta en una plancha de peluquería para poder rizarme el pelo, ya que ni con rulos, ni con silicona se me rizaba, aunque ahora desde que la tengo el cabrón de mi pelo a veces hace ondas si le hechas mucha espuma, pero bueno...jejejejeje, hablamos chunga......

Chicas mañana sin falta actualizo Usar y Tirar, es que me faltan unas cosillas del capítulo y tengo un dolor de cabeza que me va a estallar...la falta de sueño...odio enero...y febrero...y mayo...por no hablar de junio...bueno pues eso que mañana actualizo sin falta...¿ok?

Por cierto clan chungas o team chungas jeje, estais chaladas eh jejeje, lo que me he podido reir señor....besos a todas.....

CAPÍTULO XLI

Bueno…antes de irme a dormir, que creo que ya va siendo hora, os dejo capítulo, ya que he tenido un fin de semana movidito y no he tenido tiempo para nada…estudiar, estudiar, estudiar…argg….


A la pregunta generalizada de que le dice Kristen a Robert, que este no escucha pero su manager si, la respuesta es el famoso camon sweet, de todas formas ahora lo leeréis y entenderéis mejor, por eso no doy más detalles…K-chi, si ella ya sabe lo que siente ya le ha dicho que lo ama, si lo dices por el hecho de que aún no sean nada oficial te digo que a veces, y más en el caso de estos dos y viniendo lo que les viene encima, no es suficiente a veces falta algo más…ahora leyendo también lo entenderéis…Al. a mi también me gustan más los de Kristen, aunque se me hagan más difícil de escribir :)



CAPÍTULO XLI – Solo Quiero Ser Alguién Normal


Kristen



Finales de Mayo, domingo para ser exactos, día en el que muchas personas dedican a salir con sus amigos o a tumbarse en el sillón mientras ven la televisión o leen un buen libro, da igual, el caso es relajarse, pero claro, eso lo hacen las personas normales o mejor dicho las personas que tienen una vida normal. A mi, a diferencia de estas, no me tocaba otra que asistir en categoría de nominada a unos premios, que hacía un año ni siquiera se inmutaron de mi presencia, por no decir que hacía dos ni contaba en la lista de ningún sitio como invitada.


Eso no me incomodaba, al contrario, me halagaba muchísimo el reconocimiento hacía mi trabajo, lo que si me molestaba era el hecho de que ese reconocimiento no se daba a no ser que ese trabajo pasara por el aprobado de la taquilla, ¿injusto verdad?...bueno, a mí si me lo parecía.


El caso era que fuera como fuese esa noche no me quedaba otra que acudir a los premios en compañía de parte del elenco de la película y ser el centro de atención de todos los allí presentes, algo que no hacía otra cosa que ponerme de los nervios. No podía evitarlo, acto publico en el que me tocara hablar, acto que me hacía temblar, era espantoso el miedo escénico que tenia, y no lo entendía, no entendía como era capaz de ponerme delante de una cámara para después ser vista por millones de personas y el simple hecho de hablar delante de estos sin un guión de por medio, podía alterar tanto mi estado de animó.


A mis nervios había que sumarle la paranoia que tenía de que todo el mundo nos miraba, ¿a quienes?, a mi y a Robert, a quién más sino. Si cuando me marche a Italia nuestro “supuesto romance” ya llenaba las paginas de muchas de las revistas, a la vuelta de dicha ciudad ya no había semanario que no se hiciera eco de el, algo que sabía, se incrementaría más después de la gala, ¿por qué?, por dos razones, una de ellas era comprobar que el que todavía todos seguían pensando que era mi pareja no me acompañaba, algo raro teniendo en cuenta que siempre iba conmigo a todos los lados y la otra…la otra era la que más nerviosa me ponía, pues Robert y yo estábamos nominados al mejor beso de película, y si ganábamos debíamos seguir la tradición, que no era otra que repetir el beso bajo la atenta mirada de todos los curiosos que no tardarían ni dos segundos en redactarlo como una prueba más del dichoso romance.


¿Porque simplemente no podían dejarnos en paz?, bastante tenia ya con pensar en el hecho de que en apenas unas horas se marcharía y ya no lo vería durante algunas semanas, bastante tenía con intentar hacerme a la idea de que ya no dormiría junto a él, de que sería muy posible que esta separación marcara un antes o un después en nosotros.


Quería esconderlo…sí, lo poco o mucho que teníamos quería preservarlo para mi, además no quería estar en boca de todos con un tema que quizás…que quizás no salía bien ya que muchos inconvenientes jugaban en nuestra contra…, como por ejemplo la distancia, algo que con Michael me motivaba pero con Robert…con él era distinto, con él todo lo era.


Podían pasar mil cosas, que él se olvidara de mi, que lo hiciera yo, que ambos lo hiciéramos, que encontráramos a otra persona…que dejáramos de amarnos…no, eso no, no al menos por mi parte aunque…podía estar confundida ¿no?, también creí amar a Michael y luego resulto…resulto que quizás nunca lo había hecho, o si lo llegue a hacer no se…no se, solo sabía que no quería volverla a cagar, no quería enredarme en otra relación y pasado el tiempo darme cuenta de que me había estado engañando a mi misma, que lo que creía sentir no era cierto y por ende…acabar engañando a la persona que estaba a mi lado, o al revés…


Quería estar segura, lo necesitaba, el fracaso de mi anterior relación me lo pedía, por mi misma lo hacía. Necesitaba tener claro que era a él a quién quería a mi lado, que por él era capaz de hacer frente a todo lo que vendría una vez diéramos ese paso, necesitaba comprobar que nuestros sentimientos no eran producto del guión, un engaño de la mente por la intensidad que suponía representar a Edward y Bella, por la intensidad de haber estado los dos últimos meses apenas sin separarnos…necesitaba sentir que era real, solo eso, solo quería un poco de realidad…en toda la locura que me rodeaba.


Pero el ocultar que amas a una persona y mas si sabes que esta se separara de ti en apenas unas horas…no es tarea fácil, porque aunque no quieras…las miradas te delatan, el deseo de tenerlo cerca te come y hace que incremente tu ansiedad, y eso era justo lo que me estaba pasando esa noche. Además el intentar ocultar era algo que Robert no me estaba poniendo muy fácil que digamos, pues sabía de sobra que si de él únicamente dependiera, hubiera gritado a los cuatro vientos mi nombre cuando se subió al escenario en busca de, contra lo que él pensaba, su merecido premio.


Si por él hubiera sido me habría besado al hacernos con ese premio sin importarle lo más mínimo donde estábamos y quienes nos miraban, si por él hubiera sido…pero no solo dependía de él…también estaba yo y por nada del mundo permití que eso pasara. No me apetecía hacer lo que todo el mundo esperaba, no quería dar el gusto a aquellos que clasificarían ese beso como una muestra más…una muestra de algo que ni ellos mismo conocían. Tuve que resistirme, vaya si lo hice, no es fácil negar lo que más ganas tienes de hacer y menos cuando tienes la motivación de los fans esperando ese momento, pero de algún sitio saque las fuerzas para no desconcentrarme, para no perder la noción del lugar donde estaba como muchas otras veces me había sucedido.


Finalmente, en contra de todos mis deseos internos, la razón me pudo más y no lo bese, haciendo justo aquello que me había propuesto pero…como bien he dicho el ocultar es algo bien difícil y por impulso, por ansiedad, por lo que fuera, en el momento que recogimos el premio, justo en el instante que nos íbamos, mis manos volaron a las suyas mientras que de mi boca salían las palabras “vamos cariño”….


-Ejem, chicos prepararse que os toca presentar el clip, por cierto Kris, no lo has besado pero un poco más y todo el mundo se entera de todo lo que le has dicho – no lo bese, pero si deje una prueba patente de que gustosa lo habría hecho.


Por suerte Robert no lo oyó, algo que no me hubiera importado de haber sido al contrario, pero si él no la había oído eso me daba la esperanza de que nadie lo hubiera hecho, pero en cambio mi manager si lo había escuchado, vale que él estaba en la sala de sonido pero…pero y si…- da igual Kristen si alguien lo ha oído, da lo mismo, total dirán lo que venda te oigan o no…- me dije a mi misma en un intento de relajarme, pues entre eso y que cada vez faltaba menos para saber si me hacía o no con el premio a mejor actriz mis nervios cada vez iban en mayor aumento.


Los minutos posteriores no fueron mucho mejores, cada minuto se me hacia eterno, por un lado deseaba terminar con todo de una vez, saber si había ganado y largarme al hotel a perderme entre las sabanas con la única persona con la que quería estar en ese instante, pero por otro me moría de pánico por dentro, pensar en la idea de subir al escenario…sola…ante millones de espectadores…me estaba torturando, algo me decía que la iba a cagar, que el momento seria súper incomodo, lo sabía, sabía que lo sería, y si al menos tuviera la posibilidad de abrazarlo, de escuchar como me decía que todo iba a salir bien, que no iba a ser nada que yo podía con todo…, pero no, eso no podía ser…por mucho que quisiera todavía no era el momento…por ahora no me quedaba otra que aferrarme al apoyo de mi manager.


Apoyo que me valió para ser fuerte y subir sin que me temblaran las piernas una vez gritaron mi nombre…pero que fue insuficiente una vez estuve en el escenario. Ver de cerca todas esas caras mirándome, saber que él lo estaba haciendo, saber que de seguro las cámaras lo enfocarían…pensar en que decía…dios porque no había escrito unas palabras antes, porque que me creía tan segura y a la hora de la verdad no era más que una cobarde…una cobarde que no sabía que decir…vale Kris, sigue con los agradecimientos y ya, agradece a todo el mundo, agradéceselo a todos…¿a todos?...¿y si creen que eso va dirigido a él?...da igual van a creer lo que quieran creer…


De repente todo paso muy rápido, no se como fue, no se que paso, solo se que fue acabar la frase que estaba intentando pensar con claridad y…cogí el premio…y….lo estampe contra el suelo…justo como predije que me sucedería…justo aquello que más me temía… ¿no querías momentos incómodos Kristen?...pues aquí tienes uno para toda la posteridad.


--------------------------------------------------------------------------------------------------------------


-Y si lo tiro…- dije nerviosa mirando mi reflejo en el espejo, el reflejo de una mujer que estaba totalmente vestida y pintada para la ocasión que se me presentaba - el premio…y si lo tiro – repetí ante su mirada de duda por no saber de que estaba hablando.

-No lo creo – contesto Mark sin desconcentrarse en su tarea de terminar de acomodarme el cabello.

-No sería la primera vez…

-Kristen, cuanto hace de aquello ¿cinco años?, por dios, eras una niña, ahora eres toda una mujer – respondió girando mi cara nuevamente hacia el espejo para que me contemplase.

-Y tu eres un total idiota…, anda suéltame no vaya a ser que entre y te vea agarrándome de esta forma.

-Cariño, tu chico sabe perfectamente que le tengo más ganas a él que a ti, que no te siente mal, tu estas increíble, sobre todo hoy, harías que cualquier gay perdiera la cabeza por ti, pero hija…tienes buen gusto, hay que reconocerlo…siempre lo has tenido.

-Sabes que creo, creo que aceptaste trabajar para mí por él.

-Celosa?

-Yo?, para nada…estoy muy segura de su sexualidad, de quién no estoy segura es de ti, me estoy planteando seriamente el prescindir de tus servicios.

-Que más quisieras, que harías tú sin mi ¿eh?, capaz eres de irte a la gala en vaqueros – me conocía, vaya si lo hacia.

-Pues mira, no estaría mal, así me ahorraría ir con vestido largo, dios, es tan molesto – además tenia la sensación de estar pisándomelo continuamente… ¿y si subía a recoger el premio me lo pisaba y me caía delante de todos?...dios Kristen deja de pensar….otra vez no.

-Que quisquillosa eres…

-Y si tropiezo con los tacones? – el miedo me estaba invadiendo por momentos.

-Por favor Kristen…, eres la mejor vale, lo sabes, no te vas a caer, no te vas a tropezar y no vas a tirar nada.

-Estoy muy nerviosa – conteste sentándome a los pies de la cama, notaba mis piernas temblar bajo el peso de mi cuerpo, los oídos comenzaban a pitarme, me sentía mareada…aquellos momentos pasados se revivían en mi mente una y otra vez…como si los estuviera volviendo a vivir…

-Kris…relájate vale, respira… ¿quieres que llame a…?

-No…no lo llames, deja que termine de arreglarse, no lo mares por una tontería, ya se me pasa…ya pasa – recordar…recordar hacía que todo se olvidara.




¿Por qué no podía ser como esas personas normales que ahora mismo estarían leyendo un libro?... ¡a ya!…, porque nuevamente me tocaba ser el payaso, porque en mi destino estaba escrito no besar a Robert esta noche, pero si decirle a micrófono abierto cariño, porque en mi destino estaba romper mi premio de mejor actriz y quedar como una tonta ante millones de personas, y para rematar la tarde, pagaba todo ello con la ultima persona a la que pretendía ofender…menos mal que esas palabras solo quedaron en eso, palabras, estupidas palabras que dije sin pensar en un momento en el que me era incapaz pensar con claridad.


-¿Por nos dirigimos hacia el oeste de la ciudad? – pregunte curiosa sentada en el asiento del copiloto con destino a no se donde una vez todo acabo, una vez sus mimos y cariños durante la cena volvieron a traerme esa paz que me había faltado durante todo el día.

-Por que nos dirigimos allí – contesto a la vez que cogía mi mano izquierda para besarla.

-Ammm… ¿y que hay allí? – lo reconozco, soy una curiosa, una ansiosa…

-Ahora lo verás…muy pronto lo verás…por cierto, ¿podrías cerrar los ojos y prometerme que no los abrirás? – pregunto mirándome, pues había parado en un semáforo.

-Que…

-Por favor – me interrumpió.

-No me gustan las sorpresas.

-Esta te gustara…lo prometo.

-…Bueno – dije dándome por vencida ante su sonrisa perfecta, esa sonrisa que conseguía sacar todo lo bueno de mi, esa que conseguía ganarme siempre - puedo intentarlo, pero no te prometo nada, soy muy curiosa y si se me abren, yo no tengo culpa.

-Inténtalo vale – esta bien…por ti lo intentaría.


El cortó trayecto, o así al menos lo sentí, lo hice con los ojos completamente cerrados, ni siquiera los abrí cuando sentí como el coche paraba, ni cuando escuche como se abría y cerraba su puerta dejándome sola los instantes precisos para abrir la mía y ayudarme a bajar, ya que…lógicamente yo sola no podía, no cuando estaba luchando conmigo misma para no abrir los ojos.


-Tu me dirás a que viene todo esto – dije mientras caminaba con él a mi espalda, pues sus manos estaban situadas en mis ojos a modo refuerzo.

-Ahora lo verás…solo quedan unos escasos metros – sentí susurrar en mi oído.

-¿Escasos metros?, suficientes para caerme al suelo contigo detrás, no tientes a la suerte amigo, esta noche estoy gafada.

-A mi no conseguirás tirarme.

-No se que decirte, tu peso y el del premio no se diferencian mucho – dije bromeando.

-¡Oye!...que peso más que tu…además lo del premio no ha sido mala suerte, a sido un castigo.

-¿Un castigo? – pregunte mientras seguíamos andando, o más bien andando él, obligándome así a caminar.

-Si, por no besarme el destino te ha castigado.

-¿Qué?...ya quisieras jeje.

-No te lo creas, pero si pequeña amiga, ha sido por eso.

-A bueno pues entonces si ha sido por eso no te besare más, a modo castigo ya que gracias a ti tire el premio ¿no? – conteste bromista al sentir que nos parábamos.

-No me beses…lo haré yo – respondió dándome un corto beso en los labios bajo el sonido de fondo de unas llaves – no los abras aún – siguió hablando a la vez que apartaba sus manos de mis ojos y su cuerpo se alejaba de mi, ¿que narices estaba haciendo? – vale…, ya puedes – volvió a hablar mientras tomaba mi mano entre las suyas y estiraba suavemente de mi.

-Haber porque tanto se..cre...tis..mo……¡¿Robert?!....


No matarme por cortarlo aquí pero si lo seguía no actualizo en dos o tres días mas, además ya os dije que serían más cortitos, ahora mi tiempo es muy muy reducido…pero en pocos días tendréis la continuación…


En la tarde/noche actualizare Usar y Tirar ok, me falta rematarlo y que lo lea Pau… bueno besitos y nos leemos….