ACTUALIZACIONES DEL BLOG

Bel Ami en la MTV Rusa, con imágenes inéditas

¡Chicas!, gracias a Globa, que me ha dejado el enlace en el correo del blog, aquí os traigo un vídeo de la MTV Rusa, con imágenes no vistas en los trailers de Bel Ami, la próxima película de Robert, a punto de estrenarse ya en pocas semanas en el festival de Berlín. 

No se si vosotras habéis visto el vídeo, yo no, y os aseguro que no podéis perdéroslo, ya que no solo incluye escenas inéditas, sino también, pequeños trozos de entrevistas hechas a los protagonistas, incluido Robert.

El vídeo esta subtitulado en inglés, así que tranquilas, no vais a tener que coger un diccionario ruso :p.


Si no pudierais ver el vídeo, pinchad AQUÍ

Para aquellas que no lo hayáis entendido, básicamente hablan del desarrollo de la película, su adaptación de la obra literaria, descripciones de los personajes, y como no, no faltan halagos hacía el buen trabajo de caracterización de Robert.

Y si aún no habéis caído muertas, según Globa me ha contado, una amiga suya ya ha podido disfrutar de un pase especial de la película que se hizo a principios de mes en Bélgica. Y, no solo nos pone en preaviso de que nos despidamos del personaje de Edward, sino que, y aquí es donde a mas de una puede que le de algo, en la película, sale un culito precioooosoooo.

Que, ¿como os quedáis? Yo con más ganas cada vez de verla ;). 

Fotos de Kristen, del futuro photoshop de Swath

Gracias a Marianna, que dejó una foto en el chat, me he enterado de la existencia de este futuro photoshop de Kristen con parte del cast de su nueva película, Snow White and the Huntsman. Las instantáneas parecen ser hechas durante los momentos de descanso a la realización de las futuras fotos promocionales, por lo que habrá que esperar un poquito más para ver las originales. Pero mientras, como anticipo, pues podemos ir comentando lo guapo que vemos (o al menos yo :p), al cazador, que ya en pocos meses se estrenara como papa. A la madrastra, que aún de perfil me encanta (desde niña siento debilidad por la belleza de esta mujer, y no, no soy lesbiana, pero las cosas como son :p). Y a nuestra blancanieves que ¡por fin! se deja ver desde... pufff, ni recuerdo ya la última vez que la vimos. Ella en su línea, como siempre, algo que me encanta ;).


Karla comentaba algo de cierto anillo ¿no? :p





Imágenes vistas en LaSagaRobsten

Y antes de cerrar el post, os dejo un par de fotos de Kristen de ayer mismo, de su salida y más tarde llegada, de los Ángeles hasta París, donde se dice que podría estar con motivo de una sesión de fotos para la firma Balenciaga, de la que desde primeros de año Kristen es imagen. Sesión de fotos que por cierto, coincide con la semana de la moda de alta costura en París, así que no sería muy raro ver a Kristen en algún desfile ;).



¿Algo que decir chicas? ;)

Recomendación de libros - El ángel caído

Durante las próximas semanas voy a centrar esta sección en dos sagas. Una, (de la que vengo a hablaros hoy con el primero de sus libros), que aún días después de haberla terminado me tiene completamente enamorada (¿o quizás sea el protagonista quien causa ese efecto? :p).  Y la otra, es la recomendación pendiente desde que caí enferma, de Karla y Marianna sobre la saga “Cazadores de sombras”. El porque atraso un poco más esta última, se debe a que voy a empezar a leerla, y me gustaría plasmar mi opinión de igual forma a como lo voy a hacer hoy con el primer libro de la serie… “El gremio de los cazadores”. (No creáis que me he olvidado del resto de recomendaciones que habéis hecho, todas, junto con las futuras que hagáis, serán publicadas ;), y a poder ser, intentare leérmelos antes de hacerlas).




Título: El ángel caído
Serie: 1º- El gremio de los cazadores
Género: Romántico Paranormal 
Autor: Nalini Singh

Sinopsis: La cazavampiros Elena Deveraux sabe que es la mejor en lo suyo. Lo que no sabe es si será suficientemente buena para llevar a cabo esta misión. La ha contratado el arcángel Rafael, un ser tan bello como peligroso, una criatura que aterraría a cualquier mortal. Elena también sabe que el fracaso no entra en sus esquemas, ni siquiera cuando la misión es imposible.
Porque esta vez no tiene que rastrear y capturar a un vampiro.
Esta vez tiene que atrapar a un arcángel rebelde.
Elena se verá inmersa en una matanza como ha visto pocas, que la pondrá al borde de la vida... y de la pasión. Incluso saliendo viva de esta, sucumbir a las caricias de Rafael puede significar la muerte.
Porque cuando los arcángeles juegan, los mortales sufren.




Mi opinión sobre el:

Antes de nada, debo confesar que no tenía ni idea de la existencia de esta saga (aunque si de la escritora, pues en mis pendientes esta otra de sus series). Confieso también, que cuando observe la portada en las manos de mi pobre amiga, la cual me lo traía a modo de distracción para mis horas de recuperación durante estas navidades, solté un bufido… “Ángeles/demonios/cazadores/humanos… Todos envueltos en un mismo mundo. ¡A ti te va a encantar!” dijo ella ante mi mirada exceptiva. “Lo dudo”, respondí yo. “¿Más seres sobrenaturales? ¿Es que ya no esta demasiado trillado el tema?”, pensé, (incluso para mis adentros me dije, seguro que también hay licántropos), pero… ¡que equivocada estaba madre mía!

Finalmente, no se si fue la sinopsis del libro, las palabras “novela adulta” de mi amiga antes de marcharse, o el aburrimiento al que estaba sumida, lo que hicieron que abriera las páginas y estas me llevaran a devorarlo, dejándome con ese saborcito de “quiero más”, en la garganta.  

Puede que a partir de aquí haya algún que otro spoiler mínimo. De ser mayor, lo indicare como es debido ;).

Como idea principal diré; narración cuidada y descriptiva, junto a un argumento trepidante y personajes de personalidad tremendamente absorbente, da como resultado una historia altamente recomendable.

Contrario a lo que pueda parecer por la característica fantástica o paranormal de los protagonistas, el mundo relatado en esta historia es tal y como lo conocemos, salvo por el hecho de estos seres mezclados en sociedad, definidos por la posición jerárquica que hay entre las distintas razas que lo habitan (aunque se puede tomar como una metáfora de las jerarquías de poder de las que somos víctimas, pero eso es otra historia).

Imaginaros pues, una pirámide escalonada, donde en su cúspide encontramos a los Arcángeles como amos del poder supremo, vigilantes de que ninguna fuerza se corrompa y por ende, los dañe a si mismos o a las demás. Bajo estos los Ángeles, seres increíblemente bien descritos, que en nada tienen que ver con lo conocido hasta ahora, pues la autora os hará olvidar la imagen… “puritana” que podáis tener de ellos.  Un escalón por debajo encontramos a los vampiros, incondicionales y fieles, por norma general, a sus creadores (los cuales me voy a reservar quien son), durante las décadas que dure el contrato por su conversión. Y por último,  el gremio de los cazadores, (humanos nacidos para ello, pues el instinto natural, junto al desarrollo de sus sentidos, sobre todo el del olfato, les precede a ello), cuya misión, no es  otra que la de dar caza a aquellos vampiros que infrinjan las normas, o rompan el contrato con sus creadores.

Como digo, todos ellos jerárquicamente posicionados, con la única misión de salvaguardarse así mismos y a los de su especie, sobre todo de la humanidad. Y por ello… ¿qué pasaría si uno de estos pilares, pudiera ser seriamente corrompido?

Dicha amenaza es la que lleva a Rafael, todo un dios griego de ojos azul cobalto, personificado en un arcángel con miles de años a sus espaldas, de ahí que no le tiemble el pulso con tal de que estos sigan yendo en aumento, a requerir de los servicios de Elena, cazadora nata, y la mejor del gremio. Aunque su mejor arma, es su fuerte personalidad, la cual, al contrario de lo que ella creé, no difiere mucho de la de Rafael, de ahí los choques y la constante tensión sexual, perceptible en cada uno de sus encuentros, los cuales sin duda te dejan con ganas de más… y más…

Esto es sin duda una de las cosas que más me ha gustado, pues la autora no intenta venderte a los personajes, no pretende que los idolatres, ni siquiera que los ames, ellos mismos se hacen de querer por esa naturaleza innata que poseen. No están envueltos de lazos, al contrario, desde el minuto uno se muestran tal y como son, con sus defectos y con sus virtudes, dejando claro de ante mano lo que pretenden. Personalidades que sin duda,  van evolucionando a medida que los sentimientos por las circunstancias salen a flote.

De ahí también la rapidez de la historia, una historia con un ritmo trepidante en la cual te ves envuelta desde el minuto uno, pues gracias a la pluma de Nalini, las escenas descritas se recrean en tu mente al punto de cerrar los ojos y creerte estar viéndolas.

Ángeles con sed de poder, vampiros que emanan olores desagradables pero… también muy, muy agradables, plumas de colores, sangre a borbotones, pesadillas y recuerdos llenos de angustia y mucho polvo de ángel (polvo de polvo, y de sinónimo :p), todo envuelto en un argumento que parece complicarse por momentos, de ahí la negativa a soltar el libro, no al menos hasta llegar a la última página.  


Cita…

—No quiero perder mis recuerdos. —Ni siquiera los malos, porque sus recuerdos eran los que la habían convertido en quien era. En aquel momento, aquel día, era diferente a la Elena que no sabía lo que era ser besada por un arcángel—. No me hagas olvidar.

—¿Perderías la vida por salvar tus recuerdos? —Fue una pregunta en voz baja.

Elena reflexionó sobre el tema.

—Sí —dijo con suavidad—. Preferiría morir como Elena que vivir como un fantasma.


Lo dicho, si podéis, leerlo, os lo recomiendo altamente. Y a quien ya lo haya hecho, aquí tiene un sitio para comentarlo ;).


Inocencia Corrompida - Capítulo 8

¡Chic@s!, aquí os dejo el siguiente que capítulo del fic escrito por Karla, el cual a cada capítulo nos tiene más comiéndonos las uñas. Este sigue estando narrado por Edward, ya que como la propia Karla nos dijo, ahora toda la tensión gira en torno a él. 

Dejo de daros la lata. Disfrutad de la lectura, en la medida que podáis dadas las circunstancias de la historia :S

****

Capítulo 7

Narrado por Edward


Los errores se evitan pensando antes de cometerlos, pero cuando estos ya están hechos, lo único que te queda es aceptarlos y buscar la mejor forma de corregirlos. Yo había cometido un error, uno muy grande, uno imperdonable, un error que podía costar muy caro. Y no lo aceptaba, ¿cómo aceptaba la idiotez que había cometido? ¿Cómo lo podía aceptar, si era un error de principiante?

Idiota, me dije mil veces idiota, cuando me percate que no había puesto el seguro de esa puerta, justo en el momento en el que veía como ésta se abría, sin darme si quiera el tiempo suficiente para reaccionar, para intentar echarme contra ella, imposibilitando que se abriera. Pero todo sucedió tan rápido, que solo me quedo el recurso de empuñar mi arma y encañonarla hacía el frente, mientras ella, Isabella, se aferraba con fuerza a mi camisa desde la zona de mi espalda, haciendo que me percatara de todo el miedo que en ese segundo recorrió su cuerpo, el mismo que se apodero de mi al tiempo que sentía como mi pulso se aceleraba.

Pero aquello no me haría temblar a la hora de apretar el gatillo. Había fallado una vez, pero no fallaría otra. Aquella figura masculina, que poco a poco iba abriéndose paso a través de la puerta, como si de una cuenta atrás, lenta y tortuosa, se tratará, no iba a ver a Isabella. O al menos, no le daría el tiempo suficiente a contarlo.

Una vez dentro, y nada más verme, aquella silueta alzo las palmas de sus manos, cuando sus ojos se posaron en el arma que tenia enfrente.

-Soy yo, poli -dijo el imbécil de Owen, mientras su cabeza se ladeaba hacia un lado, al darse cuenta que no me encontraba solo.

Su mirada se clavo en ella. Y en ese instante sentí como su cuerpo dejo de temblar, para tensarse en una sola pieza.

-Si dices una palabra a alguien de lo que estas viendo, te mato. ¡JURO! que te mato.

No era una amenaza como las anteriores, y éste pudo sentir la fuerza que llevaba en ella, pero no le importó, o al menos el semblante de su rostro no cambio, y sus ojos continuaron vagando de mi hacía ella.

-No diré nada a nadie -hizo una pausa-. No diré que la chica Irlandesa esta metida aquí, en su cuarto -el tono de su afirmación, y la asquerosa sonrisa que se le formó, solo hizo que me desprendiera del contacto de Isabella y me fuera contra Owen.

Él retrocedió hacia atrás con paso vacilante hasta toparse contra pared. Fui más rápido que él y lo tome  por el cuello de la camisa, apuntándole el arma, directo hacia su frente. A mis espaldas alcancé a escuchar un grito ahogado por parte de ella.

-No te cansas de estar jugando al gato y al ratón ¿verdad? Pero yo ya me estoy cansando  de tu estúpido jueguito -gruñí, a la vez que presionaba  el dedo contra gatillo, aunque no todo lo fuerte que me hubiera gustado en ese momento.

El sudor perlado en la frente de Owen se materializo rápidamente, mientras observaba con nerviosismo el movimiento de mi dedo.

-¿Y que piensa hacer? ¿Me va a matar aquí mismo? -pregunto con tono retorico-. Hágalo y vera como en un suspiro, ellos acaban con ustedes.

Por mucha seguridad con la que escupiera sus palabras, sus ojos dejaban entrever el miedo que lo recorría.

-No te dejes impresionar, imbécil –susurre, sin apartar mi arma-. Tu jefe y todos junto contigo, no harán nada.

-¿En serio? Y… ¿que hará para impedirlo? –aunque el tono de su voz seguía siendo el mismo, su confianza comenzaba a derrumbarse-. Seré un imbécil, pero no un idiota para no darme cuenta que no van a poder hacer nada en  contra del jefe. Ha estado aquí por más de una semana, y ¿qué ha sucedido? Nada…  Y por más que le he ayudado, no ha logrado obtener lo que tanto quiere. Así que dudo mucho que lo consiga. Ni siquiera saben quien es el soplón, de saberlo, a esta hora el jefe no sería el amo de todo esto.

-Vaya, me sorprendes totalmente -ironice, soltando su camisa y dando un paso hacia atrás pero sin dejar de apuntarle-. ¿Realmente crees que la policía tiene tan pocas posibilidades en contra de tu jefe? -mi voz sonó calmada, y mirándole fijamente añadí-. Al final de todo esto, no esperes mi ayuda cuando te pudras en la cárcel como la puta rata que eres.

Su ceño se frunció al captar mis palabras. Aún así, yo seguía pensando en la promesa que le había hecho a Isabella. Le había dicho que nadie se iba a enterar de que ella había conseguido la información, y ahora, no sabía como hacerlo. El error lo iba a pagar caro. Tenía que detener al imbécil de Owen.

Por una parte, sus palabras me habían dejado claro que él estaba seguro que iban a salir bien librados de esta mierda, y nos podía traicionar en ese mismo instante, lo veía en su mirada y lo veía en la forma en  la que me había retado. ¿Por qué actuaba así? Muy simple,  seguramente había hablado con los otros cuando se los llevo a su habitación, y ahora sabía que su jefe podía hacer lo que quisiera, no le importaban las amenazas en su contra, ni le importaba el GPS que traía insertado. Y de seguro que ya había hallado la forma de quitárselo cuando llegara el momento.

Estaba claro. Para él, la policía no podía hacer nada en  contra  de ellos.

La ventaja que me daba la duda pintada en su rostro, me hizo aprovechar la ocasión para preguntarle. Esa  era la otra parte. Tenia que garantizar en estos momentos la vida de Isabella.

-¿Crees que no estamos lo suficientemente preparados? ¿Crees que tu jefe saldrá bien librado?

Después de unos segundos desecho cualquier duda.

-Ya entendí -dijo, desviando la mirada hacia ella-. Por eso me pidió que investigara el nombre de la chica -la señalo con su cabeza-. Por eso esta aquí. Ella lo ha conseguido -afirmo serio, volviendo su mirada hacia mi.

-Pensé que no escuchabas -dije pensando en ella, en el miedo que estaba sintiendo en estos momentos.

-¿Y que hay del informante? -pregunto ignorándome.

-Lo han capturado –mentí, tenía que hacerlo si quería ganar tiempo, y para ello, de alguna forma tenía que controlar al estúpido de Owen-. Lo que sea que haya pasado por tu cabeza, deséchalo. No hay forma imbécil -su rostro cambio, su mirada ya no era retorica.

-Supongo -hizo una pausa y siguió-, que todo esta como antes -dijo como si nada hubiera pasado.

-No supongas nada. Te he dicho que si dices una palabra de esto a alguien yo mismo te mato.

-Y yo ya dije que no diré nada –afirmó, sin apartar su vista de mí.

Mis ojos  se clavaron en los suyos. Nunca estaría seguro porque siempre existiría la posibilidad de que me traicionara en cualquier momento, pero por lo menos, había conseguido ganar algo de tiempo. Él era un puto cobarde y haría cualquier cosa por salvar su pellejo, sobre todo cuando se convenció que su puñetera vida estaba otra vez en manos de la policía.

-Sigues sabiendo lo que te conviene -asevere, bajando el arma-. Ahora, ¿dime para que me buscabas? -pregunte sin voltearme a ver a Isabella.

¿Qué estaría pensando en estos momentos? No hacia ni cinco minutos que me había confesado su mas grande temor. ¿Entendería porque había tenido que decir lo que dije? ¿Entendería que era la única solución que existía para salvarle la vida en esos momentos? ¿Entendería que era la única forma, para no haber matado a Owen allí mismo?

-El jefe me mando a buscarlo. Lo quiere ver en su privado.

-Bien, espérame allá fuera -ordene.

Él dio una última mirada a Isabella y otra mí, y luego camino hacia la puerta para salir.

Me gire hacia ella y sus ojos se posaron en los míos. Pude observar el mismo miedo, el mismo miedo que tanto le preocupaba, el mismo miedo y dolor que le causaría si algo malo le sucediera a su padre. Me acerque a ella. Quería decirle que no se preocupara, que todo estaba bajo control, que Owen no iba a hablar, que fui un estúpido por no haber puesto el maldito seguro.

Quería decirle tantas cosas, pero cuando estuve a punto de hacerlo, ella no lo permitió.

-No diga nada agente. Haga lo que tenga que hacer -habló con esa determinación que le caracterizaba.

-Bien -susurre mirándola directo a sus ojos-. Pon el seguro a esa puerta y no le abras a nadie -murmure, haciendo una mueca de enfado. Ella solo asintió.

Owen me estaba esperando como se lo había ordenado, y pase de largo, mientras sentía como este me daba alcance. No había necesidad que lo amenazara de nuevo, él sabia como estaban las cosas y que solo era cuestión de tiempo para que toda  esta mierda se acabara de una buena vez.

-Muy inteligente por su parte poli, jamás se me hubiera ocurrido pedir la ayuda de esa chica -este imbécil jamás se cansaría.

-Estoy de acuerdo -dije sin detenerme–, no tienes ni un puto gramo de inteligencia.

-Yo no estaría tan seguro –rebatió al momento que entrabamos en el bar.

Sus palabras me hicieron pararme en seco.

-¿Qué es lo que quieres? –pregunte mientras se posicionaba frente a mí.

-Nada que no este en sus manos -hizo una pausa con su típica sonrisa de idiota-. Voy a ayudarlo hasta el final, como he venido haciéndolo. Estaré atento para que nadie descubra a la chica y no diré nada a nadie. Pero a cambio de todo esto no quiero pisar la cárcel, quiero largarme de aquí, y le aseguro que jamás volverá a saber nada de mí.

-Hace un rato no decías lo mismo -solté una risita irónica-. Eres un hijo de puta.                      

-Le conviene fiarse de este hijo de puta -aseveró.

Esta era otra secuela del estúpido error. Nunca nadie me había chantajeado.

-Bien, todo a su debido tiempo y tendrás lo que quieres. Pero si no cumples- dije, dando un paso hacia adelante y dirigiéndome hacia su oído para susurrarle-, te prometo que te arrancaré la lengua suelta que tienes, y ni te imaginas la satisfacción que experimentaré en esos momentos.

Se quedo quieto, sin hacer el menor movimiento, y yo me aleje sin mirarle para dirigirme hacia el privado. Mi paciencia estaba llegando al límite.

Una vez frente al privado, me percaté de los fuertes gritos  precedentes de su interior. Distinguía las voces. Eran David y el jefe. Parecía que estaban discutiendo por lo que preferí  no interrumpir y escuchar con atención, recargándome hacia un lado de la puerta.

-Tengo que ir a verla y tú deberías hacer lo mismo -dijo David. Podía percibir la preocupación en sus palabras.

-¿Cuántas veces quieres  que lo repita? Ella hace mucho que no existe para mí -bufo el jefe, haciendo énfasis en sus últimas palabras.

¿Ella? ¿Quién era ella? ¿Sería el familiar enfermo al que quería visitar David? Pero, ¿que tenia que ver con el jefe?

-No hables así, ella es tu madre, la madre que nos crió. La madre que me recogió cuando quede huérfano -arremetió David.

Entonces… esa persona de la que hablaban, ¿era la madre del jefe?

-Bonita forma de criar -gruño el jefe con ironía-. ¡Carajo David! ¡¿Ya se te olvido que ella no hizo nada?! ¡¿Que se quedo siempre callada como una puta cobarde?! ¡¿Que no le importo que el hijo de puta te golpeara hasta cansarse porque te tomo como un esclavo?! -su voz iba en aumento y también la cólera en cada una de sus palabras-. ¡¿Y que permitió que a su propio hijo lo violaran cuando a él, a ese miserable, se le daba su puta gana?!

-Sabes bien que ella no podía hacer nada -afirmo David en forma abrupta.

De pronto una risa retumbo  en el interior.

-¿Nada?, no me hagas reír -hizo una pausa para controlar la risa-. Ya me canse David, ¿cuántas veces hemos tenido esta conversación? ¿Veinte, treinta, cincuenta? Y te aseguro que no me vas hacer cambiar de opinión.

-Lo se, pero…

-Pero ¿qué? Agradecida debe estar, la libre de ese miserable. Todavía recuerdo como imploraba, como suplicaba que no lo matara.

-No quería que te mancharas las manos, no quería que llevaras la culpa matando a tu propio  padre, ella me lo dijo, ese era su más grande temor, y  por eso esta así, en ese estado.

-¿Culpa? Jamás he sentido culpa. Se lo merecía, y lo volvería hacer si fuera necesario -podía imaginar en esos momentos la expresión de odio en su rostro.

El jefe había matado a su propio padre, tal vez se lo merecía, su padre había sido una fichita, un ser despiadado, un miserable pero eso no le daba ningún derecho a denigrar, a pisotear, a corromper la inocencia de esas pobres chicas. No me conmovía en absoluto.

-Déjalo ya David. Si quieres ve a ese maldito hospital de locos, pero luego no te sorprendas de los cambios que pienso hacer -dijo el jefe mas calmado.

-¿Qué cambios? -pregunto rápidamente David.

-Tengo algunos planes para Masen.

-¿Cuáles son esos planes?

-Eso a su debido tiempo, ya lo sabrás.

-Por favor Marc -tenía razón Rachel, ese era su verdadero nombre-. No sabes nada de él, y hay algo que no termina de convencerme. Además, ¿cómo es posible que tan rápido le quieras dar poder? -bufo David.

-Lo hemos investigado, tú mismo lo has hecho y esta limpio ¿no? -hizo una pausa y prosiguió-. Y en tan poco tiempo ha demostrado lo hijo de puta  que es. Ese es el tipo de gente que necesito.

Era el momento de intervenir, ya había escuchado suficiente. Toque la puerta solo lo necesario para que en ese instante David la abriera y me observara detenidamente, con una expresión en su rostro que no podía definir.

-¿Tu que haces aquí?

-El jefe quiere verme -conteste levantando levemente las comisuras de los labios. Eso no le gusto nada.

-¿Cuánto tiempo tienes parado allá fuera? –pregunto en forma acusadora. Era un tipo al que se le tenía que tener demasiado cuidado, nada se le escapaba.

-Acabo de llegar.

-¡Basta David! Déjalo pasar.

-Ya has escuchado -susurré mientras este me fulminaba con la mirada. Si de él dependiera ya me hubiera torturado de mil maneras para hacerme hablar.

Se hizo a un lado y  me introduje en el privado, el jefe se encontraba sentado en su sillón. En frente tenia su escritorio revuelto de papeles, con su ordenador prendido, por un lado lo que se suponía una taza de café bien cargado, el cual, supuse, le había sentado bien, ya que su aspecto había mejorado.

-Siéntate -ordenó-. David, déjanos solos. Tienes mi autorización para salir –el aludido lo miraba fijamente.

-Muy bien. Si me necesitas para cualquier cosa, ya sabes donde localizarme -contesto mordazmente. Un segundo después, cerraba de un portazo la puerta.

-No hagas caso, David es así, por eso es mi brazo derecho -dijo, de tal forma para que me quedara claro.

Solo asentí. Mientras él clavaba su mirada en mí.

-Pero también necesito otra persona de mucha confianza ahora que se ha incrementado el negocio. 

Debo reconocer que tenías razón, si no hubiera sido por ti, a estas alturas todo se hubiera ido a la mierda.

-Estaba mas claro que el agua, solo que estaba demasiado ofuscado para darse cuenta, y no era para menos -añadí.

-¿Siempre eres así? –inquirió, mientras me acercaba hasta su escritorio.

-¿Así?... ¿Cómo?

-Nunca te das crédito, pero a la hora de actuar no te tiembla el pulso para hacerlo –suspiró antes de continuar-. Me caes bien Masen, tienes equilibrio y me gusta, ahí poca gente como tú, los demás se dejan arrastrar por el dinero y el poder, y es allí cuando te traicionan.

-Tomándolo en cuenta, entonces, no soy ese tipo de gente.

-Bien –dijo apartando su mirada a la vez que ordenaba unos papeles. En ese momento sentí un vuelco en el estómago. Una sensación que no podía explicar.

-Como supongo, te imaginaras, con la captura de Rivas y Martínez, el control de la ciudad esta en mi manos -dijo, mientras seguía ordenando su escritorio.

-Estoy enterado.

-Hable con  mis contactos por todo el país antes de llevar a cabo la jugada en contra de esos hijos de puta, y todos estuvieron de acuerdo. Cuando alguien traiciona, se jode -su tono de voz era como una fina hoja de acero.

-Entiendo.

-¿De verdad lo entiendes? –pregunto, alzando la vista de nuevo. Lo mire unos segundos.

Me estaba llevando a un terreno desconocido, uno que no sabia hasta donde iba a poder llegar. Estaba midiendo mis reacciones.

-Si yo lo traicionara, sería hombre muerto.

-No te quepa la menor duda –asevero, antes de dirigir su atención a la pantalla del ordenador.

Su ceño se frunció por algún motivo desconocido para mí. Justo en ese momento sentí la adrenalina correr por mi sangre.

-Que raro, no recuerdo haber abierto este archivo –susurro ensimismado en el reflector de la computadora.

¡Joder!  Di algo, me dije. Habla antes de que  empiece a sospechar. ¡Maldición!

-¿Algo importante? -mi voz sonó preocupada.

-Si -contesto sin apartar su mirada de aquella pantalla, ni sus manos del teclado. A mayor rapidez se movían sus dedos sobre este, mis nervios iban en aumento-. Lo más probable fuera que lo abriera y no lo cerrara, ya que estuve trabajando hasta muy tarde.

-Supongo que así fue. Además, estaba al pendiente de lo que estaba sucediendo allá fuera –intente sonar tranquilo, despreocupado, como restándole importancia al asunto.

-Supones bien –susurro escuetamente.

Suspire internamente cuando vi como sus dedos se alejaban del teclado, a la vez que su mirada se posaba nuevamente en mí.

-¿Crees en la suerte, Masen? -pregunto de pronto, mientras su mirada escrutinia volvía a estudiarme con detenimiento, sin apenas llegar a pestañear.

Otra vez su estúpido análisis psicológico.

-No, simplemente hay que jugar bien las cartas que te toquen.

-Y en este momento… ¿que carta estas jugando?

-¿En este momento? Ninguna. Hay que esperar  el movimiento –si lo que pretendía era intentar intimidarme para ver donde estaba mi límite, no lo iba a conseguir.

-Entonces te diré, que pronto empezaras a jugar.

-¿A que se refiere?

-Me refiero a que tengo planes para ti. Como ya te dije, necesito otra persona y te he escogido a ti. ¿Qué dices al respecto? –pregunto, reclinándose sobre el respaldo del sillón.

-Digo que… hay que mover bien las cartas.

-Perfecto –sentenció complacido-. Empezaras esta noche.

-¿Que tengo que hacer?

-Iremos tú y yo al muelle. Allí, nos reuniremos con una persona.

-¿Puedo saber quien es?

-Solo te diré, que esa persona fue el que me ayudo para que la policía atrapara a Rivas y Martínez.

-Muy bien –sentencie, haciéndole ver que no me hacía falta ninguna información más.

-Bien. Ahora déjame solo, te mandare llamar cuando salgamos -solo asentí  y me levante de la silla para dirigirme hacia la puerta.

Una vez salí de allí, las últimas palabras golpearon mi interior con tanta fuerza con la que la sangre de mi pecho comenzó a bombear. No había manera de evitar lo que se venía, al menos que todo se fuera a la mierda.

Iba a conocer al maldito soplón, antes de que volviese a rayar el alba.