ACTUALIZACIONES DEL BLOG

Disturbia - Capítulo XXX (Alba)

Bueno chicas, os dejo el capítulo 30 de disturbia, 30 solo, parece que hayan pasado mas porque con la cantidad de cosas que están pasando…. Bueno lo dicho, os dejo con el capítulo de Alba….


Capítulo XXX - Papa


Pov Emmett


-Con una compatibilidad del 98%, el padre del menor, es el Señor Emmett Cullen.-

Esas palabras retumbaron en mi cabeza durante unos instantes y a penas fui consciente de cómo mi hermano salió de la habitación dejándonos a mí y a Bella allí, los padres.

Era padre, ese niño era mío. Después de un año de dudas, todo se había resuelto, y a pesar de que al ver al pequeño yo mismo habría afirmado que el padre seria Edward, no era así.

Los sentimientos a partir de esas palabras fueron confusos, estaba feliz por ser padre y por tener a Bella, a mi amiga de vuelta. Realmente la había echado de menos y más imaginándomela sola durante todo el embarazo, pero por más que la había buscado dar con ella fue imposible, y ahora no me lo perdonaría jamás. No solo había estado sola durante el embarazo sino que también se había ocupado de los primeros meses de vida de nuestro hijo sin nadie que la ayudara. Nuestro hijo… tendría que empezar a acostumbrarme…

Y también las cosas tenían que empezar a cambiar, ya me había perdido suficiente de mi hijo, y ahora que estaba aquí no iba a dejar que nada se me escapara. Quería ser padre, un buen padre, no había sido planeado, ni quizá como me había imaginado pues ella no era la chica que amaba, aunque si sentía un profundo cariño por ella, pero si las cosas se habían dado así era por algo. La vida es así y te lleva por caminos que quizás nunca habías planeado, pero hay que aceptarlo y en este caso yo estaba encantado de que ese pequeño niño fuera mi hijo, y planeaba hacerle feliz.

Salimos de la consulta del doctor sin decir nada, solo agarrados de la mano transmitiéndonos apoyo mutuo.

Fuera ya sabían que las pruebas me convertían el padre de Elliot, y no ocultaban su sorpresa mientras me abrazaban y felicitaban uno a uno.

Bella se retiró un poco, pero me di cuenta y me acerqué a ella mientras todos no paraban de hablar sobre nuestro hijo.

-¿Bells?

-¿Si?

-¿Todo bien?

-Sí, por fin ya sé quién es el padre de mi hijo, solo me abruma la atención que esto supone, no los ves a todos planeando…-dijo refiriéndose a mi madre y Alice.

-Sí, pero tranquila, es tu hijo nadie te va a imponer nada acerca de él, eso tenlo claro.

-Y,¿ qué vamos a hacer?

-Primero Elliot tendrá que saber que yo soy su padre y si te viene bien, una comida mañana para hablar sobre como lo vamos a llevar.

-Me parece lo correcto. Y de verdad siento haber desaparecido, pero fue demasiado para mi…

-Tranquila, ahora estas aquí y eso es lo que importa.

Logramos que todo el mundo se fuera tranquilo, no sin que antes Bella prometiera asistir a la comida familiar del domingo con Elliot y con sus padres, que para sorpresa de todos, excepto Alice, eran los que cuidaban en este momento del pequeño y que la habían apoyado y cuidado durante todo este tiempo.

Durante el camino al hotel donde se estaban alojando, la noté tensa y no quise decir nada por miedo a incomodarla. Yo estaba muy nervioso, no temblaba, pero el corazón me latía a mil por ahora solo de pensar que en unos minutos conocería a mi hijo.

Ante la puerta de la habitación, una sonrisa sincera de su parte hizo que me relajara. Abrió y la que identifiqué como su madre corrió a abrazarla y preguntarla como había ido todo.

-Tranquila mamá, te dije que no habría ningún problema y todo ha ido perfecto.

-Pero ese chico, como te habló, las cosas que dijo…

-Estaba nervioso, es normal, no te preocupes.-Aun defendía a Edward después de su comportamiento con ella, era increíble, yo me había quedado con ganas de partirle la cara, pero era mi hermano y aunque las formas no habían sido ni mucho menos las apropiadas era algo que los dos necesitábamos saber.- Bueno, mamá, te presentó a Emmett, el es…bueno ya sabes el padre de Elliot.

-¿Él? Bueno encantada! Espero que seas más educado que tu hermano.

-Edward es… un poco brusco a veces. Encantada de conocerla Sra.Swan

-Renne, por favor.

-Mamá… ¿Dónde está Elliot?

-Está con tu padre en un parque cercano, ya sabes que Charlie no aguanta encerrado más de dos horas…

-Iremos a hacerles una visita. Gracias mamá.

-Id, ¡vuestro niño os espera!

Caminamos cinco minutos hasta llegar al parque que nos había indicado su madre y empezamos a buscar a Charlie.

-Ahí están.-Señaló Bella.- Y parece que no están solos.

Un hombre que por su aspecto tendría la edad de mi padre, moreno con bigote, estaba sentado en un banco con un niño en sus piernas…Enfrente de ellos una niña rubia hacía sonreír al pequeño, una pequeña demasiado familiar.

-Sí, parece que mi princesa quería conocer a mi hijo antes que yo.

-Anda vamos.

Nos acercamos a ellos y Emma se lanzó a mis brazos como seguía siendo habitual, mientras el padre de Bella la miraba interrogante.

-Es Emmett, el padre de Elliot.- Pasó al pequeño a brazos de Bella y me tendió la mano.

-Encantado, espero que sepas cuidar de mi nieto.

-Estoy deseando empezar a ejercer como padre, y no tenga duda de que daré lo mejor de mí para que este pequeño sea feliz.

-Te tomo la palabra.

-¿Quieres cogerlo?-Me preguntó Bella.

-Sí, gracias.- Bajé a Emma que se quedo mirando embobada como yo al niño que Bella sostenía y poco a poco me acercaba. Lo cogí como ella me indicó y una extraña sensación se apoderó de mi cuando lo sentí en mis brazos.

-Es precioso.

-Es tuyo.- Dijo Bella sonriendo y acariciando la carita de Elliot.

-¿Eres su papá?- Pregunto Emma.

-Sí, preciosa este niño es mi hijo.

-Es muy guapo como tú y Edward! ¿Puedo jugar con él?

-Princesa, es muy pequeño todavía, pero en cuanto crezca un poco estoy convencido de que estará encantado de jugar contigo. ¿Verdad Bella?

-Sí, estoy convencido de que lo hará, enamoras a todos los Cullen…así que él no será una excepción.- Dijo guiñándole un ojo a Emma.

-Yupi!! Voy a buscar a mamá para decirle que tengo un nuevo amigo!!

Y salió despavorida, a lo que los tres adultos no pudimos más que reírnos.

-No te importa, ¿no?

-¿Emma?- Asentí con la cabeza.

-Es una niña encantadora y te adora, no soy nadie para decidir. Además, un poco de compañía no le vendrá mal a este pequeñín ¿no crees?

En ese momento, no sabía nada. Un mundo nuevo se abría ente mí. Uno en el que mis decisiones no solo me involucraban a mí, sino al pequeño que tenía en brazos y a la chica que nos miraba a ambos con fascinación. Me sentía bien, pero el miedo a fallar, a no ser lo que quería ser era fuerte. Mirando a Elliot me dije a mi mismo que yo era más fuerte que el miedo y que sería un buen padre.


¿Qué tal la cosa?....

Bueno, el viernes más con Airam…besos….


10/09/2010 Ayyys

13/09/2010 Almu

15/09/2010 -

20/09/2010 Nuri

22/09/2010 Karla

24/09/2010 Adry

27/09/2010 May

29/09/2010 Alba

01/10/2010 Airam

04/10/2010 Milu

CAPÍTULO LXI


No salía, el capítulo no quería salir, y si no sale, yo no me puedo forzar, y lo e intentado, pero ha sido peor :-S
Agradecimientos que es lo que toca y hoy hay bastantes, así que seré un poco más escueta que otras veces ya que estaréis deseando leer, o eso espero ;-)
Jorgi: No te preocupes por tardar, lo primero es lo primero. Yo también creo que no es fácil que el amor dure eternamente, pero si se quiere de verdad, se puede ;-)
AKa Mel L: Gracias por comentar ;-)
Klaudia: No te preocupes por tardar, si más que yo no tarda nadie :-S. Capítulo triste, pero necesario para madurar ;-)
Marianna: No te preocupes, lo primero es lo primero, tu a tu ritmo cielo ;-)
Jorgi: Es duro lo que tienen que pasar, yo no se que haría en su situación, ni si aguantaría la mitad de cosas que ellos aguantan. A mi también me encanta esa canción ;-)
Al: No se te olvido nada :-}. Gracias peque, tu si me haces llorar a mi jodia con tus palabras. Gracias ;-)
Karla: Dedicaros unas palabras es lo mínimo que puedo hacer para agradeceros como me animáis a seguir en vez de lanzarme cuchillos por tardar tanto :-S. Gracias ;-)
Ángela: Me alegro de que te haya gustado. Gracias ;-)
Jeraldinne: Idem de lo mismo cielo, me alegro que te haya gustado. Gracias ;-)
May: Dime lo que quieras en el idioma que quieras, que yo seguiré dándoos las gracias, así que, asumirlo ya :-}. Gracias ;-)
Pao: Me alegro muchísimo de que te guste el fic. Gracias por tus palabras ;-)
Kristian: Te digo lo mismo, seguiré dando las gracias porque lo valéis. Guárdame la cena ¿vale?...Te echo de menos monillo mío, haber si hablamos hoy ;-)
Rossy: Primero que nada, bienvenida!! Como siempre digo, yo encantada de ver a nuevas por aquí, y feliz de que os guste la historia. Gracias ;-)
Melissa: Encantada de que te hayas animado a comentar. Bienvenida!! Muchas gracias por tus palabras ;-)
Milagros: No se si antes habías comentado, sino es así Bienvenida!!! Y si era así, perdóname por no recordarlo :-S, es ya tanto tiempo. Muchísimas gracias por tus palabras ;-)
Dana: Muchísimas gracias por tu valoración, y por tus palabras ;-)
Adry: Jejeje, no cambies Adry por dios, es que me meo siempre con todo lo que dices, hasta con ese pequeño spoiler de Angeles jejeje. Gracias cariño ;-)
Nuri: A ti te tengo que dar las gracias doblemente, una por tus palabras, y dos por ayudarme en mi bloqueo, este capítulo no sería igual sin tu empujón. Gracias ;-)
Klaudia: Lo dicho arriba Klaudia, si tardas no pasa absolutamente nada. Veo que a todas os ha llamado la atención el carácter de David, no es que sea malo, lo he puesto como un hombre nervioso e impulsivo, de esos a los que a mi me encanta picar :-}. Lo dicho, gracias ;-)
Mariel: Me has calado cielo, soy su amiga infraganti, espero que nunca se enteren de lo que estoy contando :-}. Gracias ;-)
Anónimo (1): Bienvenida!!!, como he dicho arriba, estoy encantada de ver gente nueva por aquí y más a estas alturas. Y no, no me dedico a esto :*). Gracias a ti ;-)
Anónimo (2): Bienvenida de nuevo!!!, Se que son muchas las que no comentan, pero como ves, eso no ha sido impedimento para mi para continuar, ni para ellas para leer, y se que me apoyan aunque no digan nada, o eso espero :-}. Gracias por animarte ;-)
Anónimo (3): :*), te dije un día y no lo cumplí, pero como digo arriba, no salía, y yo para poneros cualquier cosa mal echa, prefiero esperar, espero que lo entendías. Gracias ;-)
MamitaKaren: Te echo de menos mami!!!!...TK. Gracias ;-)
Anónimo (4): Te digo lo mismo, se que me repito más que el ajo, pero es lo que hay :-S. Gracias ;-)
Esme: No te preocupes cielo, te digo lo mismo que a todas, vosotras cuando podaís, faltaría más que esto se convirtiera en una obligación. Gracias por felicitarme, y por tus palabras ;-)
Jorgi: Gracias por los aplausos :*), no se merecen pero gracias. Y no te preocupes por escribir comentarios largos, a mi me encanta leeros. Gracias ;-)
Vale, ahora sí….


CAPÍTULO LXI - Recuerdos

Kristen


-¿Recuerdas la primera vez que estuvimos en París? – susurro Robert acercándose peligrosamente hasta mi cuello.

Vaya si la recordaba.

Diciembre del año anterior, promoción de la primera película de la saga. Apenas unas horas nos permitieron estar en la ciudad, horas que quería aprovechar para conocer esta, y si podía ser en compañía de él, mejor. Pero no, yo no iba sola, por aquel entonces mi vida comenzaba a ser distinta, pues aun no era como ahora, y mucho menos lo era la persona que estaba hoy día a mi lado.

Ahora lo pienso….Dios…, que tonta fui, siempre tuve lo que necesitaba delante de mí, y no supe verlo en su momento…

-Nunca se me olvidara la forma en la que me mirabas mientras contemplaba la ciudad desde la terraza del hotel – murmure recordando aquella noche antes de irnos.

La ciudad brillaba con fervor. Recuerdo quedarme absorta mientras la observaba, pues nada de lo visto anteriormente podía compararse con el brillo y la luces de París, estaba hipnotizada con la magia que esta desprendía. Y entonces me gire para mirarlo, y ahí estaba él, mirándome a mí, como yo lo hacía a la ciudad.
Que ciega fui.

-Estabas radiante esa noche, se te veía feliz – susurro mientras yo me apoyaba en él, me encantaba cuando me besaba de esa manera, podía dejarme hacer horas y horas.

-Lo estaba… - musite dejándome

llevar por sus caricias. Esa fue la noche en la que todo empezó a cambiar… - ¿De que te ríes? – pregunte al sentirlo reír sobre la piel ya erizada de mi cuello.
-Estaba…estaba acordándome… del ascensor – volvió a reír antes de morder el lóbulo de mi oreja.
-¡Oh! …el ascensor – si hubiera sido Bella, seguro que ahora estaría ruborizada solo con nombrarlo.

No se si fueron todos los días juntos de la promoción, si fue mi subconsciente que ya estaba cansado de negar la realidad o bien mis ganas mezcladas con deseo, pero nada más cerrarse esas dos puertas, esa sensación extraña, esa que solo sentía cuando estaba junto a él y que era mucho más fuerte que yo, se apodero de mi cuerpo clamando por ser suya, por sentirme suya, únicamente suya.

Aún no se de donde saque el valor para alejarme de él, una vez se abrieron las puertas. No después de pedirle que me hiciera suya allí mismo, no después de sentir sus dedos acariciando mi interior, ese que gritaba ser tomado sin pensar en las consecuencias. En ese momento no habían consecuencias, no existía un después, en ese momento solo existíamos él y yo, él y yo junto a nuestras ganas de sentirnos.
Esa noche…fue el principio del cambio.

-¿Qué hubiera pasado…, si esa noche si hubieras ido a mi habitación? – pregunto a la vez que formaba un reguero de besos sobre mi mejilla, así hasta llegar a la comisura de mis labios.
-Mmmm…. Seguramente lo que paso dos meses después, cuando toque tu puerta en Tokio – respondí haciendo que el movimiento de mis labios al hablar, provocaran el roce con los suyos.
-Nos hubiéramos evitado muchas cosas – susurro entre besos.
-O no – dije llevando una de mis manos hasta su pelo, el cual comencé a enredar entre mis dedos mientras sus ojos grises se clavaban en los míos - Mira, si esa noche hubiera ido a tu habitación, quizás después el arrepentimiento habría llamado a mi puerta – quizás no, seguramente, conociéndome, era muy probable - Todo hubiera sido muy distinto.
-O quizás te hubieras fugado conmigo a Londres esas navidades – sonrió entrelazando mi mano libre con una de las suyas.
-No…, no – negué mientras mis dedos jugaban con los suyos - Por aquel entonces yo no tenía nada definido – todo no eran más que dudas - Además estaba… - calle ante su semblante serio - bueno, ya sabes quién. Las cosas pasaron como tuvieron que pasar, lo que esta claro es que esa noche comenzó a ser el detonante de todo – desde esa noche mi relación con Michael cambio completamente, desde esa noche las cosas comenzaron a ser más claras, y después esa separación…, ayudo bastante a terminar de aclararnos, al menos a mí.
-Bueno…, tarde pero seguro ¿no? – susurro marcando esa sonrisa tan jodidamente sensual, esa que tan loca me volvía, antes de posar sus labios en los míos, rozándolos suavemente, de manera delicada, sin prisa.

Pequeños jadeos de pura frustración se escapaban de mi garganta, cada vez sus labios se separaban de los míos. Justo en el momento en el que yo entreabría los míos, invitándolo a pasar, él volvía a alejarse, dejándome con las ganas de sentir su lengua enredándose con la mía. Varías veces proteste, varías sin obtener nada a cambio, solo el sonido de su risa, acompañado de otro leve roce de sus labios.

No se en que momento, su lengua sustituyo a sus labios en el juego de desesperarme. Primero delineo mi labio inferior con la punta de esta, estremeciéndome solo con sentir la calidez de ese músculo. Luego paso al de arriba, haciendo con ello que mi risa acompañara ahora a la suya, risa que murió en el mismo instante que sus dientes apresaron mi labio inferior y comenzaron a mordisquearlo, a la vez que su lengua junto a su aliento, lo iban acariciando.

Loca, estaba completamente loca por él. Él me hacía sentir así, sentirme como arcilla entre sus manos, arcilla que él modelaba a su antojo. Daba igual que su caricia fuera la más sencilla del mundo, él tenía el poder de convertirla en la más excitante de las sensaciones. Daba igual que fuera un beso, un simple roce o una inocente sonrisa, hiciera lo que hiciera, mi cuerpo respondía siempre de la misma forma, de esa que solo él me había echo sentir, de esa, que estaba segura que solo con él, sentiría.

Arrastro sus dientes por mi labio hasta volver a separarse de este, haciéndome abrir los ojos ante su ausencia. Apenas tres centímetros me separaban de sus labios, tres largos y tediosos centímetros. Entreabrió su boca casi a la vez que apoyo su frente en la mía, yo, instantáneamente volví a cerrar los ojos al sentir la calidez de su aliento sobre mi, a la vez que entreabrí los míos nuevamente.

Otra vez se apodero de mí la frustración al ver que la lejanía no se acortaba. Busque su boca, pero él se ayudo de sus manos, las cuales vagaban ya por mi cintura, para anular mi cuerpo y que así, no consiguiera mi propósito. Otro gemido reprimido salió de mi garganta con mi nuevo intento fallido y entonces sentí su lengua nuevamente acariciando mi labio superior.

No dude ni un instante. Cuando esta intento bajar, buscando el inferior, atrape su lengua entre mis dientes y acariciándola con la mía, fui dejándome llevar hasta que sentí sus labios puestos sobre los míos. Y entonces dejaron de hacer falta la prisión impuesta por mis dientes, pues su lengua se enredo con fiereza contra la mía, la cual le respondió de igual forma mientras mis manos, enredadas para entonces en su pelo, lo asían con fuerza contra mí.

Sin separar ni un solo milímetro nuestras bocas, fui cambiando mi postura con ayuda de sus manos. Un jadeo más pasional, prominente de ambos, murió con las acometidas de nuestras lenguas cuando quede sentada sobre su regazo, con ambas piernas pegadas a los lados de las suyas, frotando perfectamente su duro miembro contra la excitación de mi sexo.

El beso se fue convirtiendo cada vez más demandante, a medida que me iba restregando más contra él, sintiendo con ello, como sus caderas se apretaban dolorosamente contra mí, un dolor placentero, delirante…necesitado.

Extasiados por la falta de aire sumada a la lujuria del momento, rompimos el beso entre jadeos pero sin dejar de cesar el vaivén de nuestras caderas. Era como estar haciendo el amor con él, la sensación era la misma aún habiendo ropa de por medio. Ese calor, el fuego quemándonos por dentro, la necesidad con la que nos acariciábamos.

Sin darle tiempo a reaccionar, lleve mi boca hasta su cuello, mordiéndolo con fuerza justo en el instante que sus manos apretaron con ansia mi trasero. Seguí mordisqueando y succionando la piel de esa zona a medida que sus manos dejaron atrás la parte baja de mi cuerpo y comenzaron a colarse por mi camiseta, haciendo que los escalofríos tan conocidos se asentaran en mi espalda.

Pero de la misma forma que la pasión se cebó sobre nosotros, lo hizo el sonido molesto de su teléfono móvil…

-No, no, no… - lloriqueé sobre su hombro a la vez que mis manos apresaron su torneada espalda. No quería separarme de él, no ahora.
-Creo, que mejor nos frenamos un poquito ¿no?, ya va siendo hora de irnos – rió sobre mi pecho.
-Y no podemos quedarnos un poquito… - rogué sobre sus labios - Solo quince minutos – pedí entre besos – Solo un poco más….
-Kris…. – susurro mordiéndose el labio inferior, sus ojos dejaban claro que si quería quedarse – Si llegamos tarde…nos matan – termino de hablar a la vez que aflojaba el agarre de sus manos sobre mi cuerpo.
Adiós deseo, bienvenida frustración.
-Eres una mala persona….pero tienes razón – dije dejándome caer sobre su pecho totalmente vencida.
-Peque – volvió a reír - Esta noche en Londres no te libras, que lo sepas – enfatizo abrazándome fuertemente contra su pecho, abrazo que tuvimos que romper cuando el sonido del teléfono, volvió a sonar.

Lo que hubiera dado por poder parar el tiempo y quedarnos abrazados hasta hartarnos, solo abrazados, no pedía más, pero juntos. Juntos para volver a ver el amanecer de París, juntos para pasear por sus calles, para conocer la ciudad, para quedarnos en la cama sin tener que preocuparnos por ningún tipo de obligación. Pero no, ni siquiera para ir al aeropuerto íbamos juntos, ya que por seguridad, la productora nos exigía ir a cada uno en un vehículo.

Y pensar que ahora estoy aquí, anhelando como una loca estar con él, y hace apenas unas semanas, estuve a punto de echarlo todo a perder. Todo.

-Que tipo de vida puedo darle mama, ¿una en la que me esconda cada vez que todo vaya mal?, ¿una en la que me encierre por miedo a ellos?...no, eso no es vida para nadie. Así no puedo hacerlo feliz.
-¿Eres feliz a su lado?
-Si.
-Entonces ¿porque te empeñas en creer que él no lo es?
-Porque todo son peleas mama. Yo no quiero esto que tengo, no quiero salir a la calle sabiendo lo que hay fuera, no quiero tener que estar huyendo cada vez que veo a los periodistas, no quiero pasar mas noches como la de hace unos días. Yo solo quiero que mi vida sea como antes, una en la que ir a comprar el pan, no suponga tardar en llegar a casa dos horas por tener que despistar a los paparazzis, una en la que pueda salir con él tranquilamente, sin la paranoia de que nos están fotografiando…Simplemente una en la que ellos no estén…Y mientras eso no suceda, yo no puedo hacer feliz a nadie…
-Kristen…Tu problema no son ellos. Tu problema…eres tu cielo, y mientras no cambies el chip, mientras no te des cuenta de que lo de antes, jamás va a volver, ni tu misma serás feliz. Lo único que conseguirás con eso… será alejar a la gente que te quiere de verdad…

Dicen que de todo en esta vida hay que aprender, que todo lo malo tiene un lado bueno, positivo… Ahora me doy cuenta de esa gran verdad.

¿Por qué tiendo a engañarme a mi misma?...la respuesta es clara, por miedo, un miedo superior a nosotros mismos, uno que no se puede controlar, uno que yo… he sentido dos veces a lo largo de mi corta vida. Primero con mis sentimientos, siempre estuvieron ahí, siempre, pero yo me negué a verlos, me empeñe en negarlos y en complicarme las cosas no solo a mi, sino a todos los que tenía a mi alrededor. ¿Y todo porque?...por miedo, miedo a admitirme a mi misma esa realidad que gritaba en mi interior, miedo a dar un paso en balde…y caerme, perdiéndolo así todo. Egoísta si, pero así somos los seres humanos, egoístas, conformistas, incapaces de arriesgar hasta que no vemos que vamos a perderlo todo…

Ahora, como si ya no hubiera tenido bastante, vuelvo a engañarme a mi misma, aferrándome a una vida que ya no volverá. Y no volverá, porque nos guste o no, las cosas cambian. Yo elegí un camino, un camino que al igual que todos tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Anduve por ese camino durante nueve años sin pena ni gloria, pasando desapercibida casi para todo el mundo, madurando con cada una de las experiencias que me aportaban los guiones que tocaba. Daba igual la intensidad que tuviera la película, o la trama que la envolvía, de todas había aprendido algo, todas me habían aportado algo, y por supuesto, la saga crepúsculo…no iba a ser menos.

¿Quién me iba a decir a mi que aprendería tanto con ella?, e ahí el problema. No todo esta en los guiones. Siempre recordare lo que pensé al acabar este… “Esta es una historia para aprender a soñar que el amor imposible, existe”…, que ingenua fui… Pues no solo el papel de Bella me había enseñado a que no se necesitan dar razones para hacer las cosas, que simplemente hay que hacerlas y no avergonzarte por ello, sino que la película en si, todo lo que la envolvía, me había dado la mayor lección de mi vida.

La vida no es mas que un río, uno lleno de corrientes, cruces y distintos caminos, eso ya depende de las elecciones que hagas mientras lo surcas, lo que si esta claro, es que no hay vuelta atrás por ese río, y que depende de nosotros el llegar a buen puerto mientras lo navegamos. Eso justamente me había estado pasando a mí.

No aceptaba el cambio, no aceptaba dejar mi antigua vida para formar parte de esta nueva, esa que me había traído el fenómeno crepúsculo…De lo que yo no era consciente, era que no se trataban de dos vidas distintas, no. Era la misma…mi vida, solo que por un cruce que yo misma había elegido al aceptar hacer dicha película, un cruce del que no había vuelta atrás, uno del que solo tenía dos opciones, aceptarlo y navegarlo lo mejor posible, o seguir amargándome, viviendo del recuerdo.

-Peque… - susurro Robert en mi oído, correspondiendo al abrazo que le estaba dando, con la misma intensidad.
-Te he echado de menos – susurre en su pecho, sin alejarme aún de él, mientras los guardaespaldas iban cogiendo el equipaje de los coches a nuestras espaldas.
-Y eso que solo han sido veinte minutos – río.
-Pues imagínate si llegan a ser más – respondí levantando la cabeza para mirarlo, justo antes de besarlo levemente sobre la comisura de sus labios, provocando así los vítores y silbidos de algunas de las personas de nuestro alrededor.

Me daba igual quienes estuvieran delante, me daba lo mismo no estar en la intimidad de la habitación de un hotel o a escondidas por algún pasillo, me daba lo mismo estar en un aeropuerto privado, privado pero a la vez abierto a los intrusos, y me daba lo mismo que hubieran más de treinta personas conocidas y desconocidas a nuestro alrededor. Ahora ya, ahora que ya era consciente de todo, ya me daba igual, no seguiría reprimiéndome más, no después de haber estado tan ciega.

-Chicos no es por interrumpir este pequeño acto de amor pero… hay un avión que nos esta esperando y una promoción que continuar – dijo Nick colocándose a nuestro lado, trayéndonos de vuelta nuevamente a la realidad.
Hora de seguir con la promoción, no quedaba otra.

Era lo que tocaba, así llevábamos las últimas semanas, de país en país promocionando Luna Nueva, apenas tuvimos un par de días de descanso al acabar eclipse, pues, las entrevistas, las sesiones fotográficas y los interminables viajes, no se hicieron esperar, una vez volvimos a Los Ángeles de Vancouver. Promoción que empezó por separado, pues yo tuve que marcharme a Brasil y México con Taylor, mientras que Robert se fue a Japón con Chris, algo que no me desagrado, al revés, ya daba por echo que la promoción seria igual de extensa que lo fue con Crepúsculo, y que los días para esta serían menos, por lo que estaba claro que nos separarían de esa manera, pero fue inevitable que lo echara de menos, y más después de haber estado distanciados las ultimas semanas de rodaje.

Distanciados por mi culpa, por mi manía de no querer aceptar mi realidad, esa que me golpeo tan fuertemente aquella maldita noche.

Dicen que a veces hace falta caer para poder darte cuenta de las cosas. Yo, no solo tuve que caer en picado, pues hicieron falta mas cosas para darme cuenta de esa realidad, entre ellas, un viaje fugaz a mi casa. Hui de todo nuevamente con la excusa de buscar por unas horas la tranquilidad de mi hogar, volví a darle la espalda a todo como había echo meses atrás, volví a negarme a afrontar la situación y me encerré en mi misma, creyendo que así hacía lo correcto, pero no. De lo que no me daba cuenta, es que haciendo eso, solo conseguía que los días fueran pasando, y que con ello, las oportunidades de tomar las riendas de todo, siguieran escapándose.

-Si mañana también dormimos en Londres, habrá que madrugar, ya que jueves a las doce del mediodía, tenéis la primera entrevista en Madrid – decía Nick, caminando a nuestro lado hacía el avión.
-Voto por madrugar y pasar unas horas más con mi familia – contesto Robert mirándome. Yo simplemente asentí y apreté más su mano, la cual estaba enredada con la mía, indicándole así que estaba de acuerdo con él.
Si tenía que seguirle al fin del mundo, ahora mismo lo haría.

Aquella conversación en la terraza de casa con mi madre fue el detonante de todo. Sin saberlo, huí con la intención de olvidar, y conseguí el efecto contrario. Ahora no me arrepiento de haber ido, sino hubiera hablado con ella, quizás no estaría así con él ahora mismo, o si él, no se hubiera mostrado distante conmigo cuando regrese, tampoco me habría dado cuenta de todo lo que perdía con mi estupidez.

-No es por romper la magia de este momento pero…sino me equivoco, eso que veo a mi izquierda, son flashes – habló Nick, haciendo que los tres miráramos hacía ese lado.
-Si, eso parece – suspire – Dejémosles que por una noche se ganen su sueldo – respondí apretando más mi agarre en la muñeca de Robert. Este me miro, y pude ver el brillo en sus ojos traspasándome.
Era feliz, y lo irónico, es que yo también lo era.

Tenía que aprender, esta era mi nueva vida y tenía que aprender a lidiar con ella. Ya no cometería los errores del pasado, estaba segura que habrían bajones, momentos en los que la presión volvería a hacer acto de presencia, pero ninguno conseguiría que volviera a huir. Ya no huiría más, y por una noche, al menos por esta noche, ellos no conseguirían borrar la sonrisa de mi rostro…, en los nuestros. Quizás mañana, pero no hoy.

-Quizás se apiaden de vosotros y no vendan las fotos – río Nick con su propio comentario, ni él mismo se creía lo que acababa de decir.
-Esas ahora mismo están dando la vuelta al mundo…Pero me da igual – dije volviendo a mirar a Robert.

Hoy marcaría otra de las hojas del calendario de mi vida, ese en el que a partir de ahora, haría lo posible para que cada día contara, en ese en el que haría las cosas tal cual las sintiera, sin necesitar una razón para ello, exactamente igual como me había enseñado el papel de Bella que tenía que hacer, y hoy era el principio.

Hoy me apetecía estar con él, solo con él. Me daba igual a los ojos de quién, lo único que importaba, era lo que ambos sentíamos.


El capitulo es mucho mas largo, pero como son varías las ideas con las que quiero que os quedéis, lo he cortado aquí, así que, nos vemos pasado mañana…Hasta el jueves….