Nada de lo que os pueda decir justifica mi ausencia. Demasiadas piedras en el camino que hacen que la inspiración se duerma, o al menos, las ganas de hacer provecho de ella, y demasiado tiempo dedicado a esos calentamientos de cabeza, solo eso os puedo decir a aquellas lectoras que aún quedéis por aquí :S.
Centrémonos ya en la historia, que es más divertida que mis penas :p.
Me gusta que penséis, me gustan vuestras reacciones y vuestros pensamientos, vaya si si, es un grato aliciente para mi, os lo aseguro ;). Muchas gracias soles, que eso es lo que sois para mí :p.
Bueno, antes de nada y como ya os comente en el adelanto, llegadas a este punto, y viendo que la duda generalizada gira en torno a la cabecita de Bella, hoy voy a hacer una contestación generalizada también, en animo de aclarar dudas o hilos que se os puedan escapar, aunque he de decir que me parece que más de una y mas de dos y más de tres jeje, ya sabe por donde van los tiros aquí, pero… por si acaso, y como me siento generosa hoy :p…
La situación es la siguiente; la cabecita de Bella. Esta es la esencia del fic, al margen de Edward, Rose, Jasper, sus padres… etc, por encima de todo esta su cabecita, y es lo que le hace diferente (de ahí que sea más locura a la hora de leerlo, a la de escribirlo, a la de todo. Si hubiese buscando una personalidad más sensata…, pero casi todo esta inventado y solo me queda jugar con la personalidad de ellos, ahí a quien eso no gusta, a vosotras os gusta y por ende a mi me encanta). Es por su cabecita loca, lo que hace que situaciones naturales, sean vistas desde su óptica de percepción de otra manera, quizás más surrealistas si pero… que me levante la mano la que nunca se haya visto envuelta hablando consigo misma, escuchando una voz interna (que no es más que la razón de una misma), diciéndoos eso no, eso si, o pensando las cosas más de la importancia que en realidad tienen (yo este último més, os puedo asegurar que más de lo que debería :S).
La mente de Bella no es más que un reflejo generalizado, llevado hasta el más absurdo de los extremos (de ahí las risas que os pueda sacar), de la de cualquiera de nosotras, sino, ponerse en su situación. Os planta vuestro novio casi en puertas del altar, huís, y años más tarde no os quedan más narices que volver, lo que significa volverlo a ver y toparos con todo aquello de lo que huisteis. Por inseguridad, accedéis a ir con alguien que no conocéis, y que encima esta buenísimo, pasados los días esa atracción de ambos pasa a otro nivel, y al levantaros a la mañana siguiente veis que él sigue allí, y va a seguir allí por muchos días más… Una tía segura de si misma diría; “que me quiten lo bailao, yo voy a disfrutar y luego dios dirá”. Una tía insegura como Bella se lo piensa, se lo piensa mucho, y más cuando a Edward le basta una simple mirada para derretirla.
Detalle como el de las bragas no esta escrito porque sí, como bien habéis dicho, este no es más que un efecto de los miles que Edward le provoca.
Y detalles como el de la chica del baño, tampoco esta escrito porque si. Eso y el hecho de que piense tanto las cosas, no es más que culpa a su inseguridad. Se quiere a si misma, como cualquier mujer, todas nos queremos, unas más, pero otras menos, y es en este grupo donde Bella entraría. Ella tiene delante a una persona, que aunque lo niegue, la desequilibra emocionalmente. Por un lado intenta dejarse llevar, pero por otro, sabe, que esas reacciones de su cuerpo son desconocidas para ella y eso la lleva a querer saber porque. Y a ello hay que añadir el factor miedo, porque sabe que se esta quemando, porque sabe que sino no se estaría haciendo tantas preguntas (su misma razón se lo ha intentado hacer ver, leer sino de nuevo su charla en el baño) y piensa o cree ciegamente que ella es la única que lo hace, la única que se va a quemar. Nuevamente, por culpa de su inseguridad.
Y esa inseguridad también, es la que le arrastra a pensar… “¿por qué hace eso o aquello Edward?”... Si asumiera de ante mano que no es más que por atracción, que ella es capaz de atraer a un chico como Edward y que no hay nada más detrás, al fic le quedarían dos telediarios y eso no encajaría con su inseguridad, inseguridad que ha ido marcando las pautas de todo el fic; no querer volver sola a Seattle, la relación con sus padres, los roces que pueda llegar a tener con su hermana así como las muchas comparaciones que se ha hecho con esta, la historia de Jasper, todo lo dicho por Ángela y Jacob… etc…
Pensad una cosa, el desarrollo del fic, o mejor dicho, las actualizaciones del mismo, están siendo lentas por mi escaso tiempo (cosa que me he propuesto solventar de una buena vez), pero la historia es continua. No ve a Edward un día y pasan quince hasta que lo vuelve a ver, no… Duerme con él, se levanta y esta él, come con él, cena… Un día… otro, otro, y así van casi dos semanas, casi dos semanas llenas de detalles mínimos, y no tan mínimos, que hacen que ella no deje de hacerse preguntas. ¿Por qué se las hace?, eso es algo que tiene que averiguar ella misma, y si lo averiguara a la rapidez del chasquido de los dedos, eso no tendría ningún sentido.
Y luego por otro lado esta Edward. Todo sería más fácil y lo entenderíais mejor, si él también narrara la historia, o si de buenas a primeras soltara todo lo que esconde, lo se chicas pero… yo no soy de historias fáciles ni de caer en topicazos más allá del Edward y Bella “forever”. De mi jamás leeréis, al menos no tan simplemente, un se conocen y enamoran a primera vista, son felices, llega el malo maloso, los separa y tras muchas trabas vuelven para jurarse amor eterno, de eso ya hay mucha abundancia, yo soy algo más… “real”, dentro de todo lo irreal que puede llegar a ser todo esto. De ahí que os haga la historia más… “difícil”, por decirlo de alguna manera, para que vosotras mismas seáis quienes hiléis. Por ello, es que puede que penséis que Edward esta jugando con ella, todo lo contrario… Ese “déjate llevar” “todavía es pronto para mantener esta conversación” y así hasta un largo etc… lejos de ser dañino para Bella, son dichas a modo de vía de ayuda, el problema radica en que ella no lo ve así, y no lo ve así porque sabe, aunque aun no lo admita, que hay algo detrás, algo a lo que aún no sabe ni como llamar… ¿Lo sabríais vosotras pasados quince días de conocer a un chico/a? ¿Y sin haceros mil y una preguntas?... ¿Y sin una conexión entre ambos, más allá del miraros?... pues ahí esta la historia, que la casa hay que empezarla siempre por el suelo y no por el tejado, pues así es como sucede en la vida real.
En cualquier caso, os digo que eso es algo que ya comprenderéis totalmente a medida que sigan avanzando los capítulos, os lo aseguro. De ante mano ya os digo, que Edward es quizás quien más debates internos este teniendo ¿o si no porque en cada capítulo esta más… suelto? Menos receptivo a la hora de responder... Y hasta ahí puedo decir, porque sino lo echaré todo a perder.
Vuelvo a repetir, la mente humana es un abismó que esta en completo movimiento las veinticuatro horas del día, no es un robot que asimile en dos minutos el porque de la cosas. Se necesita un proceso, proceso en el que tanto Bella como Edward están, lo que pasa es que vosotras solo estáis leyendo la versión de Bella. Aunque sea un poco de locos, intentar poneros un poco en la de Edward, pistas para hacerlo tenéis…
Y para terminar, y como hoy me siento generosa (para que luego digáis que soy mala :p), os voy a dar una pista más, la cual no se si habréis captado todavía, y es con la que verdaderamente os tenéis que quedar. Bella lleva toda la vida huyendo… principalmente de si misma… y no hay peor enemigo que la inseguridad. Y ya no digo nada más, porque la que sepa leer entre líneas ya habrá descubierto todo el pastel que hay tras este fic :p.
Y ahora sí, tras este gran discurso me queda deciros lo más importante. Este capítulo estaba pensado para ser mucho más largo. La primera parte del mismo la he reescrito como unas tres veces porque no terminaba de convencerme, de ahí también mi retraso, y aunque he intentado tenerlo listo para hoy, finalmente no he podido hacerlo. Y como mañana y pasado me va a ser imposible escribir, ya que me han cogido para estar de pasante dos días en la Audiencia provincial de mi provincia (para la que no sepa que es una audiencia, decir que es un tribunal de justicia con ámbito territorial provincial), lo cual me beneficia tanto en mis estudios, como en mi bonita asignatura de Derecho Procesal (nótese el sarcasmo), ya me da hasta vergüenza estar tantos días sin actualizar.
Así que he partido en dos el capítulo. Hoy os cuelgo la primera parte, y este fin de semana voy a intentar terminar la última (la cual ya tengo medio escrita, pues el adelanto va en esa parte). En cuanto esté terminada la subo ;)
Vale, y ahora sí de verdad :p.
Capítulo 29 – Leyendo entre líneas (1ª parte)
“Tres noches antes de la boda”
-¿Porque no nos vamos a dar un paseo? –pedí con voz ahogada.
Necesitaba salir de allí con urgencia si no quería que la escena del cine se volviera a repetir, y dado al grado de excitación que Edward estaba despertándome, era muy probable que eso terminara por pasar.
-No…
-¿No? –inquirí nerviosa, conteniendo mis ganas por aferrar mis manos en su cuello y besar aquellos labios mientras las suyas recorrían todo mi cuerpo y…
Dios… necesito salir ya de aquí.
-Aún tengo que ganar una apuesta –murmuró con voz ladina.
-¿Una apuesta?... –puta apuesta. Estaba yo para apuestas ahora mismo- Da igual… ya has ganado –mi voz rasgo mi garganta en una suplica.
-“Lasciarsi andaré” –susurro antes de alejar su mano de mi cuerpo y utilizar ésta para llamar a la camarera.
¿Alguien tenía un diccionario? Y de paso un babero, pero no precisamente para el cuello…
……….
-¡Me siento total y completamente engañada! –vociferé nada más poner un pie en la oscuridad de las calles de Port Ángeles.
-Sabía que te sentirías así al descubrirlo –respondió Edward con diversión.
Cientos son los mitos que giran en torno a los hombres. Frases como “los hombres tienen miedo a enamorarse” o “el tamaño de sus manos y pies, te dará una medida aproximada de su miembro”, no son más que falacias que, bien por protección hacía nosotras mismas o por intentar tener más seguridad en esa persona, memorizamos hasta el punto de poner la mano en el fuego por demostrar que es cierto.
Yo hacía años que deje de creer en esas leyendas absurdas, sobre todo cuando, pasado un año de aquel mensajito, y aún sin noticias de Jasper, me di cuenta de que aquello que tantas veces me repetí a mi misma, ese… “le entró miedo, pero seguro que vuelve a buscarme”, no era más que un engaño a mi misma, uno del que no conseguía otra cosa más que vivir con una venda tapándome la realidad.
Pero si hay algo de real en los hombres, es lo obcecados que pueden llegar a ser cuando quieren demostrar que están en lo cierto.
No se como no pude intuirlo cuando acepte aquella absurda apuesta, hacía algo más de veinticuatro horas en aquel supermercado. Ni cuando horas más tarde, Edward volvió a insinuarlo mientras comíamos en una cafetería cercana. Quizás fuera por esa manía enfermiza que tenemos las mujeres en tener que llevarle siempre la contra a los hombres, aunque sepamos que estamos equivocadas, no somos capaces de darle la razón por las buenas, si lo hacemos siempre es con segundas o con algún pero de por medio.
Al menos, así suele ser por norma general.
De hecho, solo había que ver la cara de gilipollas que se me tuvo que quedar cuando Edward, en un tono más persuasivo del habitual, le pidió a la camarera que comprobase si la leche de su café era totalmente desnatada, ya que las otras tenían una sustancia a las que él era alérgico.
Como era de esperar, aquella pelirroja servicial no tardó ni tres minutos en volver hasta la mesa, para confirmar aquello que yo misma sabía desde que Edward pronunció aquella excusa. Los hombres sólo se esmeran cuando mienten o cuando quieren demostrar que tienen la razón. Y Edward se había encargado de demostrarme esa verdad con creces.
Así que no me quedo de otra que hacerme la ofendida, mientras la sonrisa socarrona se dibujaba en su rostro.
Podía haberle llevado la contra en un intento de no dar mi brazo a torcer, algo tipo; “la camarera te ha mentido, solo quiere alagarte”. Pero en mi situación, con el estómago encogido aún por la excitación de minutos atrás, y mis rezos internos porque los fluidos que esa maldita sonrisa provocaba en mi cuerpo, no traspasasen la fina tela de mi vestido…, poco más podía hacer.
Solo desear salir de allí cuanto antes y continuar con mi teatro de ofendida, mientras durara aquella expresión de “te he ganado” en el rostro de Edward.
-Tú no lo entiendes, son años de esfuerzos inútiles, malgastando saliva y energías. ¡Sintiéndome mal cuando no lo pedía con sacarina! Y todo para nada –bufé mientras comenzamos a caminar calle abajo.
-Me alegra saber que gracias a mi conoces la verdad –respondió en un susurro.
Aquella respuesta me hizo girar el cuello para mirarlo. En seguida repare en su pose abstraída, en esa mirada cabizbaja y en la inclinación hacía delante de unos hombros que siempre vislumbraban por su simetría y erguidez.
Pero sin duda, lo que más llamó mi atención fue ver sus manos, o mejor dicho, no verlas cayendo con la elegancia y naturalidad que acostumbraban, sobre los costados de su cuerpo, sino escondidas en el interior de los bolsillos de sus pantalones.
Inevitablemente, la pregunta nublo mi mente sin que pudiera hacer nada para evitarla.
¿Qué estaría pensando?
-¿Es en la apuesta en lo que estas pensando? –insinué sarcástica, dándole un codazo en su antebrazo, en un intento de traspasar aquel muro tan misterioso.
Aunque de ante mano sabía, que aquella estrategia iba a ser inútil.
-La apuesta la tengo ya pensada desde ayer –respondió mirándome a través de sus largas y tupidas pestañas, sin inmutarse un ápice en su pose relajada.
Y aquella respuesta no hizo más que confirmar aquello que yo ya sospechaba.
-¿Y no podrías compadecerte de mi? He sido una engañada del sistema –negó con la cabeza ante mi inútil intento de persuasión –Esta bien. Dilo y acabemos ya con esto.
-Todo a su debido momento Bella –sonrió, pero aquella sonrisa no llego a sus ojos como de costumbre.
-¿Piensas mantenerme en ascuas? No puedes hacer eso –inquirí de nuevo, en un tono infantil, siendo yo ahora quien buscara su mirada, o más bien, aquella sonrisa que pareciera indicarme que todo estaba bien con él.
-Simplemente no pienses en ello –respondió encogiéndose de hombros, sin apenas llegar a mirarme.
No, no podía dejar de pensar en ello.
-No puedo hacer eso, ¡mi cabeza tiene vida propia! –alce la voz por encima de mi tono habitual, a la vez que señalaba mi cabeza con las manos, haciendo formas giratorias con estas. Al fin rió.- En momentos como estos me siento un bufón –proteste en un intento de permanecer sería, aunque realmente, había conseguido mi propósito, ya que Edward continuaba riendo a carcajada amplia.
¿Pero por qué tenía que estar haciendo esto? ¿Qué me importaba a mí, que Edward sonriera o no?
-Prometo no reírme más de ti –contesto entre risas, tras pararme en seco y cruzarme de brazos en un intento de volver a hacerme la ofendida.- Esta empezando a refrescar ¿te apetece un chocolate caliente? –pregunto alzando sus cejas. Y apunto estaba de responder cuando añadió- Con leche entera.
-Muy gracioso –siseé mientras retomaba mi camino calle abajo. Pero entonces, el agarre de su mano en mi muñeca, me impidió continuar.
-Bella… Ven –susurro atrayéndome de nuevo hasta él- Ya no me reiré más de ti. Lo prometo –juró alzando su mano libre en alto, a la vez que me miraba fijamente, sin llegar a pestañear.
-No se porque no te creo –respondí frunciendo el ceño.
-Créeme, no más bromas –dijo serio, aunque ese brillo en sus ojos…- ¿Y un café? –inquirió, alzando de nuevo sus cejas, mientras las ganas por ahorcarlo se apoderaban de mí.
-¡Eres!… odioso –respondí con la primera palabra que vino a mi mente.
Suficiente, dada la presión que la intensidad de aquellos ojos estaban ejerciendo en mi cuerpo.
-Me lo tomare como un cumplido –sonrió con arrogancia.
-Yo de ti no lo haría –amenace, antes de sentir su aliento aproximándose a mi rostro.
-¿No?
Aspire aquella ola cálida, debida a la proximidad de nuestros rostros, como él que aspira el aire por la necesidad de respirar. Mi cuerpo no tardó en estremecerse ante ello, provocando que mi mente gritara enloquecida lo que desde hacía un par de horas parecía necesitar.
Iba a besarme, o al menos eso es lo que yo quería que hiciera. Sus ojos me estudiaban, pidiendo permiso implícitamente para hacerlo, y mis labios no tardaron en abrirse levemente invitándolo a que lo hiciera, mientras mi lengua, ansiosa ya por sentir la suya, jugueteaba inquietante con mis dientes.
Y cuando apunto estaba de sentirlo…
-¿Oyes esa música? –susurro contra mis labios, sin apenas llegar a rozarlos.
Mis ojos, casi apunto ya de cerrarse, se abrieron de golpe ante aquella pregunta, cruzándose de lleno con la energía electrizante que destilaban aquel par de gemas.
Si escuchaba música decía. Yo lo único que era capaz de escuchar en ese instante, era a mi mente gritando enloquecida lo tonta que era.
Que tú quieras que te bese, no significa que él quiera hacerlo.
Estúpida, estúpida, ¡estúpida!
-No, no oigo nada –susurre apartándome ligeramente de aquella cercanía.
Esto estaba empezando a ser insano y enfermizo. Yo misma era insana y enfermiza.
-Escucha, escucha… -pidió alzando un dedo al aire, indicando el lugar del que procedía la susodicha melodía, mientras sus ojos se perdían por aquella indicación- ¿Seguro que no la oyes? –insistió de nuevo.
A ver si lo que Edward escuchaba, eran los latidos de mi propio corazón. No sería algo extraño, teniendo en cuenta la fuerza con la que palpitaba contra mi pecho, desde aquel intento frustrado de beso. Corrijo, desde que mi mente se imagino que ese gesto iba a desembocar en un beso.
Y hay quien dice que los hombres no deberían venir con un manual de instrucciones. ¡Claro que sí! Y a poder ser, con uno que tenga una sección especial dedicada a traducir sus gestos y expresiones.
¿Y porque no le has besado tu?
¿Yo?... ¿Yo?... Pues… pues porque fue él quien se acerco… yo…
¿Y?
Cómo que ¿y?
Si te morías porque lo hiciera, ¿por qué no lo hiciste tú?
Pues… pues…
-¡Escucho la música!- grite en un resorte, acallando con ello a mi mente y asentando la perplejidad en el rostro de Edward.
Cobarde.
Si, puede que fuera una cobarde, pero prefería mil veces ver como las facciones de Edward se revestían de un gesto cómico ante mis propias reacciones, antes de tener que lidiar con una mente estúpida que no dejaba de hacerse preguntas aún más estúpidas.
-¿Qué pasa? –pregunto de pronto Edward, sin borrar aquel gesto jocoso de su rostro.
-Nada –sisee, alejándome nuevamente de su pronta cercanía.- Sigamos el sonido de esa música, quiero saber que es.
¿De que tienes miedo, Bella?
Y ahí estaba otra vez miss pepita grilla, nublando cualquier pensamiento coherente que pudiera tener. Y luego me quejo de no pensar con claridad, ¿así quien puede pensar en algo coherente? ¿Quién?... Todo sería muy distinto si ella no estuviera incordiando, o si apareciera cuando realmente la necesitara.
-¿Estas bien? –inquirió nuevamente Edward, acortando la distancia que nos separaba.
Ahora sí que me tomaría por una loca.
-Claro, claro que sí –respondí de forma atropellada- ¿porque no habría de estarlo?
-Te noto –dudo entrecerrando sus parpados, pero sin dejar de mirarme un solo instante- nerviosa, ansiosa. Hace un momento estabas bien y ahora…
Y ahora te tengo frente a mí, intentando traspasarme con esa mirada ¿y de verdad pretendes que no este nerviosa?
Dile eso que acabas de pensar.
Señor por favor… ¡haz que se calle de una vez! Todo sería más fácil si no tuviera que escucharla. Aunque pensándolo mejor, si Edward no estuviera tan rematadamente bueno, o si se limitara a hacer lo pactado hace unos días, o si no se acercase a mi de esa manera, o no me mirase como el cazador mira a su presa o…
-Bella…
-Estoy bien, de verdad –repetí de nuevo. Estaría bien, cuando comenzáramos a caminar estaría bien- Vamos, tengo curiosidad por saber que pasa –dije tirando de su mano para que me siguiera, pero él no parecía estar muy de acuerdo con ello.
-No hasta que me digas que es lo que te pasa –insistió estirando de mi propio agarre, hasta acorralarme contra la pared de una de las fachadas de los edificios.
¡Dios! ¿Por qué Edward tenía que ser tan insistente? ¿Porque simplemente no podía dejarlo pasar?
¿Ves? Si te dejaras llevar de una buena vez, yo no estaría aquí…y tú no estarías así.
¡Por favor! Si ya lo hago.
No, no lo haces… crees que lo haces pero no… No dejas de pensar.
¡Claro que lo hago! ¿Qué llevo haciendo todos estos días?
He ahí tu error. Estas mas suelta, pero no por ello menos dubitativa.
¿Dubitativa?... ¿Acabas de decir dubita…? Esto no esta pasando. Mi mente no esta diciendo palabras que yo misma no comprendo, yo no estoy volviendo a tener esta estúpida pelea conmigo misma, mientras Edward me mira inquietante, como si con ello pudiera leer mi mente.
-No es nada Edward, de verdad que estoy bien, vámonos –pedí de nuevo, ante su insistente presión.
¿Qué pretendía que le dijese? ¿Qué aquella cercanía me estaba provocando demasiada ansiedad? ¿Qué aquella forma de mirarme, convertía mis piernas en pura gelatina? ¿Qué jamás me había sentido de esa forma, y que no sabía a que se debía? Si era por mí, si era por él, si era…
Haz lo que verdaderamente sientes.
-¡Déjame tranquila!
-¿Cómo?
-Tu no… ¡ella!
-Ella… ¿Quién?
Y no fue hasta ver aquel par de ojos verdes, mirándome con duda, e incluso con cierta preocupación, cuando verdaderamente fui consciente de lo que verdaderamente me pasaba. Y no se si fue la presión de aquellas gemas, o la presión que ejercía mi propio subconsciente, fuera lo que fuera puedo más y sin pensármelo dos veces, mi cuerpo acorto la pequeña distancia que nos separaba, y prácticamente sin mirar a Edward, arremetí contra su boca y simplemente me deje llevar por su rápida respuesta.
Si en ese momento hubiera visualizado aquella vocecita interna, la habría visto guiñándome uno de sus ojos en señal de felicitación.
-Lo… lo siento –susurre contra los labios de mi perdición, cuando sentí la ligera brisa de la noche colarse entre nosotros.
-¿Por besarme? –pregunto.
No vi su sonrisa, mis ojos continuaban cerrados reviviendo aquella ligera caricia de instantes atrás, pero aún así, supe que la sonrisa estaba haciendo mella en los labios de Edward, pues sentía el dibujo de ésta sobre los míos propios.
-Si… o no, o…
-Entonces lo siento yo también –aquel susurro no solo me silencio, también consiguió erizar cada poro de mi piel.
-¿Por qué?
Y tan pronto abrí los ojos para preguntar, su respuesta me hizo cerrarlos de nuevo, mientras su lengua se enzarzaba con mayor ansia contra la mía.
Adiós a todas las preguntas que llevaba formulándome desde hace días, adiós a mis miedos y temores, adiós a mi pudor y mi vergüenza, Edward se estaba convirtiendo en una droga para mí, una droga a la que tarde o temprano debería desengancharme, pero mientras sus efectos duraran, iba a disfrutar de ellos, porque esa droga me correspondía.
¡Si! me correspondía, y poco me importaba ahora mismo si lo hacía por el acuerdo al que habíamos llegado, por necesidad propia o porque al igual que yo, él mismo lo quería.
¡Dios! la quería, vaya si la quería. Quería esa y todas las caricias que él pudiera darme y reprimiéndome, lo único que conseguía era negarme a mi misma aquella clara realidad, aquella en la que poco importaban ya las preguntas.
-¿Y ahora que tal? –pregunto Edward, cuando la necesidad de respirar fue mayor.
-Mejor –susurre, haciéndonos reír a ambos.
-Entonces ya no lo siento.
-Ni yo –murmuré mientras sentía sus dedos acariciando lentamente mi barbilla, gesto que poco ayudaba a mi ligera falta de ropa interior.
-¿Que te parece si dejamos de sentirlo y le preguntamos a esa pareja a que se debe tanto alboroto?
-Ahora mismo creo que me apetece más seguir disculpándome –ronronee, descansando mis manos en sus hombros. Y por primera vez, el pronto rubor azotado en mis mejillas, no me importo.- Pero también tengo curiosidad por saber de donde proviene esa música –añadí tras su sonrisa, antes de que esta volviera a sellarse contra mis labios, en otro beso que me supo a poco.
Lo dicho, voy a intentar tener la segunda parte para el fin de, ya que entiendo que, como a Bella, tras la larga espera esto os haya sabido a muy poco ;).
4 Sonrisas:
Creo que una vez más, estoy más confundida que Bella.
Lo único que me queda medianamente claro es que despúes de una interminable discución consigo misma Bella esta más cerca de cerrar su metida mente a tanto planteo y aceptar de una vez por todas que dejarse llevar no es tan malo como ella cree, posiblemente este aceptando el hecho de que tal vez y solo tal vez Edward se sienta un poco atraido por ella y que le corresponde aunque sea por momentos.
Los mensajes de Edward siguen siendo algo cripticos, y me llenan de curiosidad, hacen que la cabeza me gire en más direcciones que una veleta, que demonios fue eso de "Me alegra saber que gracias a mi conoces la verdad", no creo que se refiriera solamente al café, ¿que verdad se muere por gritar pero no lo hace? No se a lo mejor tiene que ver con lo que le dijo Bella con respecto a tanto tiempo y energia desperdiciados en algo inutil, solo que él no se referia al café sino a toda la vida de Bella en general. "Todo a su tiempo..." ja, ojala todas fueramos tan pacientes como él, por mi parte yo me como hasta los dedos con la intriga.
Genial el medio capitulo, aunque me haya dejado en el borde del abismo de la insertidumbre.
Besos
Que mujer no se va a sentir insegura después de que el novio te dejo plantada antes de casarte y sin ninguna explicación coherente.. definitivamente es un duro golpe para cualquiera y si le añadimos que siempre te esten comparando en este caso con tu hermana y que a cada rato el tema salga a colación pues mucho mas....
Ahora esa inseguridad queda reflejada todo el tiempo cuando esta con Edward .. su cabeza se hace miles de preguntas .. y que mujer no se las hiciera ... sabemos que nosotras por naturaleza antes de actuar o de tomar una desicion nos la pensamos mucho y sobre todo pensamos de las consecuencias de nuestros actos bueno la mayoria ... en el caso de Bella se la piensa mucho y se cuestiona pero es normal .. me encanta ejejje Ahora con lo que respecta a lo anterior donde nos has sacado un poquito de nuestras dudas .. sobre todo porque no conocemos los pensamientos de Edward me queda claro que él esta en un conflicto interno .. mientras van caminando , Bella se da cuenta que su postura , su comportamiento no es el habitual y ella se pregunta en que estara pensando , al igual que todas nosotras ... en que estara pensando???? que misteriosooooo me encanta también!!!!!!
Y adios a todas la preguntas , y adios a todos los miedos y cuestionamientos , será , será que podra cumplirlo ejej con esa cabecita !!! y una droga... es adicta a Edward jeje auchhhh como dice marissss a la que Edward también es adicto!!! para quien de los dos sera más facil o mas dificil desengancharse de esa droga????
Gracias por el capi Almu!!!!!!
jajaja creo k tuvo mas los comentarios de almu que el cap jaja no es cierto es broma... definitivamente has despejado dudas... como bien decias podemos obviar lo k pasa con ed.. eso lo hace interesante keremos saber k stara makinando su cabezita.. jaja definitivamente esta igual que bella solo que ella hasta habla sola literal jaja k risa k cara tendria bella jajaj dios mi vida pobre... concuerdo con almu y con karlis... es inevitable k no se haga mil preguntas k se cuestione.. la inseguridad le ha marcado muxo desde lo d jasper.. bueno no desde peke con las comparaciones de rosalie... en fin... el caso es k es natural cuestionarse k es lo k le provoca ese chico jaj kien no como decias.. nos la volamos jajaj... aunk deje de pensar lo sigue haciendo jajaja... ay nuestra bella me encanta.. me da risa me da ternura me da todo y ed k puedo decir lo amo siempre aunk sea el mas maldito jajaja...
me encanto el debate entre k kiere besarlo y no jaja y termina ahi dando ese besooo con un lo siento jajaj amo esa parte cuando el le dice igual k lo siente por besarla ajaj auch
bien ya dio un paso bella se ha dado cuenta k es correspondida asi k sera un poco de adios temores??? :D ... ahora me pregunto cuando sera esa dichosa apuesta jjajaja o sera a proposito esa musica?? ay ay k nervios.. como siempre anciosa.. y me mata de incertidumbre como ira la historia.. yasabes uno se crea ideas y despues puede k no sea asi
en fin jeje ya me revolvio ajja toy como bella vez hablando sola ts bsos
Mi almu de verdad si te vas a desaparecer (en el sentido de no actualizar aclaro jaja) y vas a venir con este cap, pues bienvenido de mi parte jajajaja me fascino. Y Almu describiste perfect eso de como ecsribes nunca te vas por lo fácil o lo melodramático y es por ello que AMO tus fics!
La explicación inicial estuvo muy buena la verdad, y como dijo karlita quien no se va a sentir insegura después de semejante cosas que le han pasado?? no es para menos, ademas una de las cosas que mas me agrada de esta Bella es esas charlas q tiene consigo mismas, porq como bien dijiste Almu, quien no lo ha hecho? Mi conciencia es mi mejor amiga y enemiga jajaja me lleva mucho la contraria y me hace dar mil vueltas a las cosas por muy sencillas que parezcan y eso denota lo insegura que suelo ser; con lo de Edward ps ya sabes no podemos hurgar mucho en su mente pero noto que se esta dejando llevar y que desde luego siente esa gran atracción por bella, una cosa que dijiste y me dio miedo, respecto a la pista que nos diste esa de que "bella lleva toda la vida huyendo" espero que sea que esta vez deja de huir y no porque terminan huyendo, espero no sea la segunda :-( no se si me explique jajaja
El capitulo: como dijo Erin me copiare pero es que lo pense jaja "Me alegra saber que gracias a mi conoces la verdad" se refería a algo mas , fue una frase mas profunda o tuvo un doble sentido seguro, y me gusto que por una vez mas Bella diera el primer paso e hiciera lo q verdaderamente quiere porq a pesar del trato ella nunca se ha dejado llevar al completo, a lo mejor Edward si la quiso besar pero quería que ella fuera quien completara esa escena, a lo mejor ella no es la única insegura!!Veremos como terminan en esta noche!!
Ojo no te tomes tan en serio lo que te dije con respecto a la desaparición jajaja que quede con ansias de mas!!!
Y tú, ¿nos regalas una sonrisa?