Chicas, aquí os traigo el siguiente capítulo de esta historia, historia que como habréis visto en el post publicado anteriormente, abandona la pestaña de los relatos pasando a formar parte de la de los fics, teniendo así su espacio propio. ¿Por que ese cambio?, la respuesta es obvia, la autora, Karla, poco a poco ha conseguido darle forma a lo que comenzó siendo un relato, convirtiéndola ahora en una historia que nos tiene enganchadas a mas de una, y eso es algo que a mi juicio, merece tener su propio espacio ;).
No me enrollo más, y aquí os dejo de nuevo al agente Cullen...
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Capítulo 7
Narrado por Edward
La puerta se abrió dejándome más que dispuesto a cumplir mi palabra, esa misma que le había prometido, esa en la que le jure, que nada malo le sucedería a ella. Y estaba más que decidido a cumplirla, porque ya no me importaba la puta investigación.
Al carajo con ella, al carajo con el agente Miller y al carajo con toda la corporación. Por ello tome con fuerza mi arma, primero sería David e inmediatamente después el responsable de toda esta mierda, y solo era cuestión de moverme y actuar muy rápido.
Pero… ¿Cuál fue mi sorpresa en el momento en que esa puerta se abrió?
Solo unos segundos me bastaron para que pudiera apreciar la espalda desnuda de Isabella. Segundos en los que pude observar al puto del jefe recostado sobre el sofá y a ella, ahorcadas arriba de él, cubriendo por completo con su cuerpo el suyo. Rápidamente escondí mi arma en la parte trasera de mi pantalón, justo en el instante en el que David no tuvo más opción que cerrar de nuevo aquella puerta.
Retrocedí unos pasos cuando él se volvió hacia mi.
-Te advertí que no podías entrar, lo que sea que le tengas que decir tendrá que esperar -sugerí. Mientras él maldecía casi en susurro.
-Ok, no tengo otra opción. Pero cuando termine con la chica, me mandas un mensaje, estaré en mi habitación.
-¿Pasa algo?, te noto algo preocupado -pregunte con tono considerado. David me observo un instante. Podría decir que me estaba estudiando, preguntándose al mismo tiempo si podía confiar en mí.
-Un familiar -dijo después de unos segundos-, tengo un familiar grave, necesito salir. Pero no se… –hizo una pausa–. Ahora como están la cosas, no se si sea posible.
¿Un familiar? ¿Un padre? ¿Una madre?, me preguntaba. Me era imposible creer que alguno de ellos tuviera sentimientos por alguien. Pero eso, a mi no me interesaba.
-¿Cómo están las cosas? -pregunte con interés.
-Espera a que el jefe te lo comunique. Pero a estas alturas la mayoría ya lo sabe.
-Bien –dije. No quise presionar y que este empezara a sospechar.
David se marcho a su habitación y yo me quede esperando en ese pasillo a que esa puerta se abriera. Los minutos avanzaban y la desesperación aumentaba por no saber que era lo que estaba sucediendo allí dentro. Me acercaba para ver si lograba escuchar algo, pero todo se encontraba en silencio y eso, en vez de ayudar, me ponía más nervioso. Sobre todo por saber que aquel hijo de puta había logrado que sus ambiciones llegaran a un punto que ni él mismo imaginaba.
Había logrado quitarse del medio a sus enemigos, con la puta ayuda de su informante, y ahora, me preguntaba; ¿cuál iba ser su siguiente paso? ¿Qué haría después de saber que él tenía el control absoluto de la ciudad? ¿Qué estaría dispuesto a hacer ahora, que tenía el poder suficiente para comprar a quien quisiera?
Sabía que eso era a lo que David se refería. Si no podía salir a visitar a ese enfermo, era porque todos debían estar alertas a lo que se les viniera encima. En estos casos los enemigos del jefe no se iban a quedar de brazos cruzados, por eso era aún más importante que Isabella lograra obtener esa maldita información, porque el estar más tiempo metidos aquí aumentaría el peligro, sobre todo para las chicas.
Además, así no tendría la posibilidad de comprar a quien se le diera la puta gana.
-Que estas haciendo aquí Masen? -pregunto Frank de repente, penetrándome con aquella mirada escrutinia mientras daba sorbos al vaso de licor que traía en su mano.
Estaba tan sumergido en mis pensamientos que no fui consiente que él había llegado hasta allí. Frank era muy observador, no olvidaba el día que me siguió hasta el baño para preguntarme porque estaba tan molesto. Además había escuchado que precisamente él había enamorado a unas de las chicas y con engaños se la trajo a los Estados Unidos, mofándose que esa, era una de sus mejores tácticas.
-Estoy esperando a que el jefe termine con una de las chicas para llevarla a su cuarto –respondí observando sus movimientos. Su semblante solo confirmaba que ya llevaba varias copas encima.
-¿Me estas diciendo que otra vez esta con la chica Irlandesa? -solo asentí-. Supongo que ya comenzó a festejar –susurro en voz baja-. Hubieras visto a Rachel hace rato, Owen tuvo que llevársela a su habitación -hizo una pausa para dar otro sorbo a aquella bebida antes de seguir-. No cabe duda que el jefe siente preferencia por ella, todavía recuerdo cuando te encontré en el baño molesto –rió, antes de llevar de nuevo el extremo del cristal hasta sus dientes.
-Lo vuelvo a repetir, esa chica solo esta para pasarla muy bien –me encogí de hombros con mis propias palabras.
-Me imagino porque lo dices. Eres un tipo cojonudo ¡eh!, mira que pedírsela al jefe, precisamente a ella -dijo, a la vez que una puta sonrisa se le dibujaba en el rostro. Que ganas me daban de borrársela.
-Ya sabes lo que dicen por allí, el que no arriesga no gana –ironice fingidamente. Mientras, mi cabeza no dejaba en Isabella y en lo que hacía allí dentro. Arriesgar su vida-. ¿Y a que te refieres cuando dices que el jefe ya comenzó a festejar? –pregunte.
-¿No lo sabes todavía? –inquirió él.
-¿Saber? ¿El que? -replique con otra pregunta.
-¡Masen!, esto ha corrido como pólvora. ¡Todo el mundo lo sabe! Esta en todos los noticieros -su semblante se llenaba de gloria, con cada una de sus palabras-. El jefe ha logrado deshacerse del puto Martínez y Rivas. Esos latinos de mierda no seguirán jodiendo.
¿Entonces ese era el motivo? Él ya lo sabía y estaba festejando su puta victoria.
-¡Carajo¡ Frank, ¡el jefe lo ha conseguido! –fingí alegría, ante el desconcierto en su mirada por mi falta de expresión-. Pero ahora toda la puta mafia se nos va a echar encima -afirme, teatralmente.
-Cálmate, ellos no van hacer nada, se han aliado con nosotros –respondió, llevándose de nuevo el vaso hasta su boca.
-Creo que David piensa muy diferente a ti y para serte sincero, yo también -pensaba lo mismo que David pero Frank estaba con la lengua suelta y eso lo tenía que aprovechar.
-Es que David es jodidamente cauteloso, eso se da con la edad ¿no? -pregunto. Además de lo otro, también estaba de lo más irritante.
-Entonces dime, ¿por qué estas tan seguro de que la mafia no se nos va a echar encima? -pregunte, ignorando lo anterior.
-¿Porque será Masen?... A veces pienso que no eres tan inteligente como todos dicen que eres -dijo, su voz estaba llena de burla-. Sobre todo el jefe. Ahora resulta que precisamente tú, le abriste los ojos.
-Solo ha sido un golpe de suerte -susurre-. Además, no creo que sea cierto lo que dices, porque si lo fuera, me hubiera considerado en contármelo él mismo, algo que tú estas haciendo.
-Te equivocas, él te estaba buscando por todo el edificio, cosa que no le gusto nada a David –respondió, tragando de nuevo aquel amargor-. Creo que se siente desplazado. Ya sabemos muy bien que él es como su puta sombra.
-Ese es su trabajo, el mismo que el tuyo y que el mío -dije de tal forma para que siguiera hablando.
-Que equivocado estas. David no es precisamente su guardaespaldas.
-¿No? -ya decía que algo escondían-. Entonces, ¿qué es? -pregunte. No era normal la forma en que su mundo giraba alrededor del jefe.
-Eso no te lo puedo decir. Lo que si puedo, es que yo nunca me equivoco -hizo una pausa, dando un paso hacia adelante, poniendo una mano sobre mi hombro y hablando en voz baja-. Vas a llegar alto Masen, y cuando eso suceda, quiero estar al lado del pez gordo.
El hijo de puta se estaba congratulando conmigo.
De pronto dio un a paso hacia atrás cuando la puerta se abrió. Inmediatamente yo me volví hacia el frente. Mis ojos fueron directos a la figura de Isabella, ella clavo sus ojos en los míos y un escalofrió recorrió mi espalda cuando su mirada se escondió dirección hacia el suelo.
¡Joder!, no lo pudo conseguir, estaba completamente seguro.
Bueno… en otra ocasión sería, por lo menos ella parecía estar bien, y era evidente que ya estaba a salvo.
-¡Maldita sea!, no soporto este puto dolor de cabeza –escuche gritar al jefe, desde la zona interior de aquella habitación.
Frank no tardo en ir con él mientras yo seguía observándola. Necesitaba estar a solas con ella.
-Seguro no durmió en toda la noche esperando noticias –escuche decir a Frank.
-Además me he tomado toda la maldita botella de Whisky. ¡Carajo! siento que me va a explotar -este, seguía gruñendo.
-¿Necesita algo? -pregunte, pasando por un lado de Isabella.
-¿Donde estabas metido Masen?, te estuve buscando por todo el maldito edificio -pregunto con dureza. Se veía mal, como si le hubiera pasado un tren encima. El cabello todo alborotado, la camisa con los tres primeros botones abiertos, los ojos enrojecidos e hinchados...
-Owen y yo salimos muy temprano, por las ganancias. Dejamos el dinero en su oficina.
-¿Ya estas enterado? -pregunto, mientras se sentaba en su sillón a la vez que daba masajes en su cabeza.
-Si, Frank me lo ha contado –aseveré.
-¡Maldita sea! -volvió a maldecir–. Frank, tráeme algo para este puto dolor y dale las llaves a Masen para que lleve a Isabella a su habitación. ¡Apresúrate¡ -ordenó.
-Si jefe –respondió el aludido, a la vez que me entregaba las llaves y salía de inmediato por esa puerta.
-Masen, ahora sal de aquí -pero cuando tome el pomo de la puerta para cerrarla, su voz hizo que me volviera de nuevo hacia él-. Espera mi llamado, necesito hablar contigo.
-Bien –finalicé, cerrando el privado.
Ella se encontraba parada en el mismo lugar.
-Acompáñame.
Ella quiso abrir la boca para decir algo, pero inmediatamente la detuve.
-Aquí no -susurre muy bajo.
Avanzamos hasta atravesar el arco que dividía el bar. Me detuve y la cogí del brazo para que no siguiera caminando, y sentí como ella clavo su mirada en mi mano y luego en mi. La solté, pero por mi boca no salió un lo siento, no había tiempo para eso, así que mi mirada atravesó el bar en un segundo para darme cuenta que este se encontraba totalmente vacio. Tenia que estar a solas con ella y para eso tendría que llevarla hacia mi habitación, aquel lugar que consideraba el más seguro para hacerlo.
Pero para lograrlo, tendría que atravesar con ella todo el edificio hasta llegar a la bodega y el riesgo era enorme. No debía encontrarme con ninguno de los hombres, sino quería tener que dar explicaciones. Y para ser sincero, no encontraría ninguna explicación lógica del motivo por el cual ella se encontraba allí.
Por eso tome el celular y le marque a Owen.
-Necesito tener la bodega despejada dentro de cinco minutos -ordene-. ¡Maldita sea Owen! ¿Que parte de todo esto no has entendido? –pregunte con furia-. Me importa una mierda como lo hagas –gruñí, y en ese instante observe como los ojos de Isabella se abrían de par en par al escucharme maldecir.
Era la primera vez que lo hacía delante de ella.
-En cinco minutos, espero tu llamada.
Cinco minutos era mucho tiempo, para esperar allí en el bar, existía la posibilidad de que Frank regresara de un momento a otro con lo que el jefe le había pedido y la viera, y no quería ni podía exponerla de esa manera. Frank estaba tomado y con la lengua suelta, bien podría sospechar cualquier cosa e irle con el cuento al jefe.
-Si quiere puedo esperar en el baño de mujeres mientras pasan los cinco minutos, así nadie podrá verme - su voz hizo que de pronto me volviera a conectar al lugar donde estaba, mirándola de lleno.
Se encontraba muy nerviosa, de eso no cabía la menor duda, ¿pero quien no lo estaría ante esta jodida situación? Aunque ella me había sorprendido con esa autodeterminación, era como si hubiera leído mis pensamientos, ante la nula idea de que hacer mientras pasaba el tiempo.
-No es mala idea, vamos.
Al llegar a los baños le indique que por ningún motivo saliera, me prometió hacerlo solo en el instante en que tocara aquella puerta.
Me encamine hacia la salida del pasillo de los baños. De pronto vi a Frank dirigiéndose al privado del jefe, ya solo tenía que esperar por la llamada de Owen.
Revise de nuevo el reloj de mi muñeca, solo habían pasado tres minutos desde que le llame. ¡Joder!, necesitaba salir de allí ya, esperar dos minutos eran demasiado peligroso, Frank podría regresar en cualquier momento, ya que el jefe no estaba en condiciones de tener compañía. Pero no tenía otra alternativa, solo esperar.
Me sentía igual o más nervioso, pero no tanto por mí si no por ella. Si algo salía mal, ella no tendría la oportunidad de defenderse, no contaba con las armas para hacerlo aunque estuviera a su lado para protegerla, ella siempre estaría indefensa.
De pronto mi móvil vibro en mis pantalones. Owen optó por un mensaje, donde decía que la bodega estaba despejada, que Rachel se encontraba en su habitación casi inconsciente, debido a su gran indigestión de alcohol, y que los demás estaban con él en su habitación.
Tenía que reconocer que el muy imbécil hasta ahora había cooperado bastante bien, pero eso no me aseguraba que después pudiera traicionarme.
Rápidamente fui hasta el baño de mujeres, pero antes de tocar la puerta pase mi pistola hacia la parte delantera de mi pantalón, donde la camisa que llevaba la cubría totalmente. Tenia que estar preparado y actuar rápido si alguien nos descubría.
Isabella salió y mirándola fijamente, volví a pedirle que confiara en mí, que la llevaría hasta mi habitación, que una vez allí hablaríamos más tranquilamente, pero que no teníamos mucho tiempo y que para poder lograrlo, la tendría que coger del brazo y conducirla lo más rápido posible. Ella solo asintió.
-Bien, vamos –le indique, mientras la tomaba por el brazo y con paso rápido y decidido atravesamos el bar, girando a la derecha hasta llegar a las habitaciones donde se encontraban las demás chicas.
Fui consiente como se estremecía al pasar por allí, como su mirada recorría cada una de esas puertas, consciente del gran dolor que le causaba. La mire de reojo y vi como una lágrima traicionera se derramaba por su rostro, y como con su mano libre se la eliminaba con fuerza.
Seguía caminando tras de mí en el momento en que descendíamos por esas escaleras que daban hacía bodega, ese era el momento más crucial, mi cuerpo entero lo notó y por ello mi pulso se acelero. Mire rápidamente la habitación de Owen para asegurarme que la puerta de su habitación se encontrara cerrada. Y así lo estaba. Ahora solo teníamos que atravesar toda la bodega. Decidí irme por el frente de las camionetas que se encontraban estacionadas en fila dejando un espacio entre ellas y la pared del edificio. Íbamos pasando una por una de forma agazapada hasta llegar casi a mi habitación.
-Quédate aquí mientras yo abro -pedí, a la vez que me volvía hacia ella-. Agáchate -ordene.
Avancé unos cuantos metros, saque la llave que me habían asignado y abrí aquella puerta antes de volverme hacía la dirección de Isabella, para indicarle que pasara. Una vez dentro, ella se alejo y yo me quede parado como un puto cobarde cerca de la puerta. El motivo era porque no sabía que decirle, no sabía como preguntarle si en realidad lo había conseguido.
¡Carajo!, necesitaba saber pero a la vez tenia que ser paciente porque no quería presionarla, no quería asustarla más de lo que ya estaba. Y en todos estos años que tenía trabajando en la corporación, era la primera vez que sentía demasiada incertidumbre por no tener el control absoluto de la situación, y sobre todo porque estaba muy lejos de tenerlo. Además, siempre me dejaba guiar por mis instintos, por la seguridad que estos me daban y cuando no era así, siempre, siempre tenia un plan B por si algo fallaba.
Pero hoy no tenía absolutamente nada, hoy era todo lo contrario, hoy no existía un plan B por si ella afirmaba que había fallado, y justo cuando iba hablar, observe como su mano derecha se movía en dirección a su pecho y como ella se volvía hacia a mí.
-Aquí la tiene agente -dijo avanzando hacia a mi y estirando su brazo con su puño cerrado-. Aquí tiene la información que tanto quiere -el tono de reproche que utilizó, hizo que me calara hasta los huesos.
Su mirada estaba dirigida a su puño. Avance unos cuantos pasos y coloque mi mano debajo de la suya, y cuando esta se abrió, cayo sobre la mía la pequeña memoria. Ahora era yo él que la apuñaba fuertemente.
-Gracias –dije mientras metía la tarjeta a la bolsa del pantalón. Fue lo único que se me ocurrió decirle, pero ella permaneció en silencio.
¿Qué esperaba?... que ella respondiese “de nada agente, fue un gusto cooperar con ustedes y con toda la corporación”. Definitivamente, era un completo idiota.
Ella seguía evitando mi mirada y el ambiente se iba cargando por momentos.
-Te vas a quedar en esta habitación hasta que salgamos de aquí -su rostro se lleno de sorpresa cuando registro mis palabras-. No será por mucho tiempo.
-Pero pueden sospechar -dijo con voz temblorosa-. Además Sara, mi compañera se pondrá muy preocupada, seguro pensará que algo malo me sucedió.
-Lo siento pero no puedo informarle que estas bien. Solo será esta noche –respondí. Gracias a esa tarjeta, mañana mismo seríamos libres.
Otra vez el silencio inundo la habitación, pero ahora ella fue la que lo interrumpió.
-Lo se todo -murmuro bajo, pero lo suficiente para escuchar claramente lo que había dicho.
-¿A que te refieres cuando dices que los sabes todo? -mi voz sonó lenta y calmada, infundiéndole confianza para que siguiera hablando.
Pero antes de contestar decidió sentarse en la cama y ante ese gesto, cogí la silla para sentarme frente a ella a una distancia razonable para no hacerla sentir mas incomoda o nerviosa. Quería saber como lo había conseguido, quería que me contara todo lo que había sucedido dentro de ese privado. La miraba y observaba como sus manos se arremolinaban con el borde de su blusa.
-Él estaba eufórico, decía que iba a celebrar su victoria y que lo iba hacer conmigo -su rostro se contrajo. Suspiró antes de continuar-. En ese momento no sabía a lo que se refería, y no me importó, pero ahora que lo se, si me importa –confesó, mirándome fijamente.
-No te entiendo -fue lo único que pude decir, pues verdaderamente no lo hacía. Pero ella me ignoro y siguió con su explicación de lo sucedido.
-Quería brindar, y en ese momento supe que era mi oportunidad, así que le pedí que aprovechara para ponerse cómodo mientras yo servía las copas.
-¿No sospecho tu cambio de actitud? -pegunte con demasiado interés.
-Si, claro que si -sus ojos se desviaron a otro punto de la habitación. Sus manos poco a poco dejaron de moverse para quedar quietas bajo su regazo y antes de seguir, volvió a centrar su mirada en mí-. Tenía pensado lo que le diría cuando llegara el momento, era consciente que de eso dependía todo -yo la observaba detenidamente, imaginándome por todo lo que había tenido que pasar-. Le dije que había entendido todo lo que me había dicho las veces que habíamos estado solos, que si quería volver a ver a mi padre, tendría que cooperar con él, ser sumisa como él quería y que hoy quería demostrárselo.
El silencio volvió a resurgir en esa habitación, lo que acababa de escuchar solo hacia que mi odio hacia ellos creciera aun más. No les alcanzaría la vida para pagar el crimen que estaban cometiendo con estas chicas.
Ella ante mi silencio bajo su mirada.
-No bajes la mirada. Escúchame bien -mi voz hizo que volviera a levantar su rostro-. Nunca lo vuelvas hacer, por lo menos no delante de mí.
Ella permaneció en silencio, ni siquiera asintió, solo sus ojos se llenaban de lágrimas. Pero con esa fuerza tan extraña que le caracterizaba, esa que emanaba desde su interior, esa misma que no lograba comprender, consiguió que aquellas lágrimas no se derramaran.
-Él confió en mis palabras y dejo que le sirviera. Y cuando le di la espalda para hacerlo, vacié en su bebida.
-Y… ¿qué paso después? -pregunte intrigado.
-A los pocos minutos quedo inconsciente y fue allí cuando me dirigí a su ordenador. Habían varias claves como usted me había informado -respiro lento y luego soltó el aire para proseguir-. Estaba intentándolo con la segunda clave cuando escuche hablar con David. No podía permitir que esto se viniera abajo. Rápidamente me quite la blusa y… -se detuvo sacudiendo la cabeza a ambos lados.
-¿Y? -susurre, tras unos segundos después.
Quería que continuara hasta el final, quería saber que significaban esas palabras del inicio de nuestra conversación, esas donde decía que ahora ya lo sabía todo, y que eso era lo único que le importaba. ¿A que se refería, con eso? ¿Qué era lo que le importaba?
-Tenía que detener a David y funcionó –susurró sin más, abstrayendo su mirada hacía una de las paredes de la habitación. Sus ojos continuaban vidriosos.
-Claro que funciono -afirme, haciendo que mi voz la hiciera sentirse orgullosa por lo que había hecho. Me devolvió la mirada y asintió satisfecha, justo antes de continuar.
-Fue en la sexta clave cuando todos los archivos se abrieron. Son demasiados -aseguró-. Espero que sea suficiente, agente –concluyó, mirándome fijamente.
Sus últimas palabras hacían eco en mi interior. Nunca sería suficiente para justificar lo medios que se han utilizado en esta misión. Nunca sería suficiente para explicar las razones por la cuales se permitió que ellas pasaran por esta mierda. Nunca sería suficiente para entender como la justicia puede ser aplicada de diferentes maneras, porque para ellas nunca sería suficiente.
Y sobre todo comprender, como la justicia nunca estuvo de su lado.
-Te aseguro que nunca será suficiente, pero te prometo que mañana serás libre -ella suspiro al escuchar mis palabras.
-No me prometa nada -dijo. Por la expresión de su rostro me indicaba que no creía en mis palabras.
-Entiendo que no confíes en mí, pero te prometí que no me iría de aquí hasta sacarlas y eso pienso hacer.
-No se trata de eso –susurro sin apenas escucharme.
-Entonces… ¿De que se trata? -pude ver el miedo en sus ojos.
-Escuche lo que Frank le dijo y en ese instante comprendí que jamás sería libre, por lo menos yo no -su voz sonaba demasiada seria.
No dije nada, prefería que se explicara mejor, simplemente la mire con el ceño fruncido en señal de confusión.
-¡¿Es que no lo entiende?! –estalló, y como un resorte, se levantó de la cama, caminando de un lado hacia el otro. Yo solo podía seguirla con la mirada-. Nunca podre ser libre, cuando ellos se enteren que fui yo la que les robo esa información, cuando se enteren que por mi causa fueron a parar a la cárcel, y sobre todo que ahora sé que él tiene mas poder, no se detendrán hasta…
En ese instante me levante, ahora comprendía sus palabras, el miedo que se reflejaba en su rostro. Me atreví a tomarla por los hombros para que dejara de moverse, sus manos ya cubrían su rostro, mientras su llanto resonaba entre las paredes de aquella habitación.
-Ey… Ey –susurre- Eso no va a pasar, no voy a dejar que eso suceda, nadie sabrá que fuiste tu la que robaste esa información. Además, yo estaré siempre allí para protegerte.
Ella seguía moviendo su cabeza en señal de negación.
-No, no lo se -dijo limpiando sus lágrimas–. Si le pasa algo a Charles nunca podre perdonármelo… Ellos saben todo de mí.
-Shssssss, no digas eso, créeme cuando te digo que nadie lo sabrá
-Prométamelo -demando.
Y cuando estuve a punto de hacerlo, el sonido de la puerta al abrirse hizo que rápidamente me volteara empuñando el arma protegiendo a Isabella en todo momento. En ese instante me maldije por no haber puesto el seguro.
¡Maldita sea Owen!
5 Sonrisas:
Oh Diiiooooossssss!!!!! Karla como me dejas asi! :-[. No puedo creer la tensión que me genera leer esta historia me tiene sentada en el borde del asiento todo el tiempo, me siento como cuando veo una muy buena peli de suspenso en la que con cada paso que da el/la protagonista sientes que algo va a pasar y te tiene si aliento esperando... Bueno asi es aqui con cada palabra que voy leyendo.
Edward esta muy preocupado y Bella muy asustada, pero en el fondo es más fuerte de lo que cree, espero que esa fortaleza que ve Edward en ella le sirva para de algún modo atravesar y superar toda la situación. Ya no teme por ella, su suerte esta hechada, pero si la preocupa mucho su padre, que para estas alturas debe estar más que preocupado, debe de estar desolado, angustiado y sin noticias de su hija.
Edward asegura que para el próximo día todo va a estar terminado, pero que hay de la rata infiltrada? y... ¡¡¡¿QUIEN CARAJOS ABRE LA PUERTA?!!! ¡¡¿Cómo en el nombre de todo lo sagrado, me dejas así?!! Me dejaste como novia de pueblo: vestida y alborotada. bueno en este caso, leida y alborotada :-}.
Diooooossss ahora tengo seguramente que esperar hasta el año que viene para saber que pasa, XD.
Bueno dejo la tonteria y... te deseo lo mejor para el año entrante, que te traiga dicha, plenitud, alegria y toda la felicidad, a ti y a todos los tuyos.
Besos y FELIZ 2012.
NO MANCHES karla....... way jeje... inche owen jaja pero ya habra su oportunidad.. y que decir del cap... dios mio tenia mi corazon en un hilo.. super interesante desesperante. y pobre bella pobre pork sta sufriendo por arriesgarse ... spero de verdad no se enteren k fue ella snif es mas ni kiero pensar k pasara...
esto cada vez estaaa hirviendo ... super karlis definitivamente has mejorado muxo.. y sobre todo esta historia lleva mucho merito pork no es facil de contar.. como se vienen a la mente tantas cosas ehhh.... de peli!
La rata infiltrada , me gusta ese termino jeje , no se me olvida Erin, viene algo por descubrirseee antes de eso!!!!!
Maris me meooooo, inche Owen!!!!!este Owen me temo que dará más de que hablar!!!! y ya me cayo porque ando con la lengua suelta igual que el inche de Frank!! jeje
Karlaaaaaaaa como nos dejas asi ah???? No se vale :-S
Increíble cap pensé q los dscubririan al principio, gracias a Dios la pobre Bella supo como resolver la situación, pobre ella por todo lo q tiene q pasar y le doy toda la razón por estar así de desanimada, hasta yo lo estaría sabiendo q soy la "preferida" de un animal como ese, si es q lograran escapar con tanta corrupción ella mas nunca podrá ser como antes ni estar tan tranquila, ahora bien volviendo a la "realidad" quien entro ahí?? q pasara y ademas no creo q todo se resuelva tan fácil, no se, estoy inquieta con eso me parece muy fácil eso de conseguir la info :-S
Karla y Almu esta haciendo un excelente trabajo, son un duo dinámico la verdad!! ;-)
Karla, esta afición que has cogido tu de dejar los capítulos de esta forma... ¡¿pretendes que nos de un infarto?! Menos mal, que aunque no tenga los pulmones muy fuertes, si tengo el corazón :p. No en serio, espero que Owen solo haga acto de presencia por meros motivos de curiosidad... o porque se haya enterado de algo importante que no pueda esperar a contar a Edward. Y sobre todo ¡Espero que este solo!, porque si Owen ve a Bella en la habitación de Edward, aún aún no pasa nada, pero si la ve otro... :S... Miedo me das, he intrigada por el motivo de abrir así la puerta.
Y por cierto, me encanta la idea de que por ahora solo narré Edward, me parece genial dada la situación en la que están ;).
Karla, sabes lo que pienso de esta historia y de como estas progresando, pues, al tener el privilegio de leerla antes que nadie, también lo tengo de decirte siempre lo que pienso, pero lo repetiré, me tienes totalmente intrigada, supongo que tu ya lo sabrás, pero yo no tengo ni la más mínima idea de como van a salir de esta, y eso hace que me entren ganas por comerme las uñas...
Y tú, ¿nos regalas una sonrisa?